viernes, 8 de marzo de 2024

¿ASOCIACIONES ABIERTAS A TODOS O CERRADAS PARA GANAR CONTROL?

 


            Los leoneses somos muy dados a crear asociaciones, pero luego cada una de ellas no suele superar los 10 miembros (como mucho). Muchas veces pueden compartir objetivos pero sin embargo se prefiere que sigan siendo asociaciones distintas. Las diferencias pueden ser mucho más de tipo personal que de los objetivos que se pudieran perseguir.

            Diría que hay  miedo a abrir esas asociaciones al conjunto del medio social por cuanto ello pudiera suponer una cierta pérdida de control y de poder en la misma. Se opta muchas veces por algo “que yo controlo” a “ una asociación mucho más amplia en número de personas”. Conozco algún caso en que hay muchas solicitudes para entrar en una asociación, que sin embargo no son atendidas. No es un rechazo puntual, es algo general a todos que han intentado integrarse. Se opta por el control antes que por la ampliación. En mi opinión es un planteamiento erróneo. Necesitamos asociaciones fuertes y a ser posibles que tengan implantación en toda España. Esa posición de primar el control lleva al propio debilitamiento de la asociación, que también necesita relevos en su dirección y sabia nueva en cuanto al diseño de actividades. La alternativa a la “no ampliación” es “perder miembros asociados” (y es justo lo que pasa).

            Uno tiene la sensación de que para un leonés solo es correcto  lo que hace él personalmente o como mucho su grupo de referencia. Todo lo demás o no existe o tiene algún grado de imperfección.

            Este modo de ser y de actuar hace que cada leonés necesite “descubrir el Mediterráneo por sí mismo”. Entiendo que esto es un obstáculo importante para poder avanzar. En demasiadas ocasiones se parte de cero, cuando ya hay cosas que se han hecho anteriormente.

            Todo ello supone que los leoneses nos llenemos de múltiples asociaciones pero con muy pocos miembros cada una de ellas. Podríamos decir, sin caer demasiado en la exageración, que hay más asociaciones que personas que las integran. Si las examinamos una a una podríamos decir que “esta asociación” es la de “tal persona” y aquella otra la de… Puede ser más complicada la diferenciación de esas asociaciones por los objetivos que intentan perseguir. Es decir resulta más sencilla la diferenciación “nominal” que la vinculada a los  objetivos de las diferentes asociaciones.

            Si es verdad, que la presentación de un determinado estudio socialmente se tiende a considerar en mayor medida avalada por una asociación que por una determinada persona. Por ello es también relativamente frecuente que lo que hace alguien determinado se revista con el nombre de alguna de las asociaciones que controla. Eso es así hasta el punto de que alguno de los miembros de esa asociación (y que aparece entre los firmantes) ni siquiera conoce la existencia de ese estudio.

            Conozco algún caso, en que alguien elabora un determinado comunicado que firma en nombre de otra asociación sin que tenga la autorización pertinente para ello. Si a eso unimos una falta de prudencia en lo que se afirma, es normal que se produzcan tensiones y enfados.

            Recuerdo en unas elecciones generales en las que probablemente el leonesismo haya batido el récord Guinness del individualismo.  En las papeletas para la elección de senadores figuraba “Prepal (sección Garzo)” y “Prepal (sección Iglesias)”. Todo un resumen de ese individualismo leonés. La elección se establecía en función de personas y por supuesto confundía a aquellos que querían votar al Prepal y desconocían las pugnas personales que había.

            Para avanzar hay que hacer un esfuerzo de flexibilidad tanto en los contenidos como en las personas que vayan a tratar de hacerlos efectivos. Hay que priorizar lo que puedan ser los objetivos finales sobre la forma de tratar de llevarlos a cabo o los protagonistas que lideren ese proceso. Los egos personales son dificultades para poder avanzar. Así se han dado casos en que alguien firma un determinado documento que otra persona ha elaborado, pero que cuando se recibe el documento firmado se suprime esa firma por las discrepancias personales entre el firmante y quien ha elaborado ese documento.

            Estos importantes egos nos llevan a paralizar las acciones. Como reyes del “bla, bla, bla…” nos podemos sentar a debatir si son galgos o si son podencos, si es corcel, caballo o alazán, pero en demasiadas ocasiones nos quedamos en esos debates eternos. Entiendo preferible que no exista una total coincidencia en las cosas con tal que ello posibilite una mayor acción.

            Hay que hacer prevalecer los objetivos y fines a lo que puedan ser los protagonismos personales. Es necesario abrir las asociaciones para que ganen en número de personas aunque ello suponga pérdida de control. Pero es que la democracia es fundamentalmente eso, que el control lo ejerza la ciudadanía y no un pequeño grupo de personas.

jueves, 7 de marzo de 2024

¿CÓMO SE PASA DE UN 7.77% PRO-AUTONOMÍA DE CASTILLA Y LEÓN A UN 76,7%?

 


         La Diputación de León al inicio del proceso autonómico decide consultar a los ayuntamientos sobre el marco autonómico que deseaban. La encuesta se presenta en julio de 1.979 con estos resultados (atendiendo al total de encuestas recibidas):

·        León sólo                             56.48%

·        Con Asturias                        7,77%

·        Con Castilla-León               7,77%

·        Otras opciones                   13.48%

·        Con error, se inhiben

no asisten o no alcanza

mayoría ninguna opción    14.5%       

Sin embargo menos de un año después, en abril de 1980 un 76,7% de los municipios leoneses aprueban la integración en la autonomía de Castilla y León. Hay que tener en cuenta que la encuesta de la Diputación se hizo no a la ciudadanía sino a los propios ayuntamientos. Por eso mismo en esa encuesta se incluye el epígrafe de “con error, se inhiben  o no alcanza mayoría ninguna opción”. Es decir son los mismos los que responden a la pregunta y se pasa de un 7,77% de partidarios a un 76,7%. Claramente ello es indicador de que el proceso no fue democrático. La voluntad de las instituciones leonesas era “León sólo” (con una diferencia abismal sobre la opción de Castilla y León).

La explicación a ese cambio nos la daba con mucha claridad el que era en 1.983 portavoz de UCD en el Ayuntamiento de Ponferrada Luis Soto Pérez. Así decía “el sentimiento, la aspiración de TODOS los componentes de la Diputación, así como la mayoría de las mujeres y hombres de El Bierzo, era el optar por León sólo, lo que así se manifestó en la primera encuesta realizada entre los ayuntamientos. Si esto era una realidad, también es cierto que se planteaba otra cuestión tremendamente importante y es que a la hora de gobernar se encontraban ciertas dificultades porque había un grupo andalucista, un grupo catalán, otro vasco y algún otro diputado que estaba de forma independiente. Nuestro presidente provincial del partido (Rodolfo Martin Villa), que en aquel momento tenía bajo su  responsabilidad llevar a cabo el mapa autonómico de España llegó a la conclusión de que si proliferaban para lo sucesivo los entes autonómicos demasiado, llegaría un momento que el Congreso de los Diputados habría más diputados que intentarían defender los intereses peculiares de cada una de sus zonas que los intereses del Estado en su generalidad, de ahí su gran y sublime idea de atajar en parte todo aquello que se veía venir casi seguro” (Diario de León 16-1-1983).

Es decir en ese texto encontramos la explicación del cambio. Triunfaba el proyecto de Martin Villa de contraponer un supuesto “centro fuerte” (Castilla y León) a las periferias nacionalistas.

Hoy es evidente que el objetivo que perseguía Martin Villa con esa integración de León en la autonomía de Castilla y León es un rotundo fracaso. El poder de los nacionalismos periféricos es mucho mayor del que tenían en el momento en que León se integra en esa autonomía. Así que creo que Luis Soto se equivocaba cuando decía que “efectivamente lo atajo”.

Siguiendo con esa cita muy clarificadora este político de UCD nos dice: “por una necesidad de Estado se dijo sí a incluir a León en el ente castellano-leonés; por una razón de Estado se atendió aquella necesidad, no porque realmente lo desease el pueblo de León y mucho menos sus representantes. En aquel entonces se consiguió que cada uno olvidase los verdaderos deseos, sus máximas aspiraciones y logros para León en beneficio de algo que era más importante que era la consolidación del Estado”.

He querido contraponer los datos de la encuesta con lo que fueron los acuerdos de los Ayuntamientos. Por un lado era el deseo expresado con libertad en esa encuesta. Por el otro eran unos acuerdos de los ayuntamientos en los que prima la obediencia al ministro Martin Villa  (presidente en aquel momento de su partido en León).

El tiempo ha demostrado que esa integración de León en la autonomía de Castilla y León ha sido nefasta para los leoneses. Los datos al respecto son tan apabullantes que tampoco creo necesario insistir mucho en ello (lo he hecho en otros artículos y hay otros muchos estudios que avalan ese declive que por otra parte cualquier leonés lo puede ver). Pero es que tampoco la creación de la autonomía de Castilla y León ha sido buena para España. La unidad no se logra en modo imposición y lejos de crear un “centro fuerte” lo que hizo es crear un núcleo de discordia. La división se crea cuando “se junta” algo por imposición y contra la voluntad de la ciudadanía. 44 años después la Junta sigue intentando lograr esa unidad. Pero la historia nos sigue diciendo que existe León y que existe Castilla y que lo que sigue sin tener identidad es la de castellano-leoneses. Ello por muchos que sean los millones de euros que se han gastado en promocionarlo.

 



 

           

jueves, 8 de febrero de 2024

¿ USTED IMPORTA ?

 


            Todas las encuestas publicadas (incluso la auspiciada por la Junta de Castilla y León) llegan a la misma conclusión: Los leoneses desean que su Región sea una de las Comunidades Autónomas de España. Lo ratifican los acuerdos municipales en los que 62 ayuntamientos aprueban la moción leonesista frente a 7 que la rechazan. Por 20 votos frente a 4, la Diputación de León aprueba el que la Región Leonesa pase a ser una Comunidad Autónoma. Las mayores manifestaciones de la historia leonesa ratifican el amplio respaldo social a esa demanda de autonomía leonesa.

            Por otra parte, no hay manifestaciones que pudieran apoyar el permanecer en la autonomía de Castilla y León. Tampoco hay ni un solo sondeo que indique que se apoya esa integración. En 1983 la propia Junta de Castilla y León encarga un estudio a Sofemasa en el             que se concluye: “los leoneses tienen un sentimiento muy notorio de ser una entidad con identidad diferenciada de la castellana. El rechazo que manifiestan no es al hecho autonómico sino a una autonomía conjunta”.  Es decir el conocimiento de que esto es así, ni es nuevo ni resultaba desconocido para aquellos que impulsaron que la Región Leonesa se integrase en la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

            Por otra parte tampoco existen muchas dudas de que esa integración está teniendo unos efectos netamente negativos para los leoneses. Todos y cada uno de los estudios que se han hecho de la evolución de los indicadores demográficos y económicos llegan a la misma conclusión. Lo hacen por cuanto se basan en datos objetivos. Podría citar varios que analizan ese declive leonés. Pero ¿podría decirme alguien uno que simplemente mantenga no ya que nos ha ido bien esa integración, sino que por lo menos mantenga que no nos ha ido mal? Una vez más frente a los muchos estudios que afirman esa evolución negativa, no encontramos ninguno que nos diga lo contrario. Por otra parte muy pocos leoneses dudan de esa evolución negativa, los datos son apabullantes.

            En definitiva tenemos que es claro que los leoneses desean un marco autonómico propio y que también son conscientes de que el estar en el de Castilla y León tiene unas claras repercusiones negativas. Todo ello no es ajeno a algo que explica muy bien Belén Molleda en su artículo “León sin voz”. La estructura organizativa de los medios de comunicación prima las Comunidades Autónomas de modo que tiene mucho mayor protagonismo algo que pueda ocurrir en La Rioja o en Cantabria a lo que pueda pasar en León. Se nos invisibiliza.

            Por ello el tema no es tanto conocer lo que desean los leoneses o lo que puedan ser sus efectos. La cuestión central es saber si los diputados y diputadas actúan como representantes de la ciudadanía que les ha votado o son simplemente instrumentos de su partido. Dicho de otro modo ¿usted importa? . ¿A esos teóricos representantes de la voluntad popular les da igual lo que usted pueda pensar? Es evidente que hay una falta de sintonía entre lo que son los deseos de la ciudadanía y lo que expresan los cargos electos.

            La reivindicación leonesista es también una reivindicación democrática. Los cargos electos deberían ser representantes de aquellos que los han elegido. Esto no es así ahora, ni tampoco en el pasado. Cuando se crea la Comunidad de Castilla y León se conocía perfectamente que ello se hacía en abierta oposición a la voluntad de los leoneses. Sin embargo también se consideraba que lo que pensasen los leoneses importaba poco o nada. Todo ello se puede ver revisando las declaraciones de los políticos en los medios de comunicación de la época que también he recogido en mi libro “el proceso autonómico leonés”.

            La historia leonesa está muy ligada a los procesos democráticos. El propio himno recoge que el prestigio de León se basa en sus “concilios, fueros y leyes”. Es una paradoja que cuando España accede a la democracia se niegue el derecho a un marco autonómico propio a la Región Leonesa.

            Hoy es también evidente que tampoco se ha cumplido el objetivo de que la autonomía de Castilla y León actuase de “dique de contención” frente a los nacionalismos vascos o catalanes. Hay que recordar que Martin Villa era el ministro de Administración Territorial y por tanto el encargado de diseñar el mapa del Estado de las Autonomías. También hay que recordar su procedencia del franquismo.

            Por eso es importante que la ciudadanía leonesa reclame que es importante y que los diputados deben ejercer no sólo como representantes de un determinado partido, también lo deben hacer del territorio desde donde han sido elegidos. No todos los que son miembros de un partido deben votar igual en cada uno de los temas. Habrá cuestiones en los que la discrepancia sea en función del territorio por el cuál han sido elegidos. Cuando esto suceda habremos ganado en democracia y avanzado hacia una autonomía leonesa.

lunes, 5 de febrero de 2024

EL SENTIDO DE COMUNIDAD.

 


            No soy de las personas que piensa que más allá de España “se atan los perros con longaniza”. Tampoco soy de los que se exaltan y afirman que “somos los mejores” en casi todo. Más bien me encuentro entre los que piensan que hay cosas que hacemos mejor y otras peor.

            Para avanzar se hace preciso reconocer que hay aspectos que deberíamos mejorar. Por razones familiares he vivido durante un tiempo en Cambridge y he tenido la oportunidad de conocer algo de lo que es su modo de vida. Tal vez el asunto que en mayor medida me ha asombrado es su sentido de comunidad.

            He podido ver a padres recogiendo basura en el parque donde estaban jugando sus hijos. También a una mujer mayor por la calle con unos guantes y una bolsa adecentando la calle en la que vivía. Mientras paseaba vi un hombre mayor de rodillas recortando la hierba de unas instalaciones que eran de titularidad pública.

            Hay también muchos establecimientos de “charity” en los que por un lado se hacen donaciones y por otra se compra productos como ayuda a las personas más desfavorecidas. En las empresas es habitual que se establezcan por un lado donaciones a título de la propia organización, pero también otras a nivel de los empleados que la integran.

            Todo ello hace que se tenga la mentalidad de que aquello que afecta al medio social es responsabilidad de todos. Que no es algo que en exclusiva compete a la administración pública. Diría que en España es más habitual la reclamación para que se haga o se solucione tal cosa. Es decir demandamos que ese tipo de cosas las haga “la administración correspondiente”. No es frecuente encontrarnos personas que tomen la iniciativa en ser protagonistas en la solución de las cosas.

            Es cierto que también hay excepciones muy notables y en concreto en León. Entre ellas citaría a grupos como “los amigos del mocho” o también la Asociación de Pro Monumenta. Seguro que también habrá otras pero yo al menos en este momento son las que conozco.

            En todo caso creo que nos falta en general ese “sentido de comunidad”, de ir más allá de las reclamaciones y ser activos en alcanzar las metas que nos proponemos.

            Si considero que ese entorno es “mío” ello también me llevará a que tenga una actitud de respeto y evite conductas que llevan a su degradación. Podríamos decir que es la diferencia que en España puede haber entre tirar un papel en el suelo de la propia casa y hacerlo en la calle. Creo que nos falta esa conciencia social.

            Hubo un tiempo en que la capacidad de progreso económico de una sociedad estaba en función de los recursos naturales que pudiera tener. En parte puede seguir siendo así, sin embargo actualmente creo que lo que es fundamental es la mentalidad social. Por decirlo de alguna forma hoy “la riqueza” estaría más en “el cerebro” que en el subsuelo. Las grandes empresas a nivel mundial las podemos encontrar en el campo de la tecnología y el conocimiento. Por ello se hace necesario mejorar lo que puedan ser nuestros modos de vida también como una forma de implicación en la solución en nuestros grandes problemas (como puede ser el del cambio climático).

            El sentido de comunidad implica la percepción de que “todos somos parte del problema y también de la solución”. Que no nos sentamos a “ver los toros desde la barrera” (si se me permite el ejemplo).

            Como en muchas cosas creo que si miramos a nuestro pasado podemos encontrar, en mucha mayor medida, ese sentido de comunidad. En León estaban las “hacenderas” o “facenderas”. El pueblo se reunía en concejo y en el mismo se indicaba el área de mejora. Los vecinos se implicaban en las tareas a realizar para lograr ese objetivo. Otro ejemplo sería “la vecera” , en los pueblos se turnaban las tareas de pastoreo del ganado. Hoy sin embargo estas conductas han caído en desuso.

            También formaba parte de ese sentido de comunidad las costumbre de “el palo de los pobres”. De este modo se repartía la atención a “los pobres” entre los vecinos en función de aquel que le correspondiera en cada momento tener “el palo de los pobres”.

            Sin embargo al decaer ese medio rural también lo han hecho esas costumbres y con ello se ha perdido ese sentido de comunidad. Tal vez el mayor mérito de esa conducta de los ingleses es que han mantenido ese sentido de comunidad incluso en las conductas individuales. Es decir no han hecho necesarios acuerdos entre vecinos, sino que también a nivel individual han considerado que deben colaborar en mejorar aquello que nos pertenece a todos.

            El futuro será mejor si logramos avanzar en ese sentido de comunidad. La tarea no es sólo de “otros”, también es nuestra.

jueves, 11 de enero de 2024

REPRESENTANTES DE LA CIUDADANÍA O INSTRUMENTOS DE PARTIDO.

 


            Los representantes del PP en la Diputación de León han sido elegidos mayoritariamente por una candidatura alternativa a la que proponía la dirección del partido. Así 8 de los 11 diputados de ese partido en la Diputación corresponden al sector crítico y tan sólo 3 al sector oficial. Han  sido también patentes los choques hasta el punto que otra líder de su partido la llego a llamar “mentirosa compulsiva” a la presidenta de ese partido en León, Ester Muñoz.

            Todo ello podría poner en cuestión el papel que esa presidenta pueda ejercer como representante de las voluntades de los propios afiliados del PP en León. Podríamos decir que los datos no la avalan como una líder con respaldo social suficiente en su propio partido.

            Sin embargo el PP acaba de nombrar a Ester Muñoz como vicesecretaria de Sanidad y Educación de ese partido a nivel de toda España. Uno podría pensar que ello viene a ser una especie de “premio” por ser un instrumento al servicio de su partido. Sus insuficientes apoyos a nivel interno en León se compensan con cargos en Madrid.

            El debate entre “ser instrumento de un partido” o “ser representante de la ciudadanía” no es en absoluto específico de un partido político. Por ejemplo en CC.OO. se sustituye a Xoxepe Vega por alguien como Elena Blasco con nulo arraigo en León. Vendría a ser otro caso en que se cambia a alguien que era una persona identificada con los valores del territorio en el que se ubica, por una persona que fundamentalmente será un instrumento de su sindicato, aunque ello sea contrario a los deseos de los militantes leoneses. Incluso en ocasiones se opta por perder representatividad en un determinado territorio si ello se compensa con una mayor obediencia a lo que se marca en la dirección general. Ya veremos lo que puede suceder en las elecciones sindicales.

            Un caso más vendría a ser el de Pablo Fernández en Podemos. Este partido ha pasado de aspirar al “sorpaso” a ir directamente al “tortazo” y estar en grave riesgo su propia existencia. Debería reflexionar en que medida ese declive se debe a haber abandonado su condición de representante de aquellos que les habían votado. Pablo Fernández inicia  su andadura política en León, luego ya se traslada a Valladolid y ahora es habitual verle en las ruedas de prensa de su partido en Madrid. Sería otro caso más en el que se prima ser instrumento de su partido por encima de actuar como representante de aquellos que le han votado.

            Podría haber más casos y en otros partidos, pero creo que estos tres pueden ser suficientes para explicar lo que pretendo. He procurado además que se recojan diferentes ópticas políticas para que nadie piense que esto es privativo de una determinada ideología.

            Ahora quisiera mirar lo que fue el proceso autonómico leonés. Martin Villa procede del franquismo y es el ministro encargado de diseñar el mapa de las autonomías. Pero ese diseño lo hace alguien que no cree en ese modelo autonómico y plantea “un centro fuerte” que actué como contrapeso a los nacionalismos periféricos de Cataluña y Euskadi.

            En su plan los miembros de su partido en León los utiliza como instrumentos al servicio de sus intereses. Dejan a un lado su papel de representantes de la ciudadanía y pasan tener un carácter instrumental de lo que era la propuesta de Martin Villa. La exposición de Luis Soto que era portavoz de UCD en el Ayuntamiento de Ponferrada es clara.  Así dice: “el sentimiento, la aspiración de todos los componentes de la Diputación, así como la mayoría de mujeres y hombres de El Bierzo, era optar por León sólo, lo que así se manifestó en una primera encuesta realizada entre los ayuntamientos”.

            Sin embargo UCD desaparece como partido. Por ello mismo los diputados se ven libres de ejercer ese papel instrumental. En base a ello promueven una votación en la Diputación de León en la que se solicita abandonar el marco territorial de Castilla y León. Esa votación la gana la moción leonesista y lo hace por 22 votos frente a 4. Claro, para ello era necesario que UCD la votase favorablemente como finalmente hizo. A raíz de aquello Martin Villa no se presentará nunca más por León y prácticamente desaparece de la vida social y política leonesa.

            La democracia se asienta en el valor de la representatividad de la ciudadanía. Por ello sería entendible que dentro de un mismo partido pudiera haber votos diferentes e incluso discrepantes. Los bloques monolíticos son en su mayoría  ficticios.

            En definitiva abogamos por dar valor al concepto de representatividad de la ciudadanía. Que el protagonismo fundamental lo puedan tener los votantes. Evitar que se prime el ser instrumento de los objetivos de un partido, por encima de lo que puedan ser los deseos de la ciudadanía que le ha votado.