jueves, 27 de febrero de 2014

YO SOY ESPAÑOL.




            Recuerdo a la canción de un exiliado cubano que decía "cuando salí de Cuba deje enterrado mi corazón". A algunos leoneses que vivimos fuera de nuestra tierra nos pasa un poco lo mismo y volvemos de forma reiterada a ella a través de nuestros escritos.

            Siempre he defendido que existe un modelo leonés de España que se sintetiza en el concepto de "unidad en la pluralidad" y que se contrapone en la historia a otro castellano mucho más uniformizador. Sin embargo también creo que desde los diferentes nacionalismos periféricos se apuesta por ese modelo uniformizador de España. Tan sólo se distingue entre "ellos" y España. Como máximo y sólo como estrategia para ganarse el apoyo de otros partidos nacionalistas se acepta que otros territorios "no son España". Bueno eso no es el modelo leonés, que vendría a decir que España y españoles somos todos, para a continuación decir "pero diferentes". Por eso hoy reivindico mi condición de español. Si español que se alegra con un triunfo de Nadal, de la selección española de cualquier deporte o de cualquier éxito político o económico de España.

            Hay que denunciar a aquellos que se dicen de izquierdas pero que reivindican "que la riqueza es sólo mía" y denostan a los territorios con menos recursos  (¿no las recuerdan por ejemplo respecto a Extremadura?). A aquellos que van de progresistas por la vida, pero actúan como censores. Me ha pasado recientemente, en una importante librería demando una serie de libros y buscan los mismos a través del ordenador, cuando pregunto por "Breve historia de España" de Fernando García de Cortázar la respuesta de la empleada es "no ese seguro que no lo tenemos" y ni siquiera lo mira en el ordenador. Se da la circunstancia que el autor es de Bilbao pero ello no es óbice para que en esa librería no vendan libros que hagan referencia a España. Eso sí luego seguro que pondrán un poster de Mandela y se harán proclamas por la libertad de expresión. Son las abundantes incoherencias sociales que existen.

domingo, 2 de febrero de 2014

LA SOCIEDAD INDIVIDUALISTA ACTUAL Y EL SENTIDO DE COMUNIDAD.


                 A mi modo de ver existen actualmente muchos signos que nos dibujan un medio social en el que se prima el individualismo y se pierde el sentimiento de comunidad.

                Los medios tecnológicos hacen que cada vez la relación cara a cara se vaya perdiendo. El diálogo y la comunicación con  los otros pierden valor. Podemos pasear por nuestras calles y ver a muchas personas con auriculares en sus orejas,  ajenas al resto de lo que pasa a su alrededor. Eso es hasta el punto que cuando quieres comunicar con ellos para devolverles algo que se les ha podido caer, no es fácil que te puedan oír. Viven en su mundo ajenos a lo que pueda suceder a su lado.

                Internet y las redes sociales van cambiando el mundo. La visión en sentido geográfico se hace más extensa y podemos hablar con personas que se encuentran muy lejos en kilómetros. Sin embargo también creo que por otra parte esa visión se ha vuelto socialmente más reducida en cuanto nos hace desconocer la realidad más cercana, la de nuestro vecindario, la de nuestro barrio. Nos empobrece por cuanto elegimos los interlocutores, que vienen a coincidir con nuestro modo de pensar y así se hace complicado compartir puntos de vista distintos, incluso intercambiar pareceres.

                El propio desarrollo social favorece que cada vez se den conductas más individuales en los juegos. Muchas veces los niños y los jóvenes establecen más lazos de relación con sus máquinas y aparatos electrónicos que con sus compañeros. A diferencia de lo que sucedía en otras generaciones, se da en mucha menor medida el juego de grupo con otros compañeros. Ese juego tenía componentes de socialización en la cultura del esfuerzo. Hoy cuando vemos niños reunidos, no forman grupo  sino que son individuos que están unos al lado de los otros. No hay "juego social" (al escondite, a "pica", a "policías y ladrones", a las canicas...). No, hoy  nos encontramos con niños y jóvenes que juegan de modo individual con su ordenador. Esto supone también una crisis de los ideales sociales, que parecen haber quedado para otra época.