Escuchaba
hace unos días las declaraciones que hacía mi amigo José Luís sobre el proceso
a través del cual se había integrado León en el actual marco autonómico. En
aquel tiempo José Luis era alcalde de su pueblo y cuando les preguntaron por la
autonomía que deseaban, en la encuesta promovida por la Diputación, ellos
respondieron que les gustaría una autonomía leonesa. Sin embargo a instancias
de Martín Villa (José Luis era alcalde por UCD) rectifico y paso a defender la
integración en la autonomía de Castilla y León.
Los
motivos para cambiar esa postura fueron que era necesario hacer un “centro
fuerte” que sirviese de contrapeso a los nacionalismos que se daban en otros
territorios. Ni antes, ni tampoco ahora, José Luis creía que la autonomía de
Castilla y León sería beneficiosa ni para el conjunto de los leoneses, ni
tampoco para su pueblo. Sin embargo primó sacrificar los intereses de la Región
Leonesa a los del conjunto de España.
A
mi modo de ver José Luis cometió varios errores. El primero el considerar que
esa no era una decisión trascendente sino “una más” de las que se tenían que
tomar a lo largo del año. Frente a otras que eran decisiones de mera gestión
está si tenía una profunda carga política que iba a tener consecuencias
importantes tanto a nivel económico como cultural o identitario para todos los
leoneses. Hoy está convencido de que el resultado de entrar en esa autonomía ha
sido claramente negativo. También lo estaba el conjunto de la Diputación cuando
intenta rectificar y por 20 votos a 4 rechaza la integración en la autonomía de
Castilla y León. Debe ser que rectificar es de sabios y permanecer en el error
de ineptos, pero ya ven, aquí estamos
anclados en las cadenas de la ineptitud.