En
las investigaciones que se están realizando sobre el accidente del Airbus en
Sevilla parece que se ha detectado que el fallo que provocó ese accidente fue
relativo al software de control de los motores. Esa tragedia surge cuando el
sistema informático actúa de forma errónea sin que los pilotos puedan
rectificar su comportamiento. Esto es así hasta el punto de que como medida
correctora el fabricante ha impulsado el
que los pilotos puedan tener un botón que desconecte esos mecanismos y así
puedan recuperar el mando del avión. Diríamos que este es el peligro de cuando
“la máquina domina al hombre”.
A
mí este trágico suceso me ha llevado a reflexionar sobre una sociedad en la que
cada vez más las personas se van haciendo más dependientes de los instrumentos
y la tecnología. Es una cierta pérdida del norte sobre “quién manda sobre
quién”. Es lo que llamo en este artículo “recuperar el mando” al modo que lo
han hecho (o lo van a hacer) en el Airbus.
La tecnología debe ser un factor que ayude
a favorecer impulsar nuestras potencialidades pero no a sustituirlas. No
puede ser que el desarrollo de esos medios tenga entre sus consecuencias la de
“usted no haga nada, que el medio tecnológico lo hace todo”. Esto hace que cada
vez se acreciente más el ser sujetos pasivos tanto a nivel de pensamiento como
de acción. Se sustituye el “hacer” por
el “ver lo que ha hecho otro”.