viernes, 19 de junio de 2015

RECUPERAR EL MANDO.


 
            En las investigaciones que se están realizando sobre el accidente del Airbus en Sevilla parece que se ha detectado que el fallo que provocó ese accidente fue relativo al software de control de los motores. Esa tragedia surge cuando el sistema informático actúa de forma errónea sin que los pilotos puedan rectificar su comportamiento. Esto es así hasta el punto de que como medida correctora el fabricante  ha impulsado el que los pilotos puedan tener un botón que desconecte esos mecanismos y así puedan recuperar el mando del avión. Diríamos que este es el peligro de cuando “la máquina domina al hombre”.

            A mí este trágico suceso me ha llevado a reflexionar sobre una sociedad en la que cada vez más las personas se van haciendo más dependientes de los instrumentos y la tecnología. Es una cierta pérdida del norte sobre “quién manda sobre quién”. Es lo que llamo en este artículo “recuperar el mando” al modo que lo han hecho  (o lo van a hacer) en el Airbus.

            La tecnología debe ser un factor que ayude a favorecer impulsar nuestras potencialidades pero no a sustituirlas. No puede ser que el desarrollo de esos medios tenga entre sus consecuencias la de “usted no haga nada, que el medio tecnológico lo hace todo”. Esto hace que cada vez se acreciente más el ser sujetos pasivos tanto a nivel de pensamiento como de acción. Se sustituye el “hacer” por el “ver lo que ha hecho otro”.

martes, 2 de junio de 2015

GANADOR DE LAS ELECCIONES: LA CRISPACIÓN.


 
          Tras el 24 de mayo y ante la pregunta ¿Quién ha ganado? uno diría que el ganador de estas elecciones ha sido la crispación y el que las ha perdido es la tolerancia. Hemos convertido al adversario político en el enemigo al que se odia y al que todo lo que se haga parece aceptable. El linchamiento del contrario es algo que va cobrando carta de normalidad, lo cual es muy peligroso.

          Hay medios de comunicación y periodistas que alimentan con claridad el que se construyan trincheras desde la cuáles lo único que se puede hacer es atacar con todos los medios a aquellos que no piensan como yo aún cuando se pueda caer en la difamación. Es el “todo vale” si es para desprestigiar al contrario político. He visto como desde esos medios se ensalzaba a los que impedían a alguien repartir su propaganda y pedir el voto a  la ciudadanía. Se han reventado más mítines que nunca y tal vez también menos que nunca hemos sido capaces de escuchar. Hay que alzar la voz y decir que el grito está sustituyendo a la palabra. El monólogo de un discurso sustituye al debate que nos puede aportar visiones contrapuestas. Desde la cerrazón no nos escuchamos más que a nosotros mismos o impedimos que los que no piensan igual que mi cadena de televisión  puedan tener oportunidad de expresarse. Se va directamente al linchamiento mediático. Tal vez en algún momento haya que pedirles responsabilidades. Por cierto he de decir que este medio desde el que leen este artículo siempre ha sido respetuoso con sus contenidos con independencia de que como línea editorial los pueda compartir o no.