martes, 20 de diciembre de 2016

TENDRIAÍS QUE HABER HECHO...


 
            He escuchado en reiteradas ocasiones la apelación al “tendríais que hacer”, “deberíais haber hecho”… Son personas que identificándose con los fines de una determinada acción se limitan a ver los “toros desde la barrera” y curiosamente demandan “más” de aquellos que ya se están movilizando en algún sentido. Ellos no hacen pero si demandan que aquellos que actúan con  algún objetivo lo hagan  con una mayor intensidad.

          Es una curiosa mezcla entre apoyo (se identifican con lo que se hace) y crítica (demandando hacerlo en mayor medida). Habría que explicarles que alcanzar unas determinadas metas se hace desde la implicación en las tareas para lograrlas. No es admisible la crítica cómoda de aquellos que “sin hacer” demandan “que otros hagan”.

          Tomar decisiones en cualquier ámbito llevará siempre asociado la posibilidad de equivocarse. Avanzar en cualquier tarea puede suponer que no siempre se  tomen las decisiones correctas, algo que entiendo se debe asumir desde la naturalidad y procurando que esos errores sean los menos posibles y los de menor trascendencia. En todo caso creo que es preferible avanzar cometiendo algún error, que las actitudes pasivas de esperar que “otros hagan por nosotros”.

          En el actuar hay un abanico muy amplio de posibilidades. Cada uno puede hacerlo desde su propia perspectiva, capacidades o forma de ser. No es posible ni deseable que “todos hagan lo mismo”. Un objetivo común puede ser abordado desde formas muy diversas. Será un reto conjugar diversidad con unidad en un proyecto compartido. La amalgama para lograrlo debe ser el respeto a lo que hace el otro, sin pretender nunca que lo haga como “a mí me gustaría que lo hiciese”. La unidad se consigue desde el respeto a la diferencia y no desde la uniformidad. El propio modelo leonés de España iría en ese sentido.

sábado, 17 de diciembre de 2016

LOS DESEOS PARA LA NAVIDAD Y EL NUEVO AÑO


       Que el fluir del tiempo en el pozo de la vida sea gozoso.

       Que la paloma de la paz y la concordia este presente y vigilante en el devenir del nuevo año.

       Que el agua sea alimento de vuestras esperanzas.

domingo, 11 de diciembre de 2016

SOBRE “LO VIRAL”.



          Lo asumo, este artículo nunca será “viral”. Me consuela que en general no hay artículos de opinión que “sean virales”. Sin embargo cada vez es más frecuente que en los medios informativos se haga alusión a “algo” simplemente por alcanzar un elevado número de reproducciones. Si vamos al Diccionario de la Real Academia Española podemos ver que “viral” es aquello “perteneciente o relativo a los virus”. En comunicación desconocemos si se ha tomado la referencia a “lo viral” en base a la facilidad de propagación o a su capacidad para infectar/contaminar el medio.

          La referencia es “la cantidad” y no se tiene en cuenta  “la calidad”. La imagen es esencial en lo que constituyen “los fenómenos virales”, todo lo que signifique leer o implique algún tipo de reflexión queda apartado de “lo viral”. El éxito se mide en el número de repeticiones asociadas a ese video o tuit. Eso sí, que sepamos, todavía nadie ha definido las veces que  debe repetirse algo para que llegue a ser denominado “viral”. La facilidad de propagación es un signo de interés y promueve que desde los medios de comunicación se hagan eco de esos fenómenos virales lo que lleva a se acentúe su difusión.

          También tenemos que otro elemento que caracteriza este tipo de cosas es el de “la fugacidad”. Por un lado suelen ser vídeos de corta duración y por otro  tienen una muy limitada permanencia en el tiempo. Aparecen y desaparecen con la misma rapidez que se emplea para verlos. Sin embargo las obras verdaderamente relevantes (en literatura, en arquitectura, en música, en ciencia…) son las que perduran en el tiempo. A los pocos días (incluso horas) lo que era relevante deja de serlo para siempre. Son destellos, fogonazos de colores que quedan en nada. Falta la solidez de los cimientos que sostienen el edificio social, aquello que siendo menos visible es fundamental para que la construcción no termine cayéndose.