domingo, 22 de julio de 2018

SER DISTINTOS SIN DEJAR DE SER IGUALES.




          En unas pasadas declaraciones (con el PP en el Gobierno)  el líder del PNV (presidente del EBB) Andoni Ortuzar decía que "esperaba  que a Madrid se le pasase la fiebre del Cid Campeador" algo que vinculaba a un "nacionalismo rampante españolista que lo está contaminando todo". Todo ello lo dice aquel que propugna "un reconocimiento mutuo y una relación BILATERAL" en base al cual se dé forma a un nuevo marco estatutario para Euskadi.

            En ese discurso tan uniformizador como el que más, establece que hay "dos" partes, Euskadi y España. En ese discurso no hay reconocimiento a la propia pluralidad política y social de cada una de ellas.  Los diferentes sondeos son coincidentes en valorar que el sentimiento independentista no sólo es minoritario en Euskadi sino que también marca una tendencia claramente descendente en su nivel de apoyo (en este momento no más allá del 35%). Incluso entre los propios votantes del PNV la apuesta por la independencia es minoritaria. Conocedores de ello  tratan de "envolver" ese discurso en forma de relación "bilateral", al modo de la que pueda tener España con Francia o con Alemania.

            En esa estrategia la "España del Cid Campeador" es un buen aliado de las fuerzas nacionalistas. Es una estupenda referencia para aquellos que rechazan España y lo español. Por ello mismo no es casual que el líder del PNV lo haya utilizado en su discurso.

            En mi opinión se hace absolutamente necesario y hasta casi ineludible el hacer un esfuerzo por cambiar la imagen de España y de lo español que aún tiene excesivos resabios de la dictadura franquista. Si hay algo que favorece las posiciones independentistas es este tipo de asociaciones (por eso las utilizan).

            Por el contrario vincular España a la Cuna del Parlamentarismo o ser impulsor del reconocimiento de diferentes derechos y libertades a través de los fueros, fortalece el concepto de lo español.

            La unidad se alcanza desde el reconocimiento de la pluralidad y la diversidad. Es conjugar el ser distintos sin dejar de ser iguales. Es un concepto radicalmente diferente de aquellos que desean situarse en un plano superior a los demás. También lo es de aquellos que nos dibujan una España con bata de cola.

            El Regnum Imperium Leonés ha sido paladín de esa "unidad en la pluralidad". No es el modelo de las "relaciones bilaterales" que únicamente se basan en contraponer dos unidades por cuanto consideran que la parte a la que ellos representan tiene unos derechos que al resto no le corresponden. Sánchez Candeira en su obra El Regnun Imperium Leonés hasta 1037 dice "La idea hegemónica del Reino de León se aviene perfectamente el concepto de «imperio» tal y como se entendía en la Europa medieval; esto es, como un organismo unificador, verdadero superestado encaminado a crear una unidad por encima del particularismo representado por los diversos reinos que dentro de él conservaban su independencia". Así el modelo de referencia será Gran Bretaña como un modo de conjugar diversidad y unidad.

jueves, 5 de julio de 2018

¿Qué ESPAÑA?




          En este momento histórico es particularmente importante definir lo que se entiende por España. Desde algunas fuerzas nacionalistas se ha abandonado el concepto de “independencia”, tal vez por su insuficiente aceptación, y se ha sustituido por el de la “relación bilateral”. Para ello establecen dos partes, una de ellas es su territorio de referencia (Euskadi, Catalunya…) y la otra “España”. Es una visión uniformizadora que únicamente distingue y opone dos polos. Ni siquiera queda muy claro,  en esa relación “bilateral”, donde  incluirían los nacionalistas vascos a Catalunya o los nacionalistas catalanes a Euskadi. No veo sustancial diferencia entre lo que es ese modelo de relación y el que pueda existir entre Francia y España o Italia y España.

            Es el modelo que niega formar parte de un proyecto común (España) y se consideran que ellos mismo son “el todo”. Estas teorías rupturistas llevan consecuencias  muy peligrosas tanto en el ámbito de la convivencia social como en lo que son las condiciones de vida y bienestar de la ciudadanía.

            Desde otros polos ideológicos se viene a defender un modelo de España basado de modo exclusivo en dar respuesta a los que no se sienten españoles. El resto del territorio no cuenta. Yo diría que es un modelo que alienta el secesionismo. Es como decir “para que a usted se le tenga en cuenta debe amenazar el proyecto común de España”. En mi opinión es también un camino equivocado. Se hace necesario y hasta urgente el recuperar la defensa de España y de lo español desde la izquierda. Diría que a veces esa supuesta izquierda ha venido a defender los privilegios de los poderosos frente a los territorios con menor poder económico y político.

            Hay personas (como yo mismo) que siendo y sintiéndose españoles sin embargo no compartimos el actual modelo de organización territorial. Esto hace que para algunos seamos unos nacionalistas y nos asocien a modelos territoriales a los diría que combatimos. Nos resulta complicado explicar que la defensa de la identidad leonesa no tiene nada que ver con los planteamientos de los partidos nacionalistas. Espero que este artículo ayude a explicar lo que son nuestros puntos de vista.

            La España plural que defendemos no puede ser nunca la que recoja modelos de “relación bilateral”. El reconocimiento de la diversidad no puede estar en oposición a la igualdad de derechos. La historia es un recorrido a través de los siglos y no cabe vincularla a unos pocos años (con lo cual habría que hacer una relectura de lo que son y significan las llamadas “nacionalidades históricas”).

domingo, 1 de julio de 2018

LO MALO, NO ES BUENO.




            Ya comprendo que al leer el título de este artículo, lo habrán asimilado a una perogrullada. Les comprendo, yo en buena medida también lo puedo considerar así. Sin embargo, a la vez,  creo que se hace necesario reivindicar a ese Pero Grullo que aparece en la Pícara Justina. Tratare de explicarme a lo largo de este artículo de opinión.

            Yo no logro entender que en el medio social actual y en diferentes formatos se haga “elogio del mal”. El “ser malo” se considera en diferentes ámbitos como un atributo positivo de alguien. Así hablamos de “chicas malas” o “chicos malos” y se presume de ello en camisetas o en cualquier otro formato. Se presume de “ser malo” y produce vergüenza el “ser bueno”. Seguro que les sobran ejemplos a los que asociar imágenes de personas que se vinculan a esos conceptos de “ser malo”, pero difícilmente encontrarán alguno que en sus camisetas o ropa lleve algún tipo de distintivo de “ser bueno”. Diseñadores de todo el mundo han contribuido a crear imagen de marca de “chicas malas”.

            Así se ha ido creando una imagen de que vincula “lo malo” a lo inteligente. El “listo” es aquel que se salta la norma y el “tonto” el que la cumple. No es extraño que luego sea bastante habitual que se cuelguen vídeos presumiendo por ejemplo de “conducir sin manos” o ir a más de 200 kilómetros por hora en carreteras que no permitirían a ir a más de 100. El “balconing” o los individuos que cometen agresiones de diferente tipo y forma que cuelgan luego en las redes sociales, vendrían a ser otros ejemplos de este tipo de cosas.

            El malo o la mala parecen tener un atractivo sexual del que carecen el bueno o la buena.  Tal vez en ello tenga mucho unas normas religiosas que condenaban como algo malo diferentes formas de expresión sexual y prohibían, por ejemplo, que una mujer pudiese acudir mostrando sus brazos a un oficio religioso. Muchas veces la evolución social sigue la ley del péndulo y ello ha podido provocar que desde el “todo está prohibido” hayamos derivado al “todo está  permitido”. Que se haya producido una falta de definir con mayor claridad lo que pueden ser códigos éticos de conducta.