Esta
expresión se ha venido a utilizar como referencia a que en determinadas
ocasiones se invierte la tendencia de las cosas y se hace primero lo que más
bien correspondería hacerlo en último lugar. Su origen se debe a que en
ocasiones al sacar el rábano de la tierra, ya sea por inexperiencia o por
excesiva brusquedad, hay personas que se quedaban con las hojas y perdían el
rábano.
En general
diría que este dicho es una llamada a actuar con cautela para evitar los
errores que se cometen por atolondramiento.
En mi
opinión este tipo de actuaciones se producen tanto en las grandes decisiones
como en otras de menor implicación social. Un ejemplo de ello sería la decisión
de Gran Bretaña de salir de la Unión Europea.
Uno no llega
a entender que primero se haga un referéndum sobre si se quiere salir o no de
la Unión Europea y que sea luego cuando se negocien las condiciones de esa
salida. Creo que la información sobre el acuerdo de ruptura y las consecuencias
que se podrían derivar del mismo, podría condicionar claramente el resultado de
ese referéndum. Por eso puedo entender que una vez se hubieran pactado esas
condiciones haya personas que demanden un segundo referéndum.
A mi modo de
ver esto es algo que también algunas veces sucede con las Comunidades de
Vecinos. Primero se pacta hacer una determinada obra y luego se solicitan
presupuestos que indiquen los costes y el modo de efectuar dicha obra. Aquí
también creo que se “coge el rábano por las hojas”. Claramente la información
del coste y del tipo de obra sería clave para determinar si estamos a favor en
contra de ella.
En el
denominado “Brexit”, el acuerdo de las condiciones de salida es algo que se
negocia entre dos partes. No es unilateral. Tampoco creo posible el estar en
una indefinición permanente sobre lo que pueda ser ese proceso. En todo caso es
perfectamente razonable que haya personas que puedan decir “quisiera la salida
de la Unión Europea pero en las condiciones que se han pactado ya no me
interesa”.