sábado, 29 de febrero de 2020

EL VALOR ECONÓMICO DE LA IDENTIDAD LEONESA.


            

            La identidad leonesa no es sólo un valor sentimental o cultural sino que tiene un indudable valor económico al que tratare de referirme. En toda estrategia de marketing, hay un importante valor que se mide en cualquier estudio: LA NOTORIEDAD. Cualquier marca comercial para vender sus productos debe conseguir entrar en la mente de aquellos que son sus potenciales clientes, de modo que en un momento dado puedan tener en cuenta dicha marca a la hora de elegir un producto.



            La notoriedad de la marca la podríamos asociar a su propia carta de existencia. Si un determinado producto no lo conocemos, ni siquiera entraremos a valorarlo. Por eso mismo tendemos a dar un valor inferior a lo que no conocemos frente a lo que conocemos. Así las posibilidades de elegir Coca-Cola como marca serán muy superiores a las de optar por Kaskol. Por ello las marcas gastan muchos millones de euros en recordarnos a cada momento que están allí, que existen, que forman parte de nuestro universo común. En ese existir tratan de remarcar su propia diferenciación como marca frente a otras de su competencia.



            Si esto ocurre con las marcas comerciales, podemos decir que está situación no es diferente de lo que ocurre en el ámbito territorial. Así los diferentes países y regiones tratan de reforzar su notoriedad para captarnos como turistas o para que tengamos en cuenta su oferta comercial y la diferenciemos positivamente frente a otros competidores.



            ¿Qué ocurre con León? Pues diríamos que su notoriedad como “marca” comercial ha perdido muchos enteros al no tener el reconocimiento como región y como una de las comunidades autónomas españolas. Desde los medios de comunicación reiteradamente se habla de León como una parte de Castilla, se asocia los Picos de Europa a Asturias o se tiende a establecer una identidad entre El Bierzo y Galicia. Esta situación hace que León como marca haya perdido una notoriedad muy importante y que como he tratado de señalar anteriormente  ello suponga que se haga más complicado el vender un producto con la marca “León” o “leonés”.

            Además de notoriedad las empresas tratan de marcar un POSICIONAMIENTO EN EL MERCADO que las diferencia positivamente de sus competidores. Es remarcar la propia personalidad de la marca en los más diferentes aspectos. El Banco Santander se ha tendido asociar alrededor del concepto “innovación” y del “valor de las ideas”, Coca-Cola es la “chispa de la vida”… Cada marca trata de definir su personalidad y proyectarla positivamente sobre el mercado. El acertar o no en este punto puede ser básico para su éxito o su fracaso. Son muchos millones de Euros los que cada empresa gasta anualmente para dotar de una personalidad positiva a su imagen.



            También en el marketing social existe un esfuerzo indudable en remarcar esa imagen a través de muy importantes campañas. Sólo por recordar algunas en el plano comercial podríamos hablar de “Galicia calidade” o en el turístico de “Asturias Paraíso Natural”. Es el esfuerzo para proyectar una imagen positiva de esas Comunidades en el resto de España.



            ¿Y en la Región Leonesa? Evidentemente no sólo no se ha hecho nada para destacar su personalidad y mejorar su posicionamiento sino que el esfuerzo realizado es para diluir la identidad leonesa. Se evitan destacar sus rasgos diferenciales y propios para así construir un marco artificial de una Comunidad Autónoma, basada en engullir tanto la personalidad leonesa como la castellana. Se trata de crear a golpe de talonario una identidad inexistente como es la castellano-leonesa. ¿Qué repercusiones tiene todo ello? Pues que desde un plano de promoción turística ni por tipo de clientes, ni por tipo de recursos turísticos se puede unificar los territorios castellanos y los leoneses. ¿Se puede vender turismo en los Picos de Europa y a la vez identificar a León como una parte de Castilla? En Avila habrá que vender turismo de fin de semana para los madrileños y en León habrá que enfocar nuestra potencial clientela más a territorios próximos como Asturias o Galicia. No creo posible hacer una oferta única a nivel de turismo o incluso de oferta comercial por cuanto la propia denominación de la Comunidad hace referencia a DOS REGIONES, LEON Y CASTILLA.



            En ese sentido potenciar la identidad leonesa es potenciar el futuro de León. Cuanto mayor notoriedad y posicionamiento definido tenga León como marca, más posibilidades tendrá de ganar cuota de mercado en una sociedad altamente competitiva. Un León olvidado y sin personalidad es también una marca vieja que el consumidor progresivamente va olvidando.



            En ese sentido pensamos que el desarrollo de León y su porvenir esta intrínsecamente asociado a su capacidad para hacer llegar al resto de los españoles el que León es una REGIÓN con una personalidad diferenciada. Para ello sería necesario contar con los recursos tanto de la administración pública como privada. No podemos seguir admitiendo que en un catálogo turístico al hablar de un hotel situado en Posada de Valdeón nos lo ubique en Asturias y se diga “situado en el Valle de Valdeón que conserva los bosques más frondosos dentro de los Picos de Europa contrastando con el paisaje de la meseta leonesa (Riaño , etc.…)”      . Mientras este tipo de atentados contra la identidad leonesa no tengan una contestación desde las autoridades administrativas difícilmente podrá darse un desarrollo económico leonés.

miércoles, 19 de febrero de 2020

LA PALETA MADRILEÑA.




          La señora Ayuso presidenta de la Comunidad de Madrid ha tenido la osadía de llamar “paletos” a los leoneses que reivindican que nuestra Región tenga una autonomía propia. Lo hace tan sólo dos días después de una de las mayores manifestaciones de nuestra historia. Por cierto esas manifestaciones mayoritarias siempre han tenido contenido leonesista (antes y ahora).

            Más allá del insulto a los leoneses diría que el mismo se extiende a los diferentes pueblos de España. Es un signo de persona supremacista madrileña que desprecia a los pequeños pueblos. No es muy diferente de aquellos que postulan y se creen una raza superior. Nosotros somos el centro del mundo y el resto un conjunto de paletos.

            Uno diría que además llueve sobre mojado. Hace unos días el secretario general del PP de Castilla y León venía a decir que hay que comprender que los concejales del PP de los pueblos no tienen ni la formación ni la información de los de la ciudad. Vamos que como son unos “paletos”, por eso votan por una autonomía leonesa. O también que para encontrar a “los listos” hay que irse a las ciudades que claro curiosamente son más sumisos a los planteamientos del partido. No es muy distinto de lo que manifestaba la señora Ayuso.

            Hay una falta de respeto apabullante a los pueblos, a todos los pueblos. Esa chulería sobra y se necesitan un reconocimiento importante a todos aquellos que luchan por buscar medios de vida en las poblaciones rurales o en las pequeñas ciudades. Se ha insultado a sus propios concejales y a muchos de sus votantes.

            Hay que reivindicar otra España. Muchos no estamos ni con la chulería madrileña de la señora Ayuso ni tampoco con los independentistas de cualquier parte de España. Ambos comparten el desprecio al resto de los territorios. En el caso de los independentistas catalanes habría que recordar sus diatribas contra Extremadura o contra Andalucía.

            La España plural es aquella que no entiende que en un enfrentamiento deportivo entre dos equipos españoles se utilice la bandera de España como signo de identidad con uno de ellos. También es esto un punto en común con los independentistas por cuanto divide los equipos entre uno “que es España” y otro “que no lo es”. Los paletos entre tanto vemos a dos equipos españoles. Además preferimos ser simpatizantes de la Ponferradina, la Cultural, el Zamora, Unionistas o Astorga.

    

sábado, 8 de febrero de 2020

AUTONOMÍA PARA LOS RICOS.




          En el debate sobre la autonomía leonesa he podido leer argumentos de lo más variopintos. Alguno de ellos venía a decir que una autonomía leonesa no era posible por los pobres datos económicos de las provincias de León, Zamora y Salamanca. Vamos es como decir que sólo los ricos tienen derecho a formar un marco autonómico propio. Los pobres deben resignarse y como mucho pueden tener el derecho al pataleo.

            Quienes tienen este tipo de planteamiento igual tendrían que explicar si sería conveniente suprimir la autonomía de Extremadura. Pero claro, no tengan ninguna duda, para ello tendrían que contar con la oposición de la gran mayoría de extremeños. Creo que este ejemplo sería más que suficiente como para deslegitimar a aquellos que quieren unir poder económico y derecho a un marco autonómico diferenciado.

            Aquellos que defienden este tipo de argumentos nos dibujan un panorama económico de la Región Leonesa muy negativo. En eso existe coincidencia con lo que son los planteamientos leonesistas. En lo que diferimos es en la interpretación de los datos.

            Hay consenso en que los datos actuales, son claramente negativos. Para los leonesistas ello es en buena medida son consecuencia del marco autonómico que contribuye al deterioro de nuestra economía. Es decir se basa en datos reales y se compara  como estábamos al iniciarse la autonomía de Castilla y León, y su evolución hasta el día de hoy. Esos son datos verificables y que tampoco plantean demasiada discusión. Estamos mucho peor.

            Desde esa evidencia habría que analizar las causas de esa evolución. Para nosotros es claro que la centralización de servicios en Valladolid y la falta de reconocimiento de una identidad leonesa que dé valor a sus productos sería uno de los motivos importantes de este declive.

            Uno diría que “si algo funciona mal” hay que cambiarlo. Como decía en alguno de mis artículos “los errores no caducan” y hay que hacer lo posible por modificar aquello que no está bien.