sábado, 27 de febrero de 2021

MÓVIL DEPENDIENTES.

 


          Esta sociedad nuestra es cada vez es más dependiente del móvil. El teléfono lo utilizamos para pagar los artículos que hemos comprado, para hacer una transacción financiera, para comprar un billete de autobús, para hacer una reserva… Sí, para mil cosas más.

            Además ese uso crece día a día. Las empresas fomentan que utilicemos el móvil para cada vez más tareas. En ello claramente se busca el disminuir sus costes y ahorrarse personal. Además se le da una cobertura ecológica que siempre queda bien. Se reviste el evitar costes de personal con el ahorro de papel.  Cada vez es más frecuente que se paguen las compras o se acceda a un autobús con el móvil.

            Pero claro todo ello crea una gran dependencia del móvil. Nos hace “móvil dependientes”. Si por cualquier motivo nuestro móvil no funciona, o lo hemos olvidado en algún sitio, ello nos crea un verdadero problema por cuanto son muchas las funciones que hacemos con el móvil.

            Por otro lado esta móvil dependencia lleva a la discriminación de todos aquellos que ya sea por edad o por otro motivo no saben utilizar este instrumento o simplemente no desean utilizarlo. También lo es para aquellas personas que “queriendo y sabiendo” no tienen los recursos suficientes para soportar los gastos que supone el tener un móvil y el consumo asociado al mismo. Hemos visto que en la pandemia ha existido una dificultad para seguir las clases virtuales. Hay que tener en cuenta que sigue habiendo personas que no disponen de ordenador o no tienen acceso a internet.

            Una de las máximas que se tienden a considerar como “básicas” para realizar inversiones es la de “evitar poner todos los huevos en la misma cesta”. Es un modo de evitar riesgos a través de la diversificación. Sin embargo en el caso del móvil lo que se hace es concentrar riesgos en un único instrumento. También ese riesgo sería a nivel de la propia seguridad. Un olvido, un robo, una avería… cualquier cosa que pueda ocurrir al móvil afecta a las cosas que podamos estar haciendo con él.

            Incluso aunque se rechacen las aplicaciones financieras en el móvil, las entidades te mandan las claves para operar a través de un sms a tu móvil. Recuerdo que un alto directivo de un banco me hablaba de que el banco le pedía el móvil de su madre y él tenía que decir que era una persona dependiente que no tenía móvil. No es fácil que se asuma que hay sectores de la sociedad que no entran en ese perfil y que no es admisible que se les discrimine.

            El móvil nos ha aportado muchas cosas positivas. No quisiera que vean este artículo como una oposición a su implantación. Ha favorecido nuestra comunicación, ha facilitado la vida a muchas personas. Creo que para muchos el mayor castigo sería el que se les privase del uso de su móvil durante un tiempo. De hecho es un recurso que los padres suelen utilizar con sus hijos.

            Han aumentado las relaciones que establecemos a través del móvil con otras personas. Ello ha favorecido la comunicación con aquellos que viven lejos de donde residimos. Sin embargo también hay que decir que ello también ha sido a costa de que se hayan resentido las comunicaciones personales.

            Podríamos decir que con el móvil las comunicaciones han ganado en extensión pero han perdido en profundidad. Es decir llegamos a más personas pero lo hacemos con una intensidad menor. La comunicación se reduce a unas pocas frases y en muchas ocasiones simplemente a imágenes ya sea en fotografías o videos. No deja de ser un signo de todo ello el que la red social que va ganando cada vez más adeptos sea precisamente Instagram.

            También podemos decir que esas comunicaciones han perdido en originalidad. Somos en gran medida “replicantes” de lo que hacen otros, pero raramente expresamos nuestros propios criterios. Simplemente nos limitamos a seleccionar aquello que nos llega y replicarlo a otros. Es decir se sustituye el pensamiento propio por el que nos “fabrican otros”. Ello hace que como sociedad estemos perdiendo en capacidad de reflexión.

            Además podemos decir que las redes sociales son en buena medida canales de comunicación bastante viciados. Se seleccionan los grupos en función de las afinidades de pensamiento. De este modo en buena medida se retroalimentan. Esto ha hecho que se sustituya el debate y la tertulia por la adhesión o el insulto. Hay poca oportunidad al contraste de opiniones o a trasmitir algo a la sociedad en su conjunto. Se fomenta la división en grupos con escaso contacto entre ellos. Hay poca oportunidad a contrastar ideas.

            Esta móvil dependencia seguirá en el futuro (al menos en un plazo próximo). Creo conveniente arbitrar medidas para que no vaya a darse una  exclusión social de distintos colectivos y también para evitar una dependencia excesiva que suponga incrementar los riesgos.

miércoles, 24 de febrero de 2021

 

MEMORIA LEONESA.

          Hay que reconocer que son muy pocos los que escriben en defensa del actual marco autonómico. Incluso cabe decir que esos pocos, lo hacen más denigrando a los que apostamos por una autonomía leonesa que defendiendo una autonomía de Castilla y León.

            Entre esas pocas personas ha habido alguien que interpreta la reivindicación de una autonomía leonesa como el resultado de una pugna entre el alcalde de León (José Antonio Díez) y el de Valladolid (Oscar Puente). En ese sentido desde su punto de vista era una pugna interna dentro del partido socialista.

            Entre los “argumentos” que destilaba en su escrito se podía leer que los que defendemos una autonomía leonesa éramos “verduleros”, “majaderos” y “farsantes”. Uno cree que es que aquel que carece de razones tiende a esconderse en los insultos.

            Por eso creo es bueno recordar que la reivindicación leonesista no es algo de hace “cuatro días”. En enero de 1983 se da a conocer un estudio de Sofemasa que había encargado la Junta de Castilla y León. En ese estudio se dice: “los leoneses tienen un sentimiento muy notorio de ser una entidad con identidad propia, bien diferenciada de la entidad castellana”. Al mismo tiempo añaden: “el rechazo que manifiestan los entrevistados leoneses no es tanto hacia el hecho autonómico en sí, como hacia una autonomía conjunta”. Ya ven, eso se dice en un estudio que había encargado la propia Junta, así que no creo que nadie le pueda acusar de “parcialidad leonesista”. Por otro lado se dice en 1983, hace 38 años. Es decir, el actual alcalde de León tenía en ese momento 14 años y claro no, no era alcalde. Así que reducir la reivindicación leonesista a las declaraciones o manifestaciones del actual alcalde es negar la realidad.

            También cabría decir que han sido muchos otros municipios los que han hecho declaraciones favorables a una autonomía leonesa. Además en esos pronunciamientos encontramos a personas de todos los partidos, del PSOE, del PP, de Ciudadanos, de IU, de Vox, de UPL y también independientes. En definitiva no puede hablarse de exclusividad en el ámbito geográfico ni tampoco en el político. Es falso su reduccionismo a vincularlo a la ciudad de León y a una pugna interna dentro del partido socialista.

            En mi propia historia personal puedo decir que el primer artículo que he publicado defendiendo una autonomía leonesa tiene nada menos que 43 años. He tratado de aportar documentación en varios libros. En 1.982 se publica “el proceso autonómico leonés” que buscaba dejar para las generaciones posteriores un relato de cómo fue ese proceso, recogiendo declaraciones y posicionamientos de los partidos. Posteriormente (en 1992) se publica por la Diputación de León la primera edición de  mi libro “la identidad leonesa” que recogía parte de mi tesis doctoral. En este caso el principal objetivo de ese libro era hacer un recorrido por como a través de la historia se había mantenido la identidad leonesa (adaptada a las propias circunstancias de las divisiones de España). Por último en el 2014 se publica “la personalidad leonesa” en un libro que reedita también los dos anteriores. Aquí se buscaba una reflexión sobre lo que pudieran ser los rasgos que en mi opinión caracterizan nuestra personalidad.

            Son muchas las personas que se han preocupado por aportar datos relativos a la evolución económica, a la demografía… Ya sea de forma colectiva (Futuro por León, Iniciativa Autonómica Leonesa, Conceyu…) o individual (Carlos Salgado, Javier Callado...) todos tienen en común el diagnóstico de que esta autonomía ha contribuido en gran medida a la despoblación y al empobrecimiento de los leoneses. Retaría a que alguien ponga sobre la mesa otros datos que permitan afirmar lo contrario. A los que mantenemos estas posiciones nos encontramos no tanto la réplica, como el silencio.

            En el libro de “Región Leonesa, la 18 Comunidad Autónoma española” puede encontrar aportaciones importantes en el campo de la historia o del derecho.  Además el propio título es toda una declaración de intenciones. Aquí nadie renuncia a la identidad como españoles. Soy de los que no me gusta leer titulares como el de Diario de Noticias de Navarra que decía “Diez navarros en el estatal de atletismo” (19-2-21). España es mucho más que un Estado. Pero también creemos que la unidad de España se defiende desde el reconocimiento de la pluralidad y que la uniformidad nos empobrece y además favorece a los independentistas.

            En fin, este artículo ha pretendido demostrar varias cosas. Por un lado que la reivindicación leonesa no cabe circunscribirla ni a unos pocos años, ni a una ciudad, ni a un alcalde, ni a un partido. También que aquellos que defendemos un marco autonómico leonés hemos aportado estudios y documentación para justificar nuestras posiciones. Otros han preferido el insulto a aportar información. El lector sabrá distinguir quién es el “verdulero”, “majadero” o “farsante”.

martes, 16 de febrero de 2021

UNA PATRIA DE TODOS.

 


          Hay algunos titulares periodísticos que me han llamado la atención. Leo en una primera página “cerco autonómico al Estado de Alarma de Sánchez” que comparte titular con esta otra “el secreto de Israel es que la sanidad pública y la privada vacunan bajo el mando único del ministerio”. Es decir, por un lado, mientras en España “el estado de alarma es de Sánchez” en el exterior “el secreto es de Israel”. Uno pensaba que el estado de alarma en España se había acordado en el Parlamento y que por tanto no cabe atribuirlo en exclusiva al presidente de Gobierno.

            Por otro lado, se elogia en Israel “el mando único del ministerio” pero a la vez se aplaude “el cerco autonómico al Estado de alarma”. Uno podría decir ¿en qué quedamos? ¿Se apoya el mando único o el cerco autonómico? La respuesta vendría a ser que estos sectores apoyan el mando siempre que sea “de los míos” y lo rechazan si es de otros. Así apoyan que la Junta de Castilla y León actué por su cuenta y riesgo, pero por otro lado dicen ser más españoles que nadie. Es el modelo de “España soy yo”.

            Otro titular de otro periódico dice “La caída del suministro de vacunas reivindica a Euskadi en su estrategia”. Es la otra cara de la moneda. Aquí se viene a decir “Euskadi soy yo”. Uno podría pensar que esa estrategia de vacunación la diseñan unos dirigentes de unos partidos en sus cargos de responsabilidad. Claro si se tiene la perspectiva de que “somos siempre los mejores” igual se tiene dificultades para explicar el motivo por el cual Euskadi es la que menor porcentaje alcanza en vacunación sobre el total de vacunas recibidas. Así que hay que apelar al “yo soy Euskadi” y también a convertir un aparente fracaso en un éxito.

            Desde posiciones aparentemente opuestas estas dos posiciones comparten el atribuirse la patria común como una propiedad privada. En ese sentido unos y otros cuando el poder lo ocupan “otros” tienden a percibirlo como una especie de “ocupación de un espacio que es de mi propiedad”. Por lo tanto “hay que expulsar al invasor”.

            No deja de ser curioso y triste a la vez que estos “patriotas” tienden a exaltar los éxitos fuera del territorio español cuando en el gobierno no están “los suyos”. Lo vemos en esa misma portada, éxito en Israel y fracaso en España. Todo parece valer en la estrategia para intentar volver a ocupar el poder. Los éxitos foráneos se utilizan también como ariete para deslegitimar el Gobierno de España. Extraña forma de patriotismo.

            Sin embargo, la cosa cambia radicalmente si los que ocupan el poder coinciden con los propios planteamientos del periódico. Entonces los aparentes fracasos (como el vacunar poco) se trasforman en “éxitos de estrategia”. No es que se haya hecho mal o de modo insuficiente, es que se ha hecho a propósito y además con una estrategia acertada.

            En mi opinión no hay nada más antipatriota que considerar la patria como una propiedad privada. España, Euskadi o la Región Leonesa son plurales y es básico entenderlas como tales. La crítica será siempre legítima, pero habrá de fundamentarse principalmente en “lo que se hace” por encima de “quien lo hace”.

            En estos últimos tiempos he podido ver un “nacionalismo madrileño” que diría es bastante chusco. Es aquel que planta al presidente del Gobierno de España o llama “paletos” a los que reivindicamos la identidad leonesa. Para ellos, España empieza y acaba en Madrid ya sea cuando nieva o cuando se hace un reparto de las vacunas.

            Recuerdo cuando viajaba por Egipto que por la calle te preguntaban si eras del Real Madrid o del Barcelona. Claro, tu venías a decir que había muchos otros equipos. Incluso viajaban con nosotros unos compañeros de Barcelona…que eran del español. En ese sentido creo que hay que reivindicar “la otra España”. Somos muchos los que no nos gusta el “nacionalismo madrileño” de Ayuso, pero tampoco el de Puigdemont o de Torra.

            La España excluyente atenta contra la “patria de todos” y fomenta las posiciones independentistas. Por ello creo importante fomentar una imagen de España integradora en las diferencias. Habría que conseguir un mayor protagonismo en los medios para las noticias fuera de los grandes núcleos de población. Soy de los que cree que la identidad de España se encuentra en mucha mayor medida en los pequeños pueblos que en unas grandes ciudades que tienen rasgos comunes en todo el mundo. Lo peculiar y característico suele estar más escondido y por ello hay que hacer un mayor esfuerzo para encontrarlo. Sin embargo, creo necesario hacerlo y reivindicar una patria de todos.

miércoles, 10 de febrero de 2021

DE AUTONOMÍAS Y REGIONES.

 


          Es habitual en los medios de comunicación y también en las declaraciones políticas el identificar una Comunidad Autónoma  con una Región. En todo caso se evita aplicar el término “Región” a las que se han vinculado a los conceptos de “Comunidades históricas”. Así no escucharemos hablar de la Región de Cataluña pero sí de Castilla y León como una Región.

            Creo incorrecto asociar lo que es un marco administrativo como es una Comunidad Autónoma con el concepto de Región. Así el diccionario de la Real Academia define Región como: “cada una de las grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características geográficas e histórico-sociales y que puede dividirse a su vez en provincias, Departamentos…”. Es decir el concepto de Región es algo que trasciende a una división política y de poder. Se vincula a conceptos como la historia y la geografía.

            En ese sentido no creo que a todas las actuales Comunidades Autónomas cabría aplicar el concepto de Región. Si repasamos la historia podríamos decir que habría Comunidades Autónomas actuales que carecen de tradición en lo que ha sido la división histórica regional de España. Esto ha sido así hasta el punto de que algunas de ellas han tenido la necesidad de cambiar su propia denominación. Así, por ejemplo, recordaremos que Santander y Logroño formaban parte de la Región de Castilla La Vieja en el momento en que se crea la España de las Autonomías. Cuando se desvinculan de la autonomía de Castilla y León deciden cambiar su denominación por Cantabria  y por Rioja. Ahora se las aplica el concepto de “Región”. No discuto en todo caso el derecho que puedan tener en formar una autonomía propia, pero si puede ser más discutible que a esas autonomías se les aplique el concepto de Región.

            También sería muy cuestionable el concepto de “Comunidades históricas”. Habría que preguntar hasta donde llega esa historia. Para algunos la historia termina en un siglo antes de donde vivimos actualmente. Sin embargo nosotros creemos que la historia es un periodo mucho más largo. Por decirlo de alguna manera la historia vendría a ser todo lo que viene después de la “prehistoria”. En ese sentido el propio escudo de España vendría a definir mucho mejor lo que son las “Comunidades Históricas”. En ese escudo encontramos a Navarra, Castilla, Aragón y León. Curiosamente las que se denominan “nacionalidades históricas” no aparecen, por cuanto se incluirían en alguna de esas cuatro grandes divisiones (y no por formar núcleos independientes).

            La simplificación de las cosas lleva muchas veces al error. Cuando algunos protestábamos por el hecho de que en los medios se haga referencia a “las DOS Castillas” ha habido algún periodista que lo ha justificado como “economía del lenguaje” y nos ha criticado por ser quisquillosos. En esa misma línea resulta “más fácil y cómodo” asociar Autonomía con Región. En el medio social actual la comodidad es un valor predominante y eso es aplicable también al mundo del periodismo.

            Es habitual que se trate la Comunidad de Castilla y León como UNA Región. Todo ello aun cuando no ya desde León sino incluso desde el Ayuntamiento de Valladolid se diga que esta Comunidad la componen DOS Regiones. Les pondré un ejemplo: “Andrés y Sonia pueden ser un matrimonio pero no son UNA persona”. La conjunción Y separa dos cosas que son unidades distintas. Son DOS personas (Andrés Y Sonia en nuestro ejemplo), DOS cosas (un tenedor Y una cuchara) o DOS Regiones (Castilla y León).

            El peligro muchas veces es que la simplificación pueda vencer a la razón. No se trata tanto de que se nos debata con argumentos distintos como que se obre por la vía de los hechos repitiendo una y otra vez los mismos errores. La reiteración en ellos puede hacer creer a muchas personas que lo que se dice responde a “una verdad”. Ya sabemos que vivimos en un tiempo en el que se prima la imagen y la simplificación en los contenidos.

            Los valores democráticos se sustentan en el reconocimiento de la pluralidad social. La uniformidad es algo más propio de las dictaduras. La cohesión en la unidad se construye desde el reconocimiento de la diversidad y no desde la imposición. La autonomía de Castilla y León se ha creado sin que los leoneses pudieran expresar su voluntad. Se diseña a modo de dique de contención de los nacionalismos periféricos. La España de las autonomías la lidera un ministro que procede del franquismo y que no cree en esa división territorial. Se imponía su criterio a lo que era la propia voluntad de la ciudadanía o incluso la de los representantes leoneses de su partido.

            En definitiva quisiéramos reclamar a los medios de comunicación que eviten asociar el concepto de Región al de un marco autonómico. Que sean capaces de distinguirlos y que en el caso de Castilla y León distingan que la actual autonomía la componen DOS REGIONES.