sábado, 31 de agosto de 2019

EL CID CABALGA DE NUEVO.


 
            Amazon ha anunciado que prepara iniciar una serie de 12 capítulos sobre “El Cid”. Lo hace por cuanto considera que puede tener éxito de audiencia ya que en su opinión supone “algo distintivo y épico”.

            En su acercamiento a este personaje nos dan pistas. Por ejemplo, sus impulsores consideran el Cantar del Mio Cid un documento épico “basado en hechos históricos”. Otra puede ser el que la serie tengan previsto finalizarla en la supuesta “Jura de Santa Gadea”.

            En esta época en la que se ha puesto de moda consumir series de televisión, nos encontramos con el hecho de que se va a glorificar como un héroe a quien era un mercenario que se vendía al mejor postor. A aquel que utilizaba las cabezas de sus enemigos como munición para sus catapultas.

            Los cantares de gesta han sido siempre instrumentos de propaganda. Alguien poderoso pagaba a un juglar para que le cubriese de alabanzas y glorificase su figura. Que hoy una serie de divulgación los considere basados en hechos históricos no deja de ser bastante triste. Pienso que a nivel de los historiadores profesionales ya serán pocos los que consideren que los cantares de gesta son una fuente fiable de información. Sin embargo, me preocupa más esa historia que se divulga a través de los medios audiovisuales y que tiene mucho mayor impacto social.

            Es este un ejemplo en el que se prima lo que pueda ser “espectáculo” al “rigor histórico”. Poco importa que lo que se cuente sea poco o nada veraz si ello consigue atraer espectadores en un relato épico.

            Uno mira con tristeza que se prefiera glorificar al Cid y sin embargo no se opte por difundir a nivel social la historia asociada a las Cortes Leonesas de 1.188 que la Unesco reconoce como Cuna del Parlamentarismo. Desgraciadamente se sigue prefiriendo el brillo de la espada al valor de la palabra. Son las contradicciones de un medio social que se dice demócrata pero que elige como héroes a aquellos “que mataban mucho”.

            El Cid representa la España de la uniformidad que se logra a través de la espada. Por ello mismo como toda unidad impuesta es débil y tiende a resquebrajarse. En el momento que el poderío militar se debilita es muy complicado sostener ese modelo. Creo que esto es algo que se ha podido ver a lo largo de nuestra historia y que tiene consecuencias en la sociedad actual. Es necesario conseguir la cohesión de España desde el reconocimiento de su diversidad y pluralidad. Esa es una diferencia básica entre lo que es “el modelo leonés de España” frente al modelo castellano.

ESTRELLAS FUGACES.


 
          No, no es este un artículo que tenga como referencia la astronomía, ni tampoco la astrología. Mi conocimiento de esas materias es más bien parco y desde luego insuficiente como para escribir sobre ello. Mi referencia es el plano social.

            La fugacidad es un signo de nuestros tiempos. Se reducen los tiempos de duración de las cosas, en prácticamente todos los campos. Podríamos decir que desde los aparatos electrodomésticos hasta la moda pasando por las propias relaciones personales, todo ello ha ido acortando su duración en el tiempo.

            Diría que la fugacidad va acompañada de una falta de profundidad en los modos de relación. Estamos en la época en la que incluso los presidentes de gobierno dan respuesta a graves acontecimientos a través de un tuit. Pondríamos como ejemplo a Trump, pero no de modo exclusivo. La simplificación es contraria a la profundización, pero ayuda a los medios de comunicación en su tarea de difundir esos mensajes. En alguno de mis artículos decía que se ha sustituido la tertulia por el tuit.

            El pensamiento como los frutos o las flores requieren un proceso de maduración. También aquí sabemos que es diferente la fruta madura que se recoge en el momento apropiado del árbol, de aquella otra que se madura en frigoríficos. Su sabor es distinto y la fruta que se ha madurado en frigoríficos tiende a estropearse más fácilmente y con mayor rapidez. Es decir, su tiempo de uso se acorta.

            En el campo de la política también cabe hablar de “estrellas fugaces” que han podido deslumbrar en el momento de su aparición, pero que en poco tiempo se han ido apagando. El ser algo nuevo es también algo limitado que va envejeciendo en un plazo cada vez más corto. Partidos como Podemos (en sus distintas versiones), Ciudadanos o Vox podrían ser incluidos en esa categoría de “estrellas fugaces” (aun cuando a diferencia de ellas al menos a corto plazo no creemos que vayan a desaparecer).

LA CHAPUZA NACIONAL…


 

            Les voy a contar una historia que es real y tiene como fondo una gran tragedia. Les conmino que a medida que la vayan leyendo intenten adivinar el lugar en el que se desarrolla.

            En la capital de ese país se produce un atentado con coche bomba. Una operaria de la policía pasa información relevante del terrorista y la pone en un post-it a su jefa. Sin embargo a ese pos-it nadie le presta  atención.

            Cuando por fin alguien se da cuenta de ese pos-it, sin embargo, el sistema que tiene la policía no permite hacer envíos masivos, inmediatos y urgentes. Como consecuencia de ello nadie da aviso de cerrar las carreteras. Un policía que llega a ver ese aviso se lo pasa a otros 3 compañeros pero estos no le dan importancia y siguen con sus tareas de tipo administrativo.

            El tema tiene toda su trascendencia por cuanto aquel que ha puesto la bomba en la capital, tiene planeado trasladarse a una isla a 39 km para continuar matando.

            Cuando el asesino en cuestión llega a la isla, empieza a matar  de forma indiscriminada. El sistema de alerta de la policía lleva a redirigir las llamadas a la centralita más próxima. Esto supone que cuando la población civil llama alertando de ese grave episodio esa centralita se atasca.

            Los 39 km que distan de la capital al lugar de los hechos serían fácilmente accesibles mediante un helicóptero. La policía de hecho lo tiene pero todos sus pilotos están de vacaciones y no hay nadie para pilotarlos. Cuando uno de esos pilotos, consciente de la importancia de los acontecimientos, llama solicitando incorporarse al servicio para prestar su colaboración, le dicen que no hace falta.