jueves, 17 de enero de 2019

LOS COLORES DE LA LIBERTAD.




            Creo que en este momento, algunas personas tienen una cierta tendencia a dar “carnets” que  permitan o prohíban,  la adscripción a una determinada forma de pensar o incluso a un territorio. Aunque nadie les ha elegido, fijan unos determinados filtros para “la admisión” a su colectivo de pertenencia.

            Creo que eso nos lleva a un uniformismo reduccionista que se aplica en diferentes ámbitos, ya sea en asignar a lo que es “ser español”, “ser catalán” e incluso también en el “ser leonés” o “leonesista”. En todo ello se reflejan ciertas carencias democráticas.

            La libertad tiene colores, es plural. El autoritarismo es lo que lleva a la uniformización de conductas. La identidad con España y lo español no puede ser algo que “se privatice” por un determinado partido o una ideología concreta. Para decirlo claro, sería muy positivo que en un mitin de  Podemos hubiera un número de banderas españolas similar al que pudiera haber en uno de Vox, por mucho que fuesen discrepantes en sus planteamientos ideológicos. Para llegar a ese punto de equilibrio habría que aumentar la presencia de ese símbolo en uno y disminuirlo en el otro. Hay que rescatar la pluralidad ideológica y territorial de España.

            La extrema derecha en diferentes países de Europa ha tratado de apropiarse de esos símbolos nacionales. Por poner sólo algunos ejemplos podríamos hablar del partido “Auténticos Finlandeses” o el Frente Nacional en Francia. Además con ello marcan distancia en todo lo que es la política inmigratoria (que es un vector claro que les impulsa). Uno diría que en España se está tendiendo a seguir esos pasos. En este caso “ir por detrás” de otros países europeos, sería más bien “estar por delante”.

            En el caso leonés también ocurre algo de esto mismo. Hay que evitar adoptar posiciones excluyentes en función de que aquello que se defiende no coincida con mi forma de pensar. Yo no discutiré la condición de leonés de Martin Villa por mucho que discrepe de sus planteamientos y que considere que fue un representante que traicionó al pueblo que le había elegido.

            En el leonesismo puede y debe haber distintas formas de entender ese movimiento. Son los colores de la libertad. Habrá un punto en común en la defensa de que la Región Leonesa debe tener un reconocimiento como tal dentro de la España plural. A partir de ese principio en el resto de cuestiones se pueden marcar importantes diferencias.

            Conjugar “unidad y pluralidad” es clave. Una unidad que uniformiza todo es atosigadora y atenta a las libertades tanto de grupo como individuales. La división debilita la fuerza para lograr los objetivos que se persiguen.  En ese proceso de conjugar “unidad y pluralidad” será fundamental diferenciar aquellos temas que son prioritarios, de otros que son “menos importantes”. Sin hacer dejación de lo que pueden ser los planteamientos propios habrá que transigir hasta lograr una cierta unidad de acción.

            Un buen ejemplo de todo ello lo podemos encontrar en el desfile de los pendones leoneses. Tras el pendón (con todos sus colores) nos encontramos a personas viejas y jóvenes, a hombres y mujeres, a religiosos y a ateos, a gente de “derechas” y de “izquierdas”, homosexuales y heterosexuales, blancos y negros… Diría que ese es el color de la libertad y el de la unidad en la diferencia.

            Este marco plural es opuesto a aquellos que lo que quieren es confrontar dos unidades. En ese sentido los independentistas catalanes pueden ser tan uniformizadores como los seguidores de Vox.

            Europa no es sólo un referente geográfico, es también un universo de valores culturales que se han ido desarrollando con los siglos. Los movimientos que se están produciendo en los diferentes países con el avance de los extremismos, están llevando a poner en peligro este marco de convivencia en la pluralidad.

            Los flujos de inmigración han generado conductas de insolidaridad que a su vez han fomentado el crecimiento de estos partidos en los diferentes países de Europa. Diría que más que buscar una postura común europea para afrontar esta situación se ha ido más bien al “sálvese quien pueda” y “tonto el último”.

            La integración de las diferencias, suele ser una fórmula que lleva al éxito social. Podría ser un ejemplo la selección francesa de futbol que gana el último mundial con un equipo multirracial. Diría que, con toda probabilidad, esa selección no hubiera ganado ese torneo en el caso de no haber integrado a personas de orígenes y razas distintas. Creo que este ejemplo sería extensible a otros ámbitos.

            La libertad tiene colores y se construye desde el respeto a la diferencia. Construir “un” arco iris que los armonice será fundamental para avanzar en conseguir el progreso social y económico. Es uno de los retos más importantes que tenemos que afrontar tanto en el presente como en el inmediato futuro.

martes, 1 de enero de 2019

CASTILLA Y LEON= MÁS PARO Y MENOS INGRESOS.




            Quisiera aclarar que los datos que se aportan en este artículo han sido elaborados en base a las estadísticas oficiales por un lado del INE (en todo lo que son tasas de paro, de actividad, de empleo y poblacionales) y por otro de la Agencia Tributaria en lo que se refiere a los Rendimientos del Trabajo. Es decir pueden ser verificables por aquel que lo desee.

            Por un lado tenemos que la tasa de paro en la Región Leonesa es de un 13% frente a un 11,01% en la Región Castellana. La provincia de toda la Comunidad Autónoma donde se alcanza la mayor tasa de paro es Zamora con un 15.6%. En consecuencia se puede decir que la tasa de paro de la Región Leonesa es un 15,2% superior a la que se da en Castilla.