martes, 16 de mayo de 2023

LA COMUNICACIÓN ENTRE “LAS DOS ORILLAS”.


            En mi opinión estamos asistiendo a nivel mundial a una creciente división social en la que al que no piensa como yo se le concibe como enemigo. Se sustituye el debate y la confrontación de ideas por el insulto. Los “buenos” siempre serán “los míos” y los “malos” e incluso “malísimos” los “otros”.

            Vendría a ser una lección de la historia el que los extremos siempre alimentan al extremo contrario. Sin embargo en una sociedad que se mueve casi de modo exclusivo “por lo que ocurre de modo inmediato” se olvida de esas lecciones del pasado. Creo que son pocos los que dudan de que la quema de iglesias favoreció que surgiese el levantamiento militar de Franco. Tampoco hay mayores dudas de que los disturbios por la independencia de Cataluña impulsaron el crecimiento de Vox como partido.

            A quienes aparecen aparentemente como contrarios, les encanta trasladar la imagen de sus teóricos opuestos. Así, es muy frecuente que los independentistas catalanes dibujen una imagen de España asociada a un régimen fascista. Uno diría que por algo será. Tal vez por cuanto para avanzar ellos les interesa trasladar esa imagen de España (cuanto más negativa mejor).

            A nivel mundial no estamos mucho mejor. Recordamos los asaltos a las sedes parlamentarias de Estados Unidos o de Brasil. Además con la sospecha de que tras ellos estaba el candidato que había sido derrotado en las urnas. Más que el asalto al edificio era el asalto a la palabra y a los principios democráticos.

            Tal vez por todo eso en estos momentos se hace necesario hacer un alegato a la convivencia entre “las dos orillas”. Me encanta esa imagen que traslada Toño Olazábal del Puente Colgante como “una barquilla que de manera continuada comunica una orilla con otra”. En ese caso es la margen izquierda de la Ría (Portugalete) con la derecha (Getxo).

            Dice este autor en el libro “El puente de Vizcaya” dice: “para hacer un puente es imprescindible trabajar en las dos orillas, es necesario colaborar desde ambas partes. En la vida pasa lo mismo. Si queremos que la sociedad progrese, también es necesario tender puentes desde formas de pensar muy diferentes, incluso antagónicas”.  Yo personalmente asumo esas palabras y creo que nuestra sociedad actual está falta de puentes.

            Un poeta que siempre he admirado, Miguel Hernández hizo una elegía maravillosa a alguien  que no estaba en su misma onda de pensamiento. Al fallecimiento de Ramón Sitge entre otras cosas le dice: “a las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero que tenemos que hablar de muchas cosas compañero del alma, compañero”.  La discrepancia en las formas de pensar no le impedía el tener un afecto con esa persona. También en la obra citada el protagonista se juega la vida (literalmente) por ayudar a unas personas que eran “de la otra orilla”. Las personas “buenas” o “malas” no son privativas de una de las “orillas” sino que las puedes encontrar en cualquiera de ellas.

            La comunicación entre las orillas no sólo se circunscribe al campo de las ideologías. También lo es a nivel económico o territorial. En el mundo cada vez es más frecuente que personas que nacen en un territorio se trasladen a vivir a otro. La globalización puede parecer una palabra grandilocuente pero al final cada uno la puede vivir en su experiencia más cercana. También en las grandes corrientes migratorias y en las tragedias que a veces las acompañan.

            Creo que los valores europeos favorecen la comunicación y la convivencia. Cuando en una votación hay 2.900 votos a favor y ninguno en contra es que algo no va bien (como ha sucedido en el último congreso del PC Chino). Hay amenazas de gobernantes que a nivel mundial quieren imponer su “única orilla”. Aquellos que imponen pena de cárcel a los que no siguen las normas de una determinada religión que se vincula al propio gobierno de ese país. También lo es la de aquellos gobernantes que confunden su país con su partido. O de esas republicas que reservan la sucesión de su líder para sus familiares y que a diferencia de las monarquías ejercen su poder como “única autoridad”.

            Estamos creando un mundo en la que los frentes sustituyen a los puentes. Algunos vemos en todo ello una amenaza a nuestra propia convivencia.

            La sociedad leonesa ha sido pionera en el desarrollo del parlamentarismo, en dar voz a la mujer en los más altos poderes. En favorecer puntos de unión con otras culturas como la de los judíos o la de los árabes (San Miguel de Escalada). En nuestra cultura se ha querido primar la ley frente a la espada. Por eso creo que es un buen sitio para reivindicar los puentes. También es que mi familia siempre ha vivido al lado de un hermoso puente que une Villanueva con Carrizo y que mi tío Urbano recientemente fallecido se encargaba de llevar la foto de ese puente a todos los rincones de España.

jueves, 11 de mayo de 2023

DOS MODELOS DE ESPAÑA Y DE UNIVERSIDAD.

 


         En 1.218 el rey de León Alfonso IX (que en sentido estricto debería de denominarse Alfonso VIII) crea la Universidad de Salamanca. En ella se podrán estudiar entre otras materias las de física, medicina, leyes o  gramática.

            Por otro lado en 1.499 el cardenal Cisneros funda la Universidad de Alcalá de Henares. Pero lo hace desde una perspectiva radicalmente distinta. Las materias sobre las que se enseña se ciñen exclusivamente a las que el cardenal considera propias para formar al clero. En ese sentido desecha materias como la física, la medicina o el derecho por cuanto desde su perspectiva no aportaban nada a la formación de ese clero. No hay que olvidar que Cisneros era un cardenal protegido por Isabel “La Católica” como reina de la Corona de Castilla y que ejerció como regente de esta.

            El rey leonés promovió las Cortes de 1.188 que la Unesco reconoce como el embrión del parlamentarismo. Se da entrada por vez primera al pueblo en esas Cortes y se reconocen una serie de derechos que  hoy siguen asombrando al mundo por lo que suponía de avance social en la lucha por las libertades.

            El cardenal Cisneros entre 1.499 y 1.500 mandó destruir la biblioteca nazari. Se hace una gran hoguera con los libros de esa biblioteca buscando eliminar todo aquello que de una u otra forma se pudiese vincular a la cultura musulmana. Ya ven como esa quema de libros es algo que se ha repetido a lo largo de la historia. Uno se podría preguntar como es posible que aquel que promueve la quema de libros en una plaza pública, sea a la vez impulsor de la creación de la Universidad de Alcalá. Podríamos decir que esto es así por cuanto lo que se promovía era instruir en una cultura única al servicio de un credo religioso.

            El modelo de universidad que promovía el Cardenal Cisneros lo encontramos hoy en diferentes países musulmanes en los que el poder se sigue vinculando a preceptos religiosos. En ese sentido no difiere mucho ese modelo del que pudieran hoy tener los talibanes en Afganistán. Será diferente el credo pero el esquema es muy similar.

            El modelo por el que se crea la Universidad de Salamanca es abierto y escapa de los preceptos religiosos. El saber y el conocimiento interesa en tanto seres humanos y no está al servicio de un determinado credo. Por eso, por ejemplo, promueve el estudio de la medicina en tanto es algo que puede ayudar a superar enfermedades. 

            A diferencia del regente de Castilla (Cardenal Cisneros) en la Universidad de Salamanca se busca ampliar los conocimientos (no quemar los libros que no se asocian con nuestro particular credo).

            Esto es una referencia a la propia historia, pero en modo alguno creo que sea ajeno al mundo de nuestros días. A nivel internacional asistimos a que muchos países intentan promover modelos de “verdad única” al que todos los demás nos debemos someter. Podríamos decir que a nivel mundial existe una cierta división entre los países que se rigen por los principios democráticos y aquellos otros que lo hacen por principios teocráticos. A lo largo de los siglos podemos decir que la unión entre religión y política suele dar unos malos resultados. En unos casos los dictadores se han apoyado en las cúpulas religiosas, aunque también ha habido otros que las han suprimido para actuar como poder único.

            Los valores democráticos están unidos a la pluralidad social. Es la diferencia entre una universidad como la de Salamanca abierta a todo tipo de conocimientos y la de Alcalá de Henares de pensamiento único.

            Es muy importante no confundir la identidad con un determinado marco territorial con la identidad con una ideología o forma de pensar. Tampoco cabe que una parte de un territorio se atribuya “el todo”. Creo que es necesario recuperar “La España plural”. Tan español será aquel que es comunista como aquel otro que es simpatizante de vox. Pero también es necesario recuperar esa “otra España” que no está ni en Madrid,  ni en Barcelona, que es de Zaragoza, Teruel, Soria, Castellón o León.

            No es sólo que los leoneses no seamos castellanos. Es que a lo largo de la historia, nuestros conceptos del mundo han venido a ser contrapuestos. Aquí lo hemos ejemplificado con lo que ha sido el modelo de creación de las Universidades de Salamanca y de Alcalá de Henares. No es el único caso. Hay que evitar que la propaganda sustituya a la historia. Que la repetición muchas veces de una mentira no pase a que se considere verdad (aunque sólo sea por simple desconocimiento).

            Queremos una sociedad de hombres y mujeres libres en su forma de ser y de opinar. Hay que evitar los modelos impuestos.