jueves, 25 de octubre de 2012


TOCAR A FACENDERA.

           

            En estos tiempos de turbulencias económicas y sociales social tal vez sea oportuno recordar la costumbre que en los pueblos de la Región Leonesa había de “tocar a facendera” para cubrir las necesidades que se podían tener en un momento dado.


            Esa costumbre se basaba en la consideración de que a las cosas del común había de darles solución el común de los vecinos. Reflejaba una conciencia social que se extendía más allá de la propia individualidad. No se esperaba que la solución a sus problemas llegase desde las instituciones sino que ellos mismos eran parte activa en buscarlas y en ejecutarlas. Tal vez hoy todo ello contrasta con una posición excesivamente pasiva de una población que simplemente demanda a otros que solucionen sus problemas.


            Hay que tener en cuenta que la decisión de las obras a ejecutar se decidía por los propios vecinos que iban a trabajar en “facerlas”. Además dichas obras se consideraban que no sólo eran beneficiosas para el conjunto del pueblo sino que también lo eran para cada uno de ellos. Es también una costumbre propia de un medio rural que permitía una capacidad de autogestión que es complicada que pueda darse en los ámbitos urbanos.

lunes, 15 de octubre de 2012


HACIA UNA ECONOMIA MAS RESPONSABLE.


            En una crisis como la actual, que nos está suponiendo tantos y tan graves problemas creo que debemos evitar que nuestro único punto de mira sea el tratar de demostrar cuán culpable es "el otro" de nuestra situación. Ello nos lleva a unas actitudes             tal vez excesivamente complacientes con nosotros mismos y favorecer una pasividad que impida poner medios para mejorar la situación actual.


            Entendemos que al haber llegado hasta donde hemos llegado puede hacer absolutamente necesario tomar medidas de urgencia a través de políticas monetarias. En mi opinión aquí sólo hay dos caminos de salida o más Europa o menos Europa. Aquellos que dicen apostar por una Europa más unida deben dar muestras de que apoyan ese gran proyecto.


            Sin embargo pensamos que esas medidas de urgencia no solucionan el problema de fondo. Consideramos que se hace necesario un cambio en las formas de conducta sociales. Son esas conductas irresponsables las que han generado la crisis y por ello se hace imprescindible evolucionar hacia una sociedad más responsable.

sábado, 6 de octubre de 2012









¡Irresponsables!



 


Índice


Prólogo de Carlos Espinosa de los Monteros


01.



La irresponsabilidad social


02.



El sentido de la medida


03



. La educación responsable


1. Evitar la sobreprotección

2. El esfuerzo como motor para alcanzar metas

3. Los límites sociales

4. Los principios éticos en los modos de conducta

4.1. La regeneración ética

4.2. Las referencias sociales. El papel de los medios de comunicación.

Los liderazgos

5. El valor de la libertad responsable

6. Pluralidad, libertad y armonización social


04.


La economía responsable


1. La aportación al medio socia

2. Priorizar lo esencial sobre las apariencias

3. Premiar el esfuerzo

4. Compaginar progreso, ecología y solidaridad social

5. Potenciar una investigación orientada a mejorar el medio social


05


. La administración responsable


1. Fijar los límites del papel de la administración

2. Una administración sostenible económicamente


06.


La unidad familiar responsable

07.


Las etapas hacia la sociedad responsable


1. En el ámbito institucional

2. En el ámbito económico

3. En el ámbito educativo

4. En la unidad familiar


El autor

David Díez Llamas

es doctor en Sociología y licenciado en Sociología


General y Sociología Industrial por la Universidad de Deusto. Cuenta

con más de 28 años de experiencia en el campo de la investigación

sociológica y los estudios de mercado. Ha desarrollado su labor tanto

en estudios para grandes empresas privadas como para la

Administración. Ello le ha dado la oportunidad de tener un contacto

continuado con el medio social desde el análisis cuantitativo y cualitativo. Es autor,

entre otros, de los libros



La identidad leonesa y El proceso autonómico leonés. Ha


colaborado en otras publicaciones como R



egionalismo y Autonomía en Castilla y León


y



Cien leoneses y el porvenir de León.


La obra

Irresponsables

es un auténtico libro - denuncia sobre una realidad que nos nos gusta.


 



 

Irresponsabilidad social


«Es un acto irresponsable cuando muchos ciudadanos han acometido gastos que no

se sustentan con sus ingresos. Pero también han actuado de forma irresponsable

quienes han concedido créditos sin un aval de garantías suficientes simplemente

para cubrir objetivos que les han asignado en un momento dado».

«Es irresponsable que en una situación de crisis y falta de recursos se demande

mantener o incrementar los servicios públicos».

«Es una irresponsabilidad el tiempo que esta sociedad dedica a crear ficciones, a

hacer fuegos fatuos. Habría que liberar esos espacios temporales para encontrarnos

a nosotros mismos, para dar tiempo a interpretar los acontecimientos»...


El sentido de la medida


«En la sociedad en la que vivimos podemos decir que demasiadas veces operamos

como si no hubiera límites, como si todos y todo pudieran llegar al infinito. Esa

consideración cabría aplicarla desde el dinero de la Administración Pública hasta

nuestra relación con el medio ambiente y los recursos naturales.

Tener sentido de la medida significa que los objetivos a alcanzar deben estar en

función del presupuesto que se asigna a conseguir dicho objetivo.

La crisis económica actual ha llegado porque durante mucho tiempo el medio social

ha vivido de espaldas a su propia realidad, derrochando lo que no tenía. Se hace

necesario establecer mecanismos reguladores y cambios paulatinos en nuestros

modos de vida respecto a los que tenían otras generaciones. La pregunta es en qué

medida esos cambios son suficientes o se hace necesario introducir otros nuevos».


La educación responsable


«La actual tendencia a la sobreprotección de la infancia lleva a una sociedad menos

preparada para afrontar las dificultades. Se ha acostumbrado al niño a que cuando

surgen los problemas son otros los que deben afrontarlos y por tanto no se le educa

en fomentar su capacidad de superarlas.

El propio desarrollo social favorece que cada vez se den más conductas individuales

en los juegos. Muchas veces los niños y jóvenes establecen más lazos de relación

con sus máquienas y aparatos electrónicos que con sus compañeros».


La economía responsable


«Podríamos decir que en la sociedad actual no existe una correspondencia

adecuada entre lo que cada ciudadano aporta al medio social y la compensación

que recibe del mismo. Teóricamente esta ecuación se mide en base a los beneficios

económicos y sociales que llegan a cada persona en función de la aportación que

hace según su trabajo. Sin embargo, nos encontramos con personas que

simplemente por contar su vida en alguna televisión reciben unos emolumentos

importantes, mientras otras que sacrifican su vida en beneficio de personas

necesitadas apenas cuentan con los recursos necesarios para llevar a cabo sus

funciones.

En la aportación al medio social será fundamental promover la creatividad como

factor de superación de las condiciones actuales para llegar a una sociedad mejor.

La creatividad es la chispa que impulsa los cambios sociales en sentido positivo».


La administración responsable


«Uno de los problemas que tenemos es haber considerado que los medios públicos

y las administraciones tenían unos poderes económicos prácticamente ilimitados

que podían cubrir todas nuestras demandas. Sin embargo, de repente nos hemos

dado de bruces con una realidad que nos pone de manifiesto hasta qué punto esos

medios son limitados.

La simplificación de los procesos debe ser otro eje guía en la actuación de los

servicios públicos. Hay que conseguir dar los menos pasos posibles desde que se

plantea una cuestión (judicial, médica...) hasta que se produce la resolución».


La unidad familiar responsable


«La formación de una unidad de convivencia puede adoptar formas muy diversas en

función de las personas que deciden dar el paso de formarla. El debilitamiento del

sentimiento religioso ha hecho que el casarse por la Iglesia haya dejado de ser el

procedimiento casi único que había sido en otros momentos para formar esa unidad

de convivencia. El matrimonio civil, las parejas de hecho o el simple «arrejuntarse»

han pasado a ser procedimientos habituales y cotidianos en el devenir actual.

Entiendo que este cambio ha supuesto un avance social en las libertades de la

ciudadanía. Todas estas alternativas de unión se pueden ejercer desde la

responsabilidad o también desde la irresponsabilidad.

Ha ido aumentando el miedo a los compromisos, tal vez por cuanto implican una

planificación a futuro, mientras que en la sociedad actual todo se tiende a medir

en tiempo presente. Hay también un cierto grado de desconfianza tanto sobre ellos

mismos como sobre el otro miembro de la pareja. Todo adquiere un cierto grado de

provisionalidad, de fugacidad».

«Este texto debiera ser de obligada lectura para todos aquellos que han hecho

del famoso panfleto de Hessel una bandera, de modo similar a como los jóvenes

chinos de la Revolución Cultural enarbolaban el Libro Rojo de Mao. Pero esa

denuncia indignada no puede ser un ejercicio de hipocresía o de estulticia, de

más irresponsabilidad en suma. Solo, tras haber tomado conciencia de aquello

en lo que cada uno de nosotros –instituciones en primer lugar pero también los

individuos– ha fallado por habernos conducido con manifiesta irresponsabilidad

durante los últimos años nos habremos ganado el derecho a indignarnos



».


Juan Pedro Aparicio


Escritor

«Mi ignorancia en materias como la sociología no me impide calibrar la importancia

de libros como Irresponsables en un tiempo que nos exige reflexionar más que

nunca sobre en qué sociedad vivimos y en cuál querríamos vivir verdaderamente».


Julio Llamazares
Escritor



UNA CRISIS DE VALORES.

         En los medios de comunicación escuchamos un día tras otro lo que podríamos denominar la evolución económica de la crisis. Hemos aprendido a conocer lo que es la prima de riesgo, lo que es mucho o poco en ese indicador. Apostamos por los eurobonos o por la inyección de dinero desde las instituciones europeas... Sin embargo diría que oigo poco hablar de lo que considero que está en el fondo de la situación, la crisis de valores.

         En nuestra opinión, la crisis parte de que durante mucho tiempo, muchas personas de diferentes ámbitos sociales y políticos han mantenido conductas abiertamente irresponsables. Por ello habrá que analizar como hemos podido llegar a esa situación y que podemos hacer para corregirla. Esa es la idea guía que he tratado de desarrollar en mi libro ¡irresponsables!

         Mantengo la idea de que es necesario recuperar la cultura del esfuerzo recompensado, frente a un medio social que se ha hecho excesivamente acomodaticio. En esa línea se hace necesario evitar igualar en los salarios a personas que desarrollan su labor con diferente nivel de esfuerzo y eficacia. Hay que estimular la iniciativa y la creatividad como motores impulsores del desarrollo, pero hacerlo no en abstracto sino en función de lo que puedan aportar al propio medio social.

HACIA UNA ADMINISTRACIÓN MÁS EFICIENTE.

 

         Si hay una palabra que define la actual crisis económica es la de la irresponsabilidad. Son muchas las administraciones  que  han gastado lo que no tenían y se han endeudado (y nos han endeudado a todos) por encima de sus posibilidades. No puede ser que haya comunidades autónomas que gasten millones de euros en hacer grandes parques de atracciones o en promover grandes competiciones deportivas (náuticas, motorismo...) y luego no tengan para pagar los medicamentos o la educación.

         Se hace necesario más que nunca delimitar lo que son necesidades básicas de lo que  simplemente puede estar bien, pero a la vez puede ser perfectamente prescindible. Distinguir lo que es inversión productiva de lo que es simplemente gasto.

         Esa búsqueda de una administración más eficiente está poniendo en cuestión el propio estado de las autonomías. Es poco comprensible que se emplee el dinero público para sostener unas televisiones autonómicas que no llegan a cubrir sus presupuestos.

         Se puede poner en cuestión si aspectos como la sanidad no deberían ser algo que se gestionase directamente desde la administración central. La garantía y el derecho a la asistencia sanitaria no se puede hacer depender del lugar de residencia dentro de España. De este modo se evitarían los problemas de los territorios limítrofes para que puedan acudir al centro sanitario más próximo con independencia de su pertenencia a una u otra comunidad autónoma (algo que ha ocurrido en algunas poblaciones de La Rioja alavesa respecto a Logroño).

         La división de competencias dificulta la armonización en la toma de decisiones y las ralentiza . Si esto es algo que se está demandando a nivel europeo parece lógico que también se haga a nivel de España. Las Comunidades Autónomas no pueden convertirse en un obstáculo para superar la crisis.

         En teoría el estado de las autonomías se crea para salvaguardar la identidad plural de los españoles y acercar la administración a la ciudadanía. Sin embargo es muy cuestionable que se haya conseguido lo uno y lo otro. Al menos es así en el caso leonés. El actual marco autonómico es un atentado directo contra nuestra identidad social y cultural como leoneses. Es también plenamente cuestionable que se haya acercado la administración al conjunto de la ciudadanía leonesa.

 

         El declive cultural, económico y social de la Región Leonesa no llega con la actual crisis, sino que se extiende muchos años antes y desde luego el actual marco autonómico no ha hecho más que acrecentarla. Lo he manifestado ya en otras ocasiones con claridad, en mi opinión “sobra la Junta de Castilla y León”. Su desaparición redundaría en reducir los gastos de la administración y supondría un reparto más equitativo de los mismos.

         Valladolid ha sido el gran beneficiado de este invento. En esa ciudad se centralizan los órganos administrativos y alrededor de los mismos los centros de poder informativos así como diferentes organismos públicos y empresas privadas. Todo ello se sostiene con dineros del conjunto de la ciudadanía que lógicamente se detraen de otras necesidades que son más perentorias.

         Se crea la Fundación Villalar para crear de la nada una identidad inexistente y se la dota económicamente con recursos para hacer una historia a la medida de quien gobierna. Estamos pagando organismos          que tienen como objetivo destruir nuestra identidad cultural sin reparar en que para ello deban reinventar la historia y encontrar castellano-leoneses hasta  en la prehistoria.

         Creo que el debate de supresión de órganos administrativos no debe centrarse en las Diputaciones. Las provincias son mucho más referente social que las Comunidades Autónomas. Prueba de ello es que los medios de comunicación tienen ámbitos provinciales. A los leoneses les interesan las noticias de León, a los zamoranos las de Zamora y a los burgaleses las de Burgos. Creo que esto es extensivo al conjunto de España. Luego estarán las noticias nacionales, europeas (cada vez más) e internacionales pero en esta lista apenas tienen cabida las noticias “autonómicas”. Aquellos medios que han intentado el tener un ámbito autonómico han fracasado.

         Se debe compaginar la eficiencia en el ámbito administrativo con el sentimiento de pertenencia a un determinado ámbito cultural. Ese puede ser el reto  y para ello puede ser necesario efectuar cambios en el actual estado autonómico que se está planteando excesivamente costoso e ineficiente. Además en el caso leonés es algo impuesto de modo antidemocrático a la ciudadanía y sus instituciones (La Diputación voto en contra de esa inclusión, con un diferencial de  20 votos contrarios y 4 a favor).

 

                                     David Díez Llamas

                                     Sociólogo          

        

LA CRISIS Y LOS PENDONES LEONESES.

           

            A mi modo de ver la crisis actual podría haberse evitado si se hubiese seguido lo que podríamos decir que se encierra en la filosofía y la tradición de los pendones leoneses. Trataremos de explicarnos y justificar está afirmación a lo largo de este artículo.

 

            En primer lugar diremos que para izar el pendón se hace necesario la fuerza del conjunto de los pendoneros para levantarlo. Sería equivalente al esfuerzo necesario para que desde el erario público se inicie una obra pública. En ambos casos se hace necesario la unidad de los vecinos para alcanzar el objetivo deseado. Hay que “remar” todos en la misma dirección.

 

            Una vez que se ha izado el pendón lo fundamental será mantener el equilibrio que permite avanzar en el recorrido. Ese equilibrio es esencial en la ejecución de la obra pública. No tiene sentido que se hagan polideportivos, centros culturales o aeropuertos de los que luego no se puede hacer frente a sus gastos de mantenimiento. Se ha llegado el caso a tener que cerrar centros de estas características por no poder pagar la factura de la luz. Se hace necesario el sentido de la medida.

 

            El pendonero sabe que el recorrido con el pendón izado no puede hacerlo una única persona. Se hace necesario que el pendón pase de unos a otros y que ese trasvase se haga en la mejores condiciones posibles para que el pendón no se caiga. En esos momentos del trasvase es donde de modo particular se presta especial atención por parte de todos los participantes a que el mismo se haga correctamente. También en el transcurso del devenir político a unos gobernantes les suceden otros, ya sean del propio partido o de la oposición. La falta de miras ha hecho que a veces se actué bajo el criterio de que “el que venga detrás que arreé”. En principio puede ser mucho más vendible el presentar al electorado determinadas obras que el tener unos presupuestos saneados. Tal vez esto pueda ser una de las cosas que cambien tras la importante crisis que estamos padeciendo. En todo caso se hace necesario actuar al modo de los pendoneros y ser conscientes de la necesidad de traspasar los poderes en las mejores condiciones posibles desde la lealtad y la asunción como propios de unos objetivos comunes.

 

            Desde el inicio del recorrido las personas conocen el principio y final del mismo así como tienen previsto quién debe de llevar el pendón en los diferentes tramos. Ese valor de la información entiendo que también es algo a tener muy en cuenta desde las instituciones públicas. La transparencia debe ser un valor emergente que nos ayude a superar la situación actual. No puede ser que la ciudadanía se entere de las cosas y de los problemas cuando ya la situación se ha vuelto insostenible. Se hace necesario que se puedan adoptar medidas de rectificación antes de que se llegue a la gravedad que va ligada a medidas de urgencia que son más drásticas y dolorosas de lo que podrían haber sido de actuar a tiempo. Vendría a ser como el atajar una enfermedad en los inicios de la misma o cuando ya está muy avanzada, la peligrosidad de la misma no es la misma.

 

            Un valor para mi especialmente relevante del mundo de los pendones leoneses es su capacidad para aglutinar bajo  el pendón del pueblo a todo tipo de personas. Hay hombres y mujeres, jóvenes y viejos, de izquierdas y de derechas, creyentes y ateos, de raza blanca y de raza negra. Todos se unen en el orgullo de representar a su pueblo y ponen todo su esfuerzo en que esa representación sea lo mejor posible. En la crisis actual ese pendón se llama España y sería necesario tener esa capacidad de unión con independencia de las ideologías, de los distintos segmentos de edad, o del origen territorial. Habría que preguntarnos que podemos aportar cada uno para salir de la situación actual. Sin renunciar a pedir responsabilidades a quién corresponda , creo que tampoco es conveniente limitarnos a demandar a otros que nos solucionen las cosas. Hay que ser activo en buscar salidas a la crisis actual.

 

            En los pueblos leoneses hay una profunda tradición democrática y participativa. Es en Concejo donde se toman las decisiones que afectan al común. Luego ,especialmente en los tiempos en los que faltaban los recursos, se buscaba ejecutar esas decisiones haciendo llamada a facendera, de modo que los vecinos se unían en la tarea común en beneficio del pueblo. Así si se había decidido limpiar un determinado camino, los regueros o la explanada de la fiesta, todos los vecinos se unían en su esfuerzo por alcanzar ese objetivo. Todos ellos también se veían beneficiados por esa obra que  habían decidido hacer.

 

            En la España actual entiendo que también sería bueno recuperar esa tradición de la facendera. Para ello es necesario dos cosas esenciales, la primera que la tarea a ejecutar sea algo que se decide desde el propio medio social, lo segundo que las personas que prestan su esfuerzo en esa tarea se sientan directamente beneficiados por la misma.

 

            Entiendo que debemos hacer una recuperación de valores que hemos ido perdiendo y que en ello podemos encontrar una renovación social que resulta necesaria de cara a superar la crisis actual. Entre esos valores estaría los de la cooperación, la solidaridad, el sentido de la medida  o el esfuerzo recompensado.

                                                            David Díez Llamas

                                    Doctor en Sociología. Autor de la obra “irresponsables”

 

           

 

LA CULPA, ES DEL OTRO.

            Uno de los signos de estos tiempos que vivimos, en que los problemas son abundantes, es considerar que siempre hay un “otro” al que culpar. Puede ser el gobierno anterior o el gobierno actual, pueden ser los sindicatos o la patronal… pero siempre será “el otro”. En tanto esto es así se demandan que los cambios de conducta los haga ese otro ya que al parecer nada hay que cambiar en los modos de conducta y actitudes de cada uno y del propio colectivo.

            En tanto las rectificaciones las deben hacer “otros” la consecuencia es que nos mantenernos en el estatismo, ya que esperamos que los cambios los efectúen “los otros”. Sin embargo consideramos que para superar la situación actual debemos efectuar cambios y que no hay que esperar a que sea ese otro el que cambie.

            Todos debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad en haber llegado a la situación a la que hemos llegado. Es necesario la humildad de admitir que en algo nos hemos equivocado y que no siempre el error está sistemáticamente  en “el otro”. Sólo así estaremos poniendo las piedras del edificio que permite mejorar en nuestros modos de conducta.