martes, 14 de diciembre de 2021

EL MEDITERRÁNEO LEONÉS.

 


            Sí ya sé que los leoneses por proximidad geográfica y por intereses económicos estamos más cercanos al eje atlántico que al mediterráneo. Sin embargo no es a eso a lo que se refiere este artículo. Más bien lo que intenta expresar es que desde una posición individualista nos empeñamos una y otra vez en “descubrir el mediterráneo”.

            El esquema se repite siempre. Lo que existe no vale y yo tengo la solución de crear algo nuevo bajo mi liderazgo. Vendría a ser que cada uno tiene que “descubrir ese mediterráneo” por sí mismo, sin intermediarios. Con ello se impide avanzar sobre lo que pueda existir (con sus imperfecciones) y lo habitual siempre es empezar desde 0. Pero claro ese “nuevo edificio” dura unos pocos años hasta que otro también considere que “hay que empezar otro”. Así una y otra vez. La verdad a mí me parece un poco aburrido. Además evita que se pueda construir “algo” con la suficiente potencia y proyección social y política.

            Igual es que uno ya va sumando años, pero les confieso que cuando en mi ordenador o en mi móvil se anuncian nuevas actualizaciones, yo nos la recibo con un ¡por fin! sino más bien es con un ¡vaya otra vez! La sociedad en que estamos tiene como una de sus características que se prima la poca duración de las cosas. Es una de las paradojas. Hacemos un discurso muy ecologista pero luego las conductas son más propias de valores de “fugacidad” que de “duración”. Se va más a “sustituir” que a “reparar” aunque luego hagamos un panegírico contra el calentamiento global. Es parte de la incoherencia social.

            Esa trayectoria a nivel de objetos se viene a repetir también en la acción política. También en ella se opta más por “sustituir” que por “reparar”. Se tiende a primar “lo nuevo” frente a lo que “perdura”. Así se habla de la “vieja política” y se apuesta “por lo nuevo”. Pero claro la “novedad no es eterna” y dura lo que dura. Pero la escasa duración no parece importar se busca un nuevo recambio y que dure otros pocos años.

            Si está es la tendencia a nivel general en el territorio leonés diría que se tiende a acentuar aún más. Cada grupo viene a considerarse el adalid de aquello que propugna. Incluso muchas veces se viene a considerar que es “lo único”. Si se habla de la autonomía leonesa en el Congreso es gracias a “nosotros”. A veces se establecen una especie de competición interna para demostrar “mi mayor capacidad para concentrar gente”. O también en el idioma hay grupos enfrentados que nos dicen que el “leonés es lo que yo digo”. Es demasiado habitual que cada asociación venga a decirnos que no existe más propuesta que la que ellos dicen y que si se produce algún tipo de avance es por su actividad. Nos falta una cierta humildad en reconocer que hay más personas que trabajan en esa misma dirección y que si “el equipo gana o pierde” es por la acción de todos. No es un buen criterio el considerar que “las victorias son nuestras” y “las derrotas de ellos”. Cualquier entrenador deportivo trata de inculcar ese espíritu de equipo, pero claro si lo hace es por cuanto suele faltar.

            El avance en cualquier campo siempre se hace desde lo que otros han podido descubrir previamente. No es tampoco el estatismo de permanecer manteniendo siempre lo mismo. Lo normal es que cuando se produce un descubrimiento el mismo tenga algún tipo de error. Habrá que rectificar y mejorar ese avance inicial. Lo que no creo que convenga es prescindir del mismo y empezar como si no hubiera nada.

            Hay que dar valor a lo que otros hacen y no tan sólo a lo que hago yo o mi grupo. Es necesario entrar más en el espíritu de que puedo hacer yo para mejorar lo que hay. Un equipo de futbol tendrá más posibilidades de “ser ganador” si tiene un buen portero, defensas, medios y delanteros. Pero además si se evita que cada jugador haga la guerra por su cuenta (algo que por ejemplo es la principal máxima del nuevo entrenador del Barcelona, Xavi Hernández). La aportación de cada “jugador” será distinta en función de sus características y capacidades. Todos, sin embargo, saben que nadie gana una liga por tener un jugador muy bueno, lo importante es la labor del equipo en su conjunto.

            El mediterráneo ya existe. No hace falta nuevos descubridores cada año. Para avanzar no hace falta que “otros me sigan a mí”.  Más bien creo que es mucho más útil el buscar en que puedo ayudar para que crezca nuestro proyecto en común. Hay que aceptar incluso que no todo va a coincidir con lo que cada uno quiere. Hay que forjar la unidad desde la aceptación de la discrepancia. No puede ser que nos convirtamos en enemigos de nosotros mismos.

domingo, 12 de diciembre de 2021

¿QUÉ ES LEONESISMO?.

 


               Todos los líderes de los diferentes partidos se han referido de una u otra forma al leonesismo. Entendemos que ello es un indicador de que ese leonesismo ha calado en el tejido social leonés.

            Pero claro luego cada uno lo interpreta a su manera. En mi opinión a Pablo Casado habría que darle el premio a la originalidad. El líder del PP ha inventado nada menos que el “castellanoleonesismo”. Claro, igual es el único que participa de su invento. El leonesismo puede sentirse muy vinculado con el castellanismo por cuanto la existencia de Castilla viene a ser “la otra cara” de la existencia de la Región Leonesa. Vamos qué si existe Castilla, existe León. Lo “castellano-leonés” es la anulación no sólo de la identidad leonesa, también de la castellana. Si bien es verdad, que nadie se va a referir a los castellanos como leoneses y sin embargo en multitud de ocasiones se nos confunde a los leoneses como castellanos. Pero vamos lo de “castellanoleonesismo” rechina por todos los costados, incluso a las personas que pudieron acompañar a Casado en su visita.

            El PP de León se ha referido al “leonesismo útil” pero luego en su ponencia tiene que hacer las rectificaciones que le dicen desde Valladolid. No parece que sea esa la mejor forma de expresar la utilidad de una reivindicación. Vamos es como si el patrón de la empresa les dice a los trabajadores lo que deben de reivindicar. Creo que eso a ningún sindicato eso le convencería y nadie lo calificaría de “útil”. No es de recibo un “leonesismo al dictado de Valladolid”.

            Otros como el señor Eduardo Moran se dice también “leonesista” y afirma que ese leonesismo se debe a la discriminación que ha sufrido la Región Leonesa con tantos años de gobierno del PP. En su opinión todo ello cambiaría cuando hipotéticamente Tudanca accediese a la presidencia de la Junta. Primero reduce el leonesismo a una mera reivindicación económica, sin considerar otras variables sociales e históricas. Tampoco considera el sentimiento de identidad que tienen los propios leoneses. Uno diría que “obras son amores y no buenas razones” o también que “por sus obras les conoceréis”. Pues bien creo que pocos dirán que su gobierno desde la Diputación ha favorecido los intereses económicos y sociales de los leoneses. Desconozco que desde su presidencia en la Diputación se haya elevado una sola protesta ante las múltiples ocasiones en que se han referido a territorios leoneses como castellanos. Ya ve, para la defensa de la identidad leonesa ni siquiera es preciso el apostar por una autonomía leonesa. Pero claro su inacción ante todo ello, hace que no sea en nada creíble que usted se declare leonesista.

            También hay otros que vienen a confundir el leonesismo como una forma de nacionalismo excluyente. En ese sentido aluden al término de “leonesidad” y lo diferencian del leonesismo como algo propio del nacionalismo. Uno sospecha que ello se debe a que aquel que es abanderado de la “leonesidad” en algún momento de su vida ha padecido ese nacionalismo excluyente. En mi caso si puedo identificarme como “leonesista” pero sin apoyar para nada los nacionalismos. La gran mayoría de los leonesistas nos sentimos leoneses y españoles.  Lo que no somos es ni castellanos, ni castellano-leoneses.

            El leonesismo tiene una identidad política. No se trata de querer más o menos a esta tierra. En ese sentido leonesismo hoy está directamente asociado a la defensa de la autonomía leonesa. Desde luego los que durante tantos años no han hecho nada para defender la identidad leonesa frente a los continuados ataques, los que no se han posicionado en defensa de sus intereses económicos y sociales poco o nada pueden decir relativo al leonesismo.

            El leonesismo es también una apuesta por la democracia. Está ha sido una autonomía impuesta y no refrendada por la ciudadanía. Castilla y León se crea a modo de dique de contención de los nacionalismos periféricos de Cataluña y Euskadi (algo que a la luz de hoy es evidentemente un fracaso). En la propia visita del señor Casado se dejaba ver esa idea de oponer territorios de una Comunidad de Castilla y León enfrentada con Cataluña. El PP debe tener muy claro que su modelo de España tiene muy pocos seguidores en Euskadi y Cataluña. El modelo leonés de España de “unidad en la pluralidad” (al modo de lo que fue el Regnun Imperium Leonés) probablemente habría tenido mayor éxito en conseguir una mayor y mejor convivencia entre los territorios, algo básico para alcanzar una mayor unidad.

domingo, 14 de noviembre de 2021

EL COCODRILO Y LA ESPAÑA VACIADA.

 


          Se dice que el cocodrilo llora mientras devora a sus presas. En base a ello se utiliza la expresión “lágrimas de cocodrilo” cuando alguien finge dolor o tristeza.

            En mi opinión con la España vaciada hay demasiadas “lágrimas de cocodrilo”. Poco o nada tiene que ver lo que se dice con lo que se hace. Se pueden ver expresiones solidarias con ese mundo pero luego las medidas que se adoptan van en sentido contrario.

            ¿Alguien piensa que prohibir que los ganaderos defiendan su ganado contra los ataques del lobo es ayudar a la España vaciada? o ¿que no se pueda plantar chopos en las riberas? o ¿lo es el impedir la navegación con motor en los embalses? ¿Ayuda a la España Vaciada favorecer la desaparición de los consultorios médicos? ¿Es ayudar a la España vaciada el que cada vez sea más complicado tener sucursales bancarias suficientemente próximas? ¿También creen que ayuda el fomentar grandes parques eólicos y fotovoltaicos en su Territorio? ¿Alguien piensa  que hay que dar lecciones a un pastor sobre cómo debe cuidar a sus perros?

            Para ayudar a esa España vaciada lo primero que hay que hacer es escucharla. Frente a esas cuestiones desde el ámbito rural tan sólo se escuchan voces de oposición. Sus demandas van en otro sentido muy distinto. Quieren tener acceso a internet, tener a menos de 30 km de distancia lo que pueden ser los servicios básicos, un transporte para poder desplazarse personas de una cierta edad. Ha sido demasiado frecuente que la aprobación de esas medidas se haga desde aquellos que no viven en la España Vaciada. Por ejemplo la medidas respecto a los lobos las adoptan las Comunidades donde no hay lobos y las imponen a donde sí los hay. Es como “muy señorito” el decir a mi gusta verlos y si tu sufres con ello pues “te aguantas” (y encima lo recubrimos con un manto ecologista).

            Es de una gran injusticia que poblaciones que han sido inundadas con pantanos (como Riaño) luego ni siquiera dispongan de agua para abastecerse y tengan que hacerlo con camiones cisterna. Ahora, para ahogarlos también económicamente, quieren prohibir que en ese embalse pueda haber paseos en barca. Con ello niegan la promoción turística de la zona.

            Tengo una opinión muy negativa de la Confederación Hidrográfica del Duero. Algo que se financia con dinero público no puede convertirse en un obstáculo para atender las necesidades de la ciudadanía. En unos casos ha dificultado que los propios interesados en facendera operen para que pueda volver al agua a su presa. Era aquello de “ni hago, ni dejo hacer”. Lo suyo es prohibir (chopos, navegación por embalses…) mientras por otro lado el agua de León ahora se vierte a Asturias.

            Una de las cosas que ha demostrado esta pandemia es que para trabajar no resulta (muchas veces) necesario el acudir al centro donde se ubica la empresa o la institución. Es posible el teletrabajo y de hecho han sido muchas las personas que se han encontrado en esa situación. Entiendo que esto puede ser una oportunidad para esa España vaciada. Para ello es necesario unas buenas conexiones de internet. Pues trabajemos en ello.

            La solidaridad implica que todos tengamos que asumir unos costes. Si pensamos en el correo postal, tenemos que no es lo mismo el coste que supone llevar una carta de una calle a otra de Madrid que el que supone llevarla a un pequeño núcleo rural. En ese sentido habrá que aplicar un sobrecoste a la carta que se mueve dentro del núcleo urbano a modo de compensación a la que tiene como destino un núcleo rural. Este ejemplo sería válido para muchas otras cosas. Para ello son necesarias medidas que obliguen a prestar servicios en zonas que no son rentables y que para ello se pueda compensar con un sobrecoste en aquellas que sí lo son. Por otro lado el correo electrónico consigue unificar costes con independencia del lugar de residencia y ello es también una oportunidad (siempre y cuando esos núcleos cuenten con la infraestructura apropiada).

            La concentración de servicios en una zona va directamente en contra de la España Vaciada. No es de recibo declaraciones como las del alcalde de Valladolid Oscar Puente que propone que nos vayamos todos a esa ciudad para solventar así los problemas de falta de servicios. Tampoco lo son las de Isabel Ayuso que practica una especie de nacionalismo madrileño que viene a identificar España con Madrid (los demás o son paletos o son independentistas).

            Para lograr éxito es necesario que se asuma las reivindicaciones de la España vaciada más allá de lo que son sus núcleos de población. Que asumirlas no sea sólo teórico e implique asumir un coste adicional en los servicios que posibilite el que los mismos lleguen a los núcleos rurales.

            Podríamos decir que “obras son amores y no buenas razones”. En este momento hay demasiados cantos de sirena que luego no se corresponden con las medidas que se adoptan. En esa España vaciada podemos encontrar los valores que en mayor medida nos identifican. Las peculiaridades propias las encontramos en el mundo rural, las urbes son cada vez más uniformes. Es necesario apoyar nuestras esencias.

lunes, 18 de octubre de 2021

Las sentencias judiciales.

 


          En principio sería de esperar que un mismo acto que se somete a una sentencia judicial tuviera un veredicto igual o al menos muy similar. Es decir que la sentencia fuera básicamente independiente de la personalidad del juez que le hubiera tocado juzgarla. Sin embargo durante la pandemia hemos visto muchas sentencias contradictorias, lo que ha generado confusión entre la población en general. La disparidad de sentencias creo que sería en mayor medida achacable a la personalidad del que juzga que al marco normativo.

            El premio nobel Daniel Kahememan en su obre “Ruido. Un fallo en el juicio humano” explora “la variabilidad del sistema en juicios que idealmente deberían ser idénticos”. Su conclusión es que hay “grandes disparidades entre los jueces en las sentencias que recomendaban para casos idénticos”. El experimento (como suele ser habitual) se hace en Estados Unidos. En el mismo se llegan a conclusiones tan sorprendentes como que es más probable que los jueces concedan la libertad provisional al comienzo del día o después de una pausa para comer que inmediatamente antes de esa pausa. Es decir un juez con hambre es más severo. También nos dice que la sentencia cambia en función de si tu equipo de futbol (en su caso el americano) gana o pierde.

            Si la condena media de un caso es de 7 años, el rango en función de la personalidad del juez estaría entre los 10.4 años (el más severo) o los 3,6 años. Por eso mismo ese autor nos dice que el ruido del sistema es cinco veces mayor de lo que pensábamos. En ese mismo experimento se exponen una serie de 16 casos a 208 jueces para hallar la variabilidad de las sentencias. En base a ello construye la teoría que vamos exponiendo.

            Ante esa situación el propio Congreso de los Estados Unidos promovió una ley que restringiese el poder interpretativo de los jueces y favoreciera el atenerse a lo que estrictamente dictaminaba la ley. Esta situación provoco importantes rechazos y finalmente fue eliminada. Se había logrado reducir la variabilidad en las sentencias pero ello chocaba con limitar el poder de los jueces.

            En nuestro caso podríamos decir que hay muchas sentencias que la ciudadanía acata pero no las llega a comprender. Los ejemplos pueden ser muchos pero podemos poner alguno. No se entiende que alguien grabe a unas mujeres sin su consentimiento mientras orinan, suba esas grabaciones a redes pornográficas y el juez diga que eso se puede hacer por estar en un espacio público. Tampoco se entiende que unos jueces dictaminen en sentido contrario a posibilitar el estado de alarma ante la demanda de un partido que censuraba no haberla decretado antes. Todo ello meses después de haberse producido la emergencia sanitaria. La ciudadanía no llegaba a comprender que en unos lugares los jueces consideraban aceptable la restricciones en hostelería en otros sin embargo las prohibiesen.  

            La lentitud de los procesos tiene también muy graves consecuencias. En nuestra opinión lo que viene ocurriendo en Cataluña tiene un punto de partida muy importante cuando una sentencia judicial anula un marco estatutario que había sido ya refrendado por la ciudadanía. No entramos en lo que es el contenido de lo que se había aprobado, pero es claro que si ello escapaba del marco normativo habría que haber procedido a anularlo antes de que llegase a las urnas y no después. Muchos ciudadanos se sintieron desautorizados por los tribunales.

            Ahora mismo hay un debate planteado sobre lo que es la renovación de los cargos del Consejo General del Poder Judicial. Existe el riesgo de la concentración de poderes. Ciertamente es un signo de las dictaduras que el poder judicial esté al servicio del poder político. Por eso es saludable la separación de poderes. Sin embargo también puede suponer un riesgo el dar excesivo poder a unos jueces que como hemos visto pueden juzgar más en función de su propia personalidad que de lo que pueda decir la ley. La solución no es fácil.

            Probablemente habría que seguir aquella máxima de los romanos de que “en el medio está la virtud”. El ideal sería que manteniendo la independencia de poderes a la vez se consiguiese reducir el sesgo que se produce en las sentencias en función de la personalidad del juez. Tal vez ese objetivo se podría lograr si la propia judicatura favoreciese esas medidas correctoras.

            En psicología se conoce que es importante que no haya excesiva distancia temporal entre una conducta y el premio o  castigo que pudiera estar asociado a ella. En ese sentido habría que acortar los plazos de las sentencias judiciales. Tareas complicadas pero importantes, habría que ir avanzando hacia esas metas.

jueves, 14 de octubre de 2021

LA REBELIÓN LEONESA. EL AROMA DE LA LIBERTAD.

 


          En mi opinión no se está dando suficiente valor al proceso que se está produciendo en León. Son ya más de 50 los Ayuntamientos que se han pronunciado por una autonomía leonesa. En conjunto prácticamente representan a la mayoría de la población leonesa.

            Hay que tener en cuenta que se alcanza ese logro aun cuando las direcciones de los principales partidos se posicionan en sentido contrario y han presionado a sus concejales para que votasen negativamente a esa propuesta por la autonomía leonesa. Sin embargo buena parte de esos concejales y alcaldes se han rebelado frente a lo que era la consigna de su partido. No conozco ningún caso a nivel de España o incluso de Europa donde la mayoría de alcaldes y concejales voten contra lo que es la posición oficial de su partido. Reto a que alguien me diga un caso similar.

            Esta rebelión leonesa viene a contradecir a aquellos que dicen que los leoneses somos muy pasivos. También hay que decir que en esa rebelión se incluyen personas de todos y cada uno de los partidos. Queda muy patente que “ser leonés” y “apostar por una autonomía leonesa” no es privativo de nadie. En esas posiciones nos hemos encontrado concejales desde VOX hasta Podemos pasando por los del PP, PSOE, Ciudadanos, IU, Independientes o de UPL.

            No es cierto que la población leonesa esté dividida. Aquí la verdadera división está entre los que apuestan por una autonomía leonesa y los que evitan pronunciarse. Los votos negativos no son para nada significativos. Si esto fuese un referéndum el triunfo de los partidarios de esa autonomía en León sería aplastante ya que aquellos que no se pronuncian serían simplemente la abstención. Es muy complicado encontrar partidarios del actual marco autonómico.

            No creo que sea casual que dentro de los pocos municipios que han votado en sentido contrario encontremos a los que encabezan dos alcaldes que tienen cargos en la Diputación (Cistierna y La Robla). Igual habría que pensar que en esos pocos casos se ha primado lo que es la situación personal de esos alcaldes. Ni siquiera en esos casos el voto obedece a criterios de considerar como mejor opción el actual marco autonómico. Hay que recordar que la elección de los representantes en la Diputación la hacen los partidos y no directamente la ciudadanía. Con ello la capacidad de presión y control de los aparatos de cada partido es bastante mayor y eso se hace notar.

            Este proceso es toda una lección de cómo la unidad se consigue desde la aceptación de la diversidad y no como una imposición. Cada concejal tiene sus propios valores y modo de ver el mundo. Sin embargo más allá de esas diferentes concepciones tienen como punto en común,  son leoneses y saben que el proceso autonómico ha sido injusto y está dañando gravemente el bienestar de la ciudadanía. Es un grito de defensa de las libertades y de la dignidad. Es el aroma de la libertad.

            Aquí también se produce un debate sobre si esos concejales son representantes de los vecinos que les han votado o deben primar la representación del partido por el que se han presentado. Comparto plenamente que los concejales y alcaldes se deben a los vecinos que les han votado. Los partidos deben ser cauces de expresión de esas voluntades ciudadanas y no diques de contención.

            Es necesario trasladar al conjunto de los españoles está realidad. Esta rebelión no es un “micronacionalismo” (como he visto que la trataba algún periódico) ni tampoco cabe paralelismo alguno con la situación de Cataluña. Apenas se conoce en España esta rebelión y menos aún se comprende. Hace falta reivindicar la propia existencia.

            Una vez se supere el 50% de la población leonesa que a través de esos ayuntamientos se pronuncia por una autonomía leonesa, habría que demandar que la Diputación asuma como un mandato aquellos que expresan esos cargos electos. No creo que sea un procedimiento democrático el hacer oídos sordos a esa demanda. Sólo hay dos opciones: o se pone al frente de esa reivindicación o actúa como dique de contención de la misma y al servicio de unos intereses que no son los de la ciudadanía. Ni siquiera los que no han apoyado está moción lo hacen  por considerar este marco autonómico como el mejor.

            La rebelión leonesa es un ejercicio de dignidad. Se agradece ese aroma de libertad y esperemos que llegue a todos los rincones de nuestra geografía. Sería algo muy positivo para todos.

domingo, 26 de septiembre de 2021

LEON=CASTILLA. LA FALTA DE RESPUESTA INSITITUCIONAL.

 


          Vamos a partir de dos hechos. Ambos considero que podrían ser aceptados por la práctica unanimidad de la ciudadanía. Por un lado, tenemos que existe un consenso en todos los partidos políticos (que tienen algún tipo de representación en el territorio leonés) de que León no es Castilla. También que constituyen 2 regiones diferenciadas. En las ponencias de sus respectivos congresos podemos ver declaran la existencia de la Región Leonesa. Así lo hacen en el recientemente celebrado por el PP de León, como también en el PSOE (incluso el de Valladolid) y en general en el resto de partidos. Por otro lado, tampoco hay mayores dudas de que de forma continuada en distintos medios de comunicación se trata a León como una parte de Castilla. No creo que sea muy necesario extenderme en ejemplificar una situación que muchos leoneses hemos denunciado a nivel particular. Reiteradamente se habla de “la catedral leonesa como castellana” (la última en el programa de Saber y Ganar), de equipos deportivos leoneses como “castellanos” y también habría muchos ejemplos en el campo comercial. Hay también otras “variantes” que llevan a que parajes y territorios leoneses se refieran a ellos como “asturianos” o como “gallegos”.

            Ante esta situación tenemos que muchas veces la demanda de rectificación se hace a nivel individual o como grupo, pero falta la defensa institucional que haga ver al resto de los españoles que esto no es algo de un pequeño grupo de personas, sino que responde a una queja del conjunto de los leoneses. En esa filosofía se firmó en su momento el Acuerdo por la Identidad Leonesa que fue suscrito por PP, PSOE (Rodríguez Zapatero) y UPL que conjuntamente representaban en aquel momento el 95% del voto leonés.

            En base a todo ello demandamos que en la Diputación de León exista la oficina de “defensa de la identidad leonesa”. Probablemente no haga falta ampliar medios y podría valer con reasignar funciones a alguno de los existentes (por ejemplo, en la oficina de prensa). Esa oficina debería ser un vehículo al que la ciudadanía podría hacer llegar las denuncias de los casos en los que se produce esa negación de la identidad leonesa. Por otro lado, también sería la encargada de pedir la rectificación a los medios de comunicación donde se haya producido ese hecho. También tendría entre sus funciones el divulgar entre los diferentes profesionales del periodismo que la actual Comunidad Autónoma la componen dos regiones y que una de ellas es la Región Leonesa. Todas estas funciones parten de un consenso político que habría que trasladar al plano institucional y desde ello al de la comunicación.

            Es fundamental dar carta de existencia a lo leonés. Lo es en el plano cultural pero también en el plano económico. Todas las marcas comerciales se gastan mucho dinero en conseguir presencia mental en la ciudadanía. Así en cualquier estudio de mercado un indicador fundamental es el de la notoriedad tanto a nivel espontáneo como de forma sugerida. Cuando un camarero en una terraza nos pide ¿Qué desea tomar? Será fundamental que en ese momento el consumidor tenga como opción “tu” marca. La no existencia de “lo leonés” es un lastre para la venta de los productos leoneses o para promocionar el turismo. Por decirlo de alguna manera “no se compra, lo que no existe”.

            Estamos en el nivel más básico que es el de reclamar la propia existencia. Luego ya habría que tratar de dar valor e identidad a esa existencia. El redescubrir “lo leonés” sería también muy importante para el conjunto de los españoles. Vendría a ser el debate entre “la ley y la espada” entre la España Cuna del Parlamentarismo y la España del Cid. El dar valor a la España democrática creo que no es precisamente baladí y podría aportar mucho de cara a mejorar nuestras condiciones de convivencia.

            Ese ocultamiento de “lo leonés” entiendo es consecuencia de la división que se establece en la España de las autonomías. En la gran mayoría de los casos es por pura ignorancia. Sin embargo, lo que se repite muchas veces se termina asimilando como “verdad” aun cuando no lo sea.

            Los leoneses no pedimos remontarnos a la edad media. Hay que recordar la propia carta de existencia de la Región Leonesa hasta la llegada de la España de las Autonomías. Hay que evitar confundir una Comunidad Autónoma con una Región. Es el caso de Castilla y León donde conviven 2 regiones. La Y señala esa diferencia como también lo hace, por ejemplo, entre Alicia y Pablo como 2 personas y no existe el Alicia-pablo.

            La demanda que se expresa en este artículo creo que es muy importante para lograr mayores cotas de bienestar de la ciudadanía. No tiene que suponer incrementar los costes en la administración (simplemente sería implementar otros criterios). Además, parte de un consenso político. Sólo hace falta voluntad para llevarla a cabo, esperemos que la iniciativa prospere, es algo que todos necesitamos.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

LEON, VIRUS, VACUNAS Y NEGACIONISTAS.

 


            Este artículo pretende hacer un paralelismo entre lo que está ocurriendo a nivel general con lo que también viene aconteciendo en el plano social con la adscripción de León a la autonomía de Castilla y León. Hay que recordar que esa adscripción se hizo contra la voluntad de los leoneses y sus instituciones.

            El virus de este marco autonómico ha provocado grandes pérdidas económicas a los leoneses. Esto es algo que resulta tan evidente que apenas requeriría mayor explicación. Todos los días se recibe una noticia que ahonda en esa sangría económica. No les quiero aburrir demasiado, les pondré sólo los últimos casos. Así podríamos referirnos al proyecto ferroviario de la U de Olmedo o la falta de unidades de atención para los enfermos de Covid o el quedarse sin el Centro de Estudios Penitenciarios, la escuela de pilotos o la radioterapia en El Bierzo.  Los ejemplos pueden ser muchos más y seguro que el lector por su cuenta añadirá los que le afecten más directamente.

            En el plano social y cultural hay que recordar las muchas veces que los leoneses tenemos que explicar que no somos castellanos. Aun cuando en principio se debería tener en cuenta que esta autonomía la componen 2 regiones, en la práctica la Junta no tiene una política consecuente con ello y práctica la uniformidad y la anulación de ese valor diferencial. Nunca en los datos que ofrece la Junta sobre cualquier cosa nos vamos a encontrar los que se refieren a la Región Leonesa y los que son de la Región Castellana. Por supuesto no hace nada por trasmitir al conjunto de los españoles esa diferenciación entre las dos regiones. Por el contrario, se ha tendido a instalar en los medios de comunicación que Comunidad Autónoma y Región es lo mismo.

            En definitiva, podemos concluir que “hay un virus autonómico” que nos causa problemas. Alguien podría pensar que ese virus nos ha afectado simplemente por tener “mala suerte”. Pero claro es que está ruleta de la suerte parece estar trucada y las decisiones que perjudican caen siempre del mismo lado y las que benefician también, pero a otro distinto. Así una vez tras otra la lectura es la misma, la Región Leonesa pierde y Valladolid gana. Tal vez en ello tenga que ver el que desde el primer momento el impulsor de esta autonomía ha sido Valladolid. Ello favorecía su posición de centralidad geográfica y con ello su mayor poder político y económico.

            Diría que sobre los puntos que he venido desarrollando hay bastante consenso. La autonomía de Castilla y León ha perjudicado social y económicamente a la Región Leonesa y beneficiado a Valladolid. Es decir, tenemos un virus.

            Bien si hemos llegado a ese diagnóstico el siguiente punto en nuestra reflexión será el que dice que “algo habrá que hacer” para combatir ese virus. Hay que intentar lograr una vacuna que nos inmunice.

            En ese contexto algunas personas mantienen que “cambiando de médico” (es decir de partido que gobierna) la cosa estaría solucionada. Pero claro a lo largo de la historia ya ha habido distintas opciones de gobierno y ello no parece haber sido la solución. Vendría a ser como si la receta para superar el Covid-19 fuera el cambio de especialista.

            Si el origen de esta situación fue la creación de la autonomía de Castilla y León, entonces la vacuna tiene que ser el alcanzar una autonomía leonesa. Hay ejemplos suficientes para ver el modo tan diferente en que han evolucionado Cantabria, Rioja o Aragón respecto a como lo ha hecho la Región Leonesa. En otros artículos he procurado demostrar con datos lo que ha sido esa diferente evolución (algo que también he trasladado al libro “Región Leonesa la 18 autonomía de España”).

            Creo que la autonomía leonesa es la mejor vacuna contra este virus, por cuanto nos permite recuperar poder sobre nuestros propios recursos y también facilita la visibilidad de los productos leoneses a nivel del conjunto de España. Es el instrumento adecuado para reivindicar que existimos. Podríamos decir que, si Valladolid se opone a esa autonomía leonesa, igual resulta que pudiese ser por cuanto pierde su posición de centralidad. Diría que incluso esa oposición vendría a ser un signo de que, si a ellos no les interesa, a los leoneses sí.

            Luego estarían los negacionistas. En nuestro caso vendrían a ser los que enmascaran la situación leonesa asimilándola a lo que ocurre en Cataluña o también la comparan con reivindicaciones municipales. Los hay también catastrofistas que admitiendo que la situación es negativa nos dicen que “no hay remedio” (en ese sentido apuestan que el Reino de León sea el reino de los cementerios).

            Es un dato incuestionable que la reivindicación leonesa es transversal y alcanza a todos y cada uno de los partidos. Por eso podríamos decir que la democracia es la mejor vacuna contra el virus que nos afecta. En el momento de decidir el voto habrá que examinar en qué medida las diferentes opciones que se presentan defienden el optar por esa vacuna que nos defienda del virus de estar incluidos en esta autonomía.

domingo, 29 de agosto de 2021

CONVIVENCIA.

 


            Uno de los grandes proyectos de la humanidad es el de crear núcleos de población estables fuera del planeta Tierra. Hay una iniciativa en ese sentido a la que han dado un nombre Nuwa. De su importancia nos puede dar idea su presupuesto que asciende a 1 billón (con b) de dólares.

            Como parte de este proyecto en el desierto de Arizona se crea el complejo Biosfera 2 que trata de ser un experimento de recreación de las condiciones de vida que se pudieran encontrar fuera de nuestro planeta. Se hizo un seguimiento de las condiciones tanto del aire que se respiraba como del estado de salud de sus integrantes.

            En ese experimento participaban 4 hombres y 4 mujeres. Podríamos decir que en el campo de la ciencia si ha producido resultados útiles. Sin embargo, fracasa principalmente por las dificultades de convivencia entre las personas que participaban en este experimento. Los grupos se dividen y los que hasta entonces eran amigos íntimos se convierten en enemigos implacables. Diríamos que el origen de esas desavenencias es fundamentalmente la escasez ya sea de oxigeno o de alimentos. Hay acusaciones de “esconder comida” o de “recibirla de contrabando”.

            Este experimento nos vendría a decir que puede ser más complicado conseguir buenas condiciones de convivencia que superar retos propios de la tecnología. Diríamos que la complejidad de las relaciones humanas supera a la de la propia tecnología. Sin embargo, con demasiada frecuencia nos vemos deslumbrados por los avances tecnológicos y descuidamos lo que pudiera ser el lograr mejorar nuestras condiciones de convivencia.

            Es también un dato a considerar que las dificultades de convivencia son mucho mayores en función de que sean relativamente mayores las condiciones de escasez. La competencia por los recursos es una fuente de conflictos. Lo ha sido en este experimento y también a lo largo de la historia. El origen de muchas guerras lo podríamos tener en base a esa competencia por los recursos. Pero también ello es extensivo a las disputas en el medio rural por el agua o a los conflictos que suelen darse en las Comunidades de Vecinos.

            La gestión del bien común es complicada. Lo es siempre, pero aún más durante una pandemia. En ese experimento no fue posible armonizar los criterios de 8 personas, cuando ya esa gestión se extiende a un ámbito mucho mayor la dificultad se multiplica. El desconcierto aumenta cuando se producen sentencias judiciales contradictorias dependiendo del ámbito territorial.

            A ese rio revuelto también nos hemos encontrado a aquellos que más que apoyar para buscar soluciones, han tratado de “pescar” en su propio beneficio. Así se ha podido decir una cosa y la contraria buscando no tanto aportar buscar salidas sino más bien deteriorar la imagen del adversario político.

            El mundo avanza en nuevas conquistas a nivel de tecnología, pero creo que esos avances no se acompañan de una mejora en las condiciones de convivencia. Puede pasar que las cosas fracasen no tanto por falta de conocimientos técnicos sino por otros más asociados al ámbito social.

            Tenemos una sociedad que es cada vez más individualista. Se ha tendido a sustituir las actividades de grupo por otras más individuales. Hoy es habitual ver varias personas sentadas en una terraza mirando cada una su móvil. Los juegos en los que intervenían físicamente varios jugadores  casi han desaparecido. Recuerdo muchos juegos de niño como “la pica”, “el escondite” o jugar a las canicas. Hoy todo ello se ha sustituido por aplicaciones de un móvil que los niños tienen muy pronto. Ese cambio dificulta el aprendizaje en la convivencia, en aceptar como normal el triunfo o la derrota.

            La conversación y la reflexión se han ido perdiendo. Estamos en una civilización de la imagen en la que prima la rapidez. Ello nos lleva también a que gane peso lo insustancial. No parece que ello sea el mejor bagaje para que luego podamos afrontar los importantes retos que se nos presentan.

            Uno de los principales pilares sobre los que se asienta la convivencia es el diálogo. A la vez el diálogo exige una escucha activa que permita asimilar aquello que nos puedan estar diciendo. No creo que las redes sociales fomenten el intercambio de opiniones o ideas. Más bien son círculos que se alimentan con los que puedan estar más o menos próximos a tus convicciones y que rechazan con fuerza a los que puedan disentir. Por otro lado es muy complicado expresar ideas en unas pocas líneas. Aún lo es más establecer un debate constructivo con otras personas. Tristemente se puede decir que es más frecuente el insulto que plasmar una idea (la que sea).

            Estamos creando islas sociales que no son precisamente el prototipo para fomentar la convivencia. Una sociedad avanzada tecnológicamente pero debilitada socialmente es un gigante con pies de barro. Es un poco el ejemplo que les ponía al principio de este artículo. El fracaso no viene de las dificultades técnicas, viene a través de las relaciones humanas. Puede ser una seria advertencia de que hace falta mejorar y estimular los canales de convivencia.

lunes, 26 de julio de 2021

¿LEONESISMO AL DICTADO DE VALLADOLID?

 


            El 15 Congreso del PP de la provincia de León ha buscado hacer una referencia al leonesismo y para ello le ha añadido el concepto de utilidad. Le han llamado “leonesismo útil”.

            Más allá de otras discrepancias, lo que no es admisible es que el PP de León no pueda tener el derecho a expresar lo que considere oportuno y tenga que esperar la rectificación a sus propuestas desde Valladolid. La primera reivindicación ni siquiera afecta al marco autonómico, es que ustedes puedan acordar libremente sus posiciones. Si no tienen autonomía para poder hacerlo ya resulta imposible que la reclamen para el conjunto de los leoneses. Más allá de un planteamiento leonesista, se trata de un planteamiento democrático.

            En ese congreso han quedado patentes dos cosas. Por un lado el deseo de las bases del PP en León de acercarse a las posiciones leonesistas. Por el otro la falta de respeto que desde el PP en Valladolid se tiene respecto a lo que puedan ser esas posiciones de ese partido en León.

            Es incompatible la referencia al leonesismo con aceptar que luego sea Valladolid el que corrija su ponencia. No puede haber un leonesismo al dictado de lo que diga Valladolid.

            Ustedes hablaban “de las ineficiencias del sistema autonómico” y de “una deuda histórica con León”. Incluso recogen cifras de la evolución demográfica leonesa en comparación muy negativa respecto a la que ha tenido Cantabria o Valladolid. Pero a la dirección del partido a nivel de la Comunidad Autónoma eso no le gustaba y lo sustituye por ser “una provincia que participa de forma activa en el sistema autonómico”. Vamos que se pasa de la queja por el funcionamiento de Castilla y León al halago de ser activos en el impulso de esa Comunidad. Claro el problema es que la queja la dicen los militantes del PP de León y el halago llega desde Valladolid.

            En la ponencia leonesa se hablaba de la necesidad de “corregir el rumbo que nos lleva a que haya una Castilla y León de dos velocidades y una España de dos velocidades, procesos ambos en los que León se ve gravemente perjudicado”. Pues eso de las dos velocidades a Valladolid no le ha gustado ¿Por qué será? Y así, lo que era una referencia a un funcionamiento deficiente del actual marco autonómico lo transforman en una elegía hacia Castilla y León. Así la dirección de Valladolid sustituye el párrafo anterior por otro que promueve “seguir el rumbo que lleve hacia una Castilla y León fuerte, dentro de una España unida, siempre de acuerdo con el principio constitucional de solidaridad interregional”. Nos puede quedar la duda de si desde el PP de Valladolid cuando hablan de “solidaridad interregional” es entre León y Castilla. Pero vamos, creo que no, que como han hecho siempre se refieren a la lucha que a lo largo de la historia Valladolid ha mantenido con otras Comunidades Autónomas.

            Para que no queden dudas desde Valladolid nos aclaran lo que es para ellos “lo útil” y lo hacen atacando a las opciones leonesistas. Es curioso que traten de definirse como leonesistas y a la vez admitan que desde Valladolid traten al leonesismo como una especie de virus “que otros partidos tratan de inocular”, “desde una concepción rupturista y populista”. Claro que luego también dicen que eso lo hacen “buscando su propio interés partidista”. Es decir vienen a admitir que ese leonesismo tiene tirón social. Igual por ello mismo ustedes ha buscado apropiarse del concepto leonesismo y para que “no les contamine” han añadido el apelativo útil.

            En el apartado 21 de su Congreso se dice textualmente que “León y Castilla son DOS regiones diferentes amparadas por ese Estatuto y por la Constitución”. Sería interesante para empezar que esa concepción se extienda dentro de su propio partido. Por ejemplo ¿cómo quieren plasmar a nivel administrativo y político esta distinta identidad regional? ¿A través de qué cauces se le va a dar carta de existencia? ¿La documentación que envía la Junta a todos los niveles va a diferenciar esas dos regiones o  a seguir como hasta hora marcando sólo la distinción a nivel provincial? En esa misma línea sería interesante conocer las iniciativas que pudieran darse a nivel de comunicación para trasladar al conjunto de los españoles que esta Comunidad Autónoma está compuesta por dos regiones.

            Más allá de estas cuestiones un partido debe ganarse la credibilidad de aquellos a los que luego va a pedir su voto. El que ustedes carezcan de libertad y tengan que someterse a lo que les digan en Valladolid les sitúa en las antípodas del leonesismo, pero también de la libertad. Ya ven, no sólo pedimos autonomía para León, también lo hacemos para que su partido la pueda tener sin depender de lo que le digan desde otras instancias. No puede haber un leonesismo al dictado de Valladolid.

martes, 20 de julio de 2021

AL ANDAR SE HACE CAMINO.

 


Decía el gran poeta Antonio Machado que “al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que no has de volver a pisar”. Es la visión de un mundo que cambia en cada momento y cada vez a mayor velocidad.

Otro gran poeta, Luis Eduardo Aute, cantaba que “sólo morir permanece”. También él nos hacía una invitación a estar “de paso” antes los diferentes momentos que nos depara la vida.

A mí, estas reflexiones, me han llevado a pensar en la situación leonesa respecto a la Autonomía de Castilla y León.  A lo largo de muchos años de escribir sobre este tema, apenas me he encontrado personas que consideren bueno el actual marco autonómico. Diría que ese no es el debate. Hay una conciencia muy extendida de que la adscripción al actual marco autonómico se hizo en oposición a la opinión de la ciudadanía. Tampoco admite muchas dudas que la autonomía de Castilla y León ha supuesto una centralización de servicios e industria en Valladolid. Todo ello ha conllevado un deterioro económico de la Región Leonesa y como derivada de ello una pérdida demográfica importante.

Si el diagnóstico no ofrece mayores dudas, en principio cabría decir que “algo habría que hacer”. Para algunos ese “algo” es básicamente cambiar el partido que gobierna en Castilla y León. Pero claro, habría que decir que en otros momentos de la historia ya se había producido ese cambio y no parece que los resultados fueran mucho mejores. Otros pensamos que la medida tiene que ser mucho más estructural, de modo que cada una de las regiones que componen Castilla y León recupere un marco autonómico propio. Esta es la única autonomía de España que la componen dos regiones (aunque ello no se traslada suficientemente a los medios y la población en general). Por otro lado, la Constitución reconoce el derecho de las regiones en constituirse en autonomías.

Frente a los que piensan que la autonomía de Castilla y León es una realidad inamovible, diría con Aute que “sólo morir permanece”. No es aceptable el asumir quedarnos en el Reino de los Cementerios.

Con Machado podemos decir que el camino hacia una autonomía leonesa se hace “al andar”. Eso supone que el protagonismo en ese caminar corresponde a la propia ciudadanía. También nos dice que es el camino el que debe adaptarse al caminante y no a la inversa. Es decir, la norma social, las reglas son las que deben de adaptarse a las demandas de la ciudadanía. Lo he dicho en algún que otro artículo “los errores no caducan”. Si hay una evidencia de que algo va mal, tendremos que propiciar el cambio.

En ese caminar que hace camino nos encontraremos a personas muy diferentes y diversas. Se avanzará más en la medida que se logre conjugar esa diversidad en un camino común. La continuidad en las pisadas hace que se vea más fácil el camino y se forme más rápido. La diversidad de sendas lo que puede hacer es dificultar el avance y además confunde al viajero sobre cuál es el mejor camino a tomar. Sirva este paralelismo también para el leonesismo. La sociedad leonesa es plural en sus formas de entender el mundo. Lo que se trata es de que desde esa pluralidad se avance en la unidad desde el respeto a la discrepancia en otros temas.

Creo importante que a la hora de votar se dé prioridad a las personas que van a actuar como nuestros representantes en un determinado Parlamento. Sin embargo, creo que en este momento serán pocos los que nos puedan decir el nombre de las personas que han salido elegidas con su voto en el Parlamento Español. En ese sentido será todavía más complicado preguntar si esas personas han representado sus ideas e intereses. Es muy habitual que tan sólo se fijen en los líderes de cada partido que son los que tienen presencia continuada en los medios. Sin embargo, creo esencial el dar protagonismo a los candidatos de cada circunscripción (y en eso me parece mejor el sistema británico).

Los caminos no siempre son fáciles, pero es importante saber dónde nos llevan. El mejor camino no siempre es el más sencillo. A veces habrá que primar la seguridad a la rapidez. Pero como dice Machado el camino se hace “andando” y el quedarse quieto no es una opción para poder llegar al destino.

Caminando teniendo claro lo que es el objetivo al que se desea llegar. Caminar avanzando en buscar llegar a un destino y asumiendo que el camino tiene etapas. Hay que evitar la confusión que puede llegar a producir los cruces que podamos encontrar en nuestro avance.

En definitiva, no podemos quedarnos en lo único que permanece, “la muerte” (ya sea de un pueblo o una persona). Apelamos al inconformismo y a que los caminos del futuro no están escritos. Por ello se hace necesario “hacer camino al andar” y que el protagonismo recaiga en los pasos de la propia ciudadanía.

jueves, 15 de julio de 2021

EL CONCEPTO LEONÉS DE ESPAÑA.

 


     En el debate sobre las reformas de los estatutos de autonomía creo que en el fondo plantea la cuestión de que es y que queremos que sea España. En este artículo querríamos dibujar el perfil de lo que en nuestra opinión es “el concepto leonés de España”.

 

Podemos decir que no hay un concepto más uniformizador de  España que el que se promueve desde muchos partidos nacionalistas. El mirar únicamente hacia sus propios intereses hace que tiendan a establecer una división entre Cataluña, Euskadi, Galicia y España. En ese sentido su concepción de España vendría a ser un todo indiferenciado que abarcaría desde Asturias a Andalucía. Eso sí  diferenciarían de aquellos territorios a los que ellos definen como nacionalidades históricas (tal vez sin excesivo rigor).

 

Esa concepción uniformizadora de lo que es España estuvo muy presente en el franquismo. En esa ideología totalitaria parecía que la bata de cola o los toros eran algo propio de todos los españoles. La división regional de España era algo puramente nominal y carente de contenido político o social. Esta concepción franquista no difiere demasiado de la que tienen muchos de los partidos nacionalistas actuales. También podemos decir que participa de ella Isabel Ayuso que en buena medida viene a representar una especie de nacionalismo madrileño que viene a igualar a Madrid con España. Los demás son “los independentistas” y “los paletos”.

 

No comparto la idea de algunos referentes que desde la izquierda quieren introducir el debate entre la bandera republicana y la que es la bandera española. Con independencia de que uno considere mejor la opción monárquica o la republicana los aficionados acuden a los estadios deportivos con la bandera española para animar a su selección, también aquellos que son votantes de esas opciones políticas. No se entiende los exclusivismos ni en el plano territorial ni tampoco en el político. Españoles son por igual los que apoyan el comunismo, el socialismo o son votantes del PP o de VOX. También en el plano territorial para los que creemos en la España plural no es menos español un vasco que un madrileño o un andaluz.

El concepto leonés de España se basa en su definición como “UNIDAD EN LA PLURALIDAD”. Este modelo de España lo podemos encontrar en el Regnum Imperium Leonés. Sánchez Candeira estudioso del mismo nos dice que ese imperio era “un organismo político unificador, verdadero super restado encaminado a crear una UNIDAD POR ENCIMA DEL PARTICULARISMO REPRESENTADO POR LOS DISTINTOS REINOS QUE DENTRO DE ÉL CONSERVABAN SU INDEPENDENCIA”. En ese momento histórico el fracaso del Reino de León y su decadencia supuso ni más ni menos  el abandono de ese proyecto político en España y su sustitución por el castellano más unitarista y uniformizador, de acuerdo a una concepción más militar de Castilla. No hay que olvidar que el castillo es ante todo un recinto militar, frente a otra más política de España como fue la del Reino de León a través de sus cortes y sus fueros.

 

Desde esa concepción de UNIDAD reclamaríamos la presencia de los símbolos y signos de España en cualquier parte de su territorio. También hay que asegurar que todos los españoles tengan iguales derechos y deberes con independencia del territorio en el que vivan. No es muy solidario tratar de parcelar la riqueza. Esa igualdad en derecho debe de convivir con las diferencias que hay culturales y sociales.

 

Desde esa concepción de PLURALIDAD habría que entender que España es plural  en sus modos, costumbres y culturas. Así habría  que potenciar los rasgos de identidad cultural en el que se incluyen tanto los idiomas como  las formas de organización política y social.

 

Sólo quién asume España como una unidad podrá demandar una organización plural de la misma. Los independentistas tan sólo buscan hacer unidades distintas y no parece que en ello pueda contar con el apoyo de aquellos que no creemos en ese tipo de proyecto.

 

Engarzar los conceptos de “unidad y pluralidad” es el principal reto que tiene España en estos momentos y creo sinceramente que los leoneses a lo largo de nuestra historia hemos perseguido hacer posible ese engarce.

 

Por último quisiera decir que el himno de León empieza diciendo “Sin León no hubiera España…”. Paradójicamente se nos ha excluido de un modo antidemocrático de la España de las autonomías provocando el declive en el plano económico, cultural y social. Tal vez sería el momento de pensar que no es posible esa España una y plural  sin que se reconozca la existencia de una parte tan importante de esa pluralidad como es la Región Leonesa. ¿Alguien todavía piensa, con Martín Villa, que la creación de Castilla y León ha favorecido una mayor cohesión de España? Uno diría que hay suficientes datos que vienen a decir lo contrario. Por ejemplo cabría recordar que en el inicio del proceso en 1.977 los nacionalismos periféricos tenían 24 escaños en las Cortes Generales, mientras hoy suman 42.

martes, 6 de julio de 2021

IDENTIDAD PROPIA.

 


          Podemos decir que los leoneses lo que queremos es que se reconozca una identidad propia que hemos mantenido a lo largo de la historia. No somos ni castellanos ni castellano-leoneses. Hay una identidad con unos rasgos diferenciales que consideramos esencial mantener. Para poder trasladarla al conjunto de los españoles es fundamental que esa identidad se traslade al plano político que es el que siguen en general los diferentes medios de comunicación.

            Hay que considerar que cuando se adscribe León al actual marco autonómico se hace con la oposición de los leoneses. Incluso Martin Villa llega a reconocer ese hecho cuando dice que “el tema no es tanto de sentimientos”. Había planificado crear un “centro fuerte” que contrarrestara los movimientos independentistas en Cataluña y en Euskadi. En ese sentido despreció lo que pudieran pensar los leoneses (incluso aquellos que militaban dentro de su propio partido). Los cargos políticos de UCD se vieron presionados para evitar cuestionar el principal proyecto de Martin Villa como ministro de Administración Territorial, el Estado de las Autonomías. Sin embargo cuando UCD fracasa esos cargos se ven liberados de esa presión e intentan dar una marcha atrás. Así proponen en la Diputación de León una votación rechazando la integración en Castilla, votación que se gana por 20 votos frente a 4. Martin Villa tras ello nunca volvió a aparecer en la escena política leonesa tras esa votación.

            Las consecuencias de todo ello se muestran hoy con toda nitidez. Por un lado no sólo no se ha contrarrestado al independentismo sino que este ha ido aumentando. Por otro el proceso de centralización administrativa asfixiante en Castilla y León está llevando a una decadencia social, demográfica y económica indiscutible a la Región Leonesa. El anular esa identidad tiene sus costes económicos claros y desde luego no ha contribuido a fortalecer la unidad de España.

            El que un líder que aspira a ser presidente de gobierno asimile la reivindicación leonesa a la del cantón de Cartagena es insultante. La ignorancia es atrevida. Además se da la circunstancia que su padre nace en un pueblo leonés que se ha posicionado favorable a una autonomía leonesa.

            La señora Ayuso que en mi opinión encarna como nadie la chulería madrileña nos ha llamado “paletos” a los que demandamos el reconocimiento de esa identidad leonesa. Luego para “aclararlo” dice que sólo era a los que votaban UPL. En ese carro de paletos también incluía a los navarros. Desde su óptica netamente centralista igual se olvidaba que UPN tiene una alianza con el PP en Navarra. Igual a sus aliados navarros no les gustaba que les llamen paletos. Pues mire Navarra en el escudo de España tiene el mismo nivel que León y desde luego en ese escudo no vemos por ningún lado al cantón de Cartagena ni a Madrid tampoco.

            También dentro del leonesismo creo que hay que buscar evitar procesos de imitación de lo que se puede dar en otros territorios. Así por ejemplo no me gusta nada la expresión del LEXIT. No es más que una copia del Brexit con el que no me identifico para nada. Tengo claro que es mucho mejor una Europa unida en su diversidad que una Europa fragmentada. Los procesos son muy diferentes y cuando se tiende a simplificar la propia comodidad lleva a la imitación. Sin embargo ello también puede ser que lleve a que quién rechace el Brexit lo haga por extensión y sin mayor debate con el Lexit. En todo caso genera confusión.

            Veo también procesos de imitación en lo que es la referencia al idioma. La demanda de identidad leonesa está en mucha mayor medida asociada al plano social y cultural que al del idioma. Una cosa es demandar el reconocimiento al idioma leonés como valor cultural a no perder y otra el buscar la implantación de algo que no responde a la demanda de la ciudadanía. Ahora mismo en Euskadi tenemos un ejemplo de lo que no habría que hacer nunca. Un profesor de la Universidad del País Vasco con una muy alta cualificación podría perder su trabajo por no acreditar un perfil alto en euskera. La propia universidad califica que es un investigador “insustituible” en “resonancia magnética nuclear”. Además su trabajo no es de cara al público sino de análisis de laboratorio. Incluso tiene un perfil medio de euskera. Con todo ello no es admisible que se pierda ese caudal de conocimientos en base a no acreditar ese perfil de idioma. En ese sentido también reclamo una identidad propia que evite que se nos confunda con otras posiciones como la que acabo de describir. Creo que nadie en el leonesismo plantea este tipo de cosas, pero sin embargo puede suceder que desde el exterior se considere que si lo hace y provoque confusión.

            La identidad propia ayuda a liderar los procesos, la imitación a seguir lo que lideran otros. Demando que se tenga la suficiente capacidad de iniciativa como para ser capaces de hacer propuestas propias. La España que basa su unidad en el reconocimiento de la pluralidad.

viernes, 25 de junio de 2021

REPRESENTANTES LEONESES, ¿DE QUIÉN?

 


            En mi opinión un factor clave en la interpretación del debate sobre la autonomía leonesa es el relativo al propio concepto de “representación”.   ¿A quién representan los políticos que surgen de los resultados electorales? En unos casos se interpreta que son “representantes de sus votantes” y en otros “del partido” por el cual se han presentado.

            En el proceso autonómico Martin Villa exigió a los cargos electos de su partido, obediencia a lo que eran sus propias demandas. Es decir, obediencia al partido por encima de lo que pudieran pensar las personas que les hubieran votado. Este hecho quedo en evidencia cuando el partido fracasa y entonces esos cargos se ven liberados de esas presiones y en función de ello promueven en la Diputación de León (que aún gobernaban) una moción favorable a alcanzar una autonomía leonesa que se gana por 20 votos frente a 4.

            El caso contrario lo hemos visto estos días en el que el alcalde de la ciudad de León planta cara a cargos importantes de su partido en defensa de reivindicaciones de la ciudadanía leonesa. Se ha primado “el representar a la ciudadanía” por encima de lo que sean las exigencias de partido.

            Es un hecho que la reivindicación leonesista es independiente de la posición ideológica de cada cual. Partidarios del reconocimiento político de la identidad leonesa existen en todos los partidos. En el pasado podemos recordar que tuvieron posiciones en defensa de la autonomía leonesa de forma significativa José María Suárez (que promovió los recursos jurídicos contra la integración leonesa en esa autonomía) o Juan Morano (por poner sólo dos ejemplos). Las mociones presentadas en los diferentes Ayuntamientos han contado con el apoyo de concejales y alcaldes de PP, PSOE, Podemos, IU, Ciudadanos, Vox, Independientes y de UPL. Diría que el punto en común de todos ellos ha sido el primar ser representantes de aquellos que les han votado por encima de lo que pueda decir el partido por el que se hayan presentado. Son también los valientes que han priorizado la dignidad frente a otros que más cobardemente han elegido la sumisión.

            Es mentira que esto surja como una derivación de lo que sucede en Cataluña. Son muchos años, diría que muchos siglos, en lo que este debate está presente. Eso es un hecho objetivo que sólo se puede obviar desde el desconocimiento o desde la mala intención.

            En buena medida esta batalla es la de la reivindicación de que los ciudadanos son la base y el pilar de la democracia. Alguien que venía del franquismo como Martin Villa cuando le preguntaron qué opinaba sobre la gran manifestación contraria a la integración en la autonomía de Castilla y León contestaba menospreciando y ninguneando a esa ciudadanía que se había manifestado pacíficamente en la calle. Así en las declaraciones a los medios el 6-11-83 decía textualmente “Con todo el respeto hacia mis paisanos una manifestación de 20.000 personas, aunque sean leoneses, no son bastantes para diseñar una política autonómica en la cual está en juego ni más ni menos que la organización territorial del Estado”. Vamos, dicho de otro modo,  la opinión de los leoneses no se tendría en cuenta.

            De algún modo Martin Villa reconocía que los leoneses no deseaban ese marco autonómico. Pero también decía que los sentimientos de los leoneses no importaban. Así afirmaba “el tema no es tanto de sentimientos. Si hubiera podido hacerse un Estado de las Autonomías en que no hubiera sido un sistema para Cataluña, el País Vasco y Galicia pues seguramente podían haberse primado los sentimientos”. Sin embargo  hoy tenemos las declaraciones independentistas en Cataluña y la ruina económica, cultural y social en la Región Leonesa. No parece que ofrezca mayores dudas que ese plan no ha funcionado.

            La cuestión leonesista no es un debate sobre lo que puedan pensar los leoneses. Aquí lo que se plantea es el valor que se da a eso que quiere y desea la ciudadanía leonesa. Es decir si lo que quiere la ciudadanía leonesa  debe tener repercusión en el plano político. Ha habido muchas manifestaciones leonesistas que además se reconocen como las mayores de la historia leonesa. Pero aún está por ver la primera que sea favorable a una autonomía de Castilla y León. Si alguien se anima les invito a convocarla y seguro que tendría apoyo económico de la Junta.

            Sinceramente en este momento son tan apabullantes los datos económicos, sociales o demográficos que permanecer sin promover un cambio es como aceptar la muerte. Incluso los no convencidos de la necesidad de una autonomía leonesa deberían pensar que es mejor arriesgar respecto a lo que no se conoce que permanecer en algo que si se conoce que nos va muy mal.

            La ciudadanía siempre agradece que se primen sus intereses por encima de lo que pueda decir un determinado partido. Los liderazgos políticos siempre se han sustentado en ese principio de aceptación ciudadana.

sábado, 19 de junio de 2021

UN PUEBLO ORGULLOSO DE SI MISMO.

 


          Yo quiero un pueblo orgulloso de sí mismo, sin que ello impida compartir lazos de solidaridad con otras regiones españolas. No cabe circunscribir esa solidaridad a un marco autonómico. No entenderé que se nos diga que tenemos que ser menos solidarios con Extremadura que con Castilla. No comparto eso que dicen en la Junta de que una emigración dentro del marco autonómico no se considere emigración e incluso hasta se fomente. Pero entiéndase bien no sólo no somos anti-Castilla, somos pro-Castilla. De algún modo si existe Castilla es que existe también la Región Leonesa y la actual autonomía anula ambas identidades.

            Quiero un pueblo que sintiéndose orgulloso de su pasado no se encierre en el mismo y mire a su futuro. Creo que en una historia más basada en la actividad de los hombres y mujeres que en aquella que relata una sucesión de reyes y reinas. La base de ese orgullo no está en las actitudes individuales que pudieran tener esos reyes, la base tiene que estar en mucha mayor medida en lo que es la trayectoria como grupo humano.

            Ese orgullo en la Región Leonesa hay que vincularlo en gran medida a que a lo largo de su historia ha buscado siempre que el pueblo tuviera un papel importante en las decisiones a adoptar. Es en la Región Leonesa donde se desarrollan las Cortes de 1.188 que la Unesco reconoce como Cuna del Parlamentarismo. Pero claro no es este un hecho aislado así el Regnum Imperium Leonés venía a representar la idea de “unidad dentro de la pluralidad. De este modo lo define Alfonso Sánchez Candeira “El reino de León se aviene perfectamente el concepto de «imperio» tal y como se entendía en la Europa medieval; esto es un organismo político unificador, verdadero superestado encaminado a crear una unidad por encima del particularismo representado por los diversos reinos que dentro de él conservaban su independencia”. Sin embargo esos reyes rechazaban el título de emperador por cuanto consideraban que el de rey de León era equivalente al de emperador nacional.

            Ese carácter que prima las posiciones políticas se da también en el Fuero de León que un autor como Gilbert considera que fue “el primer fuero municipal del que todos los demás pueden considerarse derivados o variantes”. Ello también le lleva a afirmar que ninguna Región española acumula esta cantidad de textos forales. Sin embargo hoy parece que tenemos que decir casi en voz baja “nosotros también tuvimos fueros”. Incluso en muchos lugares de España esta reivindicación, que no es más que recoger parte de nuestra historia, se vendría a entender como un proceso de imitación.

            Quiero un pueblo leonés que sea reivindicativo ante las injusticias y la centralización continuada de servicios. Que no asuma como algo inevitable su decadencia y se rebele contra aquellos que la provocan o permanecen impasibles ante ella. También que sea activo en la recuperación del mando de su propio destino. Que promueva iniciativas ya sea de tipo social, económico o político para superar las adversidades.

            Quiero que seamos capaces de superar nuestras propias tendencias a ser muy individualistas y conseguir primar el avance como un objetivo común. Hay una identidad leonesa que debe trascender los planos ideológicos. El respeto a esa identidad es clave para que España sea un marco plural de convivencia. Es el modelo leonés de España de “unidad en la pluralidad” que es muy diferente de esa España uniforme que dibujan tanto los independentistas como los que agitan la bandera de España como si fuera patrimonio exclusivo de aquellos que tienen sus mismas posiciones políticas.

            La trayectoria social como pueblo es mucho más importante que lo que pudiera ser la tarea de aquellos que tenían o tienen las posiciones de poder en un determinado momento. Pienso que en demasiadas ocasiones se ha dado mérito a unos reyes leoneses y se ha olvidado que esa trayectoria ha sido impulsada por los leoneses en su conjunto. No creo que sea casualidad que desde el Reino de León se impulsasen los grandes centros universitarios de Santiago de Compostela o de Salamanca. Tampoco que sea un “ocurrencia” de un determinado rey. Hay un polo social que ha llevado a que todo esto haya sido posible.

            Creo fundamental que los leoneses sean capaces de diferenciar lo que es esencial e importante de lo que puede ser secundario en la defensa de sus propios intereses. Para ello deben conocer en qué medida defienden sus propias posiciones las personas que les representan en las diferentes instituciones. En ese sentido la elección habrá que basarse más en la persona que se elige en cada demarcación.

            El futuro es algo que se construye cada día. Para superar las dificultades es necesario el evitar la resignación y tener la fuerza del convencimiento de que es posible un futuro mejor.