sábado, 31 de enero de 2015

LA CASTA DE PODEMOS.


 
                        Podemos hasta la fecha no ha demostrado más que ser un "partido carroña" que vive del deterioro de los demás partidos políticos, del rechazo que producen los  escándalos que se suceden en el panorama político español. Es incapaz de articular un discurso y da bandazos en función de cómo sople el viento en cada momento. Para nada es trasparente y con ello oculta a la ciudadanía lo que son sus propuestas para intentar solucionar las cosas.

            En León es absolutamente indignante lo que está siendo el modo de actuar de su líder Pablo Fernández. Para empezar es alguien al que nunca se le ha visto "dar un palo al agua" en la defensa de la ciudadanía leonesa. Uno lleva más de 30 años escribiendo y denunciando cosas sobre cómo se están haciendo las cosas en la Junta de Castilla y León. Nunca ha estado en nada (ni siquiera con propuestas propias). Tampoco lo ha estado en los últimos tiempos cuando ha empezado a tener relevancia política o social.  Sin embargo si hay personas dentro de su partido que han tomado parte activa en la defensa de las libertades leonesas, pero esta casta de Podemos que él encabeza se ha encargado de neutralizarlos .

            Un líder que pretende actuar de representante de la ciudadanía debe mostrar un mínimo conocimiento de lo que es el medio social que busca representar. No es el caso de Pablo Fernández que ha mostrado un desconocimiento tanto de lo que es nuestra historia reciente, como de nuestro  pasado. Curiosamente mantiene las mismas posiciones que Martin Villa en lo que es la configuración del marco autonómico. Igual es que es tan "casta" como Martin Villa o bien que piensa que  el que fuera político de UCD no formó parte de esa "casta". ¿Sabe Pablo Fernández como nació Castilla y León? ¿Sabe que por 20 votos a favor y sólo 4 en contra la Diputación de León rechazo la inclusión leonesa en esa autonomía? Yo he publicado recientemente un libro de 573 páginas sobre este tema, ¿usted que ha hecho?, ¿lo ha leído al menos?

domingo, 18 de enero de 2015

TU COMES, LO QUE YO (LA JUNTA) DIGO.


 

          Un poco fuerte no, que te digan lo que tienes que comer. Se podría entender en unos padres que le dicen a su hijo lo que debe de comer en su afán de educar gastronómicamente a su hijo, pero que desde una administración te digan lo que tienes que comer y lo que no, pues yo no lo entiendo, ni lo admito.

            En su afán impositivo la Junta de Castilla y León promueve un decreto en el que obliga a los restaurantes a que incluyan necesariamente en su carta un porcentaje de productos que tengan el sello de "Tierra de Sabor". Vamos es algo así como que usted por narices tiene que tomar "aceite de ricino" pero con la diferencia de que a ese aceite se le suponían unos efectos beneficiosos para la salud aún cuando su sabor fuera deplorable. "Tierra de Sabor" genera la misma repulsión pero nadie ha dicho que tenga algún tipo de efecto beneficioso para la salud.

            Frente a la cultura del convencimiento la Junta practica la de la imposición. Que la marca "Tierra de Sabor" no funciona, ni convence, pues la imponemos por decreto. Ello no deja de ser más que una evidencia de que "Tierra de Sabor" es una marca política que unos políticos promueven y no un sello de calidad. Es el consumidor y los restaurantes los que deben tener la capacidad de elegir que es lo que prefieren. Vendría ser el a,b,c de cualquier política liberal que se precie. Por el contrario es propio de unos criterios intervencionistas este tipo de política en la que la administración pretende nada más y nada menos que decir lo que cada uno debe de tener en su plato. ¿Habría que decir a la Junta que si en esas obligaciones se incluyen comer gusanos o eso sólo lo dejamos para los comedores escolares?

            ¿Han visto los anuncios de Tierra de Sabor? La verdad es que no tienen desperdicio o lo tienen todo, según se mire. Justifica su color amarillo por cuanto "evoca a los campos de Castilla", luego también hace referencia a un lugar "plagado de  castillos, "de "los trigos dorados al sol". Si entramos en el apartado de gastronomía encontramos referencias a "la sopa castellana (con o sin senderuelas)". Vamos que en ese plato que nos quieren hacer comer, sin haberlo nosotros pedido, nos incluyen una carta que dice "la Región Leonesa es Castilla"(y el queso leonés castellano). Que quieren que les diga pero a mí eso me recuerda a que estamos en la Comunidad de Castilla y León aún cuando el comensal (la Diputación de León) dijo por 20 votos a 4 que no quería ese plato autonómico.

viernes, 9 de enero de 2015

INTERESANTE REFERENCIAS A LA HISTORIA LEONESA DE ALGUIEN INFORMADO

La historia leonesa que se nos oculta

  • La historia leonesa que se nos oculta -
    La historia leonesa que se nos oculta -
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JOSÉ-MAGÍN GONZÁLEZ GULLÓN | PERIODISTA RADIOFÓNICO 09/01/2015
Cada día son más numerosas e insistentes las voces que se alzan a favor de la reforma de la Constitución y del actual estado de las autonomías. Porque pasados los años es evidente que la Constitución se nos ha quedado obsoleta y las autonomías, surgidas por los intereses políticos y partidicas del momento, siguen produciendo entre la mayoria de los ciudadanos más disgustos y enfrentamientos que alegrías y concordias.
Basta con recordar el caso de León, la región y la provincia más perjudicada en el reparto al serle impuesta autoritariamente la anexión con Castilla, sin permitir que decidieran las urnas como ocurrió en otras provincias. Aquí, pese a las numerosas y multitudinaria protestas ciudadanas, ni siquiera fue permitida en un principio la autilización de la i griega para separar al menos el nombre de las dos regiones. A ninguna otra región, como a la leonesa, se le hicieron tantas promesas oficiales, a fin de apaciguar sus ánimos y tratar de convencerla. Recordemos que todas incumplidas pese a los repetidos intentos oficiales por olvidarlas.
Publicado está que León sería capital autonómica o de lo contrario sede de las Cortes regionales. Que las consejerías se repartirian equitativamente entre León y Valladolid. Y ya, para rematar el esperpento político, vino a León el entonces ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva, y en entrevista concedida a Radio León, manifestó en nombre del gobierno de la nación que por lo menos el centro regional de TVE se instalaría en León lo que supondría la creación de al menos cuarenta puestos de trabajo. Esto por lo que se refiere al mayúsculo engaño político.
De la afrenta histórica, geográfica y económica que supuso negarle al viejo Reino de León al menos la autonomía uniprovincial, concedida entre otras a Logroño, Murcia o Pamplona, baste recordar la conversación, tan interesante como a veces tensa, que por aquellas fechas mantuvieron en una animada sobremesa el ex ministro leonés, uno de los inspiradores del mapa autonómico, Rodolfo Martín Villa, frente a los academicos de la española y también leoneses Ricardo Gullón Fernández y Valentín García Yebra junto al cronista oficial de nuestra provincia Luis Alonso Luengo. Tales fueron los argumentos que allí se expusieron a favor del antiguo Reino de León y dudando del acierto de las autonomías que el exministro terminó reconociendo que con León acaso se equivocaran. La impresión que nos quedó de aquella controversia fue que el Gobierno de la nación, de acuerdo con la oposición socialista, creyó que lo más conveniente en aquellos momentos, para frenar las ínfulas soberanistas de catalanes y vascos, era crear dos macroautonomías de voto tradicionalmente favorable a uno y otro partido político mayoritario. Una era la andaluza y la otra la que surgiría de unir a León con Castilla. A la vista está, pasados los años, el fracaso de tal objetivo y la sin razón de elegir a León como conejillo de indias.
El tiempo ha dado la razón a aquellos inolvidables intelectuales leoneses, ya desaparecidos, que se estaban haciendo eco del sentimiento mayoritario de sus paisanos. Por ello consideramos lógicas las voces que ahora piden que se revise aquella conveniencia política de antaño. Y porque las decisiones políticas, y más aun las partidistas, dificilmente pueden perpetuarse y menos aún cuando no se les permitió votarlas a los ciudadanos, como fue el caso de León.
Pueden imaginarse lo que pensarían los mismos personajes si hubiesen vivido y conocido el reciente acuerdo del gobierno autonómico retirando la subvención a la Casa de León en Madrid, uno de los centros regionales más antiguos y de mayor solera de los existentes en España, si no cambia su nombre por el de Casa de Castilla y León. Este es el escrupuloso respeto, tantas veces prometido, que se sigue manteniendo para la identidad leonesa. Simplemente vergonzoso. Añádanle a ello el sorprendente silencio que ante ello guardan los actuales primeros politicos leoneses, a los que suponíamos primeros guardianes y defensores de todo lo leonés, y convendrán en que la corruptela se manifiesta de muy diferentes maneras.

domingo, 4 de enero de 2015

LO DISTINTO NO SIEMPRE ES LO MEJOR.


 
               En tiempos donde todo es fugacidad, donde el pasado es algo que ha ocurrido hace  cinco minutos, es necesario decir que la solidez de las cosas se basa en su capacidad de permanencia en el tiempo. La inestabilidad actual es en buena medida consecuencia de esa falta de cimentación en principios y valores que son orientadores de modos de conducta que trascienden a las creencias políticas o religiosas.

               Asistimos a un tiempo en el que se tiende a considerar que "los culpables son otros", en la ilusión de que "cambiando ellos" no se hace necesario "que cambiemos nosotros". Que cuando llegue alguien "nuevo" hará que cambie la situación actual (en la que los valores de honestidad han caído a niveles mínimos). Es la huída de nosotros  mismos la que nos lleva a buscar "lo distinto", "lo último" como aquel que busca la novedad en otros campos como la  tecnología o la moda. Lo anterior lo revestimos de "anticuado", de "pasado" y como no, todos queremos revestirnos de modernidad ya sea en esos campos o en la política.

               Diríamos que "lo auténtico" viene a ser en buena medida contrapuesto a "lo fugaz". Es la permanencia en el tiempo lo que da carta de solidez a las cosas. ¿Esto significa que renunciemos a las novedades en cualquier campo?, no claro, el avance social se fundamenta en la capacidad que podamos tener para innovar. Sin embargo entiendo que se hace necesario ver en qué medida aquello que es "nuevo" aporta mejoras en cualquier campo. Es importante distinguir lo que simplemente es "distinto" de aquello que "es mejor". El desapego sobre lo que podemos tener no debe conducirnos a optar por "lo distinto" sin verificar "si es verdaderamente mejor". Habrá que examinar que es lo que nos aporta y ver en qué medida ello va a contribuir a mejorar nuestra vida.