No, no teman mi
intención no es la de exponer ni las teorías de los filósofos griegos, ni
tampoco hacer un discurso sobre las nuevas tecnologías. Soy sociólogo y este
artículo no quiere ser más que una invitación a la reflexión sobre nuestro
actual modelo social.
Diría que hemos ido pasando de una sociedad del
pensamiento a otra en la que prima la fugacidad del tiempo y la brevedad en las
comunicaciones. Es la idea principal que quiere trasmitir este artículo desde
su propio título. Claro, donde pone Platón podrían poner Kant o Hegel o Unamuno
y donde pone Whatapps se puede incluir desde las redes sociales a los mensajes
sms.
Las nuevas tecnologías diríamos que son una invitación a
no pensar. Hay que lanzar mensajes que “viven” en las redes por un tiempo muy
corto al ser desplazados por otros en una vorágine sin demasiado sentido. Es
muy complicado que un pensamiento se pueda exponer en unas pocas líneas. Los
pensadores siempre han necesitado muchas páginas para exponer lo que son sus
reflexiones, pero hoy ¿quién se muestra dispuesto a dedicar tiempo a leerlas?
¿En que medida el descenso en la lectura de periódicos está asociado a una
cultura en la que sólo se prima el ocupar el menor tiempo posible?
En general diríamos que en nuestra sociedad el tiempo es
un recurso escaso. Sin embargo a la vez creo que también es algo que
derrochamos. ¿Hasta que punto el tiempo que utilizamos para hablar por el
móvil, en las redes sociales… es algo que
cada uno lo podría considerar como útil para el mismo?
Podríamos tener la sensación que los propios vacíos
personales se tratan de cubrir a través de los contactos virtuales. Pasamos de
un contacto cara a cara a otro móvil a móvil o ordenador a ordenador. Sin
embargo esto es algo que no nos llena de modo suficiente.
No quiere ser este artículo un alegato contra las nuevas
tecnologías. Creo que nos aportan muchas cosas interesantes. Simplemente
hacemos referencia al uso que se hace de las mismas. Es un valor muy importante
el que esas tecnologías nos permitan acceder a muchísima información o que
podamos contactar en la distancia con seres queridos a los que podemos ver y
además sin coste alguno. Lo que ya no tiene demasiado sentido, siendo algo que
vemos muy frecuentemente, es que en la reunión de un grupo de amigos en vez de hablar entre ellos, cada uno se
relaciona con su propio aparato electrónico.
Es posible que estemos pasando un sarampión tecnológico y
que luego las cosas vuelvan a su cauce. Sin embargo podríamos decir que no nos
podemos enfrentar a los problemas que padecemos con la exigencia de resolverlos
en no más de dos líneas o con estímulos culturales y sociales que favorecen
estos comportamientos. ¿Tiene sentido el proponer a alguien que nos aporte
medidas contra la crisis pero en sólo dos líneas?