lunes, 26 de julio de 2021

¿LEONESISMO AL DICTADO DE VALLADOLID?

 


            El 15 Congreso del PP de la provincia de León ha buscado hacer una referencia al leonesismo y para ello le ha añadido el concepto de utilidad. Le han llamado “leonesismo útil”.

            Más allá de otras discrepancias, lo que no es admisible es que el PP de León no pueda tener el derecho a expresar lo que considere oportuno y tenga que esperar la rectificación a sus propuestas desde Valladolid. La primera reivindicación ni siquiera afecta al marco autonómico, es que ustedes puedan acordar libremente sus posiciones. Si no tienen autonomía para poder hacerlo ya resulta imposible que la reclamen para el conjunto de los leoneses. Más allá de un planteamiento leonesista, se trata de un planteamiento democrático.

            En ese congreso han quedado patentes dos cosas. Por un lado el deseo de las bases del PP en León de acercarse a las posiciones leonesistas. Por el otro la falta de respeto que desde el PP en Valladolid se tiene respecto a lo que puedan ser esas posiciones de ese partido en León.

            Es incompatible la referencia al leonesismo con aceptar que luego sea Valladolid el que corrija su ponencia. No puede haber un leonesismo al dictado de lo que diga Valladolid.

            Ustedes hablaban “de las ineficiencias del sistema autonómico” y de “una deuda histórica con León”. Incluso recogen cifras de la evolución demográfica leonesa en comparación muy negativa respecto a la que ha tenido Cantabria o Valladolid. Pero a la dirección del partido a nivel de la Comunidad Autónoma eso no le gustaba y lo sustituye por ser “una provincia que participa de forma activa en el sistema autonómico”. Vamos que se pasa de la queja por el funcionamiento de Castilla y León al halago de ser activos en el impulso de esa Comunidad. Claro el problema es que la queja la dicen los militantes del PP de León y el halago llega desde Valladolid.

            En la ponencia leonesa se hablaba de la necesidad de “corregir el rumbo que nos lleva a que haya una Castilla y León de dos velocidades y una España de dos velocidades, procesos ambos en los que León se ve gravemente perjudicado”. Pues eso de las dos velocidades a Valladolid no le ha gustado ¿Por qué será? Y así, lo que era una referencia a un funcionamiento deficiente del actual marco autonómico lo transforman en una elegía hacia Castilla y León. Así la dirección de Valladolid sustituye el párrafo anterior por otro que promueve “seguir el rumbo que lleve hacia una Castilla y León fuerte, dentro de una España unida, siempre de acuerdo con el principio constitucional de solidaridad interregional”. Nos puede quedar la duda de si desde el PP de Valladolid cuando hablan de “solidaridad interregional” es entre León y Castilla. Pero vamos, creo que no, que como han hecho siempre se refieren a la lucha que a lo largo de la historia Valladolid ha mantenido con otras Comunidades Autónomas.

            Para que no queden dudas desde Valladolid nos aclaran lo que es para ellos “lo útil” y lo hacen atacando a las opciones leonesistas. Es curioso que traten de definirse como leonesistas y a la vez admitan que desde Valladolid traten al leonesismo como una especie de virus “que otros partidos tratan de inocular”, “desde una concepción rupturista y populista”. Claro que luego también dicen que eso lo hacen “buscando su propio interés partidista”. Es decir vienen a admitir que ese leonesismo tiene tirón social. Igual por ello mismo ustedes ha buscado apropiarse del concepto leonesismo y para que “no les contamine” han añadido el apelativo útil.

            En el apartado 21 de su Congreso se dice textualmente que “León y Castilla son DOS regiones diferentes amparadas por ese Estatuto y por la Constitución”. Sería interesante para empezar que esa concepción se extienda dentro de su propio partido. Por ejemplo ¿cómo quieren plasmar a nivel administrativo y político esta distinta identidad regional? ¿A través de qué cauces se le va a dar carta de existencia? ¿La documentación que envía la Junta a todos los niveles va a diferenciar esas dos regiones o  a seguir como hasta hora marcando sólo la distinción a nivel provincial? En esa misma línea sería interesante conocer las iniciativas que pudieran darse a nivel de comunicación para trasladar al conjunto de los españoles que esta Comunidad Autónoma está compuesta por dos regiones.

            Más allá de estas cuestiones un partido debe ganarse la credibilidad de aquellos a los que luego va a pedir su voto. El que ustedes carezcan de libertad y tengan que someterse a lo que les digan en Valladolid les sitúa en las antípodas del leonesismo, pero también de la libertad. Ya ven, no sólo pedimos autonomía para León, también lo hacemos para que su partido la pueda tener sin depender de lo que le digan desde otras instancias. No puede haber un leonesismo al dictado de Valladolid.

martes, 20 de julio de 2021

AL ANDAR SE HACE CAMINO.

 


Decía el gran poeta Antonio Machado que “al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que no has de volver a pisar”. Es la visión de un mundo que cambia en cada momento y cada vez a mayor velocidad.

Otro gran poeta, Luis Eduardo Aute, cantaba que “sólo morir permanece”. También él nos hacía una invitación a estar “de paso” antes los diferentes momentos que nos depara la vida.

A mí, estas reflexiones, me han llevado a pensar en la situación leonesa respecto a la Autonomía de Castilla y León.  A lo largo de muchos años de escribir sobre este tema, apenas me he encontrado personas que consideren bueno el actual marco autonómico. Diría que ese no es el debate. Hay una conciencia muy extendida de que la adscripción al actual marco autonómico se hizo en oposición a la opinión de la ciudadanía. Tampoco admite muchas dudas que la autonomía de Castilla y León ha supuesto una centralización de servicios e industria en Valladolid. Todo ello ha conllevado un deterioro económico de la Región Leonesa y como derivada de ello una pérdida demográfica importante.

Si el diagnóstico no ofrece mayores dudas, en principio cabría decir que “algo habría que hacer”. Para algunos ese “algo” es básicamente cambiar el partido que gobierna en Castilla y León. Pero claro, habría que decir que en otros momentos de la historia ya se había producido ese cambio y no parece que los resultados fueran mucho mejores. Otros pensamos que la medida tiene que ser mucho más estructural, de modo que cada una de las regiones que componen Castilla y León recupere un marco autonómico propio. Esta es la única autonomía de España que la componen dos regiones (aunque ello no se traslada suficientemente a los medios y la población en general). Por otro lado, la Constitución reconoce el derecho de las regiones en constituirse en autonomías.

Frente a los que piensan que la autonomía de Castilla y León es una realidad inamovible, diría con Aute que “sólo morir permanece”. No es aceptable el asumir quedarnos en el Reino de los Cementerios.

Con Machado podemos decir que el camino hacia una autonomía leonesa se hace “al andar”. Eso supone que el protagonismo en ese caminar corresponde a la propia ciudadanía. También nos dice que es el camino el que debe adaptarse al caminante y no a la inversa. Es decir, la norma social, las reglas son las que deben de adaptarse a las demandas de la ciudadanía. Lo he dicho en algún que otro artículo “los errores no caducan”. Si hay una evidencia de que algo va mal, tendremos que propiciar el cambio.

En ese caminar que hace camino nos encontraremos a personas muy diferentes y diversas. Se avanzará más en la medida que se logre conjugar esa diversidad en un camino común. La continuidad en las pisadas hace que se vea más fácil el camino y se forme más rápido. La diversidad de sendas lo que puede hacer es dificultar el avance y además confunde al viajero sobre cuál es el mejor camino a tomar. Sirva este paralelismo también para el leonesismo. La sociedad leonesa es plural en sus formas de entender el mundo. Lo que se trata es de que desde esa pluralidad se avance en la unidad desde el respeto a la discrepancia en otros temas.

Creo importante que a la hora de votar se dé prioridad a las personas que van a actuar como nuestros representantes en un determinado Parlamento. Sin embargo, creo que en este momento serán pocos los que nos puedan decir el nombre de las personas que han salido elegidas con su voto en el Parlamento Español. En ese sentido será todavía más complicado preguntar si esas personas han representado sus ideas e intereses. Es muy habitual que tan sólo se fijen en los líderes de cada partido que son los que tienen presencia continuada en los medios. Sin embargo, creo esencial el dar protagonismo a los candidatos de cada circunscripción (y en eso me parece mejor el sistema británico).

Los caminos no siempre son fáciles, pero es importante saber dónde nos llevan. El mejor camino no siempre es el más sencillo. A veces habrá que primar la seguridad a la rapidez. Pero como dice Machado el camino se hace “andando” y el quedarse quieto no es una opción para poder llegar al destino.

Caminando teniendo claro lo que es el objetivo al que se desea llegar. Caminar avanzando en buscar llegar a un destino y asumiendo que el camino tiene etapas. Hay que evitar la confusión que puede llegar a producir los cruces que podamos encontrar en nuestro avance.

En definitiva, no podemos quedarnos en lo único que permanece, “la muerte” (ya sea de un pueblo o una persona). Apelamos al inconformismo y a que los caminos del futuro no están escritos. Por ello se hace necesario “hacer camino al andar” y que el protagonismo recaiga en los pasos de la propia ciudadanía.

jueves, 15 de julio de 2021

EL CONCEPTO LEONÉS DE ESPAÑA.

 


     En el debate sobre las reformas de los estatutos de autonomía creo que en el fondo plantea la cuestión de que es y que queremos que sea España. En este artículo querríamos dibujar el perfil de lo que en nuestra opinión es “el concepto leonés de España”.

 

Podemos decir que no hay un concepto más uniformizador de  España que el que se promueve desde muchos partidos nacionalistas. El mirar únicamente hacia sus propios intereses hace que tiendan a establecer una división entre Cataluña, Euskadi, Galicia y España. En ese sentido su concepción de España vendría a ser un todo indiferenciado que abarcaría desde Asturias a Andalucía. Eso sí  diferenciarían de aquellos territorios a los que ellos definen como nacionalidades históricas (tal vez sin excesivo rigor).

 

Esa concepción uniformizadora de lo que es España estuvo muy presente en el franquismo. En esa ideología totalitaria parecía que la bata de cola o los toros eran algo propio de todos los españoles. La división regional de España era algo puramente nominal y carente de contenido político o social. Esta concepción franquista no difiere demasiado de la que tienen muchos de los partidos nacionalistas actuales. También podemos decir que participa de ella Isabel Ayuso que en buena medida viene a representar una especie de nacionalismo madrileño que viene a igualar a Madrid con España. Los demás son “los independentistas” y “los paletos”.

 

No comparto la idea de algunos referentes que desde la izquierda quieren introducir el debate entre la bandera republicana y la que es la bandera española. Con independencia de que uno considere mejor la opción monárquica o la republicana los aficionados acuden a los estadios deportivos con la bandera española para animar a su selección, también aquellos que son votantes de esas opciones políticas. No se entiende los exclusivismos ni en el plano territorial ni tampoco en el político. Españoles son por igual los que apoyan el comunismo, el socialismo o son votantes del PP o de VOX. También en el plano territorial para los que creemos en la España plural no es menos español un vasco que un madrileño o un andaluz.

El concepto leonés de España se basa en su definición como “UNIDAD EN LA PLURALIDAD”. Este modelo de España lo podemos encontrar en el Regnum Imperium Leonés. Sánchez Candeira estudioso del mismo nos dice que ese imperio era “un organismo político unificador, verdadero super restado encaminado a crear una UNIDAD POR ENCIMA DEL PARTICULARISMO REPRESENTADO POR LOS DISTINTOS REINOS QUE DENTRO DE ÉL CONSERVABAN SU INDEPENDENCIA”. En ese momento histórico el fracaso del Reino de León y su decadencia supuso ni más ni menos  el abandono de ese proyecto político en España y su sustitución por el castellano más unitarista y uniformizador, de acuerdo a una concepción más militar de Castilla. No hay que olvidar que el castillo es ante todo un recinto militar, frente a otra más política de España como fue la del Reino de León a través de sus cortes y sus fueros.

 

Desde esa concepción de UNIDAD reclamaríamos la presencia de los símbolos y signos de España en cualquier parte de su territorio. También hay que asegurar que todos los españoles tengan iguales derechos y deberes con independencia del territorio en el que vivan. No es muy solidario tratar de parcelar la riqueza. Esa igualdad en derecho debe de convivir con las diferencias que hay culturales y sociales.

 

Desde esa concepción de PLURALIDAD habría que entender que España es plural  en sus modos, costumbres y culturas. Así habría  que potenciar los rasgos de identidad cultural en el que se incluyen tanto los idiomas como  las formas de organización política y social.

 

Sólo quién asume España como una unidad podrá demandar una organización plural de la misma. Los independentistas tan sólo buscan hacer unidades distintas y no parece que en ello pueda contar con el apoyo de aquellos que no creemos en ese tipo de proyecto.

 

Engarzar los conceptos de “unidad y pluralidad” es el principal reto que tiene España en estos momentos y creo sinceramente que los leoneses a lo largo de nuestra historia hemos perseguido hacer posible ese engarce.

 

Por último quisiera decir que el himno de León empieza diciendo “Sin León no hubiera España…”. Paradójicamente se nos ha excluido de un modo antidemocrático de la España de las autonomías provocando el declive en el plano económico, cultural y social. Tal vez sería el momento de pensar que no es posible esa España una y plural  sin que se reconozca la existencia de una parte tan importante de esa pluralidad como es la Región Leonesa. ¿Alguien todavía piensa, con Martín Villa, que la creación de Castilla y León ha favorecido una mayor cohesión de España? Uno diría que hay suficientes datos que vienen a decir lo contrario. Por ejemplo cabría recordar que en el inicio del proceso en 1.977 los nacionalismos periféricos tenían 24 escaños en las Cortes Generales, mientras hoy suman 42.

martes, 6 de julio de 2021

IDENTIDAD PROPIA.

 


          Podemos decir que los leoneses lo que queremos es que se reconozca una identidad propia que hemos mantenido a lo largo de la historia. No somos ni castellanos ni castellano-leoneses. Hay una identidad con unos rasgos diferenciales que consideramos esencial mantener. Para poder trasladarla al conjunto de los españoles es fundamental que esa identidad se traslade al plano político que es el que siguen en general los diferentes medios de comunicación.

            Hay que considerar que cuando se adscribe León al actual marco autonómico se hace con la oposición de los leoneses. Incluso Martin Villa llega a reconocer ese hecho cuando dice que “el tema no es tanto de sentimientos”. Había planificado crear un “centro fuerte” que contrarrestara los movimientos independentistas en Cataluña y en Euskadi. En ese sentido despreció lo que pudieran pensar los leoneses (incluso aquellos que militaban dentro de su propio partido). Los cargos políticos de UCD se vieron presionados para evitar cuestionar el principal proyecto de Martin Villa como ministro de Administración Territorial, el Estado de las Autonomías. Sin embargo cuando UCD fracasa esos cargos se ven liberados de esa presión e intentan dar una marcha atrás. Así proponen en la Diputación de León una votación rechazando la integración en Castilla, votación que se gana por 20 votos frente a 4. Martin Villa tras ello nunca volvió a aparecer en la escena política leonesa tras esa votación.

            Las consecuencias de todo ello se muestran hoy con toda nitidez. Por un lado no sólo no se ha contrarrestado al independentismo sino que este ha ido aumentando. Por otro el proceso de centralización administrativa asfixiante en Castilla y León está llevando a una decadencia social, demográfica y económica indiscutible a la Región Leonesa. El anular esa identidad tiene sus costes económicos claros y desde luego no ha contribuido a fortalecer la unidad de España.

            El que un líder que aspira a ser presidente de gobierno asimile la reivindicación leonesa a la del cantón de Cartagena es insultante. La ignorancia es atrevida. Además se da la circunstancia que su padre nace en un pueblo leonés que se ha posicionado favorable a una autonomía leonesa.

            La señora Ayuso que en mi opinión encarna como nadie la chulería madrileña nos ha llamado “paletos” a los que demandamos el reconocimiento de esa identidad leonesa. Luego para “aclararlo” dice que sólo era a los que votaban UPL. En ese carro de paletos también incluía a los navarros. Desde su óptica netamente centralista igual se olvidaba que UPN tiene una alianza con el PP en Navarra. Igual a sus aliados navarros no les gustaba que les llamen paletos. Pues mire Navarra en el escudo de España tiene el mismo nivel que León y desde luego en ese escudo no vemos por ningún lado al cantón de Cartagena ni a Madrid tampoco.

            También dentro del leonesismo creo que hay que buscar evitar procesos de imitación de lo que se puede dar en otros territorios. Así por ejemplo no me gusta nada la expresión del LEXIT. No es más que una copia del Brexit con el que no me identifico para nada. Tengo claro que es mucho mejor una Europa unida en su diversidad que una Europa fragmentada. Los procesos son muy diferentes y cuando se tiende a simplificar la propia comodidad lleva a la imitación. Sin embargo ello también puede ser que lleve a que quién rechace el Brexit lo haga por extensión y sin mayor debate con el Lexit. En todo caso genera confusión.

            Veo también procesos de imitación en lo que es la referencia al idioma. La demanda de identidad leonesa está en mucha mayor medida asociada al plano social y cultural que al del idioma. Una cosa es demandar el reconocimiento al idioma leonés como valor cultural a no perder y otra el buscar la implantación de algo que no responde a la demanda de la ciudadanía. Ahora mismo en Euskadi tenemos un ejemplo de lo que no habría que hacer nunca. Un profesor de la Universidad del País Vasco con una muy alta cualificación podría perder su trabajo por no acreditar un perfil alto en euskera. La propia universidad califica que es un investigador “insustituible” en “resonancia magnética nuclear”. Además su trabajo no es de cara al público sino de análisis de laboratorio. Incluso tiene un perfil medio de euskera. Con todo ello no es admisible que se pierda ese caudal de conocimientos en base a no acreditar ese perfil de idioma. En ese sentido también reclamo una identidad propia que evite que se nos confunda con otras posiciones como la que acabo de describir. Creo que nadie en el leonesismo plantea este tipo de cosas, pero sin embargo puede suceder que desde el exterior se considere que si lo hace y provoque confusión.

            La identidad propia ayuda a liderar los procesos, la imitación a seguir lo que lideran otros. Demando que se tenga la suficiente capacidad de iniciativa como para ser capaces de hacer propuestas propias. La España que basa su unidad en el reconocimiento de la pluralidad.