DESDE LA
RESPONSABILIDAD A LA PROSPERIDAD.
Si hay algo que ha venido caracterizando nuestro
medio social en los últimos años son las actitudes irresponsables que se han
extendido a diferentes ámbitos. Tendemos a pensar que esto efectivamente es
así, pero a continuación atribuimos esa irresponsabilidad siempre al “otro”. Ello nos lleva a adoptar
actitudes paralizantes por cuanto los cambios en los modos de conducta los
deberá efectuar únicamente ese otro. Pero claro también a la inversa, y desde esa
misma posición, ese otro va a esperar que sea yo el que rectifique. Así que “unos
por otros, la casa sin barrer”.
Sin
embargo la gravedad de la crisis y la amplitud de la misma nos hacen sospechar
que las irresponsabilidades son más bien generales y no se reducen únicamente a
unas pocas personas. No son sólo de “ellos”, también son nuestras. El aceptar
que esto es así, debe ser el principio para poder avanzar en mejorar nuestro
medio social.
Una
de las lecciones que nos aporta la crisis actual es que la prosperidad
económica depende en buena medida de la caracterización de las personas que
componen esa sociedad. En esa caracterización cobra especialmente importancia
lo que es la asunción de unos determinados valores. No es simplemente acumular
conocimiento (que también) como la formación en valores y formas de conducta.
En ese sentido la superación de la crisis actual deberá de ir acompañada de
cambios en las conductas sociales que nos lleven desde la responsabilidad a la
prosperidad.