martes, 26 de marzo de 2013

NECESITAMOS UN RUMBO RESPONSABLE


            Si algo necesita nuestra sociedad en estos momentos de incertidumbre es que se fijen rumbos, se marque el camino a seguir con una cierta dosis de certeza. Podemos admitir incluso un cierto grado de error en el rumbo marcado. Lo que es inadmisible es la inacción o el cambio de dirección continuada en  el rumbo a seguir.
            En el rescate a Chipre podemos decir que tenemos un buen ejemplo de lo que no se debe de hacer. Primero se fijan unas condiciones que rechaza de forma unánime el Parlamento chipriota. A continuación se genera una crisis de confianza en los mercados. Ante lo uno y lo otro se cambian las condiciones y se pactan otras nuevas. Se dice que Chipre es un caso único por la mañana, pero por la tarde se comenta que puede ser modelo para otros rescates, algo que se desmiente a la mañana siguiente.

            Diríamos que es de una gran irresponsabilidad que quién debe ser promover la confianza en el medio social sea el causante de fomentar tanta desorientación. Los líderes políticos deben ser extremadamente cuidadosos con sus declaraciones. Hay que evitar la sensación de que carecemos de rumbo, de que no hay nada ni estable ni seguro. Los criterios deben ser firmes y uniformes. Cada responsable político no puede hacer la guerra por su cuenta.

            Aquí sería aplicable algo que decimos en nuestro libro "en las situaciones complicadas se hace necesaria la comunidad de esfuerzos incluso desde la discrepancia. Es cuestionable hasta qué punto se ha mirado la crisis actual desde la colaboración en el afán de superarla o más bien como oportunidad para minar al rival político ( y ello desde diferentes ámbitos ideológicos)". Uno diría que el caso de Chipre es evidente que ha faltado esa "comunidad de esfuerzos" y que ello ha llevado a multiplicar los efectos y consecuencias de la crisis.

            La confianza tiene como pilares básicos la ejemplaridad y la consistencia en las decisiones que se adoptan. Diríamos que se hace necesario y hasta urgente recuperar ambas para que podamos tener liderazgos que nos marquen un rumbo responsable.

 

                                                           David Díez LLamas

sábado, 16 de marzo de 2013

CREATIVIDAD Y AVANCE SOCIAL


         Decíamos en ¡Irresponsables!: "La falta de pensamiento intelectual ha llevado aparejada una cierta falta de creatividad que también la podemos ver en el plano cultural. La creatividad también supone esfuerzo y ello hace que encaje más difícilmente en  esta sociedad acomodaticia . Podríamos decir que en el cine, en la música o en la literatura a veces con excesiva frecuencia encontramos referencias a obras o autores del pasado que ahora se vuelven a retomar. Podríamos echar en falta un movimiento cultural con la suficiente fuerza creativa como para que dentro de diez años fuera recordado por su capacidad por aportar cosas nuevas al medio social".

 

         Los últimos datos que nos aportan las investigaciones más exhaustivas en este terreno parece que vienen a avalar las afirmaciones anteriores. Así el crítico musical estadounidense Alex Ross autor del ensayo sobre la música del siglo XX "el ruido eterno" nos dice que la música dejo de evolucionar después de Músic for musicians, una pieza de 1.976.[1] El Consejo Superior de Investigaciones Ciéntificas (CSIC) avala su teoría, así  después de estudiar 464.111 canciones de los últimos 55 años afirma que "el pop es cada vez más uniforme y desciende la variedad de notas empleadas por los compositores".

         Sin embargo decíamos y decimos que" en la aportación al medio social será fundamental promover la creatividad como factor de superación de las condiciones actuales para llegar a una sociedad mejor. La creatividad es la chispa que impulsa los cambios sociales en sentido positivo".

         Debemos ser conscientes de que la falta de creatividad es un problema de nuestra sociedad actual. Que este es un problema importante por cuanto nos impide avanzar socialmente. A la vez hay que tener en cuenta que tampoco en el medio social existe "la generación espontánea".  Todo tiene sus causas y  estas están muy asociadas a un determinado modo de vida excesivamente "contemplativo" y poco dado a investigar y explorar nuevos caminos.

                                               David Díez LLamas



[1] Recogido en el artículo de Raquel Marcos Creatividad musical ¿agotada? publicado en la revista Abaco (de BBVA) del invierno 2012 .

viernes, 8 de marzo de 2013

LAS JUNTAS VECINALES, AYER Y HOY


                             Las Juntas Vecinales tienen un papel fundamental en la organización territorial leonesa. Fuera de las burocracias institucionales, que son maquinarias que han demostrado en demasiadas ocasiones su ineficacia, los leoneses han buscado formas de organización propias que de manera directa y más eficaz afronten sus problemas. Diríamos que en ellas se hace un ejercicio de democracia directa y son ejemplo de cómo con pocos recursos se puede actuar con eficacia para dar soluciones que no son teóricas sino reales y que afectan al día a día.
                La lucha de las Juntas por mantener su capacidad de gobierno no es nueva. Así en 1875 un dictamen ministerial ya trataba de eliminarlas. Ante esa situación Elías López Morán (en su obra Derecho Consuetudinario Leonés) nos reflejaba la situación de los pueblos leoneses cuando nos decía que los Ayuntamientos leoneses "nunca han hecho ordenanzas municipales; en primer lugar, porque cada pueblo tenía la suya para su propio régimen, resultando, por tanto, aquéllas enteramente inútiles; y en segundo porque es harto difícil, si no imposible, hacer unas buenas ordenanzas comunes para ocho pueblos que tienen necesidades diferentes y muchas veces encontradas: siempre resultarían inaplicables, o por demasiada deficiencia, o por falta de adaptación a las diarias exigencias de la vida del común"[1]  
                Así se rechazaba ese proceso centralizador  por cuanto se calificaban a las Juntas Administrativas que pretendían sustituir a las Juntas Vecinales como enteramente inútiles. La razón era que se consideraba que "no responden a ninguna necesidad, porque lo que les está recomendado puede hacerlo y lo hace , la reunión de todos los vecinos del común con su correspondiente órgano de ejecución: y porque implica un desconocimiento completo de los más elementales principios de derecho natural. La representación huelga cuando los que han de estar representados pueden practicar directamente, o por sí mismos, con más probabilidades de acierto, puesto que se trata de la dirección de sus propios intereses, y sin obstáculos ni inconvenientes que dificulten de ninguna manera su intervención inmediata, los actos que han de ejecutar los representantes"[2]. ¿No creen que esto que se decía hace más de un siglo es enteramente aplicable hoy?. A veces es importante tener memoria para evitar caer en los mismos errores.
 

sábado, 2 de marzo de 2013

ESFUERZO Y CREATIVIDAD EN EL JUEGO

 Los niños de las sociedades occidentales muchas veces cuentan con más juguetes de los que pueden utilizar , mientras en los paises en desarrollo el niño construye la pelota con la que juega con aquellos elelmentos que ha podido encontrar.
Hay valores a recuperar. Tenemos que que evitar el difundir entre nuestros hijos la imagen de una sociedad que nos regala todo sin el menor esfuerzo.

El propio desarrollo social favorece que cada vez se den conductas más individuales en los juegos. Muchas veces los niños y jóvenes establecen más lazos de relación con sus máquinas y aparatos electrónicos que con sus compañeros. A diferencia de lo que ocurre en otras sociedades y generaciones donde el juego tenía un componente mucho más grupal. Había una socialización en la cultura del esfuerzo. Esos mecanismos de socialización tienen gran importancia en el desarrollo posterior. Cuando ese juego en grupo desaparece o pierde la importancia que tenía, ello supone que la educación en el esfuerzo pierde uno de sus pilares más sólidos.

Texto del libro ¡Irresponsables!. David Díez LLamas.
Fotografías de Jessica Hilltout en su libro Amen: Grassroots Football.