Las Juntas Vecinales tienen un papel fundamental en
la organización territorial leonesa. Fuera de las burocracias institucionales,
que son maquinarias que han demostrado en demasiadas ocasiones su ineficacia,
los leoneses han buscado formas de organización propias que de manera directa y
más eficaz afronten sus problemas. Diríamos que en ellas se hace un ejercicio
de democracia directa y son ejemplo de cómo con pocos recursos se puede actuar
con eficacia para dar soluciones que no son teóricas sino reales y que afectan
al día a día.
La lucha de las Juntas por
mantener su capacidad de gobierno no es nueva. Así en 1875 un dictamen
ministerial ya trataba de eliminarlas. Ante esa situación Elías López Morán (en
su obra Derecho Consuetudinario Leonés) nos reflejaba la situación de los
pueblos leoneses cuando nos decía que los Ayuntamientos leoneses "nunca han hecho ordenanzas municipales; en
primer lugar, porque cada pueblo tenía la suya para su propio régimen,
resultando, por tanto, aquéllas enteramente inútiles; y en segundo porque es
harto difícil, si no imposible, hacer unas buenas ordenanzas comunes para ocho
pueblos que tienen necesidades diferentes y muchas veces encontradas: siempre
resultarían inaplicables, o por demasiada deficiencia, o por falta de adaptación
a las diarias exigencias de la vida del común"[1]
Así se rechazaba ese proceso
centralizador por cuanto se calificaban
a las Juntas Administrativas que pretendían sustituir a las Juntas Vecinales
como enteramente inútiles. La razón era que se consideraba que "no
responden a ninguna necesidad, porque lo que les está recomendado puede hacerlo
y lo hace , la reunión de todos los vecinos del común con su correspondiente
órgano de ejecución: y porque
implica un desconocimiento completo de los más elementales principios de
derecho natural. La representación huelga cuando los que han de estar
representados pueden practicar directamente, o por sí mismos, con más
probabilidades de acierto, puesto que se
trata de la dirección de sus propios intereses, y sin obstáculos ni
inconvenientes que dificulten de ninguna manera su intervención inmediata, los
actos que han de ejecutar los representantes"[2].
¿No creen que esto que se decía hace más de un siglo es enteramente aplicable
hoy?. A veces es importante tener memoria para evitar caer en los mismos
errores.
Son muchos los casos de
corrupción que se conocen por diferentes ámbitos geográficos y políticos en
distintas instituciones de ámbito municipal, autonómico o del estado. Sin
embargo no conozco ejemplos de esto mismo en el marco de las juntas vecinales.
Sencillamente creo que ello se debe a que los cargos de las juntas vecinales en
su gran mayoría no cobran por ejercer sus funciones. Además el control social
es mucho más directo.
El arraigo de las
Juntas Vecinales está asociada a la propia historia leonesa por cuanto se dice
que "son su forma de gobierno desde antes de los tiempos en que se redacto
el Fuero Juzgo". Sin embargo también hay otros valores como la eficacia o
la representatividad.
Uno de los problemas importantes
que tiene nuestra sociedad actual es el profundo desapego de la ciudadanía a
sus instituciones. Alguien debería de reflexionar en base a qué motivos surge
esa situación y que circunstancias distintas hacen que en los pueblos leoneses exista
una profunda sintonía entre los deseos ciudadanos y sus Juntas. En mi opinión
el motivo es claro, mientras que en las Juntas Vecinales hay una implicación
directa de la ciudadanía en las decisiones y en la acción de gobierno, en otras
instituciones la acción de gobierno se ejerce con independencia de la
ciudadanía.
Los leoneses levantan su voz por
los intentos de suprimir sus Juntas Vecinales pero tal vez si la supresión
fuese de la Junta de Castilla y León entonces esas voces serían mayoritariamente
de apoyo. ¿Reducir administraciones para racionalizar el gasto público?, de
acuerdo. Pero entonces vamos a eliminar aquellas que generando muchos gastos
actúan con muy poca eficacia y muchas veces incluso en abierta oposición a los
intereses de la ciudadanía. En unos casos los ciudadanos levantan su voz en
defensa de las instituciones que ellos mismos han elegido, mientras en otros lo
hacen para rechazar la que se le ha impuesto de modo antidemocrático (La Junta
de Castilla y León).
David
Díez LLamas.
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