domingo, 26 de julio de 2020
LA PRESA PRISIONERA.
martes, 21 de julio de 2020
EL PARTIDO DE LA DIGNIDAD.
domingo, 12 de julio de 2020
LEÓN Y NAVARRA, DE +14.615 A -197.346.
Antes
de la España de las autonomías la provincia de León superaba a la de Navarra en
14.615 habitantes (en 1.981), sin embargo hoy, en el 2.020, Navarra supera a la
provincia de León en 197.346. Esos son datos objetivos que nos aporta el INE.
Igual
alguien piensa que bueno eso es un caso particular de Navarra por ser Comunidad
Foral. Que lo elegimos de manera interesada. Bien, pues entonces vamos a ver qué
pasa en otra Comunidad, por ejemplo Cantabria. En 1981 la provincia de León
tenía 10.490 más habitantes que Cantabria y sin embargo en el 2.020 esos datos
cambian radicalmente y ahora viven en Cantabria 123.216 más. No parecen que
sean datos muy distintos.
Pero si
todavía alguien piensa que la muestra es insuficiente, vamos a ver qué ocurre
con La Rioja. En 1.981 la provincia de León con 523.613 doblaba el número de
habitantes que tenía La Rioja (254.352). Hoy siguen siendo más los que viven en
la provincia leonesa pero mientras en 1.981 el diferencial entre ambas era de
269.261 ahora en el 2.020 ha pasado a ser de 143.215. Es decir también aquí la
pérdida comparativa con La Rioja ha sido de 126.046.
Vamos a
examinar ahora lo que es la evolución de las tres provincias de la Región
Leonesa (León, Zamora y Salamanca). En este caso un punto de referencia puede
ser Murcia. Bueno pues en 1.981 la población de la Región Leonesa superaba en
160.203 a la que había en Murcia. Pero sin embargo en el 2.020 Murcia tenía
542.788 más habitantes de los que había en el conjunto de la Región Leonesa.
Aunque tal
vez les cueste creerlo en el año 1.981 los residentes en la Región Leonesa eran
459.756 más de los que había en Baleares. Pues mira por donde hoy son 248.931 más los que viven en esas islas.
Les pongo un
último caso para no aburrirles demasiado. Es con Asturias. En 1981 había 13.871
más asturianos que personas residentes en alguna de las provincias de la Región
Leonesa, ahora en el 2.020 esa diferencia ha aumentado hasta los 56.956, es
decir se ha multiplicado por 4,1 (¿bastante no?).
Hemos
comparado los datos tanto de la provincia de León como de la Región Leonesa en
su conjunto con territorios que cuentan con un marco autonómico propio. Creo
que los datos son absolutamente contundentes en cuanto al cambio experimentado
en ese período. Diría que una explicación que puede surgir de manera inmediata
es que mientras en los territorios que cuentan con una autonomía diferenciada
ha aumentado considerablemente su población, en la Región Leonesa la inclusión
en Castilla y León ha supuesto pérdida de habitantes.
Aquellos que
sostienen que “juntos” en esta autonomía “estamos mejor” igual tienen que
aportar datos que lo justifiquen. Los que proclaman desastres varios por
soportar un marco autonómico propio tendrían que explicar como en todas y cada
una de esas autonomías la comparación es que mientras ellos crecen, la Región
Leonesa y la provincia de León pierden población. Los beneficios derivados de
tener esa autonomía de gobierno superan con mucho a los costes.
Mientras en
las autonomías uniprovinciales españolas en el período entre 1.981 y 2020 ganan
3.331.752 habitantes (1.271.410 si excluimos Madrid) en la Región Leonesa pierde 153.882 habitantes y
en concreto la provincia de León 64.172. No sólo es un diferencial de cantidad,
es también de “calidad” unos ganan y los leoneses “pierden”.
Claro, igual
estos datos tienen bastante que ver con el dinero que se ha gastado en buscar
anular la identidad leonesa. Ello tiene repercusiones no sólo en el ámbito
cultural, también las tiene en la economía y con ello en la demografía.
El
centralismo asfixiante de Valladolid se deja notar en muchas cosas. También ha
sido así en lo que es la gestión de esta pandemia. Por ejemplo se reparten 53
camas UVI para toda la Comunidad y 7 se asignan a las 3 provincias leonesas y
28 a Valladolid. ¿Equitativo no? A
algunos partidos les podríamos pedir que protesten no sólo cuando las cosas las
hacen “los otros”. Serían mucho más creíbles si también denunciaran las
injusticias que comenten “los propios”, pero que sin embargo callan.
Con estos
datos diría que cabrían pocas dudas de que la constitución de una autonomía
leonesa hubiera mejorado las expectativas de desarrollo social y económico de
los leoneses. No habría motivo para pensar que hubiéramos sido la excepción
dentro de la evolución que han tenido esas otras Comunidades. Incluso aunque
esa evolución hubiera sido relativamente peor, siempre sería mejor de lo que ha
sido dentro de Castilla y León. Además hay que considerar que la inclusión en
este marco autonómico se ha hecho contra la voluntad de los leoneses.
LA INFLUENCIA DEL PÚBLICO EN LOS RESULTADOS.
Entre
las muchas cosas que nos ha traído el Covid 19, una de ellas es un cambio de
escenario en la liga de futbol. Ello ha supuesto que los partidos se han venido
disputando sin público en los estadios. Por ello nos daba la oportunidad de
valorar lo que podía ser la influencia de la presencia del público en el
resultado de los partidos. ¿Han cambiado algo los resultados al no haber
público en los estadios? ¿Qué influencia ha tenido esa no presencia de
espectadores?
Para tratar
de dar respuestas a esas preguntas hemos analizado un total de 210 partidos, de
los cuáles 100 han sido de primera división y 110 de segunda. Hemos comparado
los resultados de 50 partidos de primera división jugados sin público, con los
50 anteriores en los que sí hubo espectadores en los estadios. En el caso de la
segunda división se hizo ese mismo proceso con la diferencia de que fueron en
cada caso 55 partidos.
Hemos
diferenciado los partidos que habían ganado el equipo que jugaba en casa, los
empates y los que había ganado el equipo de fuera. Así tenemos que del total de
los partidos analizados había ganado el equipo de casa 36 de ellos cuando
jugaba sin público, lo que son 11 menos de los 47 que ganaba cuando había
público en las gradas. Eso ha supuesto que aumentaron en 4 los empates (de 33
cuando había público a 37 ahora) y han sido 7 más las victorias forasteras (de
25 con público a 32 cuando no hay nadie en las gradas).
Podríamos
concluir que la no presencia de espectadores en las gradas si ha tenido
influencia en el resultado. Ello ha propiciado un mayor número de victorias de
los equipos que jugaban fuera. Si ponemos los datos en base 100 podríamos decir
que la influencia del público en el resultado sería algo así como de un 10,5%. Ese
diferencial ha ido más hacia las victorias forasteras (6,7%) que hacia los
empates (+3,8%).
Comparando
los datos de primera y de segunda división, tenemos que han aumentado las
victorias forasteras en las dos divisiones pero ese incremento ha sido mayor
entre los equipos de segunda (+5) que en los de primera (+2). Sin embargo en
los empates ha ocurrido lo contrario y han aumentado más en la primera división
(+3) que en la segunda (+1).
Más allá de
lo que son los resultados en futbol podríamos decir que también nos muestra la
influencia del “aliento social” en lo que pudieran ser los resultados en otros
ámbitos. Los que no participan directamente en el juego o en una determinada
actividad, también influyen en los resultados.
Estos datos
son también una invitación a la participación, a considerar que el ánimo a los
jugadores propios tiene incidencia en lo que son los resultados. Que no es lo
mismo animar desde casa o desde la terraza de un bar que hacerlo en el propio
estadio.
Ahora
vivimos en la necesidad de mantener la distancia social como un factor
especialmente importante para mejorar nuestras condiciones sanitarias. Sin
embargo diría que ello también está facilitando promover que las cosas se hagan
por medios telemáticos ya sea en la compra de productos o servicios. Este
pequeño estudio viene en la dirección de destacar la importancia de “sentir el
aliento próximo”. No es lo mismo animar a tu equipo en las redes sociales que
hacerlo en el estadio. Tampoco lo es la compra impersonal de un producto o
servicio a través de internet que hacerlo en un establecimiento que conoces y
que te conoce.
La
ciudadanía tiene un importante papel que jugar en lo que puede ser la evolución
futura de las cosas. Habría que evitar caer en el pesimismo del decir “no hay
nada que hacer” o “estamos en manos de …”. Hay que conseguir que aquellos que
son representantes de la ciudadanía ejerzan como tales.
Uno diría
que en algunos partidos políticos se puede diferenciar a líderes que se apoyan
en la adhesión de sus votantes, de otros que lo hacen más bien en lo que son
sus “superiores” dentro del partido. Más claro, parece que hay líderes que
tienen como misión “domesticar” a los propios cargos de su partido para así
intentar asentar un marco institucional que la población rechaza. Ejercen un
papel de represión frente a los que se rebelan. Lo hemos visto por ejemplo en
las cartas que desde algunos partidos se han dirigido a sus propios concejales
que han apoyado las mociones favorables a una autonomía leonesa. Algunos han
preferido estrechar lazos con el alcalde de Valladolid y distanciarse de los
concejales leoneses de su partido. La diferenciación a veces no ha sido tanto
ideológica sino de primar el papel de ser representantes de aquellos que les
han votado.
En fin,
considero que “el aliento social” es importante, influye en los resultados ya
sean deportivos o de cualquier índole. El tenerlo en cuenta puede ser fundamental
para conseguir triunfos.
jueves, 2 de julio de 2020
LEONESISMO E INDEPENDENTISMO.
El dicho que
“la ignorancia es atrevida” es perfectamente aplicable a algunos de los
comentarios que se han podido escuchar sobre la reivindicación de una autonomía
leonesa. Así he visto que se ha asociado al leonesismo con los movimientos
independentistas que existen en España. En otros se vincula con algo que surge
a imitación de “Teruel existe” y también se ha dicho que es un movimiento
“nuevo”.
Uno diría
que los movimientos independentistas son incluso causa indirecta de que la
Región Leonesa no haya alcanzado una autonomía propia. Martin Villa dirige la
operación de crear una autonomía de Castilla y León en base a su criterio de
que la misma sirviese de contrapeso a los movimientos excluyentes que se daban
en Euskadi y Cataluña. Por eso digo que de no haberse producido esos
movimientos independentistas posiblemente la Región Leonesa hubiera sido una de
las autonomías que componen el mosaico español. Sin independentistas aquello
que motivaba el proyecto político del ministro de UCD no hubiera tenido sentido.
En consecuencia se hubiera dado cauce a lo que eran las aspiraciones de la
ciudadanía leonesa y de los propios cargos y votantes de UCD en la región.
Curiosamente
casi 40 años después se vuelven a repetir las cosas. Se escuchan voces que
aunque reafirman la identidad leonesa sin embargo muestran reticencias al apoyo
a una autonomía leonesa en base a la falta de oportunidad ante el conflicto que
se está viviendo en Cataluña. Incluso he
podido escuchar este tipo de afirmaciones en algunos líderes políticos
españoles. Es decir una vez más los movimientos independentistas son
impedimento para poder alcanzar una autonomía leonesa. No tanto por ellos
mismos como de una forma indirecta por los que se oponen a ellos. Al leonés se
le utiliza para unos fines sin contar con su opinión.
Sin embargo
37 años son suficientes como para poder decir que “la terapia” que Martin Villa
quiso aplicar para ser “dique de contención” no ha funcionado. Incluso habría
que decir que ha sido contraproducente por cuanto está autonomía dista mucho de
ser un territorio cohesionado (algo que incluso reconocen hasta los promotores
de la Fundación Villalar ahora de Castilla y León). La unidad se logra a través
del reconocimiento de la pluralidad y no desde la imposición de la uniformidad.
Entre los
concentrados en la plaza de San Marcelo con motivo del pleno celebrado en el
Ayuntamiento de León sobre la autonomía leonesa se cantaba “sin León no hubiera
España”. Vamos igualito que lo que se puede escuchar en las concentraciones
independentistas.
Ese acuerdo
de la ciudad de León se tomó por 14 votos frente a 13. Sin embargo ese
equilibrio no se traduce a nivel de calle. Ni en ese momento, ni en ningún otro
he visto concentraciones en apoyo al actual marco autonómico. Se confirma así
que es algo que se decide a nivel de élites políticas y sin tener en cuenta a
la ciudadanía (ni antes ni ahora).
Apoyos a una
autonomía leonesa se han recibido de todos y cada uno de los partidos
políticos. Concejales de PSOE, PP, Ciudadanos, Vox, IU, Podemos y UPL han
votado mociones de apoyo a una autonomía leonesa. Incluso las mociones
leonesistas han sido presentadas por concejales del PP, de Podemos o de
Ciudadanos. Ello confirma el carácter transversal de ese movimiento. Sobre esto
también se han dado frecuentemente interpretaciones falsas. Hace años se
vinculaba al leonesismo con “la derecha”, ahora al parecer es “la izquierda”.
Lo que si coincide es que siempre esa vinculación ideológica la hacen los que
se oponen a esa ideología. Es decir antes los “de izquierdas” decían que el
leonesismo era “de derechas” y ahora la derecha dice que “es de izquierdas”. Es
claro que es de todos los leoneses.
También
antes y ahora ante la falta de argumentos se promueve el autoritarismo. Martín
Villa impuso a los cargos de su partido que apoyasen su proyecto político por
encima de lo que pudieran ser sus criterios personales. De hecho cuando
desaparece UCD esos cargos del partido centrista se rebelan presentando una
moción favorable a la autonomía leonesa que fue aprobada por 20 votos a favor
frente a 4 contrarios. Hoy se quiere que se vuelva a repetir algo de esto
mismo.
El
leonesismo va mucho más lejos de demandar un marco autonómico leonés propio. Es
la reivindicación de la dignidad y la libertad frente a aquellos que quieren
imponer sus criterios desde instancias que son ajenas a la propia voluntad de
los leoneses. Es también la defensa de un marco de “unidad en la pluralidad” en
el que la identidad como españoles sea compatible con cada uno de los
territorios que la componen. Yo quiero una España que sea como un desfile de
pendones en el que cada pueblo ondea con orgullo su enseña pero todos llevan la
bandera española.
Al final lo
que se pide es que lo que es una aspiración de la ciudadanía se recoja también
en el plano institucional y político. Yo sigo sin ver en ningún acto deportivo
o cultural que se lleven banderas de Castilla y León (que si ondean en los
balcones institucionales). Tampoco he visto mascarillas con esa bandera, vamos
ni una. Por algo será.