Antes
de la España de las autonomías la provincia de León superaba a la de Navarra en
14.615 habitantes (en 1.981), sin embargo hoy, en el 2.020, Navarra supera a la
provincia de León en 197.346. Esos son datos objetivos que nos aporta el INE.
Igual
alguien piensa que bueno eso es un caso particular de Navarra por ser Comunidad
Foral. Que lo elegimos de manera interesada. Bien, pues entonces vamos a ver qué
pasa en otra Comunidad, por ejemplo Cantabria. En 1981 la provincia de León
tenía 10.490 más habitantes que Cantabria y sin embargo en el 2.020 esos datos
cambian radicalmente y ahora viven en Cantabria 123.216 más. No parecen que
sean datos muy distintos.
Pero si
todavía alguien piensa que la muestra es insuficiente, vamos a ver qué ocurre
con La Rioja. En 1.981 la provincia de León con 523.613 doblaba el número de
habitantes que tenía La Rioja (254.352). Hoy siguen siendo más los que viven en
la provincia leonesa pero mientras en 1.981 el diferencial entre ambas era de
269.261 ahora en el 2.020 ha pasado a ser de 143.215. Es decir también aquí la
pérdida comparativa con La Rioja ha sido de 126.046.
Vamos a
examinar ahora lo que es la evolución de las tres provincias de la Región
Leonesa (León, Zamora y Salamanca). En este caso un punto de referencia puede
ser Murcia. Bueno pues en 1.981 la población de la Región Leonesa superaba en
160.203 a la que había en Murcia. Pero sin embargo en el 2.020 Murcia tenía
542.788 más habitantes de los que había en el conjunto de la Región Leonesa.
Aunque tal
vez les cueste creerlo en el año 1.981 los residentes en la Región Leonesa eran
459.756 más de los que había en Baleares. Pues mira por donde hoy son 248.931 más los que viven en esas islas.
Les pongo un
último caso para no aburrirles demasiado. Es con Asturias. En 1981 había 13.871
más asturianos que personas residentes en alguna de las provincias de la Región
Leonesa, ahora en el 2.020 esa diferencia ha aumentado hasta los 56.956, es
decir se ha multiplicado por 4,1 (¿bastante no?).
Hemos
comparado los datos tanto de la provincia de León como de la Región Leonesa en
su conjunto con territorios que cuentan con un marco autonómico propio. Creo
que los datos son absolutamente contundentes en cuanto al cambio experimentado
en ese período. Diría que una explicación que puede surgir de manera inmediata
es que mientras en los territorios que cuentan con una autonomía diferenciada
ha aumentado considerablemente su población, en la Región Leonesa la inclusión
en Castilla y León ha supuesto pérdida de habitantes.
Aquellos que
sostienen que “juntos” en esta autonomía “estamos mejor” igual tienen que
aportar datos que lo justifiquen. Los que proclaman desastres varios por
soportar un marco autonómico propio tendrían que explicar como en todas y cada
una de esas autonomías la comparación es que mientras ellos crecen, la Región
Leonesa y la provincia de León pierden población. Los beneficios derivados de
tener esa autonomía de gobierno superan con mucho a los costes.
Mientras en
las autonomías uniprovinciales españolas en el período entre 1.981 y 2020 ganan
3.331.752 habitantes (1.271.410 si excluimos Madrid) en la Región Leonesa pierde 153.882 habitantes y
en concreto la provincia de León 64.172. No sólo es un diferencial de cantidad,
es también de “calidad” unos ganan y los leoneses “pierden”.
Claro, igual
estos datos tienen bastante que ver con el dinero que se ha gastado en buscar
anular la identidad leonesa. Ello tiene repercusiones no sólo en el ámbito
cultural, también las tiene en la economía y con ello en la demografía.
El
centralismo asfixiante de Valladolid se deja notar en muchas cosas. También ha
sido así en lo que es la gestión de esta pandemia. Por ejemplo se reparten 53
camas UVI para toda la Comunidad y 7 se asignan a las 3 provincias leonesas y
28 a Valladolid. ¿Equitativo no? A
algunos partidos les podríamos pedir que protesten no sólo cuando las cosas las
hacen “los otros”. Serían mucho más creíbles si también denunciaran las
injusticias que comenten “los propios”, pero que sin embargo callan.
Con estos
datos diría que cabrían pocas dudas de que la constitución de una autonomía
leonesa hubiera mejorado las expectativas de desarrollo social y económico de
los leoneses. No habría motivo para pensar que hubiéramos sido la excepción
dentro de la evolución que han tenido esas otras Comunidades. Incluso aunque
esa evolución hubiera sido relativamente peor, siempre sería mejor de lo que ha
sido dentro de Castilla y León. Además hay que considerar que la inclusión en
este marco autonómico se ha hecho contra la voluntad de los leoneses.
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