Recuerdo
unas palabras de Julio Anguita que decían que había que votar a aquellas
personas que actuasen desde la dignidad y la honestidad. Incluso afirmaba que
no importaba que fueran de derechas si basaban su actuación en esos principios,
el sería el primero en aconsejar votarles. También decía que no llegaba a
entender a aquellos compañeros que levantaban el puño y les preguntaba si es
que era para hacer gimnasia. Decía todo esto un político que pertenecía al
partido comunista y que era respetado por todos, tanto por su talante personal
como por su aportación intelectual. Le echamos de menos.
Yo también
creo que es necesario rescatar esos valores personales y que ellos se pueden
encontrar con independencia de lo que pueda ser la forma de pensar de cada uno.
No puedo entender que el señor Cedón dé una rueda de prensa diciendo que “todos
saben que esta Comunidad Autónoma la componen dos regiones” y justo a su lado
su compañera en esa misma rueda de prensa se refiera a una de esas regiones
como “el oeste de la Comunidad”. Diría que eso le aleja del “partido de la
dignidad” y más bien le aproxima al de “obedece al poder y calla”. Son muchos
los que dentro de su partido se han rebelado por cuanto han primado los
intereses de la ciudadanía respecto a lo que pueda decir su estructura
organizativa.
También
puedo ver comportamientos semejantes en el señor Silván. Arremete contra el
alcalde José Antonio Díez entre otras cosas por la obra que tiene previsto
hacer en Ordoño II. Yo también coincido en que en estos graves momentos sería
mucho mejor utilizar ese dinero en atender otras necesidades y no veo que ello
vaya a mejorar la ciudad. Sin embargo la credibilidad del Señor Silván cae en
picado cuando apoya el mantenimiento de la que fue Fundación Villalar y que ahora
se llama de Castilla y León. Es decir si hay que ajustar los presupuestos,
habría que hacerlo también con esa Fundación y que ese dinero se destinase a
los muchos sectores que lo están pasando francamente mal.
Por todo
ello a veces pienso que Cedón y Silván tienen más puntos en común que Cedón y
José Antonio Díez. Uno y otro parecen que tienen como misión principal “meter a
los leoneses en cintura”. Por ello mismo en su momento fue posible una foto de
Silván con el alcalde de “todo para Valladolid”, algo que sin embargo sería
impensable ahora (por mucho que los dos alcaldes pertenezcan al mismo partido).
El partido
de la dignidad se va abriendo paso en muchos municipios y juntas vecinales. Son
aquellos que saben lo que desean los vecinos que les han elegido. En función de
ello optan por considerar que deben
primar a las personas que les han votado por encima de las presiones indignas
de algunos mandatarios de su partido. Como la dignidad es un valor personal
podemos encontrar en ello a personas de todos los partidos políticos.
Es demasiado
burdo el considerar que los culpables “son los otros” y que cuando “nosotros” lleguemos
al gobierno se superara esa situación. “Los otros” gobiernan en muchas otras
ciudades, regiones o lo han hecho a nivel de España. Si la culpa fuera en
exclusiva de esos otros ello significaría que allí donde gobiernan los
resultados serían similares. Pero claro, los datos los desmienten por completo.
Tanto Murcia como Castilla y León han sido generalmente gobernadas por el PP. Las
evoluciones en población desde 1981 han sido bien distintas. Así mientras
Murcia en ese período ganaba 549.109 habitantes, la Región Leonesa perdía
-153.882. Alguien tendría que explicar cómo es posible resultados tan dispares
si en ambos casos gobierna el mismo partido. Para mí la respuesta es clara, las
causas de esa evolución tan negativa no son “coyunturales” (el gobierno de un
determinado partido) sino que son “estructurales” en base a la imposición de un
marco autonómico no deseado por los leoneses.
El pasar de
ser la Región Leonesa a convertirnos en el “Oeste de esta Comunidad” no está
saliendo precisamente gratis. A lo mejor es el momento de que estos “indios”
recuperen la dignidad y se rebelen frente a tanto atropello. ¡Ah! les confieso
que de niño yo siempre simpatizaba más con los indios. Hoy también.
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