jueves, 27 de enero de 2022

CREER PARA VENCER.

 


            Diríamos que son muchos los campos en los que se aplica el principio que da título a este artículo. Uno de ellos es en la medicina en la que los profesionales sanitarios se esfuerzan en trasmitir a los enfermos la confianza suficiente para que pongan los recursos anímicos que ayuden a superar sus padecimientos. Es también el entrenador deportivo que estimula a sus pupilos para que salten al campo de juego en la confianza de que pueden vencer. Podríamos seguir con ejemplos que se extenderían al campo de la empresa, de la cultura…En general de la vida.

            Todos hemos sido testigos de que personas que teniendo importantes carencias físicas eran capaces de logros insospechados. Hemos visto, por ejemplo,  personas que podían circular con una bicicleta aunque eran ciegos o les faltaba una pierna. También aquí podríamos contar  muchos casos en distintas disciplinas, pero seguro que el lector los conoce y no vale la pena insistir en ellos. Todo ello son demostraciones de que la fuerza mental es capaz de superar las limitaciones físicas. Lo complicado será alcanzar ese nivel de fuerza mental, ese convencimiento en las propias posibilidades y ese deseo de alcanzar la meta que te has propuesto.

            Habrá en cada caso un punto de partida que puede ser mejor o peor según cada circunstancia, pero que no es determinante en lo que puede ser el final, el objetivo que se pretende alcanzar. Será fundamental entonces fijarnos en la meta y en los medios para poder alcanzarla, antes que resaltar  nuestros males y en nuestras carencias.

            ¿Son aplicables estos principios también al plano social? Yo pienso que sí. Una sociedad que cree en sus posibilidades está en muchas mejores condiciones de afrontar su futuro.

            ¿Y en la Región Leonesa? , pues creo que no es una excepción. Frente a aquellos que nos dibujan escenarios de resignación en una situación no deseada, otros apostamos por la ilusión como motor y en “creer para vencer”.

            El escenario social leonés efectivamente nos puede dibujar una sociedad envejecida, en declive económico y demográfico, que no cuenta con suficientes recursos de poder… Este es el punto de partida, que desde luego no es bueno.

            Sin embargo desde situaciones complicadas hay ejemplos de personas, empresas o medios sociales que han sabido superarse, que han creído en ellas mismas y en las metas que se han fijado. Nos han dado lecciones de vida de que lo imposible no es más que una barrera mental que ellos han sido capaces de superar. ¿Cuántas veces hemos podido escuchar frente a las aspiraciones leonesistas el “no se puede”?. No hay debate sobre si una opción es mejor que otra, la propia evolución de la Región Leonesa en este marco autonómico hace muy complicado que alguien sostenga que la inclusión en Castilla y León ha sido beneficiosa. Entonces el debate se establece entre la resignación con esa situación o la aspiración de alcanzar la meta que suponga contar con un marco autonómico propio.

            Creer en las posibilidades es esencial para vencer, para conseguir los objetivos. Lo es en cualquier campo y también en el social. La capacidad para superar las dificultades estará en buena medida asociada a la fuerza de voluntad y a la ilusión por lograr un determinado objetivo.

            Perseverar es una condición indispensable. Nadie alcanza una meta personal o social sin un esfuerzo continuado en el tiempo. Tampoco es posible alcanzarlo esperando que sean otros los que trabajen para lograr ese objetivo mientras “se miran los toros desde la barrera”.

            El camino hacia la victoria no se alcanza a través de la senda de los lamentos. Los triunfos (en cualquier campo) generan más adhesiones que las derrotas, algo que se puede ejemplificar perfectamente en el ámbito deportivo. Los logros, aunque sean pequeños,  estimulan las esperanzas para intentar seguir avanzando. A veces pienso que nos gusta excesivamente regodearnos en nuestros problemas y estimulamos en exceso el estigma del derrotado.

            Hay que hacer conscientes de que la solución a las situaciones, también dependerá de nuestra actitud. No podemos ser sujetos pasivos de nuestro destino, sino motores que impulsen un devenir mejor. Es un hecho demostrado que el esfuerzo ya sea en el campo sanitario o en el deporte es un componente esencial para tener posibilidades de superar las dificultades y alcanzar la meta que cada cual se propone. A la vez hay que considerar que ese esfuerzo se estimula desde la esperanza y la ilusión por lograr un determinado objetivo.

            Los hechos nos demuestran que muy pocas cosas son irreversibles y que la superación depende en buena medida de la fuerza de voluntad y la disposición para alcanzar las metas propuestas. Hace falta generar la ilusión suficiente, para desde ella, creer para vencer.

LAS ELECCIONES SI SON AUTONÓMICAS.

 


         Podría considerarse una evidencia que la convocatoria del 13 de febrero es a unas elecciones que son exclusivamente autonómicas. A diferencia de otras convocatorias en esta ocasión, al haberse adelantado, no coinciden con las elecciones municipales.

            Sin embargo desde algunos partidos y medios se trata de presentar esas elecciones como una antesala de las elecciones generales. Con ello dejan ver su nulo interés ni por las tierras leonesas ni tampoco por las castellanas. En esa filosofía cobra fuerza lo que son los intereses personales de los líderes nacionales para alcanzar una mayor cuota de poder. No importan tanto lo que pudieran ser los intereses del conjunto de los españoles. Ni Casado ni Sánchez se presentan a estas elecciones. Situarlos en el tablero electoral significa una falta de consideración hacia las personas que viven en este marco autonómico e incluso hacia sus propias instituciones. Viene a ser “lo importante soy yo” y ni ustedes ni su parlamento o su gobierno autonómico importan demasiado. Es la visión de aquellos que simplemente ven estas elecciones como un peldaño en su camino de acceso al poder.

            Sin embargo soy de los que piensan que en estas elecciones lo básico será elegir a las personas que mejor representen y defiendan los intereses de cada uno en el Parlamento Autonómico (que no regional). Doy a ello más importancia que la que pudiera ser la elección del presidente autonómico. En la papeleta de votación están los candidatos a ser los representantes de la ciudadanía en cada provincia. Sólo más tarde entre ellos se elegirá el que vaya a ser el presidente de este marco autonómico. Para que los intereses de cada uno estén representados en esa elección es necesario que haya parlamentarios que sustenten nuestras propias posiciones.

            Cabría preguntarse si la mejor defensa de España y lo español es identificar España con Madrid y León con Castilla. Creo que básicamente es este el modelo de Isabel Díaz Ayuso. Es la visión de una España que deja fuera a muchísimos españoles. Los que no coinciden con esa visión para ella o somos paletos o independentistas (o las dos cosas). Sin embargo España es plural en sus modos de sentir. Los españoles tenemos posiciones ideológicas distintas y no se es más o menos español en función del partido al que se vote. Hay identidades que son complementarias y no excluyentes. Identificar España con Madrid lo que hace es mutilarla. Ayuso representa una especie de nacionalismo madrileño que reclama más recursos para la capital de España. Sin embargo esa misma posición lo que provoca es que el sentimiento español pierda aún más fuerza en territorios como Euskadi y Cataluña (donde el PP es ya una fuerza muy minoritaria). El nacionalismo excluyente que viene a identificar que sólo son españoles (o vascos o catalanes…) los que piensan como yo, provoca siempre la reacción contraria. Podríamos decir que en el crecimiento electoral de Vox encontramos como  gran aliado al independentismo catalán. Pero también los partidos independentistas se benefician de la imagen que de España difunden tanto Vox como Isabel Díaz Ayuso.

            En España esa pluralidad social se debería reflejar en su estructura autonómica. Sin embargo cuando se conforma esa España de las autonomías hay una Región Española que no pasa a ser Comunidad Autónoma, la Región Leonesa. Ello sucede fundamentalmente por cuanto el ministro de Administración Territorial era Martin Villa. El encargado del armazón autonómico era alguien (proveniente del franquismo) que no creía en la España de las autonomías. Buscaba un contrapeso a los nacionalismos periféricos de Cataluña y Euskadi. Para ello contó con el apoyo de los políticos vallisoletanos como Peces Barba. Valladolid se convertía en centro de la nueva Comunidad (que no lo habría sido nunca si la Región Leonesa y la Región Castellana hubieran sido Autonomías distintas). Todo ello se hizo desde la imposición sin contar ni con la ciudadanía leonesa ni tampoco con la castellana.

            El resultado de la Autonomía de Castilla y León podemos decir que deja pocas dudas. En la Región Leonesa ha supuesto unos graves problemas de descenso demográfico, declive económico y pérdida de identidad social y política. También es claro su fracaso como dique de contención de los nacionalismos vascos o catalanes (baste simplemente ver lo que han sido los últimos acontecimientos en Cataluña). Tal vez sólo se ha beneficiado de ese marco autonómico Valladolid. Lo ha hecho  en base a que esa configuración ha favorecido su posición de centralidad (como suele recordar Oscar Puente).

            Los errores no caducan y si algo no funciona o perjudica es necesario cambiarlo. La alternativa de permanecer en el error supone aceptar el exterminio. Es como si ante el cambio climático alguien nos dijera: “bueno ya sabemos qué hacemos mal, pero no vamos a hacer nada para modificar las conductas aunque ello suponga ir hacia el abismo”. Se podrá discutir que hacer pero no creo que sea aceptable la respuesta de no hacer nada.

viernes, 14 de enero de 2022

POR UNA OFICINA DE DEFENSA DE LA IDENTIDAD LEONESA.

 


          Vamos a partir de dos hechos. Ambos considero que podrían ser aceptados por la práctica unanimidad de la ciudadanía. Por un lado, tenemos que existe un consenso en todos los partidos políticos (que tienen algún tipo de representación en el territorio leonés) de que León no es Castilla. También que constituyen 2 regiones diferenciadas. En las ponencias de sus respectivos congresos podemos ver declaran la existencia de la Región Leonesa. Por otro lado, tampoco hay mayores dudas de que de forma continuada en distintos medios de comunicación se trata a León como una parte de Castilla. No creo que sea muy necesario extenderme en ejemplificar una situación que muchos leoneses hemos denunciado a nivel particular. Reiteradamente se habla de “la catedral leonesa como castellana” (la última en el programa de Saber y Ganar), de equipos deportivos leoneses como “castellanos” y también habría muchos ejemplos en el campo comercial. Hay también otras “variantes” que llevan a que parajes y territorios leoneses se refieran a ellos como “asturianos” o como “gallegos”.

            Ante esta situación tenemos que muchas veces la demanda de rectificación se hace a nivel individual o como grupo, pero falta la defensa institucional que haga ver al resto de los españoles que esto no es algo de un pequeño grupo de personas, sino que responde a una queja del conjunto de los leoneses. En esa filosofía se firmó en su momento el Acuerdo por la Identidad Leonesa que fue suscrito por PP, PSOE (Rodríguez Zapatero) y UPL que conjuntamente representaban en aquel momento el 95% del voto leonés.

            En base a todo ello demandamos que en la Diputación de León exista la oficina de “defensa de la identidad leonesa”. Probablemente no haga falta ampliar medios y podría valer con reasignar funciones a alguno de los existentes (por ejemplo, en la oficina de prensa). Esa oficina debería ser un vehículo al que la ciudadanía podría hacer llegar las denuncias de los casos en los que se produce esa negación de la identidad leonesa. Por otro lado, también sería la encargada de pedir la rectificación a los medios de comunicación donde se haya producido ese hecho. También tendría entre sus funciones el divulgar entre los diferentes profesionales del periodismo que la actual Comunidad Autónoma la componen dos regiones y que una de ellas es la Región Leonesa. Todas estas funciones parten de un consenso político que habría que trasladar al plano institucional y desde ello al de la comunicación.

            Es fundamental dar carta de existencia a lo leonés. Lo es en el plano cultural pero también en el plano económico. Todas las marcas comerciales se gastan mucho dinero en conseguir presencia mental en la ciudadanía. Así en cualquier estudio de mercado un indicador fundamental es el de la notoriedad tanto a nivel espontáneo como de forma sugerida. Cuando un camarero en una terraza nos pide ¿Qué desea tomar? Será fundamental que en ese momento el consumidor tenga como opción “tu” marca. La no existencia de “lo leonés” es un lastre para la venta de los productos leoneses o para promocionar el turismo. Por decirlo de alguna manera “no se compra, lo que no existe”.

            Estamos en el nivel más básico que es el de reclamar la propia existencia. Luego ya habría que tratar de dar valor e identidad a esa existencia. El redescubrir “lo leonés” sería también muy importante para el conjunto de los españoles. Vendría a ser el debate entre “la ley y la espada” entre la España Cuna del Parlamentarismo y la España del Cid. El dar valor a la España democrática creo que no es precisamente baladí y podría aportar mucho de cara a mejorar nuestras condiciones de convivencia.

            Ese ocultamiento de “lo leonés” entiendo es consecuencia de la división que se establece en la España de las autonomías. En la gran mayoría de los casos es por pura ignorancia. Sin embargo, lo que se repite muchas veces se termina asimilando como “verdad” aun cuando no lo sea.

            Los leoneses no pedimos remontarnos a la edad media. Hay que recordar la propia carta de existencia de la Región Leonesa hasta la llegada de la España de las Autonomías. Hay que evitar confundir una Comunidad Autónoma con una Región. Es el caso de Castilla y León donde conviven 2 regiones. La Y señala esa diferencia como también lo hace, por ejemplo, entre Alicia y Pablo como 2 personas y no existe el Alicia-pablo.

            La demanda que se expresa en este artículo creo que es muy importante para lograr mayores cotas de bienestar de la ciudadanía. No tiene que suponer incrementar los costes en la administración (simplemente sería implementar otros criterios). Además, parte de un consenso político. Sólo hace falta voluntad para llevarla a cabo, esperemos que la iniciativa prospere, es algo que todos necesitamos.

lunes, 10 de enero de 2022

LA PERSISTENCIA LEONESA.

 


            Recientemente David Bueno ha publicado un libro que en mi opinión contiene una serie de reflexiones que resultan muy interesantes. Lo ha titulado “el arte de persistir”. Este artículo recogiendo esos principios los ha buscado trasladar al ámbito leonés.

            El autor nos dice que el motivo que le inspiro para realizar ese libro, fue precisamente la canción que ha sido en buena medida el himno de la pandemia, “Resistiré”. Se dice en ese libro que resistir es una actitud fundamentalmente pasiva ante las cosas. Por el contrario, persistir supone el ser activo en tratar de conseguir un determinado objetivo, como puede ser el alcanzar el fin de la pandemia.

            Creo que ese pensamiento también se puede trasladar al ámbito leonés. No se trataría tanto de “resistir” en una Autonomía de Castilla y León, como el “persistir” en tratar de alcanzar una autonomía leonesa. Resistir implica una cierta aceptación de una situación negativa, o también que la misma se pueda rebasar desde la pasividad y sin contar con nuestra participación. Pero claro, para superar situaciones no deseadas es necesaria la contribución de la ciudadanía, las cosas no cambian como por arte de magia.

            Creo que es una evidencia que la Autonomía de Castilla y León ha sido perjudicial para los intereses leoneses. Los indicadores ya sean económicos, demográficos, sociales o culturales no dejan lugar a dudas. Tanto yo, como otros autores se han extendido en analizar esa evolución negativa. Sin embargo, no conozco a los que puedan mantener que ese marco autonómico ha tenido un impacto positivo entre los leoneses. En consecuencia, no hay mayor discusión de que la pertenencia a esa autonomía está resultando perjudicial para los leoneses.

            Ante esa situación se hace necesario marcar un objetivo claro y diáfano. En nuestro caso es el de alcanzar una autonomía leonesa. Ello es necesario para para luego tener la fuerza suficiente para poder lograrlo. Lo habitual es que para superar cualquier situación negativa que se pueda dar a nivel individual o social se hace necesario bastante tiempo. Nada es inmutable (por mucho que nos lo quieran hacer creer), pero tampoco es de esperar que las cosas cambien sin esfuerzo y aportación de los propios leoneses. Diríamos que para superar una enfermedad se hace necesaria la medicación y también cambios en nuestros hábitos.

            Desde la claridad de los objetivos el siguiente paso es definir los pasos a seguir y los modos a actuar para avanzar en alcanzar la meta final. Por continuar con nuestro paralelismo sería identificar las medidas que nos llevan a avanzar en esa meta. Para superar la pandemia nos dicen que tenemos que vacunarnos, llevar mascarilla y mantener una distancia de seguridad. En el caso leonés se comprueba que “si somos, estamos”. Es decir, para que se nos considere en el conjunto de España es necesario que cada uno asuma su propia condición de leonés desde la propia pluralidad de sus comarcas.  Por decirlo de algún modo el punto de partida sería la propia voluntad de la ciudadanía.

            Un segundo paso es transformar esa voluntad en poder político y social. Esto habría que conseguirlo por un lado con la fuerza de los votos y por otro con la presión social. Para ello es necesario que se considere que alcanzar ese objetivo es algo fundamental para mejorar nuestras condiciones de vida. En ese sentido hay que interpretar que es más importante fijar la mirada más en las personas que puedan ejercer tu representación en los diferentes parlamentos y menos en los líderes que puedan ser los que gobiernen en las diferentes instituciones.

            Otro paso será que los diferentes partidos cumplan lo que ellos mismos dicen. Entre los partidos con representación en los diferentes parlamentos hay un cierto consenso en decir que está Comunidad Autónoma la componen DOS regiones. Sin embargo, esa posición política que dicen mantener el PP, PSOE, Podemos y desde luego UPL no tiene una aplicación práctica. Hay que conseguir pasar de la teoría a los hechos. En ese sentido apoyamos la creación de una oficina de defensa de la identidad leonesa en la Diputación. Habría que preguntar a los diferentes partidos que es lo que hacen para promover que efectivamente existe una Región Leonesa y en ese sentido impulsar cambios en esa línea en el conjunto de los medios de comunicación. No es admisible que se hable de “las dos Castillas”, o de asignar territorios leoneses como castellanos. Con todo, lo más grave es que todo ello se haga ante la pasividad de muchas de las instituciones leonesas.

            Persistir es un gran paso para poder llegar a vencer. Desde luego abandonar es aceptar la derrota y permanecer en una situación que perjudica de forma grave los intereses del conjunto de los leoneses. El paso del tiempo lo único que ha puesto de manifiesto es que la situación se agrava y que los errores no caducan. Por ello más que resistir se hace necesario persistir.