jueves, 29 de septiembre de 2022

LA SUPUESTA ESPAÑA DE VOX.

 


         Para empezar me gustaría aclarar una cosa. Quién esto escribe es y se siente español. Es de los que sigue y se alegra con los triunfos españoles ya sea en el deporte o en cualquier otro ámbito. Ha sido alguien que acudió a la plaza Moyua de Bilbao a celebrar el que la selección española de futbol ganase el mundial ( por poner un ejemplo).

            Pero a la vez que hay que decir alto y claro que España es plural ya sea a nivel territorial o en las formas de pensar. Que ser español no significa asumir las propuestas de VOX. Incluso habría que decir que esa identificación de ESPAÑA=VOX lo que hace es promover las posiciones independentistas. De hecho los mayores interesados en identificar las ideas de VOX con España son los independentistas. Vendrían a decir “tu que rechazas a VOX no puedes ser español”.  Sin embargo hay que recordar que en el índice mundial de “democracia” que elabora The Economist, España es uno de los 19 países que aparecen como “democracia plena” (sobre un total de 167 países). Supera en ese índice a países como Francia, Italia o Estados Unidos (entre otros muchos). Pero claro esa imagen de la España democrática no es algo que le interese difundir al independentismo. Por eso los aparentemente contrarios se convierten en aliados.

            Dicen ustedes que defienden un modelo igualitario de derechos para todos los españoles. Mire en eso hasta podríamos estar de acuerdo, siempre y cuando no confundan igualdad con uniformidad. Para ser iguales no hace falta “ser uniformes” y hay que respetar la diversidad de culturas o modos de pensar.

            Pero claro esa igualdad que predican habría de ejercerse primero en aquellas instituciones desde donde se gobierna. ¿ En serio piensan ustedes que desde la Junta de Castilla y León se hace un trato igualitario para las provincias y regiones que integran ese marco autonómico? Por poner sólo algún ejemplo (que podría haber muchos más)        ¿Es admisible que la mayor parte de los fondos transfronterizos los lleve una provincia que no tiene frontera con Portugal? ¿ Se entiende que la federación de montañismo se instale en una provincia que no tiene montañas? Vamos que si quieren defender esa tesis de “igualdad” lo mejor que pueden hacer es aplicarla allí donde gobiernan y parece que no es el caso. No es creíble que se pida a otros lo que uno no hace.

            Por otro lado tampoco creo que se haya dado un trato de igualdad a la Región Leonesa cuando se crea la España de las autonomías. Aunque alguno de ustedes habla de “supuesta Región Leonesa”, basta acudir a cualquier libro de texto de la época para saber que una de las Regiones de España era la Región Leonesa que la constituían León, Zamora y Salamanca. Ya ven, la única Región que no se constituyó en Comunidad Autónoma fue precisamente la Región Leonesa. También hay que decir que ese proceso fue de todo menos democrático y contó con la oposición de la sociedad leonesa. Incluso la Diputación Provincial por 20 votos frente a 4 rechazo la integración de León en ese marco autonómico. No fue un proceso ni justo, ni igualitario.

         Les recordaría que hay también “otros españoles”  que se emocionan con las victorias  de equipos o deportistas españoles. Los que van a festejar esas victorias y se entristecen con las derrotas. Esa unidad en el sentimiento puede expresarse desde identidades políticas no sólo distintas sino hasta opuestas. El español es monárquico y republicano, conservador y progresista, comunista y liberal… Reducir España y los españoles a un determinado espectro político es contribuir a erosionar España y lo español. Diría que de hecho aún padecemos el que la imagen y la bandera de España para algunos representa el franquismo.

            Creo en la unidad que se construye desde la aceptación de la pluralidad, de las diferencias en los modos de pensar y de ser. Hay que evitar que la imagen de España se vuelva a asociar un marco ideológico determinado. Entiendo que ello también debe ser  tarea de las fuerzas progresistas el evitar esa apropiación de los símbolos españoles.

            Creo en la España plural en la que cabemos todos. Desde esa concepción habrá que entender que los caminos son distintos y que las propuestas de solución a las diferentes cuestiones no van a ser iguales. Sin embargo desde el convencimiento de que nadie posee toda la verdad, es necesario el respeto al diferente. Especialmente en las situaciones complejas y difíciles como la actual, se hace especialmente necesario ese esfuerzo hacia la unidad. La prosperidad económica está especialmente asociada a todo ello. Esperemos que logremos lograr recuperar la “unidad plural” que nos conduzca a la prosperidad. El modelo de esa “supuesta España” de Vox hace muy flaco favor a esa España que dice defender.

domingo, 11 de septiembre de 2022

LA IMAGEN Y LA PALABRA.

 


         He escuchado muchas veces que “una imagen vale más que mil palabras”. Sin embargo entiendo que con esa frase se referían al papel del ejemplo y de las acciones a realizar. Las palabras podían quedar en nada y si era importante trascender y “pasar del dicho al hecho”.

            Sin embargo hoy diría que en muchos casos “sólo vale la imagen” y no como ejemplo de conducta. La facilidad y la inmediatez de la imagen gana, frente  a tener que detenerse unos minutos a leer lo que alguien nos desea decir. Yo mismo lo he podido experimentar. No hace mucho estuve presente en un acto en el que participaban varias personas. Tuvo una duración de unas 2 horas y en el mismo hablaron hasta 4 personas. Todos los comentarios respecto a ese acto han sido relativos a la foto asociada al mismo. Lo que se hubiera dicho en ese acto no se tenía para nada en cuenta (ya sea para aprobarlo o para rebatirlo). La imagen tapaba cualquier tipo de contenido que se hubiera dado.

            Los medios audiovisuales van ganando cada vez mayor peso. Sin embargo el pensamiento y la reflexión exigen unos modos que se vinculan a la palabra ya sea en formato oral o escrito. El conocimiento evoluciona en base a lo que en otros momentos hayan podido escribir otras personas. La imagen se desvanece al poco tiempo, es un signo de la fugacidad en la que vivimos.

            Vivimos unos tiempos que suponen problemas de gran complejidad y que es complicado abordarlos. Sin embargo a la vez reducimos en gran medida los canales para abordarlos. La extensión en la capacidad de comunicación es contraria a la intensidad de esa comunicación. Es decir podemos llegar a mucha más gente a través de las redes sociales, pero esa comunicación es “menos intensa”. Si antes había un género literario “epistolar” y basado en las cartas que se escribían, ahora todo se reduce a unas pocas líneas que se escriben en tu móvil. Lo que se ha ganado en cantidad, se ha perdido en calidad.

            Creo que además ese valor que va ganando la imagen lleva también una mayor “privatización” de los canales de difusión. La complejidad para crear y difundir imágenes es mucho mayor que la que supone el escribir este artículo. Me refiero a la parte técnica.

            A través de la imagen se busca el impacto, aquello que resulte especialmente llamativo. En base a ello se quiere que tenga el mayor número de visionados en las redes sociales. Ese impacto es puntual en el tiempo, el olvido es también muy rápido. Por otro lado también hay una creciente exigencia de que esas imágenes o videos no duren más allá de unos segundos.

            Con los medios disponibles hoy es sencillo manipular las imágenes, con lo que se complica discernir si aquello que vemos corresponde a una imagen real o manipulada. Lo ficticio va cobrando protagonismo.

            Nuestra sociedad cada vez es más dependiente de aquello que le llega por medios electrónicos. La cosmovisión del mundo nos llega filtrada por la óptica de unos medios o de unas redes sociales. Se puede hacer particularmente complicado establecer criterios propios de evaluación de las cosas.

            La sucesión rápida de los acontecimientos deriva que las noticias se presenten de forma fragmentada y un tanto deslavazada. Uno diría que la interpretación de las cosas va asociada al uso de la palabra y por eso mismo muchas veces nos falta. Incluso cabría decir que hoy una de las profesiones más valoradas son las que se asocian a la interpretación de los datos. Hay un gran volumen de información que se hace necesario interpretar.

            Podríamos decir que el conocimiento de una persona o de un determinado tema lleva su tiempo, si pretendemos pasar del nivel superficial. Sin embargo es bastante habitual que en nuestra sociedad ese conocimiento se dé simplemente a “fogonazos”. Con ello es complicado superar la epidermis del conocimiento. La consecuencia es que todo se hace más fugaz y hay una deriva social sin encontrar un camino determinado.

            Esta búsqueda atropellada por alcanzar el tiempo, por llegar a lo último, lleva a la desorientación y a la confusión. Para encontrar soluciones a los problemas es preciso el análisis. Y claro para llevar a cabo ese análisis es preciso utilizar la palabra. No se trata tanto de acumular datos como de dar sentido a aquellos que nos llegan. Habrá que diferenciar lo importante de lo accesorio, pero claro no siempre lo importante es “lo último”.

            Uno desearía que la imagen no tape a la palabra. Soy de los que sigue creyendo que lo sustancial de las cosas se encuentra más en lo que alguien escribe o nos cuenta a través de la palabra. Pero también soy de los que creen que ese papel está siendo suplantado por la imagen. Sirva este artículo para reivindicar la palabra.