Es
un hecho que se ha venido repitiendo que el
partido que estaba gobernando perdía
las elecciones con independencia de la ideología que representase. Es el
caso de España al Gobierno del PSOE presidido por Rodríguez
Zapatero, le sucede el del PP de Mariano Rajoy. Esta situación sucede en
otros muchos países como Francia con la sustitución de Sarkozy por Hollande o
en el Reino Unido donde a un gobierno laborista le sucede otro conservador. Los
ejemplos podrían extenderse a muchos otros países.
Uno diría que esa etapa ya ha pasado y que ahora estamos en la del "cambio del
recambio". Los sondeos
electorales apuntan a que la acción de gobernar ha empezado a desgastar el
apoyo electoral del PP, pero es que en Francia sitúan a Hollande como tercero
en intención de voto por debajo de Sarkozy y de Marine Le Pen. En el Reino
Unido las últimas elecciones municipales marcan un descenso en el voto de los
tories.
En definitiva podemos decir que el respaldo
a los partidos que en cada uno de esos países han representado el cambio de
poder han ido perdiendo fuerza, es decir apoyo ciudadano. Sin embargo tal vez
por cuanto aún pesa el pasado reciente el partido alternativo que estuvo
anteriormente gobernando no sale beneficiado en ese proceso. En el caso español
el último sondeo del CIS nos indicaba que incluso el descenso en intención de
voto del PSOE era aún mayor que el que recibía el PP. En Francia es un hecho a
considerar que la ultraderecha sea el segundo partido, mientras que el gran triunfador
de las elecciones municipales inglesas sea un partido como el UKIP que se
define como "nacionalista", "antieuropeo" y "anti
emigración". El auge en Grecia de un partido con tintes neonazis como "Amanecer
Dorado" que hace campañas de reparto de comida a los que demuestren,
carnet en mano, ser griegos también iría en la línea de "antieuropeo"
y "anti emigración" que se propugna desde el UKIP (salvando otras
diferencias). En España hoy por hoy el
descenso electoral del PP y del PSOE lo parecen recibir tanto IU como UPyD.
Es por eso que diríamos que estamos
ante el cambio del recambio. Al perdurar
la crisis parece que crecen los
partidos antisistema sobre la base de la desesperación. Diríamos que esto
ha sido siempre un grave peligro por cuanto hay que recordar que fue la gran
crisis del año 29 la que alimentó el auge del nazismo.
Creo que se hace necesario entender
que la salida a la actual crisis no es algo que simplemente debemos pedir que
otros (los políticos) nos lo den como algo hecho. La situación es tan
complicada que se hace necesario entender que es algo que debemos buscar entre todos
y que los cambios políticos no son
suficientes. Es necesario un cambio social, algo que abarque al conjunto de las personas y no sea exclusivo de sus
dirigentes. Es decir cambiar un
líder por otro no nos soluciona el problema. Decir lo mal que lo hacen unos
o lo han hecho anteriormente otros sólo contribuye a que las cosas se
anquilosen ya que todo movimiento lo deberá hacer "el otro".
Necesitamos líderes que sean capaces
de generar ilusión y unidad desde la racionalidad. Hay que huir de aquellos que
desde la demagogia exaltan las posiciones antisistema y que más que solucionar
las cosas pueden contribuir a agravarlas aún más.
David
Díez LLamas
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