Un poco fuerte no, que
te digan lo que tienes que comer. Se podría entender en unos padres que le
dicen a su hijo lo que debe de comer en su afán de educar gastronómicamente a
su hijo, pero que desde una administración te digan lo que tienes que comer y
lo que no, pues yo no lo entiendo, ni lo admito.
En su afán impositivo la Junta de
Castilla y León promueve un decreto en el que obliga a los restaurantes a que
incluyan necesariamente en su carta un porcentaje de productos que tengan el
sello de "Tierra de Sabor". Vamos es algo así como que usted por
narices tiene que tomar "aceite de ricino" pero con la diferencia de
que a ese aceite se le suponían unos efectos beneficiosos para la salud aún
cuando su sabor fuera deplorable. "Tierra de Sabor" genera la misma
repulsión pero nadie ha dicho que tenga algún tipo de efecto beneficioso para
la salud.
Frente a la cultura del
convencimiento la Junta practica la de la imposición. Que la marca "Tierra
de Sabor" no funciona, ni convence, pues la imponemos por decreto. Ello no
deja de ser más que una evidencia de que "Tierra de Sabor" es una
marca política que unos políticos promueven y no un sello de calidad. Es el
consumidor y los restaurantes los que deben tener la capacidad de elegir que es
lo que prefieren. Vendría ser el a,b,c de cualquier política liberal que se
precie. Por el contrario es propio de unos criterios intervencionistas este
tipo de política en la que la administración pretende nada más y nada menos que
decir lo que cada uno debe de tener en su plato. ¿Habría que decir a la Junta
que si en esas obligaciones se incluyen comer gusanos o eso sólo lo dejamos
para los comedores escolares?
¿Han visto los anuncios de Tierra de
Sabor? La verdad es que no tienen desperdicio o lo tienen todo, según se mire.
Justifica su color amarillo por cuanto "evoca a los campos de
Castilla", luego también hace referencia a un lugar "plagado de castillos, "de "los trigos dorados
al sol". Si entramos en el apartado de gastronomía encontramos referencias
a "la sopa castellana (con o sin senderuelas)". Vamos que en ese
plato que nos quieren hacer comer, sin haberlo nosotros pedido, nos incluyen
una carta que dice "la Región Leonesa es Castilla"(y el queso leonés
castellano). Que quieren que les diga pero a mí eso me recuerda a que estamos
en la Comunidad de Castilla y León aún cuando el comensal (la Diputación de
León) dijo por 20 votos a 4 que no quería ese plato autonómico.
Los leoneses somos amantes de
nuestras libertades. Está en nuestro ADN, somos los que hemos defendido las
Cortes como instrumento democrático de primer orden, aquellos que hemos
apostado por la política como instrumento para resolver nuestros problemas.
Está norma que quiere implantar la Junta de "usted come lo que yo le
digo" va contra nuestros principios más básicos y elementales. Atenta
directamente contra la personalidad leonesa, contra nuestra forma de ser. Es
propio de aquellos que siempre han seguido criterios impositivos en cuanto se
creen en la verdad y por tanto ¿para qué consultar con nadie, para que las
cortes, para que la opinión de la ciudadanía...?
Una de las cosas malas es que este
tipo de políticas las pagamos también los leoneses. Es decir usted hace lo que
yo le digo, como lo que yo pongo en su plato pero eso sí pagar, paga usted el
plato, la propaganda y a mí que soy el que da la orden de que sea así. La
verdad es que no puedo entender que algún leonés pueda estar de acuerdo con
esto, con independencia de lo que pueda ser su posición política.
Esa cultura de usted hace lo que yo
le digo para que pueda recibir cualquier tipo de subvención es también la que
hace que se exija a las Casas de León que pasen a denominarse de Castilla y
León para que les llega el dinero que si reciben las Casas serviles. No sólo es el derecho a seguir
siendo lo que han sido siempre, leoneses, supone la defensa de la propia
dignidad y libertad. Supone el derecho a decir "yo decido y usted no es
nadie para decirme lo que se incluye en mi plato o en mi casa".
En la crisis política que padecemos,
un origen importante es que algunos se han creído "propietarios" de
los recursos de las instituciones y no meros "administradores" de los
mismos. En Tierra de Sabor entiendo que ocurre algo de esto mismo. Es una marca
y enseña política que nace con el
recurso de todos para el servicio de algunos. Yo quiero seguir
decidiendo lo que se come en mi plato ¿Y usted?
David Díez
LLamas
Autor de La Personalidad Leonesa/La
identidad Leonesa/ El proceso autonómico leonés.
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