Es
habitual en los medios de comunicación y también en las declaraciones políticas
el identificar una Comunidad Autónoma
con una Región. En todo caso se evita aplicar el término “Región” a las
que se han vinculado a los conceptos de “Comunidades históricas”. Así no
escucharemos hablar de la Región de Cataluña pero sí de Castilla y León como
una Región.
Creo
incorrecto asociar lo que es un marco administrativo como es una Comunidad
Autónoma con el concepto de Región. Así el diccionario de la Real Academia
define Región como: “cada una de las
grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características
geográficas e histórico-sociales y que puede dividirse a su vez en provincias,
Departamentos…”. Es decir el concepto de Región es algo que trasciende a
una división política y de poder. Se vincula a conceptos como la historia y la
geografía.
En ese
sentido no creo que a todas las actuales Comunidades Autónomas cabría aplicar
el concepto de Región. Si repasamos la historia podríamos decir que habría
Comunidades Autónomas actuales que carecen de tradición en lo que ha sido la
división histórica regional de España. Esto ha sido así hasta el punto de que
algunas de ellas han tenido la necesidad de cambiar su propia denominación. Así,
por ejemplo, recordaremos que Santander y Logroño formaban parte de la Región
de Castilla La Vieja en el momento en que se crea la España de las Autonomías.
Cuando se desvinculan de la autonomía de Castilla y León deciden cambiar su
denominación por Cantabria y por Rioja.
Ahora se las aplica el concepto de “Región”. No discuto en todo caso el derecho
que puedan tener en formar una autonomía propia, pero si puede ser más
discutible que a esas autonomías se les aplique el concepto de Región.
También
sería muy cuestionable el concepto de “Comunidades históricas”. Habría que
preguntar hasta donde llega esa historia. Para algunos la historia termina en
un siglo antes de donde vivimos actualmente. Sin embargo nosotros creemos que
la historia es un periodo mucho más largo. Por decirlo de alguna manera la
historia vendría a ser todo lo que viene después de la “prehistoria”. En ese
sentido el propio escudo de España vendría a definir mucho mejor lo que son las
“Comunidades Históricas”. En ese escudo encontramos a Navarra, Castilla, Aragón
y León. Curiosamente las que se denominan “nacionalidades históricas” no
aparecen, por cuanto se incluirían en alguna de esas cuatro grandes divisiones
(y no por formar núcleos independientes).
La
simplificación de las cosas lleva muchas veces al error. Cuando algunos
protestábamos por el hecho de que en los medios se haga referencia a “las DOS
Castillas” ha habido algún periodista que lo ha justificado como “economía del
lenguaje” y nos ha criticado por ser quisquillosos. En esa misma línea resulta
“más fácil y cómodo” asociar Autonomía con Región. En el medio social actual la
comodidad es un valor predominante y eso es aplicable también al mundo del
periodismo.
Es habitual
que se trate la Comunidad de Castilla y León como UNA Región. Todo ello aun
cuando no ya desde León sino incluso desde el Ayuntamiento de Valladolid se
diga que esta Comunidad la componen DOS Regiones. Les pondré un ejemplo:
“Andrés y Sonia pueden ser un matrimonio pero no son UNA persona”. La
conjunción Y separa dos cosas que son unidades distintas. Son DOS personas
(Andrés Y Sonia en nuestro ejemplo), DOS cosas (un tenedor Y una cuchara) o DOS
Regiones (Castilla y León).
El peligro
muchas veces es que la simplificación pueda vencer a la razón. No se trata
tanto de que se nos debata con argumentos distintos como que se obre por la vía
de los hechos repitiendo una y otra vez los mismos errores. La reiteración en
ellos puede hacer creer a muchas personas que lo que se dice responde a “una
verdad”. Ya sabemos que vivimos en un tiempo en el que se prima la imagen y la
simplificación en los contenidos.
Los valores
democráticos se sustentan en el reconocimiento de la pluralidad social. La
uniformidad es algo más propio de las dictaduras. La cohesión en la unidad se
construye desde el reconocimiento de la diversidad y no desde la imposición. La
autonomía de Castilla y León se ha creado sin que los leoneses pudieran
expresar su voluntad. Se diseña a modo de dique de contención de los
nacionalismos periféricos. La España de las autonomías la lidera un ministro
que procede del franquismo y que no cree en esa división territorial. Se
imponía su criterio a lo que era la propia voluntad de la ciudadanía o incluso
la de los representantes leoneses de su partido.
En
definitiva quisiéramos reclamar a los medios de comunicación que eviten asociar
el concepto de Región al de un marco autonómico. Que sean capaces de
distinguirlos y que en el caso de Castilla y León distingan que la actual
autonomía la componen DOS REGIONES.
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