Te hemos rodeado de silencio,
hemos creado en ti espacios
infinitos
de amargura
y tu te has ido.
Has construido refugios
invisibles
rechazando todo aquello
que hemos querido imponerte.
Has huido de nosotros, de todos
y has preferido
recorrer sólo tus días
inundándote de ausencias.
Tu vida es un testimonio vivo
de nuestra infelicidad.
David Díez LLamas
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