sábado, 8 de febrero de 2020

AUTONOMÍA PARA LOS RICOS.




          En el debate sobre la autonomía leonesa he podido leer argumentos de lo más variopintos. Alguno de ellos venía a decir que una autonomía leonesa no era posible por los pobres datos económicos de las provincias de León, Zamora y Salamanca. Vamos es como decir que sólo los ricos tienen derecho a formar un marco autonómico propio. Los pobres deben resignarse y como mucho pueden tener el derecho al pataleo.

            Quienes tienen este tipo de planteamiento igual tendrían que explicar si sería conveniente suprimir la autonomía de Extremadura. Pero claro, no tengan ninguna duda, para ello tendrían que contar con la oposición de la gran mayoría de extremeños. Creo que este ejemplo sería más que suficiente como para deslegitimar a aquellos que quieren unir poder económico y derecho a un marco autonómico diferenciado.

            Aquellos que defienden este tipo de argumentos nos dibujan un panorama económico de la Región Leonesa muy negativo. En eso existe coincidencia con lo que son los planteamientos leonesistas. En lo que diferimos es en la interpretación de los datos.

            Hay consenso en que los datos actuales, son claramente negativos. Para los leonesistas ello es en buena medida son consecuencia del marco autonómico que contribuye al deterioro de nuestra economía. Es decir se basa en datos reales y se compara  como estábamos al iniciarse la autonomía de Castilla y León, y su evolución hasta el día de hoy. Esos son datos verificables y que tampoco plantean demasiada discusión. Estamos mucho peor.

            Desde esa evidencia habría que analizar las causas de esa evolución. Para nosotros es claro que la centralización de servicios en Valladolid y la falta de reconocimiento de una identidad leonesa que dé valor a sus productos sería uno de los motivos importantes de este declive.

            Uno diría que “si algo funciona mal” hay que cambiarlo. Como decía en alguno de mis artículos “los errores no caducan” y hay que hacer lo posible por modificar aquello que no está bien.



            Lo que no creo que sea un análisis correcto es decir “los débiles datos de la economía leonesa no permiten el cambio hacia un marco autonómico propio. En economía es muy complicado hacer predicciones de futuro. Por ejemplo ¿alguien nos puede decir lo que sería la cotización de los precios del petróleo a final de año? o ¿cómo acabará el índice de la bolsa en el 2020? Parece poco probable que alguien se atreva a hacer esas predicciones con un mínimo de garantía. Sin embargo si hacen esas proyecciones en lo que se refiere a la Región Leonesa.

            No se sostienen las afirmaciones que indican la dificultad de mantener unas instituciones propias. ¿Alguien piensa que habría que añadir nuevos costes a los ya existentes en la actual autonomía? Como ejemplo cabría indicar simplemente lo que es el edificio de la Junta de Castilla y León en Eras de Renueva. Se trata de trasmitir las competencias y los recursos a ellas asignados. No se busca ampliar la estructura administrativa, ni generar costes innecesarios.

            Si analizamos la experiencia de las autonomías con menor extensión y población (como puede ser Navarra, Rioja o Cantabria entre otras) los datos son bastante contundentes y podríamos afirmar que han tenido una evolución positiva tanto en sus indicadores económicos como demográficos. ¿Alguien cuestiona la existencia de esos marcos autonómicos? ¿Por qué entonces se utilizan para negar la existencia de una autonomía leonesa?

            El desarrollo de este debate está permitiendo ver hasta qué punto se desconoce tanto la realidad económica, como social o la propia historia. Que el autor de dos novelas de historia como “Reinos de Sangre” y “Reinos de Ambición” como es Oscar Emil diga en una entrevista al Diario de Sevilla que “León dice ahora que está incomodo con Castilla. ¡Si llevan 700 años juntos!” no deja de sorprender. Por un lado hay que decir que a la llegada del Estado de las Autonomías seguía existiendo una Región Leonesa que muchos hemos podido estudiar en los mapas escolares de la época. Por otro lado olvida que en esa Corona de Castilla y León de hace 700 años se incluía por ejemplo Andalucía o Murcia. La diferencia estaba en que mientras León mantenía una diferencia específica en esa denominación, la misma no existía para Andalucía (por ser más Castilla que León) o para Galicia. Lo triste es que estos mensajes incluso llegan desde personas que hacen novela histórica.

                        Sinceramente creo que el tener más o menos poder económico no debe estar unido al derecho a contar con un marco autonómico propio. A la vez también creo que contar con mayores recursos de gestión de tu economía puede facilitar unas mejores condiciones de vida. Admitiré que otros opinen lo contrario, pero lo que es una evidencia es que en la autonomía de Castilla y León las cosas nos han ido mal. Por ello es mejor arriesgarse al cambio que permanecer en el error.

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