La señora Ayuso presidenta de la
Comunidad de Madrid ha tenido la osadía de llamar “paletos” a los leoneses que
reivindican que nuestra Región tenga una autonomía propia. Lo hace tan sólo dos
días después de una de las mayores manifestaciones de nuestra historia. Por cierto
esas manifestaciones mayoritarias siempre han tenido contenido leonesista
(antes y ahora).
Más allá del
insulto a los leoneses diría que el mismo se extiende a los diferentes pueblos
de España. Es un signo de persona supremacista madrileña que desprecia a los
pequeños pueblos. No es muy diferente de aquellos que postulan y se creen una
raza superior. Nosotros somos el centro del mundo y el resto un conjunto de
paletos.
Uno diría
que además llueve sobre mojado. Hace unos días el secretario general del PP de
Castilla y León venía a decir que hay que comprender que los concejales del PP
de los pueblos no tienen ni la formación ni la información de los de la ciudad.
Vamos que como son unos “paletos”, por eso votan por una autonomía leonesa. O
también que para encontrar a “los listos” hay que irse a las ciudades que claro
curiosamente son más sumisos a los planteamientos del partido. No es muy
distinto de lo que manifestaba la señora Ayuso.
Hay una
falta de respeto apabullante a los pueblos, a todos los pueblos. Esa chulería
sobra y se necesitan un reconocimiento importante a todos aquellos que luchan
por buscar medios de vida en las poblaciones rurales o en las pequeñas
ciudades. Se ha insultado a sus propios concejales y a muchos de sus votantes.
Hay que
reivindicar otra España. Muchos no estamos ni con la chulería madrileña de la
señora Ayuso ni tampoco con los independentistas de cualquier parte de España.
Ambos comparten el desprecio al resto de los territorios. En el caso de los
independentistas catalanes habría que recordar sus diatribas contra Extremadura
o contra Andalucía.
La España
plural es aquella que no entiende que en un enfrentamiento deportivo entre dos
equipos españoles se utilice la bandera de España como signo de identidad con
uno de ellos. También es esto un punto en común con los independentistas por
cuanto divide los equipos entre uno “que es España” y otro “que no lo es”. Los
paletos entre tanto vemos a dos equipos españoles. Además preferimos ser
simpatizantes de la Ponferradina, la Cultural, el Zamora, Unionistas o Astorga.
Si ser
paleto es sinónimo de persona falta de cultura igual tenía que revisárselo por
si tuviera que aplicárselo. El Reino de León forma uno de los cuadrantes del
escudo de España y allí sólo están Navarra, Castilla y Aragon. Madrid ni está
ni se le espera.
La identidad
leonesa no es algo que surja ahora de repente. Los leoneses hemos mantenido esa
identidad a lo largo de la historia. En el momento de la llegada de la España
de las Autonomías existía una Región Leonesa que fue la única que Región que no
adquirió rango de Comunidad Autónoma. Esa integración en esa autonomía se hizo
con la oposición y la protesta de muchos leoneses. Lo de ahora es una
continuidad de aquello, no algo nuevo.
Se nos ha
comparado con los independentistas catalanes cuando el himno de León que se
cantaba en esas manifestaciones y una gran pancarta decía “sin León no hubiera
España”. ¡Qué cosas!
Otros nos
dicen que somos como el movimiento de “Teruel existe” e incluso he visto que
algún informativo hablaba de tractorada. Pues tampoco. En Teruel que se sepa no
hay una demanda de autonomía propia y en la Región Leonesa sí. Además es parte
sustancial de ese movimiento. Dicho todo ello con el respeto que nos merece la
reivindicación de “la existencia” de Teruel.
Entiendo que
ya es hora de que esa “otra España” alce su voz. Ello será muy positivo para el
conjunto del país. La España de Ayuso retroalimenta a los independentistas y
también a la inversa. Creo importante que las instituciones que nos representan
manifiesten sus discrepancias con esos planteamientos. También en su partido
debe dejar de haber silencios cómplices.
Tampoco es
de recibo que un presidente de la Comunidad diga a un procurador de las Cortes
de Castilla y León que “sobra”. No es precisamente un comportamiento
democrático.
En
definitiva el “combate por León” es también un combate por España, por las
libertades y por la democracia.
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