lunes, 5 de abril de 2021

LAS ESPAÑAS.

 


            Que quieren que les diga pero en mi opinión la situación política actual se asemeja demasiado a tener que elegir entre el Real Madrid (de la que es seguidora Isabel Ayuso) o el Barcelona (con un presidente independentista como Laporta). Parece como si no hubiera otros equipos  o territorios con los que sentirse identificado. Aun admitiendo que son muchos los seguidores de esos equipos, a la vez podríamos decir que son más los que suman serlo de cualquier otro.

            La presidenta de la Comunidad de Madrid en reiteradas ocasiones ha actuado con independencia de lo que eran las normas a nivel del Gobierno de España. Ha dejado plantado al Presidente de Gobierno en la conferencia de presidentes autonómicos. Podría pensarse que este tipo de conductas son propias de quienes defienden posiciones independentistas y desprecian la autoridad española. Pero en este caso Ayuso se dice “anti independentista”. Uno piensa que en su discurso hay una cierta apelación al “España soy yo”. Es la viva estampa de la chulería madrileña que nos dedica a los leoneses, navarros y demás la categorización de “paletos”. Sin embargo hay que reconocer su liderazgo y que consigue aglutinar en su pensamiento a muchos madrileños.

            La unidad de España en 1.492 surge como resultado de la unión de regiones con fueros particulares surgidos durante su formación como Reinos durante la Reconquista. Esos reinos eran: Galicia, Principado de Asturias, Reino de Navarra, Reino de Aragón, Principado de Cataluña, REINO DE LEÓN, Reino de Castilla la Vieja, Reino de Castilla la Nueva, Reino de Valencia, Reino de Sevilla, Reino de Córdoba, Reino de Jaén, Reino de Murcia y Reino de Granada. Ya ven en esa división si pueden encontrar al Reino de León pero por mucho que busquen no van a encontrar a Madrid.

            El reconocimiento de la pluralidad social y de la diversidad de pertenencia a los diferentes territorios entiendo que es base para fortalecer la unidad de España. En ese sentido posiciones aparentemente muy contrarias, lo que hacen es fortalecer al adversario. Los independentistas se refuerzan con aquellos que identifican España con Madrid o con el modelo de Vox. A la vez los altercados en Cataluña favorecen el crecimiento electoral del PP de Ayuso o de Vox.

            Creo muy negativo esa división en “las dos Españas”. Ya decía Antonio Machado “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios; una de las dos Españas ha de helarte el corazón”.

            Castilla y León nace como un proyecto de contención del nacionalismo vasco y catalán. Martin Villa lidera ese proceso como ministro de Administración Territorial y contó para ello con el apoyo del vallisoletano Peces Barba. Hoy es una evidencia que ese modelo ha fracasado tanto en lo que eran sus objetivos de contención como también en la falta de cohesión interna. Es un dato que escapa a cualquier discusión que las posiciones independentistas en Cataluña son hoy mayores de lo que lo eran al crear la España de las autonomías. Por otro lado la falta de cohesión en esa Comunidad Autónoma hace que se cree la Fundación Villalar. Su objetivo declarado es  “fabricar sentimientos de identidad con ese marco autonómico”. Su fracaso en ello ha supuesto que intenten taparlo cambiando el nombre de esa fundación.

            España debe nacer del consenso de voluntades y no como imposición de proyectos personales. Hay que recordar que Castilla y León se forja contra la opinión mayoritaria de los leoneses. De hecho cuando fracasa UCD como partido la Diputación de León acuerda por 20 votos a favor por 4 contrarios el rechazar este marco autonómico. Las mayores manifestaciones de la historia leonesa reflejaban ese rechazo. También lo hacían los propios estudios de la Junta. Así un estudio de Sofemasa pagado por la Junta de Castilla y León decía “los leoneses tienen un sentimiento muy notorio de ser una entidad con identidad propia, bien diferenciada de la castellana” y continuaba “el rechazo que manifiestan los entrevistados leoneses no es tanto hacia el hecho autonómico en sí, como hacia una autonomía conjunta”.

            Dice el madrileño José Luis Abellán en uno de sus artículos que “la idea de la unidad nacional no es castellana en sus orígenes, sino leonesa”. Pero son dos concepciones muy distintas. La castellana tiene como referente esencial la figura de El Cid. La leonesa la de las Cortes de 1.118 y el Regnum Imperium Leonés (modelo de unidad en la pluralidad).

            En mi opinión Isabel Ayuso en su concepción de España recupera la del notario vallisoletano Julio Senador que en 1915 al hablar de Castilla dice que se refería a “toda la Región Central incluyendo a León, Extremadura, gran parte de Aragón y la mayor parte de Andalucía”.

            Pero claro si para unos España es igual a Madrid o a Castilla, entonces muchos catalanes o vascos dirán “yo no soy español”. Por eso es esencial recuperar esa idea leonesa de unidad nacional de España que se asienta en la pluralidad y la diversidad. 

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