sábado, 19 de marzo de 2022

FALSEDADES DIFUNDIDAS Y VERDADES SILENCIADAS.

 


            Para empezar, creo conveniente explicar algunos conceptos. Una cosa son las opiniones que pueden ser todas respetables por mucho que podamos discrepar de ellas. Sobre lo que opina cada cuál siempre se puede establecer un diálogo y buscar puntos de encuentro o por lo menos intentar aclarar las posiciones de cada uno.

            Sin embargo, también hay cuestiones que escapan del ámbito de la opinión y simplemente son o verdaderas o falsas. También cabría aquí distinguir entre “falsedad” y “mentira”. En la mentira encontramos una intencionalidad de engaño, es un acto que se hace desde la voluntad. No siempre el que difunde algo falso lo hace con esa intencionalidad de engañar, sino que más bien actúa por desconocimiento. Pongamos un ejemplo, alguien nos puede decir que “la tierra no gira alrededor del sol”. Hoy tendríamos pruebas más que suficientes como para decir que esa afirmación es falsa sin ningún tipo de duda. Sin embargo, quién mantiene esas posiciones lo puede hacer sabiendo que lo que dice es falso (entonces diríamos que es un mentiroso) o por simple desconocimiento.

            En este mundo que nos ha tocado vivir el problema es que muchas cosas nos llegan sin el tamiz necesario para valorar si más allá de una opinión lo que podemos ver en un medio es verdad o no. Así por ejemplo en TVE entre los comentaristas de las elecciones autonómicas de Castilla y León estaba Lucía Méndez que entre otras cosas dijo “Zamora históricamente siempre ha pertenecido a Castilla la Vieja”.  Esa es claramente una afirmación falsa y como tal no es una opinión que pudiese entrar en algo que se pueda debatir. No creo que ningún historiador pueda mantener esa afirmación. En mi opinión la misma se hace desde la ignorancia y no con voluntad de engañar, por lo que creo que es algo falso sin que se pueda aplicar a la que dice esa afirmación que es una mentirosa. Sin embargo, esa falsedad hace mucho daño y si creo que quien tiene cargos de responsabilidad en medios de comunicación debe evitar difundir cosas que son falsas. A los medios ya más que neutralidad en sus planteamientos y opiniones lo que hay que pedir es que eviten difundir cosas que no responden a la verdad. La libertad de opinar se tiene que basar en recibir informaciones verdaderas. La capacidad de discernir una información correcta de otra que no lo es debe exigirse a quién es responsable de trasmitirla a los demás. Otras personas pueden recibir esa información falsa y tomarla como verdadera y con ello hace un gran daño. Se convierte en agente difusor de algo que es falso y que otras personas pueden tener dificultades para detectar esa falsedad.

            Incluso he visto como un catedrático de Historia Contemporánea de la UPV y colaborador habitual en algún periódico ha publicado un artículo comentando las últimas elecciones autonómicas como “de Castilla La Vieja”.  Ese autor dice que “recupera la antigua denominación”, pero claro mientras esa Castilla la Vieja a la que alude incluía a Santander (hoy Cantabria) y a Logroño (hoy Rioja) sin embargo en ella no estaba ninguna de las 3 provincias leonesas (Salamanca, Zamora y León). En definitiva, identificar la autonomía de Castilla y León con Castilla La Vieja es falso por mucho que lo diga un catedrático de Historia Contemporánea. En esa línea los residentes en esa autonomía los identifica como castellanoleoneses (sin ni siquiera guion) y a UPL lo califica de “localista” (algo que también es falso por cuanto se presenta por la Región Leonesa). En esa Comunidad conviven 2 identidades (algo que asumen todos los partidos en principio). El Acuerdo por la Identidad Leonesa se dice textualmente en su primer punto: En la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León, conviven dos identidades diferenciadas, la identidad leonesa y la identidad castellana”. A lo que se añade en su punto tercero “Se considera incorrecta la expresión "castellano-leonesa" o "castellano-leonés" como referida a personas o tierras de la Comunidad de Castilla y León. En cada caso habrá de recogerse las referencias al territorio de Castilla y León (o de León y Castilla) y de personas castellanas o leonesas”. Ese Acuerdo lo firmaron en su momento PP, PSOE y UPL. Unidas Podemos sabemos que se ha posicionado por celebrar un referéndum sobre la autonomía leonesa. En definitiva, es otro ejemplo en el que se difunden cosas falsas.

            También hay otros que en la misma línea del anterior publican un artículo que titulan “Castilla no es Madrid” y en el que también difunden la imagen de que todo lo que hay en ese marco autonómico es Castilla. Todo ello aún cuando los resultados electorales han supuesto un incremento muy importante de UPL que ha pasado a ser la primera fuerza política en tres de los cuatro primeros ayuntamientos de la provincia de León. Pero aquello que no encaja en su visión “a priori” simplemente se desecha. Creo necesario hacer un mayor esfuerzo por parte de aquellos que son encargados de trasmitir y comunicar. Hacerlo en base a la verdad y evitar difundir lo que es objetivamente falso.

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