En mi opinión un signo de los tiempos
que vivimos es la polarización. Creo que esto es algo que se da en España pero
que en general se está produciendo a nivel mundial. Podrían ser muchos los
ejemplos. En Estados Unidos se produce una polarización entre los partidarios y
los contrarios al expresidente Trump. En Argentina nos muestran una sociedad
polarizada entre los partidarios del actual gobierno y sus contrarios que ha
desembocado en el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner. En Brasil la
polarización es entre Bolsonaro y Lula. En Francia su sistema electoral nos
muestra una clara polarización fundamentalmente entre partidarios y contrarios
a Marine Le Pen. En España ha llegado esa polarización entre “la derecha” y “la
izquierda”.
No creo que este fenómeno de la
polarización se reduzca exclusivamente al ámbito político. Así en la dinámica
de relaciones internacionales estamos volviendo a la política de bloques y al
renacer de “la guerra fría”. Ha aumentado en gran medida la división y con ello
las tensiones a todos los niveles.
En la religión creo que se han ido
dejando a un lado los procesos ecuménicos y han aumentado las divisiones. Son
muchos los países árabes en los que el
poder político se asocia en gran medida al religioso. También se deja ver el
papel que la iglesia ortodoxa rusa está jugando respecto a Putin ( lo que ha
provocado tensiones y separaciones en esa iglesia ortodoxa ). En el mundo
musulmán aumentan las tensiones entre los sunníes y los chiíes.
Curiosamente está tendencia a la polarización
también la podemos observar en el clima. Desaparecen las estaciones
“intermedias” (primavera y otoño). Todo se concentra todo en un verano tórrido
y en un invierno donde aumentan las tormentas y los desastres naturales
(lluvias torrenciales, huracanes…).
Considero que en general esa
polarización tiene unos efectos que son claramente negativos en cualquiera de
los ámbitos que se considere. En el ámbito climático está provocando graves
problemas en el desabastecimiento de agua y tampoco parece que haya muchas
dudas de que el aumento de las temperaturas ha conllevado el aumento de la
mortalidad. A todo ello habría que unir los efectos sobre la diversidad animal
o el deshielo en diferentes puntos del planeta.
En el plano político y social tampoco
veo efectos positivos en ese proceso de polarización social. Esa división
fractura los procesos de diálogo y promueve el enfrentamiento. Se da el paso de
considerar al “otro” como un “adversario” a considerarlo como un “enemigo”. En
base a ello aumenta la frecuencia con la que se utiliza el insulto y la
descalificación que muchas veces sustituyen al debate.
Tal vez por conocerlo mejor piensen
ustedes que esto es algo que se da en exclusiva en España. Yo pienso que
“también” se da en España pero en modo alguno en exclusividad. Uno de los
mayores ejemplos podría ser el de Trump que incluso ha alentado el asalto al
Capitolio (algo de lo que afortunadamente estamos muy lejos en España). En
Brasil compiten en la elección una persona que ha salido no hace mucho de
prisión (Lula) con otra que ha obviado los efectos de la pandemia en su país
(entre otras muchas cosas). Los ejemplos podrían extenderse a otros muchos
países como Francia, Finlandia, Argentina…
Es habitual que admitiendo que esto
es así se descargue la culpabilidad en “los políticos”. Creo que con ello se
busca evitar culpabilizarnos a nosotros mismos. Personalmente considero que las
causas son más profundas. Los políticos y la política vendría a ser un nivel
más superficial. Pero cuando esto es algo que se da a nivel mundial no creo que
sus causas se puedan reducir a la esfera política. Menos aún el que se pueda
pensar que la causa sea “los contrarios políticos”.
En la polarización social creo
que tiene que ver el que cada vez más la
realidad se percibe tamizada por filtros ideológicos. De este modo ya “nos
interpretan” esa información y se tiende a elegir aquella interpretación que
mejor se ajusta a la nuestra. Las redes sociales se encargan de que nos llegue
de modo exclusivo la que en mayor medida se ajusta a nuestra forma de pensar.
Los medios de información dependen cada vez más de la publicidad institucional.
El lector contribuye cada vez menos con sus aportaciones económicas al
mantenimiento del medio, con lo que es mucho más complicado la independencia.
Esta situación hace complicado el
contrastar ideas, el generar debates. Hay pocas oportunidades de conocer
opiniones distintas, tampoco existe predisposición y apertura a conocerlas.
Creo que estos procesos de
polarización suponen un serio obstáculo para el avance social. Los problemas
que tenemos a nivel mundial son tan importantes que no habría que distraer
fuerzas en demonizar al adversario.
Deberíamos avanzar en el respeto
hacia aquellos que piensan distinto en cualquier ámbito. “La verdad” es
poliédrica y no creo que sea lo mejor el decir aquello de que “no hay más
verdad que mi verdad”. La pluralidad de orígenes y la diversidad de conductas
se extiende a nivel mundial. La tolerancia es la actitud que nos puede llevar a
mejorar nuestras condiciones de vida. No creo que sea el mejor camino el
promover la polarización (en cualquier ámbito).
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