HAY QUE UNIFICAR EN EL GOBIERNO DE ESPAÑA LA GESTIÓN DE LOS DESASTRES NATURALES.
Diría que es una evidencia de que
estamos ante un cambio climático. Puedo admitir una mayor discusión sobre los
motivos a los que obedece ese cambio pero los datos meteorológicos son claros
de que hay un incremento de la temperatura. Podríamos decir que las estaciones
ahora se reducen a dos, que podríamos simplificar como verano e invierno. Las
estaciones “intermedias” desaparecen.
Es también claro que el cambio
climático va acompañado de un notable incremento de los desastres naturales. En
menos de un año en España hemos tenido dos de gran magnitud como fue la Dana de
Valencia en octubre del 2024 y la ola de grandes incendios que ha asolado
principalmente (aunque no exclusivamente) a la Región Leonesa.
La normativa actual lleva a que las
competencias para gestionar esos desastres naturales recaigan sobre las
Comunidades Autónomas. Diría que hay un cierto consenso en considerar que ha
sido una gestión deficiente. Los propios afectados son los primeros que lo han
considerado así.
Con la normativa actual el Gobierno
de España no puede actuar hasta que así se lo demande y “le dé permiso” el
gobierno de la Comunidad Autónoma.
Por un lado este sistema favorece que
se produzca un conflicto de competencias. Por ejemplo en la Dana se dijo que
las previsiones meteorológicas eran competencia del Gobierno de España aunque
el facilitar recursos ante el desastre era algo de la Comunidad Autónoma. Ello
hace que se tiren los trastos unos a
otros con lo que se pierde eficacia en la gestión.
Además el que la Comunidad Autónoma
tenga que solicitar ayuda al Gobierno de España enlentece el proceso. Hay
alguien que hace una petición y otro que tiene que responder. Sería mucho más ágil si hay una unidad de acción.
La desconfianza para dar poder para
actuar dentro de lo que es su ámbito de competencias es algo habitual. Es algo
así como “tu dame los recursos, pero los gobierno yo”. Si esto es así en general, cuando las
administraciones son de diferente color político la desconfianza se incrementa
exponencialmente (y aún más en el momento político actual).
Ante la magnitud de los desastres
naturales no cabe las actuaciones parciales o regionales. A todos los españoles
nos afecta lo ocurrido en Valencia y no hace falta que seamos valencianos.
Entonces a los grandes problemas debemos de dar una respuesta unitaria, lo que
hace que se gane en eficacia y rapidez de respuesta.
Los desastres naturales no entienden
de fronteras políticas. Es falso lo que se ha repetido en muchos medios de
comunicación de que la ola de incendios ha afectado a Castilla y León. Eso es
tratar por igual a Soria y Segovia (por poner 2 ejemplos) que a Zamora y León.
Esos incendios han afectado principalmente
a la Región Leonesa y esto es algo que se ha repetido otros años (como
en la Sierra de la Culebra). Si en Valencia hay mayores posibilidades de
inundaciones y en la Región Leonesa de incendios, habrá que adaptar los
recursos a esas circunstancias.
Es otra evidencia el considerar que
los desastres naturales no se combaten sólo cuando se producen. Hay mucho que
hacer como tareas preventivas. La despoblación y el abandono del medio rural
tienen mucho que ver con los incendios. No es casualidad que estos incendios se
producen en provincias donde ha aumentado notablemente la despoblación. Con
bosques saneados la posibilidad de que el fuego encuentre material inflamable
disminuye de modo importante.
También habrá que respetar los cauces
de ríos y regueras, evitando construir en ellos. Muchas lecciones se han podido recoger en las
inundaciones de Valencia sobre ello.
La pandemia o estos desastres
naturales nos llevan a concluir que el ser humano es bastante “poca cosa” ante
la naturaleza. Hay que ser más humildes y dejar de lado esa prepotencia que
muchas veces tenemos.
En definitiva abogamos por centralizar las competencias asociadas a la gestión de los desastres naturales en el Gobierno de España. Con ello ganaremos en unidad de respuesta, en agilidad en los procesos. Esa unidad también podría propiciar una mayor fuerza para enfrentarnos a esos desastres, concentrando los recursos de España allá donde se necesiten. Los debates políticos no pueden prevalecer mientras hay ciudadanos que sufren en primer grado las consecuencias. Les aseguro que la ciudadanía les importa mucho más que les den soluciones ante el desastre que saber si un político es en mayor medida culpable que el otro. Por eso es mejor la unidad de acción.
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