sábado, 2 de noviembre de 2024

DEPENDE DE QUIÉN

 


            Donald Trump en alguno de sus mítines ha proclamado “que se aplicará la pena de muerte para los inmigrantes que asesinen a ciudadanos de Estados Unidos”. Esta barbaridad la dice alguien que ha sido presidente de ese país y que cuando escribo estas líneas aspira a la reelección.  Así textualmente decía: “Tenemos que hacerlo…estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden…el Congreso lo va a aprobar”.

            En este artículo ni siquiera voy a entrar en el debate sobre la pena de muerte. Baste decir que soy contrario a su aplicación. Pero lo que me resulta totalmente escandaloso es que la condena se aplique en función no ya del delito cometido sino de quien lo haya podido cometer. Si un inmigrante asesina a un estadounidense según su teoría sería condenado a la pena de muerte. Pero claro parece que sería distinto si el asesinato lo comete otro estadounidense y ya no digamos si el asesinado es un inmigrante.

            Vamos que la teoría que defiende Trump es que el castigo se aplicaría en función de quién comete el delito y no tanto del acto cometido. Que alguien que defienda estas cosas pueda ser uno de los hombres más poderosos del mundo la verdad es que da mucho miedo.

            La imagen que representa la justicia es la de una mujer con los ojos vendados. Con ello se ha querido significar que la justicia se aplica a todos por igual con independencia de cualquier circunstancia como el estatus económico, la ideología, la orientación sexual y desde luego el origen. Es contrario a cualquier sentido de la libertad o de los derechos humanos que se tenga una justicia que actué en función de quien sea el que cometa el delito.

            En Europa defendemos una “justicia igual para todos” y creo que en ello puede haber un consenso básico entre las diferentes fuerzas políticas. Podemos admitir incluso que haya imperfecciones en su funcionamiento, pero lo que no creo es que haya un líder político que defienda que haya diferentes varas de medir en función de quien haya cometido un delito.

            El tema de la inmigración entiendo que es un problema complejo y delicado. Algunas fuerzas políticas defienden la expulsión de todos aquellos que hayan cometido delitos. Pero ello se aplicará en función de lo que son sus actos y hay que evitar una generalización que lleva directamente al racismo.

            La inmigración en la última encuesta del CIS aparecía como la principal preocupación de la ciudadanía. Es innegable que este tema también está cobrando gran importancia a nivel mundial y en concreto en Estados Unidos. También es claro que el crecimiento de los partidos de extrema derecha en Europa y en el mundo tiene mucho que ver con este tema y con el creciente rechazo a la inmigración. En Gran Bretaña el triunfo del Brexit también podemos decir que estuvo muy asociado a buscar “defender las fronteras británicas frente a la inmigración”.

            Algunos países pactan acuerdos con Albania (el caso de Italia) o con Ruanda (el Británico) para expulsar de sus países a los inmigrantes. Más allá de los criterios éticos para llevar este tipo de actuaciones, también hay que considerar que no es algo eficaz para detener esos procesos migratorios. Habrá siempre límites en esa admisión.

            La inmigración surge como alternativa ante los graves problemas ya sean de tipo económico, político o de seguridad que se viven en los territorios de procedencia. Se arriesgan la vida en esos viajes y muchos la pierden, es todo un drama. Claro que en esa avalancha habrá personas de todo tipo y algunas de ellas cometerán delitos. Lo que no cabe es aplicar la uniformidad a todas ellas, ni todos son “santos” ni todos “asesinos”.

            Es un fenómeno que se está dando a nivel mundial y que llega a diferentes países con gobiernos no ya distintos sino contrarios. Hoy por hoy parece imparable y no creo que las murallas que quiere hacer el señor Trump vayan a detenerlo.

            Entiendo que tampoco es deseable la llegada de personas sin ningún tipo de control. Hay que conseguir una regulación que permita una integración social. Todos tenemos experiencias de como personas que han venido de otros países han colaborado en la atención a nuestros familiares o los hemos encontrado desarrollando tareas en nuestro barrio.

            El desarrollo económico y social , el ganar en seguridad en sus países de origen será clave para evitar esos trasvases migratorios. Por ello será fundamental establecer mecanismos de cooperación que consigan un mundo más equilibrado.

jueves, 31 de octubre de 2024

SOBRE LAS SOLUCIONES Y LOS CUENTOS.

 


            Vaya por delante que el autor de este artículo piensa acudir a la manifestación convocada el 10 de noviembre en la ciudad de León, aunque para ello tenga que recorrer más de 700 kilómetros. Creo que el diagnóstico que se hace de la situación decadente de la economía leonesa es correcto y que todo lo que se haga para denunciarlo me parece conveniente.

            Sin embargo también le pongo muchos peros a esa convocatoria y a los sindicatos convocantes. Para empezar hay que decir a esa situación no se ha llegado por casualidad. El actual marco autonómico de Castilla y León ha contribuido en gran medida a ese deterioro económico y eso hay que denunciarlo (algo que los convocantes no hacen). Hoy en España se ha invisibilizado lo leonés y eso tiene repercusiones muy importantes. Todas y cada una de las marcas de cualquier tipo gastan muchos millones en ganar en visibilidad, en que los consumidores les recuerden. Por ello uno de los indicadores principales en cualquier estudio de mercado es el de la notoriedad de marca. La Región Leonesa que es una de las 4 representadas en el escudo de España ha perdido gran parte de su notoriedad hasta “dejar de existir” para muchos españoles.

            El que se nos asimile a Castilla no beneficia precisamente a nuestro turismo, tampoco facilita la venta de nuestros productos, ni permite ganar en influencia en las esferas de poder.

            Dicen los convocantes que “León se muere”. Bueno eso lo vengo escuchando desde hace 40 años y algunos llevamos todo ese tiempo denunciando este hecho que otros parecen haberlo descubierto ahora.

            Pero claro hay que tener en cuenta que en alguno de esos sindicatos se ha actuado de manera escasamente democrática sustituyendo a dirigentes leoneses para silenciar el discurso reivindicativo leonés. Para ello no han dudado en traerse líderes de otras zonas de España. Claro con ese procedimiento no son los más legitimados para abanderar la lucha por la mejora de la economía leonesa.

            Hay que recordar que en otra manifestación (año 2.020) el gran grueso de participantes lo fue desde el leonesismo y prueba de ello fue que cuando Pepe Álvarez cito desde el estrado a Castilla y León pudo escuchar un rechazo generalizado que le obligo a decir que él era asturiano (casi a modo de disculpa).

            También creo que a esa manifestación le falta concreción en cuanto a los objetivos que se reclaman. Lo de + soluciones y – cuentos es demasiado inconcreto. Cuando hay demandas sindicales se hace necesario establecer el objetivo que se reivindica.

            Los leoneses han salido en muchas ocasiones a la calle para reivindicar tanto su propia identidad como la mejora de sus condiciones económicas y sociales. Lo han hecho en lo que se reconoce como las mayores manifestaciones de la historia leonesa. Pero hace falta trasmitir que  sirven para algo, que son útiles. Ciertamente la experiencia no es buena. En la anterior convocatoria se creo una “mesa por León” que entraría de lleno en “los cuentos”. No sirvió para nada práctico más allá de “llenar el camino de pisadas”. Podríamos decir que esa “mesa por León” nació muerta por su propia composición.

            Hace falta instituciones leonesas con poder suficiente y que cuenten con respaldo. No nos van a solucionar las cosas aquellos que han colaborado en nuestra destrucción. No se pueden repetir los errores y hace falta que al día siguiente de la manifestación se vea la propia utilidad de esta.

            Tampoco creo que la solución pase por “no hacer nada”. Por eso mi apoyo a esa manifestación a pesar de las críticas que he ido exponiendo. Hay que lograr que los medios de comunicación sean altavoces de esas demandas y no actúen poniendo sordina a las mismas.

            También ese silencio mediático hacia lo leonés  es consecuencia de la propia organización territorial de España y de la carencia de un marco autonómico leonés. Lo exponía muy bien Belén Molleda en su artículo “León sin voz”. Así decía que los medios tienen el siguiente organigrama: una sede central en Madrid, una delegación en cada Comunidad Autónoma y una corresponsalía en cada provincia que en muchos casos es de un colaborador externo. En ese sentido explicaba: “Si una noticia acontece en León, el periodista de turno una vez seleccionada como relevante informa de ello a la corresponsalía de su autonomía (Castilla y León) y en caso de que lo considere relevante lo ofrece a la sede central en Madrid. Un proceso que requiere hasta tres filtros para que un acontecimiento que sucede en León, llegue a Madrid”. También en eso la situación sería distinta si hubiese una Comunidad Autónoma Leonesa.

martes, 17 de septiembre de 2024

“SÓLO MORIR PERMANECE” (L.E. AUTE)

 


            Decía el gran Luis Eduardo Aute que “sólo morir permanece”. Que la vida tanto en el plano personal como social es un cambio continuo. Ello era también una invitación a buscar “un mundo mejor”.

            En esa misma línea Yuval Noah Harari nos habla de la revolución científica como el aspecto central que suponía el cambio de la edad media hacia la modernidad. Ese cambio central se sustentaba en dejar a un lado las certezas propias de los ámbitos religiosos y dar entrada al reconocimiento de la duda y de que el saber es siempre un camino. Las certezas religiosas conducían a un cierto estatismo, por el contrario, la ciencia sustentaba los avances en considerar que el conocimiento como algo que era provisional. Así dice que: “La ciencia moderna se basa en el precepto latino ignoramus: «no lo sabemos». Da por sentado que no lo sabemos todo. E incluso de manera más crítica, acepta que puede demostrarse que las cosas que pensamos que sabemos son erróneas a medida que obtenemos más conocimiento. Ningún concepto, idea o teoría son sagrados ni se hallan libres de ser puestos en entredicho”. Ese cambio suponía diferenciar el plano del conocimiento del plano religioso. El experimentar se reconocía como una importante vía de acceso al conocimiento. Se respetaban las creencias religiosas, pero desde ese momento se vinculaban más al plano de los valores. Ya no correspondía a la religión el dictaminar sobre la centralidad de la Tierra en el universo o sobre la circulación de la sangre.

Podríamos decir que en el caso leonés el debate no se centra en la idoneidad del actual marco autonómico. Hay un consenso social en considerar que la autonomía de Castilla y León ha perjudicado gravemente los intereses de los leoneses. A partir de ello, la diferenciación se establece en lo que habría que hacer ante esa situación. Unos somos partidarios convencidos de que si algo funciona mal hay que cambiarlo. Otros creen que hay que seguir como estamos ante la dificultad de poder cambiarlo. Diría que esas fueron básicamente las posturas que se dieron en el último debate sobre este tema en la Diputación de León . Los que votaron contra la resolución en ningún momento argumentaron en base a que fuera mejor el actual marco autonómico.

Algunos pretenden que se acepte este marco autonómico como “un acto de fe” y como algo “inevitable”. Diría que promueven su aceptación admitiendo incluso el sacrificio de permanecer en “este valle de lágrimas”. No hay mayores esfuerzos en indicar que esa pueda ser la mejor opción, no se aportan datos o relatos que pudieran promover esa aceptación. Es el discurso propio del medioevo en que “los dirigentes” promueven la aceptación de las cosas como algo inevitable y que está exento de cualquier discusión. En tanto “acto de fe” se considera que es algo “para siempre” y no susceptible de cambios o de adaptarse a la voluntad de las personas. En ese sentido ellos dejan fuera el valor de la experiencia y lo sustituyen por dictar creencias en función de sus propios intereses.

            Frente a ese posicionamiento los leonesistas si creemos que efectivamente “ningún concepto, idea o teoría son sagrados ni se hallan libres de ser puestos en entredicho”. Evidentemente tampoco la autonomía de Castilla y León. Tras más de 40 años si se puede decir que hay datos suficientes como para considerar que es necesario cambiar. Los errores no caducan y hay que cambiar a medida que el conocimiento nos demuestra el error. Nada es inmutable y ese es el principal elemento que define lo que es el argumento científico del “revelado”. Además, hay que tener en cuenta que antes como ahora, algunos se erigen en los que sustentan e interpretan esas revelaciones. Al pueblo en general únicamente le corresponde el obedecer lo que son sus propias sentencias. Este modelo se contrapone al de una sociedad democrática en el que el protagonismo esencial está en la voluntad popular.

Imaginemos que una persona es condenada a muerte. Que se sabe que esa persona es inocente, pero que algunos defienden que se cumpla su condena ante la dificultad de cambiar la norma. Para mi ese discurso es inadmisible por cuanto muy por encima de la norma está la justicia y evitar que se cumpla una condena injusta. La norma se puede cambiar, lo que no se puede es devolver la vida a alguien que ha sido condenado a muerte. Este ejemplo también valdría para el caso leonés. Si algo está mal, perjudica y va contra la voluntad de la ciudadanía hay que cambiarlo solventando las dificultades que pueda haber en el proceso.

Es la racionalidad la que debe imponerse. Es un signo fundamental de la democracia y de la modernidad aceptar que son las personas las que dictan las normas. Las dictaduras suelen apoyarse en unos designios “divinos” que ellos se encargan de interpretar (al modo de los talibanes).

            La resignación ante la opresión no creo que sea el camino por seguir. Si algo no funciona habrá que cambiarlo y esta Comunidad Autónoma ya ha dado suficientes signos de mal funcionamiento.

viernes, 6 de septiembre de 2024

EL DEVENIR LEONÉS EN LA CORONA DE CASTILLA.

 


            Una confusión muy extendida entre el conjunto de la sociedad y difundida por las élites culturales es la de que la identidad leonesa sucumbe como tal con la unión con Castilla en 1230. Sin embargo ello es algo rotundamente falso.

            Para empezar hay que decir que, como demuestra Pérez Bustamante en su tesis doctoral sobre la Corona de Castilla en ella había 5 grandes circunscripciones a saber:

·        León

·        Galicia

·        Castilla

·        Murcia

·        Andalucía o Frontera.

Es decir, no todos los territorios que componían la Corona de Castilla podían ser identificados como castellanos. Tal identidad sólo correspondía a una parte, a uno de sus reinos, al Reino de Castilla. Si alguien pretendiera decir que a partir de 1230 León y Castilla forman una misma unidad tendría que incluir en esa supuesta unidad castellana a Andalucía, Galicia o Asturias.

Pero es que además esas divisiones no tienen el mismo peso. La bandera de esa Corona son dos castillos y dos leones. No era un simple adorno o un regalo más bien identificaba los reinos predominantes en esa Corona. Así el Reino de León será el único de todos los que componen la Corona de Castilla que mantendrá Cortes propias de forma regular hasta el año 1302 y después de ese año lo hará más esporádicamente.

Es decir, la Corona de Castilla lo que confirmaba era la hegemonía de castellana, la dirección de Castilla en la organización territorial y del estado. Ahora bien, junto a esa personalidad castellana se mantenía vigorosa la personalidad leonesa hasta el punto de que se hacía necesaria su nominación para hacer entender a un interlocutor que formaba parte de esa corona. No se decía por ejemplo la corona castellana y gallega o castellana y andaluza. La referencia al Reino de León podríamos decir que era a “otro nivel”.

      Desde el punto de vista histórico y sociológico es muy fácil comprender que un reino como el leonés que hasta hace poco tiempo había mantenido una posición hegemónica entre los reinos de España, no podía sin más desaparecer. El Reino de León había perdido su carácter hegemónico pero siguió conservando su personalidad e identidad.

Con la hegemonía castellana se produce un cambio significativo. La administración de los territorios de la Corona se hará conforme al espíritu castellano tendente a centralizar el poder en manos del soberano. Así los Adelantados y Merinos Mayores pasarán a ser fundamentalmente delegados regios. La titularidad del nombramiento correspondía al rey. Los grandes oficios de la administración central se concebían como una delegación del poder que correspondía al monarca. Es decir se produce una importante concentración de poder en el rey y pierden peso y autonomía los Adelantados y Merinos Mayores. Eso también supone una decadencia progresiva de las Cortes como institución. No es que decayeran las Cortes Leonesas (como a veces se interpreta) es que lo que pierde valor con esa hegemonía castellana son los Parlamentos.

      En esa línea se dice en el tomo 5 del libro sobre la Historia de Castilla y León de la Editorial Ámbito: “Las Cortes muy vivas en el siglo XV iniciaron en el siglo siguiente un rápido declive, hasta el punto de que terminaron por asistir a sus reuniones sólo 17 ciudades”. Es decir cuando el Reino de León deja de tener Cortes propias se inicia un declive general de esa institución. Las Cortes Leonesas no desaparecen  tanto como fusión de identidades, como algunos han pretendido hacer creer, como por la falta de vigor de la propia institución de las Cortes y el aumento de las cuotas de poder centralizado.

Es perceptible inmediatamente la diferencia existente entre esa concepción de España y esa otra que buscaba el Regnum Imperium Leonés en la que el emperador era concebido como un rey de reyes cada uno de los cuales conservaba su propia soberanía sobre su territorio. En la concepción que se imponía desde la hegemonía castellana el poder tenía un titular único (el del rey que luego delegaba en los Adelantados o Merinos). En la concepción leonesa el poder era plural, cada soberano tenía su propia potestad sobre los distintos asuntos y luego había una instancia superior a todos ellos que era la figura del emperador como salvaguarda de esa unidad en la pluralidad.

      León ha venido sufriendo durante siglos una manipulación y ocultación de su historia. Un mercenario como El Cid ha sido considerado héroe y alguien como Bellido Dolfos que libera a su ciudad del cerco enemigo pasa durante siglos a la historia como “traidor”.

      La recuperación de la historia de León es también la de la España democrática. La España de las libertades se escribe con L de León.

jueves, 15 de agosto de 2024

REGIÓN LEONESA Y MARCO AUTONÓMICO.

 


         He escuchado a los representantes del PP como del PSOE el referirse a que esta autonomía la componen DOS REGIONES y que una de esas Regiones es la Región Leonesa.

         Sin embargo de forma casi unánime en los medios de comunicación se trasmite como términos idénticos el de Comunidad Autónoma y Región. Tampoco vemos demasiada oposición para evitar esa confusión.

         Cabría preguntar ¿ Qué tipo de caracterización política darían ustedes a la Región Leonesa en el marco de la Autonomía de Castilla y León? Mañueco habla de León como “una provincia más de Castilla y León” (lo que contradice la propia denominación de la Comunidad Autónoma). Sin embargo Javier Santiago Vélez dice que Castilla y León “son dos regiones diferentes”. Curiosamente lo hace en un artículo en el que por una parte se reivindica como “leonesista” y por otra defiende su oposición a la autonomía leonesa en la votación de la Diputación. También Ester Muñoz habla de que “por supuesto en esta autonomía conviven dos identidades distintas” (sin embargo creo que falta mucho para que se considere que eso ya se da “por supuesto”).

         Cabría preguntar a aquellos que consideran la existencia de la Región Leonesa pero defienden su permanencia en este marco autonómico que caracterización política dan a sus propias posiciones. Para empezar el propio marco autonómico tendría que diferenciar que parte de esa autonomía es Castilla y que otra le corresponde a León. Luego habría que plasmar en todas las comunicaciones que se emitiesen desde la Junta esa caracterización de existencia de 2  Regiones (tanto a nivel de estadística como de promoción).

         Diría que es evidente que el modelo actual no recoge de modo suficiente la caracterización de esta Comunidad como compuesta por 2 Regiones. Entonces sería preciso conocer lo que sería su propuesta de modificación del actual marco jurídico y administrativo.

         Lo que no es aceptable es decir que “León es una de las 2 Regiones de esta Comunidad” y luego mantener que esta Comunidad la componen únicamente 9 provincias sin ninguna caracterización distinta entre ellas.

         Hay que ir más allá de las declaraciones, es necesario ir creando instrumentos que defiendan esa identidad leonesa. Uno de ellos sería el crear una Oficina de Defensa de la Identidad Leonesa que tendría como objetivos por un lado, defendernos frente a los ataques que nos asimilan como parte de Castilla, pero también de promoción de esa identidad en los diferentes ámbitos de la administración y de la comunicación.

         En algún caso se producen reticencias a crear esa Oficina de Defensa de la Identidad Leonesa en base a los costes que pudiera tener. Cabría decir que con un cambio en la asignación de funciones podría ser suficiente, no habría necesidad de nuevas contrataciones o instalaciones. Pero por otro lado hay que tener en cuenta que todas las grandes empresas gastan muchos millones de euros en hacer visible su existencia y ganar en notoriedad. ¿Estamos pensando que todas se equivocan? ¿ Que todas ellas malgastan su dinero? Uno más bien piensa que buscan rentabilizar esa inversión y que una se puede equivocar, pero todas no. La Oficina de Defensa de la Identidad Leonesa tendría como fundamental objetivo remarcar la existencia de lo “leonés” y evitar que “desaparezcamos  del mapa”

         Si hay personas y partidos que dicen que esta Comunidad la componen 2  Regiones, pues démosles carta de existencia real, que vaya más allá de unas declaraciones.

         En la  última votación de la Diputación de León tanto el PP como el PSOE habían dado libertad de voto a sus representantes en esa institución. Pero podríamos decir que fue una libertad “demasiado teórica”. Tanto en las filas del PP como en las del PSOE  hubo uniformidad en el voto, lo que es un claro signo de que predominaron las consignas de partido. Así alguien que en su municipio había votado favorablemente a una autonomía leonesa luego voto en sentido opuesto cuando esa votación se produce en el ámbito de la Diputación.     También se dio el caso contrario voto negativo en su municipio y afirmativo en Diputación.

         Me ha llamado la atención que en la justificación que se daba entre los que votaron negativamente a la moción proautonomía leonesa, en ningún momento se pudo escuchar comentarios positivos hacia el actual marco autonómico. Sus argumentos hacían más bien referencia a los procedimientos pero en ningún caso a “lo bueno que era la autonomía de Castilla y León”. Ni siquiera ellos estaban convencidos de sus “teóricas bondades”.

         No nos vale “la paz de los cementerios” en la que la consigna es “resignación” aunque la autonomía de Castilla y León sea un “valle de lágrimas”. Decía Aute que “sólo morir permanece” y algunos queremos que la Región Leonesa siga viva.