miércoles, 25 de marzo de 2015

LA VERDAD, EL CARDENAL Y EL GRIAL.


 
            Vaya por delante que no seré yo el que apueste por la veracidad o no de si el Grial auténtico es el que se encuentra en San Isidoro de León o en Valencia. Pero claro tampoco diré aquello de que para determinar esa cuestión: “doctores tiene la iglesia”. Creo bastante más en los pronunciamientos de Margarita Torres y de José Miguel Ortega que en aquellos otros que son claramente interesados.

            Suena como muy mal que 6 días antes de ser nombrado Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares siendo perfecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos firme el documento de pronunciamiento favorable a la opción valenciana. Ello no es baladí por cuanto permite a Valencia celebrar un Año Santo Jubilar cada cinco años en conmemoración del Santo Cáliz de la Última Cena. En teoría ese pronunciamiento podría suponer ingresos económicos importantes derivados de un turismo que se calcula incluso en millones de personas que se pueden acercar a ver esa reliquia que el ahora arzobispo de Valencia ha “santificado”.

            A mi todo eso me suena a un claro mercadeo y me hace recordar que Jesús expulso a los mercaderes del tempo. Se nos comunica la decisión, no los argumentos que la puedan justificar. Es la sanción del poder (eclesiástico pero también político) que parece no necesitar razones para llegar a esas conclusiones.

            Esta situación me recuerda a muchas otras de las que ocurren en nuestra tierra leonesa. Por un lado desde personas particulares se impulsa una iniciativa que apuesta por la investigación desde el rigor. Son profesionales de gran prestigio que exponen sus razones y las dan a conocer en un libro (los reyes del Santo Grial) para que todos las podamos conocer e incluso rebatir. Diríamos que en otro terreno me recuerda el papel que ha jugado Rogelio Blanco en que León fuera reconocido como “cuna del parlamentarismo”.

            En mi opinión se ha vuelto a reproducir la lucha entre “ciudadanía” y “poder” que también asocio a aquellas razones de estado a las que aludía Martin Villa para incluirnos en la autonomía de Castilla y León. Tal vez aquí sólo cambia “razones de Estado” por “razones del poder eclesiástico”.

            Leía en una entrevista a Margarita Torres que decía que ha faltado el apoyo institucional y que el mismo si se hubiera producido si el hallazgo se hubiera dado en Valladolid. Efectivamente estoy convencido de que hubiera sido así y de que también es algo bien triste y es un dato más que apunta a como este marco autonómico es contrario a los intereses leoneses.

            Sin embargo esa falta de apoyo a las iniciativas de la ciudadanía (y como tal situó la aparición de ese libro) se extiende más allá de las propias instituciones. Tampoco los partidos que son oposición o los que aspiran a ocupar el poder han dado muestra alguna de respaldar estas iniciativas. Una vez más la ciudadanía leonesa y sus investigadores se han encontrado solos.

            En esa misma entrevista con Margarita Torres diríamos que mostraba hasta una cierta “envidia” por el respaldo institucional que había recibido la opción de Valencia (que entendía como algo natural y normal) frente al desapego de las instituciones leonesas y aún mayor de las autonómicas.

            ¿Alguien conoce las razones por las que el vaticano ha optado por el Grial de Valencia? Yo diría que ni siquiera se han molestado en darlas a conocer. Es el apoyo desde la afirmación “de lo nuestro” (a modo de respaldo a su propia candidatura como arzobispo de Valencia), por estar en “nuestra ciudad”. Desde el respeto asociado al “conocimiento científico” todos hemos tenido oportunidad de ver en el programa “cuarto milenio” a Margarita Torres explicando los motivos por los que consideraba que el auténtico Grial estaba en San Isidoro de León.

            Diría que en el devenir del Reino de León el poder del Papa ha actuado más bien contra esos intereses. Así por ejemplo recordamos como propiciada por la iglesia y con el beneplácito del Papa surge en Portugal un proceso de independencia frente al Reino de León. Portugal se comportaba como un protectorado vaticano*.

            Lo que más me ha molestado es que no ha sido un debate de “razones” y “argumentos” sino entre “el conocimiento” y un “poder ligado muy directamente a intereses”. Ya me gustaría que alguna vez se imponga la racionalidad al poder interesado. Ese sería un buen día para los leoneses.

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