viernes, 19 de junio de 2015

RECUPERAR EL MANDO.


 
            En las investigaciones que se están realizando sobre el accidente del Airbus en Sevilla parece que se ha detectado que el fallo que provocó ese accidente fue relativo al software de control de los motores. Esa tragedia surge cuando el sistema informático actúa de forma errónea sin que los pilotos puedan rectificar su comportamiento. Esto es así hasta el punto de que como medida correctora el fabricante  ha impulsado el que los pilotos puedan tener un botón que desconecte esos mecanismos y así puedan recuperar el mando del avión. Diríamos que este es el peligro de cuando “la máquina domina al hombre”.

            A mí este trágico suceso me ha llevado a reflexionar sobre una sociedad en la que cada vez más las personas se van haciendo más dependientes de los instrumentos y la tecnología. Es una cierta pérdida del norte sobre “quién manda sobre quién”. Es lo que llamo en este artículo “recuperar el mando” al modo que lo han hecho  (o lo van a hacer) en el Airbus.

            La tecnología debe ser un factor que ayude a favorecer impulsar nuestras potencialidades pero no a sustituirlas. No puede ser que el desarrollo de esos medios tenga entre sus consecuencias la de “usted no haga nada, que el medio tecnológico lo hace todo”. Esto hace que cada vez se acreciente más el ser sujetos pasivos tanto a nivel de pensamiento como de acción. Se sustituye el “hacer” por el “ver lo que ha hecho otro”.

            Estas situaciones provocan la dependencia y ello, como en el caso que nos ocupa, puede acabar en tragedia. Diríamos que una sociedad desarrollada es dependiente en alto grado de esos medios. Es claro que el valor de la comodidad es clave en lo que es la evolución social y en concreto en la aparición de nuevos productos. Los ejemplos podrían ser muchísimos y podrían ir desde el mando a distancia hasta esos coches que no precisan de conductor.

            Sin embargo en el desarrollo social y económico las personas son claves. Sus capacidades tanto a nivel individual como de organización social tienen un papel decisivo en que esa sociedad progrese en todos sus niveles. Conocimiento, cohesión social y modos de conducta son factores fundamentales en el desarrollo de un medio social. Habría que examinar si actualmente los estamos potenciando o más bien empequeñeciendo.

            No interpreten este artículo como un alegato anti-tecnología, no quiere serlo. El progreso ha ido unido a lo largo de los siglos a la mejora de los medios técnicos, ahora también. Simplemente quiere ser un modo de alerta a que esa tecnología no sea la que nos domine sino que sea la persona la que guie su propio destino, que recuperemos ese botón que nos permite recuperar el mando de nuestra particular nave y evite el riesgo de estrellarnos. El Airbus sigue siendo un medio altamente tecnológico, el cambio que van a introducir es de capacidades de gestión evitando que “la máquina se imponga al ser humano” y que el piloto sea el que dirija el destino de la misma. Ello lo hacen para evitar riesgos de que su avión se estrelle y lo hacen cuando ya se ha producido ese grave accidente (tal vez habría que ser capaces de actuar antes de que ya sea demasiado tarde).

            El actual desarrollo de internet y de los teléfonos móviles está haciendo una sociedad más individualista y encerrada en ese propio medio  que gana capacidad de interlocución con personas distantes pero lo pierde con las que tiene a su lado. El medio físico pierde valor y con ello también lo hace la capacidad para interpretar esa realidad desde una perspectiva propia. Es más cómodo que nos den interpretadas las cosas pero también mucho más peligroso. No podemos convertirnos en autómatas que alguien dirija a distancia en función del control que pueda tener sobre los canales de comunicación.

            La libertad se fundamenta en tener autonomía en las decisiones. ¿Se imaginan la tragedia de las personas que estaban en ese avión sabiendo que se iban a estrellar sin remedio y sin que tuvieran capacidad para impedirlo? Habría que preguntarnos si estamos avanzando hacia una sociedad más libre o más dependiente y menos autónoma.

            La verdad y la realidad social se ven muchas veces gravemente distorsionadas. Se hace complicado discernir lo que es cierto de lo que es falso. Se anuncian fallecimientos de personas que siguen vivas, de medidas adoptadas que no lo han sido… Y en función de ello se envían “pésames” o se reproducen cosas como consecuencia de ese engaño. El bulo crece así de forma exponencial. Además resulta complicado valorar la credibilidad de las fuentes y discernir lo que puede ser cierto de aquello que es falso. Diríamos que las redes sociales también son una maraña en la que podemos quedar aprisionados.

            Ese “recuperar el mando” por el que aquí abogamos tiene un sentido social pero también individual. Sería conseguir volver a ser dueños de nuestro propio destino y evitar dependencias o ser teledirigidos desde el exterior. Una sociedad más libre y autónoma es una sociedad mejor, pongamos los medios para poder alcanzarla.

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