Han pasado ya cerca de 40 años cuando se crea desde el
ordeno y mando de Martin Villa la autonomía de Castilla y León. Sin embargo es
patente que el invento político construido para hacer de dique a los
nacionalismos periféricos hace aguas por todas las partes.
Ya
ven, por un lado tenemos a un Parlamento catalán reclamando la independencia y
por otro se promueve "un grupo de expertos para generar identidad de
Castilla y León". Vamos que la política de Martin Villa más que contener a
impulsado los movimientos independentistas.
¿Que
no existe identidad "castellano-leonesa"? pues la creamos a golpe de
talonario. El caso es que llevan muchas décadas haciendo uso de eso cheques
y el talonario se agota. Que eso significa detraer recursos en "apagar
incendios"(evitando contar con más medios o brigadas forestales) o en "hacer un nuevo
conservatorio", no importa. Se promueve la identidad de la tierra quemada
y el ostracismo cultural. Se paga a aquellos que dicen lo que el poder les
dicta. La obediencia vence a la verdad y a la objetividad para desgracia de la
propia ciudadanía.
La
identidad leonesa se defiende desde la dignidad del propio convencimiento. Se
defiende desde la libertad de expresión y no supone gasto alguno al erario
público. Se sustenta en las realidades históricas pero también en el
sentimiento de la ciudadanía. En encuesta realizada en 1988 tenemos que un 70%
de las personas entrevistadas se reconocía como leonés por tan sólo un 5% que
se decía castellano-leonés (el resto o no contestaba o indicaba otras
respuestas). La propia Junta es consciente de esa
situación y por ello gasta ingentes cantidades de dinero en comprar identidades
a su medida.
Se
compra la obediencia. Lo llevan haciendo muchos años en muchas cosas, como
por ejemplo en las casas de León. Esta política deplorable está sustentada, ya por
iniciativa o por omisión, por muchos partidos del arco parlamentario ya
desde el poder o desde la oposición. También en las diferentes organizaciones
políticas se premia a aquel que sigue lo
que le dictan desde fuera sus estructuras internas aunque ello este en abierta
oposición a lo que diga la ciudadanía de su ámbito de actuación o su propios
militantes.
Hay autores leoneses como Julio
LLamazares que han preferido renunciar a premios para garantizarse su libertad
de pensamiento, pero también hay otros que llevan muchos años viviendo de
escribir al dictado de lo que le dicen los poderes de la Junta. La propaganda institucional tiene unos antecedentes que se extienden desde los
cantares de gesta y más en concreto en
"El mío Cid". Posteriormente son muchos los que han difundido lo que
allí se expone y consiguen crear una conciencia colectiva que lleva a situar al
Cid como héroe y al liberador del cerco de Zamora como traidor. Antes ya ahora
se pagaba a alguien para que glosara su propia actividad y que así pasara a la
historia como "héroe" y no como "villano" (algo que
conseguían también hay que decirlo).
Si
se parte de "buscar GENERAR un identidad de Castilla y León", se hace
desde el reconocimiento de crear un artificio. Por otro lado para ello hay
que destruir todo aquello que ha sido a lo largo de los siglos la identidad
leonesa y la castellana. Se quiere crear una amalgama de algo que ha sido en
buena medida rasgos identitarios opuestos y muchas veces confrontados. Un signo
de ello lo podemos encontrar en los primeros compases del himno a León que dice
"Sin León no hubiera España que antes que Castilla leyes, concilios,
fueros y reyes dieron prestigio a León".
La identidad es ante todo un sentimiento
de pertenencia a un territorio determinado. Tal vez por eso mismo las banderas
de Castilla y León no se las ve nunca en el terreno deportivo animando a un equipo leonés. Las banderas leonesas se
compran desde las propias convicciones (y dineros), las de Castilla y León
ondean en las alturas de los edificios oficiales (y las pagamos todos con
nuestros impuestos). Por mucho dinero que se estén gastando es complicado
"comprar los sentimientos " y por ello persiste el sentimiento de una
identidad leonesa.
La
identidad tiene un valor económico. No he visto a nadie que haya puesto en
duda el declive de la economía leonesa desde la entrada en este marco
autonómico. Los indicadores de paro, de contribución al PIB de España... son
contundentes. Estas medidas de "generar identidad de Castilla y León"
llevan profundizar en ese declive. La
razón es simple, si no existe identidad leonesas no hay en consecuencia
"productos leoneses" y por ello es más complicado venderlos.
En "Quiénes Somos" se parte
de la definición política del concepto y se pide a una serie de personas
que respalden lo que es el propio proyecto político. Es algo por otra parte
viejo y que ya viene desde la editorial Ámbito (alguno de sus impulsores está
también ahora en este proyecto) o en la Fundación Villalar.
Aquellos
que queremos gestionar nuestros sentimientos de identidad desde a libertad
rechazamos que se comercie con ello. Defienda cada uno lo que considere
oportuno pero hagámoslo en igualdad de condiciones y sin que ello suponga
costes a la administración pública. Veríamos entonces cuantos quedan para
defender una identidad castellano-leonesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario