domingo, 29 de mayo de 2016

CAMBIAR HISTORIA POR PROPAGANDA.


 
          Uno ya pensaba que estaba curado de espantos, pero no siempre hay algo que supera lo anterior. Hace unos días este periódico se hacía eco de lo acaecido en el Museo Sorolla de Madrid cuando un leonés eleva una protesta al director de dicho museo (Florencio de Santa Ana). Ella tenía como objeto el que en esa exposición las referencias al Reino de León  se sustituyen directamente por las de Castilla y León.

          En su respuesta el citado director empieza diciendo “le agradezco la sugerencia que nos hace con la que estoy totalmente de acuerdo”. Es decir una vez más no se discute si esos que reivindicamos es o no cierto. Se parte del principio de que efectivamente las cosas son como decimos.

          Desde esa posición de que la historia es así, cabría esperar la rectificación. Sin embargo no y para ello se justifica con esta memorable explicación “hay que pensar en el público en general que visita este museo y las nociones de Castilla la Vieja o Reino de León ya nadie las recuerda”. Vamos es como decir ya sabemos que lo que se dice en la exposición es falso pero vamos a cambiar la historia por la propaganda que lleva a que se recuerde más la “marca de Castilla y León”. Oiga que esta barbaridad la está diciendo el director del museo. Vamos es como decir que si un día nadie recuerda a Sorolla pues ponemos que el cuadro es de Klimt y nos quedamos tan panchos.

          ¿Y la opinión del autor del cuadro, de Sorolla?, pues se admite que “la idea de Sorolla era dedicar su gran panel de la fiesta del pan a las gentes de las dos Castillas y del Reino de León”. Vamos que lo que era la opinión de Sorolla “pinta” (nunca mejor dicho) poco en este entuerto. Contra la veracidad de los hechos (que no se pone en duda) y contra la opinión del pintor se impone la pura propaganda que lleva a adaptar el museo “a lo que más se oye”.

          Claro que también esto es una denuncia del papel de las instituciones. ¿Que han hecho para remediar este hecho en concreto y en general los atropellos que se dan de continuo sobre la identidad leonesa? ¿Hay alguien desde algún partido que asuma el planteamiento del director de ese museo?, entonces ¿Qué hacen?

          Estos hechos reflejan que desde las instituciones y en concreto desde la Junta de Castilla y León se favorece el que como dice el director de ese museo “nadie recuerde que existió un Reino de León y una Región Leonesa” que han tenido un papel esencial en la historia de España. El objetivo de la Junta ha sido desde hace muchos años cambiar la historia por propaganda (que se sufraga con dinero público).

          Lo he dicho en otras ocasiones, pero me van a permitir que lo repita. Este debate sobre la identidad leonesa es esencialmente un debate por la dignidad. En este hecho en concreto más allá del tema leonés se pone en cuestión si alguien debe alterar la historia a conveniencia de lo que sea la situación política-administrativa del momento. A este paso alguien nos va a decir que los hombres que habitaban las cuevas del paleolítico eran castellano-leoneses o votantes del PP, del PSOE o de Unidos Podemos.

          Es esencial en general en todas las personas, pero especialmente entre los partidos políticos que “mantengan la palabra dada”. Las principales fuerzas políticas leonesas en su momento (PP, PSOE y UPL) firmaron un Acuerdo por la Identidad Leonesa que partía como principio básico del reconocimiento de que en la autonomía actual convivían dos identidades: la identidad leonesa y la identidad castellana, que no había una identidad castellano-leonesa. ¿Qué han hecho PP y PSOE para promover esas ideas que ellos firmaron?

          Esta historia es todo un símbolo de la negación de la existencia del propio concepto de “lo leonés” y claro ello tiene una incidencia directa en el plano económico. Ya sea a nivel de producto o a nivel de turismo la no existencia, implica no venta y ello se traduce en paro y pérdida de cuotas de bienestar.

          La verdad (que aquí no se cuestiona) debe resistir el empuje de la propaganda. Es inadmisible que se cambie la historia simplemente para adaptarla a una estructura administrativa que hoy es en mayor medida referencia. También lo es que todo ello se haga desde la pasividad de las instituciones leonesas y de los partidos que deberían representar y defender los intereses de la ciudadanía.

          La propaganda se sustenta con  dinero y es esencial para que algo se oiga más o menos. No es admisible que a un pueblo se le sepulte su historia simplemente por carecer de recursos políticos y económicos para hacerse oír. ¿Van a presentar las Diputaciones de León, Zamora o Salamanca (mejor las tres juntas) un recurso para cambiar los rótulos de la exposición del museo Sorolla? O ¿por el contrario permanecerán en el silencio de los cementerios? Se admiten apuestas.    

(Los hechos a que hace referencia este artículo son del año 2007 y el director al que se alude está en esta jubilado desde hace unos años). Sin embargo no por ello los hechos son menos graves. 


 

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