Uno
ya pensaba que estaba curado de espantos, pero no siempre hay algo que supera
lo anterior. Hace unos días este periódico se hacía eco de lo acaecido en el
Museo Sorolla de Madrid cuando un leonés eleva una protesta al director de
dicho museo (Florencio de Santa Ana). Ella tenía como objeto el que en esa
exposición las referencias al Reino de León
se sustituyen directamente por las de Castilla y León.
En su respuesta el citado director
empieza diciendo “le agradezco la
sugerencia que nos hace con la que estoy
totalmente de acuerdo”. Es decir una vez más no se discute si esos que
reivindicamos es o no cierto. Se parte del principio de que efectivamente las
cosas son como decimos.
Desde esa posición de que la historia es
así, cabría esperar la rectificación. Sin embargo no y para ello se justifica
con esta memorable explicación “hay que
pensar en el público en general que visita este museo y las nociones de
Castilla la Vieja o Reino de León ya nadie las recuerda”. Vamos es como
decir ya sabemos que lo que se dice en la exposición es falso pero vamos a
cambiar la historia por la propaganda que lleva a que se recuerde más la “marca
de Castilla y León”. Oiga que esta barbaridad la está diciendo el director del
museo. Vamos es como decir que si un día nadie recuerda a Sorolla pues ponemos
que el cuadro es de Klimt y nos quedamos tan panchos.
¿Y la opinión del autor del cuadro, de
Sorolla?, pues se admite que “la idea de
Sorolla era dedicar su gran panel de la fiesta del pan a las gentes de las dos
Castillas y del Reino de León”. Vamos que lo que era la opinión de Sorolla
“pinta” (nunca mejor dicho) poco en este entuerto. Contra la veracidad de los
hechos (que no se pone en duda) y contra la opinión del pintor se impone la pura
propaganda que lleva a adaptar el museo “a lo que más se oye”.
Claro que también esto es una denuncia
del papel de las instituciones. ¿Que han hecho para remediar este hecho en
concreto y en general los atropellos que se dan de continuo sobre la identidad
leonesa? ¿Hay alguien desde algún partido que asuma el planteamiento del
director de ese museo?, entonces ¿Qué hacen?
Estos hechos reflejan que desde las
instituciones y en concreto desde la Junta de Castilla y León se favorece el
que como dice el director de ese museo “nadie recuerde que existió un Reino de
León y una Región Leonesa” que han tenido un papel esencial en la historia de
España. El objetivo de la Junta ha sido desde hace muchos años cambiar la
historia por propaganda (que se sufraga con dinero público).
Lo he dicho en otras ocasiones, pero
me van a permitir que lo repita. Este debate sobre la identidad leonesa es
esencialmente un debate por la dignidad. En este hecho en concreto más allá del
tema leonés se pone en cuestión si alguien debe alterar la historia a
conveniencia de lo que sea la situación política-administrativa del momento. A
este paso alguien nos va a decir que los hombres que habitaban las cuevas del
paleolítico eran castellano-leoneses o votantes del PP, del PSOE o de Unidos
Podemos.
Es esencial en general en todas las
personas, pero especialmente entre los partidos políticos que “mantengan la
palabra dada”. Las principales fuerzas políticas leonesas en su momento (PP,
PSOE y UPL) firmaron un Acuerdo por la Identidad Leonesa que partía como
principio básico del reconocimiento de que en la autonomía actual convivían dos
identidades: la identidad leonesa y la identidad castellana, que no había una
identidad castellano-leonesa. ¿Qué han hecho PP y PSOE para promover esas ideas
que ellos firmaron?
Esta historia es todo un símbolo de la
negación de la existencia del propio concepto de “lo leonés” y claro ello tiene
una incidencia directa en el plano económico. Ya sea a nivel de producto o a
nivel de turismo la no existencia, implica no venta y ello se traduce en paro y
pérdida de cuotas de bienestar.
La verdad (que aquí no se cuestiona)
debe resistir el empuje de la propaganda. Es inadmisible que se cambie la
historia simplemente para adaptarla a una estructura administrativa que hoy es
en mayor medida referencia. También lo es que todo ello se haga desde la
pasividad de las instituciones leonesas y de los partidos que deberían
representar y defender los intereses de la ciudadanía.
La propaganda se sustenta con dinero y es esencial para que algo se oiga
más o menos. No es admisible que a un pueblo se le sepulte su historia
simplemente por carecer de recursos políticos y económicos para hacerse oír.
¿Van a presentar las Diputaciones de León, Zamora o Salamanca (mejor las tres juntas)
un recurso para cambiar los rótulos de la exposición del museo Sorolla? O ¿por
el contrario permanecerán en el silencio de los cementerios? Se admiten
apuestas.
(Los hechos a que hace referencia este artículo son del año 2007 y el director al que se alude está en esta jubilado desde hace unos años). Sin embargo no por ello los hechos son menos graves.
(Los hechos a que hace referencia este artículo son del año 2007 y el director al que se alude está en esta jubilado desde hace unos años). Sin embargo no por ello los hechos son menos graves.
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