Quiere ser este artículo un alegato
contra la generalización. En mi opinión al hablar de "las encuestas"
se hace uniformizando todo lo que se engloba en ellas sin hacer distinción
entre unas y otras para asociarlas en su conjunto a valoraciones normalmente
negativas. Admitiríamos sin dificultad que sería absurdo denostar a todos los
cocineros o al conjunto de los hoteles. Aquí si somos capaces de establecer diferencias
e incluso existen estamentos que nos indican la categoría asociada a cada
establecimiento en función del número de estrellas. En las encuestas sin
embargo las propias webs que las recopilan establecen un "poll of
polls" en función de las que van
recopilando sin la menor diferenciación ya sea por muestra o por nivel
profesional de cada empresa encuestadora. Se iguala todo y se le da el mismo
peso. En mi opinión es como si damos la misma ponderación a la opinión de Arzak
y al cocinero de un restaurante que da menús del día. Lo que en otras
profesiones es extraño en el mundo de "las encuestas" es lo habitual.
En las últimas elecciones hemos
asistido a grandes despropósitos como el de hacer encuestas con una base
muestral absolutamente insuficiente para luego incluso repartir escaños. He
podido ver estudios que con 800, 1.000 o 1.500 encuestas daban reparto de
escaños a los diferentes partidos. Pero claro los escaños se reparten por cada
una de las provincias, entonces ¿con cuántas encuestas se ha hecho el reparto
que le correspondería a Soria o a Almería? En el "todo vale" se ha
buscado el titular con independencia de la fiabilidad del dato. Pero también ha
habido otras empresas que han evitado dar ese reparto de escaños a sabiendas
que con la muestra que disponían ese objetivo no contaba con la garantía
necesaria. Es mejor "no tener información, que mala información", pero
para tener buena información hay que invertir una cantidad de dinero suficiente
(como en cualquier otra cosa).
La calidad, en casi todas las cosas,
suele tener un precio. No se puede competir en una carrera de fórmula uno con
un utilitario. Las encuestas también tienen sus exigencias en cuanto al número
mínimo de la muestra, a la garantía de la empresa o de las personas que se
encargan de su diseño y elaboración. Hay una trayectoria a considerar y puede
ser que no sea lo más aconsejable el elegir empresas que nacen para unas
elecciones y desaparecen tras ellas. Por la propia dificultad de tenerlas, uno
guarda algunas cartas de medios de comunicación con reconocimiento expreso del
nivel de concordancia de los datos que se le habían dado con los resultados
finales.
En todo caso aquellos que hacemos
sondeos electorales no somos futurólogos, el sondeo recoge la opinión del
momento en que se hace el trabajo de campo. Esa opinión es susceptible de
cambiar y de hecho cambia hasta el propio
día de las elecciones. El pensar que acontecimientos como el brexit no tuvo
ningún tipo de incidencia en los resultados de las elecciones españolas
entiendo que es un claro error. Tampoco nadie somos "garantía" de
reflejar unos resultados finales. El error está presente en cualquier ciencia,
desde el diagnóstico de un médico hasta las predicciones meteorológicas o de
posibles terremotos. Las limitaciones siempre existen y la dificultad para
captar las opciones de voto de la ciudadanía es diferente en cada elección.
Es verdad que en el sondeo de salida
de urnas, que contaba con muestra suficiente y se hacía en el propio día en el
que se celebraban las elecciones, algo fallo ya que los resultados que allí se
apuntaban poco tenían que ver con los resultados finales. Sin duda será la
empresa encargada de llevar a cabo ese estudio el que con mejor criterio pueda
dictaminar cuál han podido ser los errores cometidos. En esos resultados se sobre ponderaba el voto de
Unidos Podemos e infra ponderaba el del PP. Tal vez ello se pueda deber a que
los datos ofrecidos están muy directamente asociados a los recogidos. Ha
faltado la tan criticada "cocina" que trata de corregir el voto
directo por cuanto sabemos que hay "voto oculto" que no afecta por
igual a todas las candidaturas. El determinar "cuanto voto oculto"
hay en cada partido será clave para alcanzar una aproximación a los resultados
finales. Pero ese proceso de "cocina" (que en ningún caso hay que
confundir con manipulación interesada) requiere su tiempo y tal vez eso le ha
faltado a la empresa que ha llevado a cabo ese sondeo de salida de urnas.
La investigación sociológica nos ayuda
a conocer mejor nuestra realidad social. Es verdad que cuando el objeto a
investigar es un tema político la dificultad aumenta considerablemente y llega
a su nivel máximo en los sondeos electorales. Sin embargo me parece acertada la
posición de Carolina Bescansa (Unidos Podemos) que ha manifestado que ellos
hubieran necesitado más sondeos propios. En todo caso no creo que sea tanto una
cuestión de más o menos sondeos, como de mejores sondeos. Pero esta es una
tarea que a todos nos afecta ya que lo
mejor se asocia también a mayores recursos para poder alcanzar esa meta.
Publicado en el Correo. El 9-7-16
Muy de acuerdo con lo que dices David, y yo también protesto por esa tendencia a generalizar, pero dime una cosa ¿Ha habido alguna encuesta que acertara? Las encuestas a pie de urna han estado muy alejadas del resultado final (el error ha sido considerablemente mayor que en otras elecciones), y las de una semana antes tampoco fueron certeras.
ResponderEliminarUn abrazo, Juantxu.