Los hechos
son que desde el año 1.983 (con el nacimiento del actual marco autonómico) la
provincia leonesa ha perdido 58.123 habitantes. Ello supone que mientras en el
citado año representaba un 1.38% del total de la población española, en el 2.017
ese porcentaje ha pasado a ser de 1.01% (es decir un 27.5% inferior).
Si esa
referencia la establecemos para el conjunto de las tres provincias de la Región
Leonesa la pérdida de habitantes en ese período ha sido de 138.865 y ha pasado
de significar un 2.94% de la población española en 1.983 a un 2.10% en la
actualidad. (Un 34% menos).
Los efectos
de este descenso son múltiples y entre otros muchos supone pérdida de
representación política. Es un signo evidente de falta de vitalidad económica.
Hasta aquí
diría que son datos objetivos y que están a la libre disposición de aquel que
los quiera consultar en el INE. A partir de ello podemos decir que surgen las
interpretaciones. Hay partidos de la oposición que culpabilizan de esos hechos
al partido que gobierna y en ese sentido propugnan que cuando ellos accedan al
poder cambiarán esas políticas y en consecuencia también el signo de la
evolución demográfica. Para decirlo claro, para ellos el culpable es el PP.
Otros sin embargo consideramos que la culpabilidad tiene un contenido más
estructural y más profundo por lo que no queda de modo exclusivo en el partido
que gobierna en un momento dado. Sin quitarle responsabilidad en esa evolución
no creemos que la causa se deba únicamente a un determinado modo de gestión
política. Es lo que vamos a tratar de demostrar en este artículo.
En los
últimos 20 años ha gobernado en Castilla y León el PP. Si la causa de la
despoblación fuese su política los efectos podrían ser similares en el conjunto
de las provincias que componen esta autonomía. Sin embargo mientras en ese
periodo la provincia leonesa pierde 60.529 habitantes, Valladolid gana 27.157.
Eso supone que mientras en 1.987 León superaba en habitantes a Valladolid
(528.845 frente a 493.973 pucelanos) ahora es lo contrario y Valladolid nos
supera en más de 50.000 habitantes (52.814).
En ese mismo
período las tres provincias leonesas pierden habitantes (Zamora 43.462 y
Salamanca 30.221). En el conjunto de la autonomía, la Región Leonesa pasa de
representar un 43.13% en 1.987 a un 40.37% en el 2.017. Es decir pierde 2.76
puntos, pero de ese descenso hay un único beneficiado: Valladolid que gana
2,35. Al resto de Castilla tan sólo le corresponde un 0.41 de ese incremento.
En base a
todos esos datos consideramos que la
culpabilidad de ese descenso demográfico hay que atribuirla al propio marco
autonómico. Es algo estructural que exige a gritos un cambio. La dinámica
política puede provocar que desde los partidos que están en la oposición traten
de buscar argumentos para captar el voto fomentando la esperanza de que cuando
ellos lleguen al poder la situación cambiará. Sin embargo, los datos no
justifican esas afirmaciones. Valladolid prospera en número de habitantes fundamentalmente por ser
el gran beneficiado de concentrar estructuras de poder en su territorio. Ese
poder político propicia también la concentración económica. Su sostenimiento lo
es desde una concepción de centralidad que pone al resto de provincias al
servicio de sus intereses. El gobierno de un mismo partido hace que mientras
Valladolid va ganando peso demográfico la Región Leonesa lo pierde. Aquellos
que dicen que la culpabilidad corresponde en exclusiva a un partido tendrían
que justificar en base a que se dan esos comportamientos tan dispares.
La
“invisibilidad” de “lo leonés” tiene consecuencias muy claras a nivel económico
y en consecuencia también en la despoblación. ¿Cómo se van a vender unos
productos como leoneses si hay una marca como “Tierra de Sabor” que tiene como
objetivo anular esa identidad? Recientemente Quesería Picos de Europa obtiene
el reconocimiento de mejor queso de España en la categoría de Queso azul ¿creen ustedes que en la difusión y venta de
ese queso le beneficia la asociación a la autonomía de Castilla y León y a
“Tierra de Sabor”?. ¿Es el mismo tipo de turismo el que se puede promover en
Ávila o Segovia que el que habría que dar en la provincia de León? ¿Qué coste
económico tiene esa invisibilidad identitaria de lo leonés? ¿Cómo se atrae
turismo desde esa “invisibilidad social”?.
Llegados a
este punto habría que preguntar a los diferentes partidos que están dispuestos
a hacer para cambiar esta situación. Que van a promover más allá de cambiar un dirigente por otro que
les sea más afín. Desde las legítimas posiciones de cada partido habría que
entender que está situación tiene un origen en cómo se ha conformado esta
Comunidad Autónoma y en consecuencia habría que tomar medidas para dar
visibilidad política a la Región Leonesa (que incluso el
propio preámbulo del Estatuto de Autonomía teóricamente reconoce). Esperemos
que los que son representantes de la ciudadanía actúen verdaderamente como
tales y no únicamente en base a las directrices de sus respectivos partidos.
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