domingo, 17 de febrero de 2019

DIVERSIDAD SIN INSOLARIDAD.




            El concepto de “diversidad” va estrechamente ligado al de “unidad”. La aceptación de que algo es diverso implica también la consideración de que se forma parte de un tronco común. Por otro lado entiendo que la unidad se construye desde la aceptación de las diferencias y no desde la imposición de la uniformidad. Conjugar unidad y pluralidad es la base de las reglas democráticas.

            En base a todo ello hay que decir que las posiciones independentistas son contrarias a la apuesta por la diversidad social y política. Simplemente buscan de establecer una oposición entre dos conceptos que tratan como “unidades”. Conceptúan España como una “unidad” frente a la que contraponen otra “unidad” (la “suya”). Nos igualan a todos alrededor de esos dos conceptos (“catalanes” frente a “españoles” por ejemplo).

            Por otro lado tenemos a los que siguen apostando por la España uniforme “de la bata de cola y los toros”. Muchos que somos y nos sentimos españoles, sin embargo no nos identifican esos símbolos. En un medio social y político los nacionalismos excluyentes se alimentan entre sí. La irrupción de Vox en el panorama político tiene como una de las variables de explicación más importantes, lo que está sucediendo en Cataluña. Por otro lado esa imagen de España vinculada a posiciones de extrema derecha y que reclama que la reconquista de Granada sustituya como “día de Andalucía” al 28 de febrero, también alimenta  las posiciones independentistas.

            Por todo ello creo necesario el recuperar la imagen de una España diversa que reconoce su unidad en su pluralidad. El día en que veamos que un kaiku o una barretina son tan españoles como lo pueda ser una bata de cola andaluza significará que algo habrá cambiado.


           La España diversa es también la que se une a los valores democráticos. Hemos de sustituir la imagen de una España que se vincula en exceso a la figura del Cid Campeador o de la inquisición por otra que se asocie a la Cuna del Parlamentarismo o a la creación de instituciones políticas como medio de gobierno. Los leoneses tenemos mucho que decir en esa imagen de España. El Regnun Imperium Leonés se puede considerar un ejemplo en la defensa de esa España plural. Sánchez Candeira (en su estudio patrocinado por el CSIC) nos dice que el rey de León era reconocido como un “rey de reyes”, aglutinando una unidad pero desde el reconocimiento de la diversidad. De este modo ese autor  asociaba ese modelo a lo que es Gran Bretaña.

            Es conocido que la historia la escriben los vencedores y ese papel no ha correspondido a los leoneses en los últimos siglos. De este modo se ha construido los libros de historia (especialmente los que se han dado en los centros educativos) en base a lo que decían los cantares de gesta. Es decir se ha tomado como documentos la propaganda que un señor poderoso pagaba a un juglar para que cantase sus “hazañas” y elogiase su figura. No es extraño que con este panorama, aquel que libero a su ciudad del asedio enemigo fuese considerado en esos libros como “el traidor Bellido Dolfos”.

            La diversidad se debe conjugar con la solidaridad. No cabe que se transforme en un coto de privilegios para unas zonas en detrimento de otras. El equilibrio territorial en España y en el mundo exige conductas solidarias con aquellos que más lo necesitan. Me resulta incomprensible  la defensa del “todo para mí”.  La incomprensión aumenta cuando esas posiciones se adoptan desde personas que teóricamente pertenecen a partidos de izquierda (como el alcalde de Valladolid). Si además esas teorías se invocan desde aquellos que tienen situaciones de privilegio económico o político todavía se entiende menos. Vamos es como si una persona de clase acomodada reclamase más recursos para sí mismo en detrimento de las clases bajas.

            La solidaridad se alcanza viendo más allá de las propias fronteras y teniendo empatía con las personas que viven fuera del propio territorio. Por ello mismo la solidaridad va unida al propio concepto de diversidad. A veces habrá que elegir entre “los míos primero” o “primero aquellos que tienen más necesidades”. Aceptando la dificultad de establecer medidas  en todo ello, habrá que tener al menos la sensibilidad hacia esos criterios de solidaridad.  Luego habrá que encontrar las fórmulas concretas para acertar con esas políticas (algo que entiendo nada sencillo).

            Diría que en este momento en el mundo hay un avance de los partidarios del proteccionismo económico en detrimento de aquellos que defienden posiciones de solidaridad. Ello  está llevando a que se fomente la creación de fronteras y murallas. Es el muro que pretende hacer Trump pero también la proliferación en Europa de aquellos que quieren salir de la Unión Europea para adoptar posiciones proteccionistas y de exclusión hacia la inmigración.

            Diversidad y solidaridad vendrían a ser dos caras de la misma moneda. No es casual que la defensa de la uniformidad se haga desde aquellos que propugnan más medidas proteccionistas. Por ello mismo nos posicionamos por una España diversa y solidaria en un marco de valores democráticos. La Región Leonesa tendría mucho que decir en todo ello.

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