Lo menos que
se podría pedir a una administración es que cuando sus administrados se vean
dañados en sus derechos, los defienda. Yo eso no lo veo en la Junta de Castilla
y León. Cuando se hacen unas obras que significa que el agua de León pasa a que
se vierta hacia Asturias no he visto que la Junta venga a defender el que se
evite ese trasvase. Tampoco lo he visto cuando se ocupan pastos indebidamente.
El último ejemplo podría ser la caída del viaducto de la A-6 en la que ha sido
mucho más notoria la actuación de la Xunta de Galicia, mientras que una vez más
la Junta de Castilla y León se hace notar por su ausencia.
La ola de
calor ha provocado incendios en diferentes puntos de España. Sin embargo el de
la Sierra de la Culebra en Zamora ha adquirido especial gravedad hasta el punto de marcar cifras
récord de superficie quemada. Habría que preguntarse el motivo por el cuál ese
incendio ha adquirido especial gravedad. Igual tiene que ver el que no se
contaba con el dispositivo suficiente y ello ha provocado que ante las primeras
llamas se llegase demasiado tarde. El no contar con medios tiene mucho que ver
con el hecho de que la Junta ha preferido destinar sus recursos a otras
cuestiones como por ejemplo la que antes se denominaba Fundación Villalar y
ahora de Castilla y León. En el 2015 publicaba un artículo que titulaba
¿Fundación Villalar o apagar incendios? Bueno pues los actuales dirigentes de
la Junta parece que han elegido que es mejor ideologizar a la ciudadanía que
utilizar esos recursos en apagar incendios.
Las personas
que siguen mis muchos escritos saben que soy partidario de una autonomía
leonesa. Pero no, no pienso que alcanzada ese marco autonómico se resuelvan de
modo automático todos nuestros problemas. Lo que ya nadie puede discutir es que
en este marco autonómico las cosas nos van muy mal. Da igual el indicador que
se tome ya sea demográfico, económico o cultural. La cuestión es tan evidente
que en mi opinión ya no merece la pena ahondar más en ella. Si algo va mal y es
así en cualquier tipo de coyuntura (expansiva o de recesión) creo que lo más
coherente es buscar una salida alternativa. Seguir sabemos que es malo, así que
habrá que promover el cambio.
Un marco
autonómico propio creo que favorecerá que al menos se actué en defensa de los
propios intereses. Es un dato para tener en cuenta que entre 1981 y 2020 el
conjunto de las tres provincias leonesas sobre el conjunto de la población de
España perdió un -0.93 (-153.882 personas). Sin embargo en el conjunto de las
autonomías uniprovinciales se ganó +2.33 (3.331.752 personas). Si excluimos
Madrid el porcentaje sigue siendo positivo +0.51 (1.271.410). Igual convendría considerar
estos datos para aquellos que piensan que una autonomía leonesa aunque
deseable, no es posible. En el libro del
que soy coautor “Región Leonesa, la 18 Comunidad Autónoma Española” pueden
encontrar detalle ampliado de todo ello, con comparaciones con Navarra,
Cantabria o La Rioja.
Que
todo un vicepresidente de la Junta indique que la causa de la despoblación
rural es que se desvincula el sexo y procrear es algo inaudito.
Sin embargo como estamos en una cultura en la que a mayor barbaridad,
mayor difusión, pues resulta que hasta en los medios de Estados Unidos se han
recogido esas declaraciones. Desde luego no creo que ello sea defender el medio
rural.
Otro ejemplo de esa falta de defensa de “lo
propio” sería el de Tierra de Sabor que
con un alto presupuesto (más de 4 millones de euros) tiene un planteamiento unitarista en este caso
vinculado al ámbito comercial. Los colores amarillos de su logotipo, la alusión
a los castillos en su propaganda, el promover la marca de queso castellano como
extensiva a marcas y productos leoneses…
¿Qué efectos beneficiosos para los leoneses tiene esas elevadas inversiones? No
creo que ello contribuya a la promoción de productos leoneses sino más bien a
“ocultarlos”. Retaría a los promotores de Tierra de Sabor a que en una prueba
de un mismo producto uno con “Tierra de Sabor” y otro sin esa marca se viese
cuál de los dos tendría más venta. Si el resultado para el producto con la
marca Tierra de Sabor fuese el mismo o inferior al que no tiene esa marca
significaría que la elevada inversión en mantener esa marca no sería
justificable.
La falta de promoción de
nuestros productos afecta muy directamente a su comercialización. La no venta supone
menos recursos económicos y ello lleva a la despoblación. Pero esto también es
extensivo al plano cultural. Se difunde lo que es afín al poder que gobierna y
se evita aquello que el señor Mañueco define como “ocurrencia”. Así que habrá
que demostrar que existimos a su pesar.
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