¿Saben ustedes que la Fundación de Castilla y León (antes Villalar)
cuesta a la ciudadanía la nada despreciable cifra de 1,3 millones de euros cada
año? Por ello mismo creo que su denominación más apropiada sería la de Fundición de Dinero Público.
Los recursos de la administración, como los de cualquiera de nosotros, siempre son
limitados. Por ello hay que plantearse los beneficios que se derivan de ese
gasto tan importante. Los objetivos de la Fundición de Dinero Público Castilla
y León (antes Villalar) son contribuir al adoctrinamiento en la cultura
oficial, aun cuando para ello haya que recurrir a las falsedades y para pagar a
todos aquellos que se presten a escribir al dictado del poder. Sería grave
gastar todo ese dinero para nada, pero en este caso sería lo mejor que nos
pudiera ocurrir. Para los leoneses cualquier objetivo que alcance se medirá en
un sentido negativo. Busca diluir la historia y la cultura leonesa para
sustituirla por una artificial y falsa que favorezca el actual marco autonómico
de Castilla y León. En definitiva busca dar unidad a lo que es distinto e
incluso podríamos decir que en muchos episodios de la historia hasta opuesto.
Como ustedes saben este verano se han producido numerosos
incendios en la Región Leonesa. Desgraciadamente el de la Sierra de la Culebra
en Zamora ha batido el récord de superficie quemada. , ¿no hubiera sido mejor
utilizar esos 1,3 millones de euros en
ampliar los recursos humanos y técnicos para mitigar los efectos de esos
incendios? ¿No hubiera sido más justo mejorar los salarios de las brigadas que
con su esfuerzo han tratado de minimizar los efectos de esos incendios? En un
sentido más amplio ¿no es mejor utilizar esos 1,3 millones de euros en
servicios a la ciudadanía en lugar de favorecer el adoctrinamiento en una
supuesta unidad de Castilla y León? Se
evita contar con personal suficiente para mitigar esos incendios para utilizar
ese dinero en difundir su propaganda.
El que esta Fundición de Dinero Público Castilla y León
(antes Villalar) reciba esa asignación todos los años tiene como principal
responsable al partido en el gobierno de Castilla y León, al Partido Popular.
Sin embargo hay otros que también de forma directa o indirecta colaboran en que
se mantenga este despropósito. Tan sólo he visto críticas a esta Fundición de
Dinero Público desde posiciones leonesistas. Para mí es poco comprensible que
desde una óptica de izquierdas se prefiera el adoctrinamiento a los servicios a
la ciudadanía. Ellos lo tendrán que explicar pero la mayoría de las veces
callan tal vez por cuanto sepan que su postura es poco comprensible para la ciudadanía.
Los efectos de este tipo de política son unos campos
arrasados por las llamas y una búsqueda de que ese mismo efecto se vaya a dar
en el ámbito de la cultura y de la identidad leonesa (y también de la
castellana).
Los que hemos desarrollado diferentes trabajos sobre la
identidad leonesa, el proceso
autonómico leonés o la personalidad leonesa lo hemos hecho con nuestro esfuerzo
y recursos económicos. Es el precio de la libertad de decir lo que crees y
no tener que estar al arbitrio de lo que
la Junta de Castilla y León le gustaría que se dijese. Es un combate desigual
en el que los leoneses debemos sostener con nuestros tributos las políticas y a
los políticos que nos discriminan.
Además de los profesionales, los fuegos se han apagado con
el esfuerzo de los vecinos. En la defensa del terruño hay una unidad de
intereses. La Fundición de Dinero Público de Castilla y León (antes Villalar)
busca consolidar y afianzar una imposición antidemocrática. Debemos recordar
que en la última votación en la Diputación de León se rechazó por 20 votos a 4
la integración en la Comunidad de Castilla y León. Si hoy seguimos
perteneciendo a la misma es por cuanto los tribunales no reconocieron el
derecho a rectificar una vez iniciado el
proceso. Sin embargo ello sigue siendo un referente de voluntad política de las
instituciones y del pueblo leonés. Con el presupuesto de 1,3 millones de euros esa
Fundación promueve suprimir la identidad leonesa, aun cuando ello suponga que
se quemen nuestros montes y nuestras tierras. Es la uniformidad de la tierra
quemada. Nosotros seguimos prefiriendo la diversidad de la vida, el verde de
las riberas y poder escuchar cada año las berreas. Por ello en definitiva
preferimos utilizar esos 1,3 millones de euros anuales en salvaguardar nuestro
territorio de los incendios, ¿Y ustedes? Ojalá alguna vez los partidos
políticos obren en sintonía con las demandas de los ciudadanos a los que en
teoría representan.
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