En 1983 la Junta de
Castilla y León encarga un estudio a la empresa Sofemasa. Ese estudio en sus
conclusiones dice textualmente “los leoneses tienen un sentimiento muy
notorio de ser una entidad con identidad diferenciada de la castellana. El
rechazo que manifiestan no es al hecho autonómico sino a una autonomía
conjunta”. Ya ven esto lo decía un estudio que había encargado la propia
Junta. Digo yo, que no será sospechosa de “leonesismo”.
Durante 40 años ha habido
diferentes estudios en los que se ha preguntado a los leoneses sobre le marco
autonómico deseado. En todos y cada uno de ellos la conclusión es unánime, los
leoneses apuestan por una autonomía leonesa. Reto a cualquiera a que me indique
un estudio en el que se diga que los leoneses desean como marco autonómico el
de Castilla y León. Sinceramente creo que no existe.
En 1979 la Diputación de
León encarga un estudio para conocer lo que es la opinión de los Ayuntamientos
e instituciones sobre el tema autonómico. Considerando el total de respuestas
recibidas y sobre el total del censo, ese estudio ponía de manifiesto que el
69,21% de los que habían contestado al cuestionario prefería “León sólo” y un
4,45% la autonomía de Castilla y León. El resto se repartían por otras opciones
o simplemente no emitían ninguna opinión (13.37%). En definitiva el diferencial
entre los que querían una autonomía leonesa y los que preferían la unión con
Castilla era de nada menos que 64,76 puntos. Vamos que ni siquiera era algo que
plantease división de opiniones.
Sin embargo conociendo
esos datos se obro en abierta oposición a esas voluntades. Incluso habría que
decir que también se voto contrariamente a lo que querían las instituciones
leonesas y la propia Diputación de León. Lo dijo con toda claridad el que era
portavoz entonces de UCD en el Ayuntamiento de Ponferrada, Luis Soto Pérez. Así
en 1983 decía: “El sentimiento, la aspiración de TODOS los componentes de la
Diputación, así como la mayoría de mujeres y hombres de El Bierzo, era el de optar
por León sólo, lo que así se manifestó en una primera encuesta realizada entre
los ayuntamientos”. Ya ven ese sentimiento también era mayoritario en El
Bierzo.
Estudios más recientes
como el realizado por 40DB para El País nos dice que el apoyo a la autonomía
leonesa era del 56,3% y el de Castilla y León un 17.5%. (el resto 26.2% no
contesto a esa pregunta). Ileon publica en el año 2020 un sondeo realizado por
Celeste-Tel que afirma que más de la mitad de los leoneses respaldan la
creación de una autonomía leonesa y tan sólo un 16,6% era contrario a esa
creación. En esa misma encuesta de Ileon se afirma que la opción de una
autonomía leonesa es mayoritaria en todos los segmentos de voto (algo que
también se puede ver en la aprobación de las mociones leonesistas en los
diferentes Ayuntamientos). Ya en 2.023 SyM Consulting hace un estudio para La
Crónica de León que dice que el apoyo a una autonomía leonesa es del 67,1%
frente a un 30.6% que desearía permanecer en el actual marco autonómico. Es
decir en todos ello el diferencial entre partidarios de una autonomía leonesa y
aquellos que defienden el actual marco autonómico es abrumador. No deja lugar a
dudas.
Además hay que tener en
cuenta que entre los que dicen apoyar la permanencia en Castilla y León lo hacen
más desde la resignación (no cabe hacer otra cosa) que desde el convencimiento.
Es el caso de la candidata del PP a la alcaldía de León Margarita Torres que
nos dice que “ella hubiera deseado otro marco autonómico” pero que llegados a
este punto lo que hay que hacer es mantener la actual autonomía.
En definitiva creemos que
hay que centrar el debate. No se trata de conocer los deseos de la ciudadanía
(que se han expresado con claridad y nitidez en todos estos años). El núcleo de
la cuestión es conocer si se es partidario de que esos deseos deban ser
respetados o por el contrario se defiende mantener un marco autonómico impuesto
contra la voluntad de los leoneses.
Desde luego considero que
desde una perspectiva puramente democrática hay que defender que los políticos
ejerzan de representantes de aquellos que les han elegido y eviten imponer sus
criterios a los de la propia ciudadanía. En todas las ocasiones en las que esa
ciudadanía ha tenido oportunidad de pronunciarse lo ha hecho con claridad y
nitidez. Los dirigentes políticos conocían que esto era así, y tal vez por ello
mismo han evitado que esas consultas tuvieran un carácter decisivo. Es decir han
primado lo que pudiera ser su propia opinión a la que manifestaban aquellos que
les habían votado. En definitiva les ha importado muy poco la opinión de los
leoneses.
Creo que ha llegado el
momento de cambiar las cosas y respetar la voluntad de la ciudadanía. La
imposición de ese marco autonómico no deseado nos ha traído pobreza económica y
despoblación.
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