lunes, 5 de febrero de 2024

EL SENTIDO DE COMUNIDAD.

 


            No soy de las personas que piensa que más allá de España “se atan los perros con longaniza”. Tampoco soy de los que se exaltan y afirman que “somos los mejores” en casi todo. Más bien me encuentro entre los que piensan que hay cosas que hacemos mejor y otras peor.

            Para avanzar se hace preciso reconocer que hay aspectos que deberíamos mejorar. Por razones familiares he vivido durante un tiempo en Cambridge y he tenido la oportunidad de conocer algo de lo que es su modo de vida. Tal vez el asunto que en mayor medida me ha asombrado es su sentido de comunidad.

            He podido ver a padres recogiendo basura en el parque donde estaban jugando sus hijos. También a una mujer mayor por la calle con unos guantes y una bolsa adecentando la calle en la que vivía. Mientras paseaba vi un hombre mayor de rodillas recortando la hierba de unas instalaciones que eran de titularidad pública.

            Hay también muchos establecimientos de “charity” en los que por un lado se hacen donaciones y por otra se compra productos como ayuda a las personas más desfavorecidas. En las empresas es habitual que se establezcan por un lado donaciones a título de la propia organización, pero también otras a nivel de los empleados que la integran.

            Todo ello hace que se tenga la mentalidad de que aquello que afecta al medio social es responsabilidad de todos. Que no es algo que en exclusiva compete a la administración pública. Diría que en España es más habitual la reclamación para que se haga o se solucione tal cosa. Es decir demandamos que ese tipo de cosas las haga “la administración correspondiente”. No es frecuente encontrarnos personas que tomen la iniciativa en ser protagonistas en la solución de las cosas.

            Es cierto que también hay excepciones muy notables y en concreto en León. Entre ellas citaría a grupos como “los amigos del mocho” o también la Asociación de Pro Monumenta. Seguro que también habrá otras pero yo al menos en este momento son las que conozco.

            En todo caso creo que nos falta en general ese “sentido de comunidad”, de ir más allá de las reclamaciones y ser activos en alcanzar las metas que nos proponemos.

            Si considero que ese entorno es “mío” ello también me llevará a que tenga una actitud de respeto y evite conductas que llevan a su degradación. Podríamos decir que es la diferencia que en España puede haber entre tirar un papel en el suelo de la propia casa y hacerlo en la calle. Creo que nos falta esa conciencia social.

            Hubo un tiempo en que la capacidad de progreso económico de una sociedad estaba en función de los recursos naturales que pudiera tener. En parte puede seguir siendo así, sin embargo actualmente creo que lo que es fundamental es la mentalidad social. Por decirlo de alguna forma hoy “la riqueza” estaría más en “el cerebro” que en el subsuelo. Las grandes empresas a nivel mundial las podemos encontrar en el campo de la tecnología y el conocimiento. Por ello se hace necesario mejorar lo que puedan ser nuestros modos de vida también como una forma de implicación en la solución en nuestros grandes problemas (como puede ser el del cambio climático).

            El sentido de comunidad implica la percepción de que “todos somos parte del problema y también de la solución”. Que no nos sentamos a “ver los toros desde la barrera” (si se me permite el ejemplo).

            Como en muchas cosas creo que si miramos a nuestro pasado podemos encontrar, en mucha mayor medida, ese sentido de comunidad. En León estaban las “hacenderas” o “facenderas”. El pueblo se reunía en concejo y en el mismo se indicaba el área de mejora. Los vecinos se implicaban en las tareas a realizar para lograr ese objetivo. Otro ejemplo sería “la vecera” , en los pueblos se turnaban las tareas de pastoreo del ganado. Hoy sin embargo estas conductas han caído en desuso.

            También formaba parte de ese sentido de comunidad las costumbre de “el palo de los pobres”. De este modo se repartía la atención a “los pobres” entre los vecinos en función de aquel que le correspondiera en cada momento tener “el palo de los pobres”.

            Sin embargo al decaer ese medio rural también lo han hecho esas costumbres y con ello se ha perdido ese sentido de comunidad. Tal vez el mayor mérito de esa conducta de los ingleses es que han mantenido ese sentido de comunidad incluso en las conductas individuales. Es decir no han hecho necesarios acuerdos entre vecinos, sino que también a nivel individual han considerado que deben colaborar en mejorar aquello que nos pertenece a todos.

            El futuro será mejor si logramos avanzar en ese sentido de comunidad. La tarea no es sólo de “otros”, también es nuestra.

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