miércoles, 7 de agosto de 2024

SIN RAICES, NO HAY FUTURO.

 


         Un árbol que no tiene raíces termina cayendo y muriendo. Yo diría que ello también es aplicable a los ámbitos sociales. La apelación a las raíces no sólo es una reivindicación del pasado, lo es también del futuro.

            Yo diría que a los leoneses nos han arrebatado nuestras raíces. Cuando el señor Mañueco nos equipara con “una provincia más de las que componen esta autonomía” contribuye a favorecer la destrucción de nuestras raíces. Mire la bandera de Zaragoza sigue recogiendo al día de hoy una referencia al Reino de León. Lo mismo sucede con la bandera de Extremadura o la de la ciudad de Badajoz. Ya ven ciudades muy distantes que al día de hoy tienen un punto de conexión común con el Reino de León. Ahora dígame que provincia española puede decir algo semejante.

            Pero es que basta mirar el escudo de España para ver que en uno de sus cuadrantes figura el símbolo del Reino de León. Los otros tres cuadrantes corresponden a Navarra, Castilla y Aragón. Todos los demás territorios estarían representados en alguno de esos símbolos.

            Por último haremos referencia a la propia denominación del actual marco autonómico que dice de Castilla y León. Es decir hace referencia a DOS partes. Una será Castilla y la otra León. Pongamos un ejemplo, si hay un matrimonio que lo componen Sandra y Daniel pues lo que no cabe decir es denominar Sandra a Daniel ni tampoco cabe referirse a ambos como Sandra-Daniel. Pues lo mismo sucedería con Castilla y León. Sin embargo es muy frecuente que a los leoneses nos denominen castellanos o castellano-leoneses. No, Castilla y León no es “la Castilla del Norte”.

            Además hay que tener en cuenta que el arrebatarnos nuestras raíces se hizo con abierta oposición de la ciudadanía leonesa. Fue una imposición no democrática. La propia Diputación hace una encuesta en el inicio de ese proceso en el que se pone de manifiesto que el 69% era partidario de una autonomía leonesa y un 4% partidario de una autonomía de Castilla y León. Es decir había un diferencial muy claro e importante. No había ni antes ni ahora una “división de opiniones”. También a nivel institucional se recogen diferentes acuerdos tanto de la Diputación como de una mayoría de Ayuntamientos que son contrarios a ese marco autonómico. En definitiva esa autonomía nace desde la oposición de la ciudadanía leonesa. Martin Villa y Peces Barba imponen un modelo que busca contraponer la autonomía de Castilla y León a los nacionalismos en Euskadi y Cataluña. Es evidente que ese modelo de “contrapoder” ha fracasado por completo. 6 manzanas y 3 peras no suman.

            Esa pérdida de las raíces ha tenido consecuencias  en la demografía y en la economía leonesa. Los indicadores son claros y unánimes. Desde la creación de este marco autonómico se ha producido un declive de los niveles de vida de la sociedad leonesa. Es como el árbol que ha perdido sus raíces que al final termina sucumbiendo.

            Todas las grandes marcas gastan mucho dinero en publicitar su nombre. No creo que se pueda decir que todas se equivocan y que malgastan su dinero. Entonces el conseguir que tu marca sea  reconocida en el mercado es particularmente importante y que además se haga desde contenidos positivos. Ese León que es referencia en el escudo de España ahora desde muchos medios se nos asocia a una “provincia de Castilla”, evidentemente esa pérdida de notoriedad y de imagen tiene unos costes.

            Es claro que el Reino de León llegó mucho más lejos de lo que es hoy la provincia de León. Partimos de la base de que esa esencia de las “raíces leonesas” se debe de mantener y no cabe asimilarnos a una provincia como pudiera ser Ávila o Albacete (con todos los respetos hacia ellas). Luego esas raíces llegaran hasta donde quiera la ciudadanía. A nosotros nos gustaría que incluya tanto a zamoranos como a salmantinos por cuanto tanto Zamora como Salamanca han formado siempre parte del Reino de León. Pero en todo caso no cabe la imposición por decreto, será desde su propia voluntad.

            También pienso que recuperar esas raíces leonesas es recuperar los valores de la España democrática. Hay que tener en cuenta que valores como el parlamentarismo, los fueros o el empoderamiento de la mujer forman parte sustancial de la identidad leonesa. Ese modelo se contrapone a otro en el que las principales referencias vienen a ser El Cid Campeador o la Reina Isabel la Católica. El Reino de León crea las universidades de Santiago o de Salamanca con la  referencia a un conocimiento general y sin restricciones. El Cardenal Cisneros regente de Castilla crea la Universidad de Alcalá pero con el condicionante de que sólo incluya las ramas del saber que puedan interesar al clero. Este mismo Cisneros ordena quemar en Córdoba los libros de la universidad nazarí. Para mi que esos son  valores contrapuestos y también por eso es necesario recuperar las raíces leonesas.

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