Un árbol que no tiene raíces termina cayendo
y muriendo. Yo diría que ello también es aplicable a los ámbitos sociales. La
apelación a las raíces no sólo es una reivindicación del pasado, lo es también
del futuro.
Yo diría que a los leoneses nos han arrebatado nuestras
raíces. Cuando el señor Mañueco nos equipara con “una provincia más de las que
componen esta autonomía” contribuye a favorecer la destrucción de nuestras
raíces. Mire la bandera de Zaragoza sigue recogiendo al día de hoy una
referencia al Reino de León. Lo mismo sucede con la bandera de Extremadura o la
de la ciudad de Badajoz. Ya ven ciudades muy distantes que al día de hoy tienen
un punto de conexión común con el Reino de León. Ahora dígame que provincia
española puede decir algo semejante.
Pero es que basta mirar el escudo de España para ver que
en uno de sus cuadrantes figura el símbolo del Reino de León. Los otros tres
cuadrantes corresponden a Navarra, Castilla y Aragón. Todos los demás
territorios estarían representados en alguno de esos símbolos.
Por último haremos referencia a la propia denominación
del actual marco autonómico que dice de Castilla y León. Es decir hace
referencia a DOS partes. Una será Castilla y la otra León. Pongamos un ejemplo,
si hay un matrimonio que lo componen Sandra y Daniel pues lo que no cabe decir
es denominar Sandra a Daniel ni tampoco cabe referirse a ambos como
Sandra-Daniel. Pues lo mismo sucedería con Castilla y León. Sin embargo es muy
frecuente que a los leoneses nos denominen castellanos o castellano-leoneses.
No, Castilla y León no es “la Castilla del Norte”.
Además hay que tener en cuenta que el arrebatarnos
nuestras raíces se hizo con abierta oposición de la ciudadanía leonesa. Fue una
imposición no democrática. La propia Diputación hace una encuesta en el inicio
de ese proceso en el que se pone de manifiesto que el 69% era partidario de una
autonomía leonesa y un 4% partidario de una autonomía de Castilla y León. Es
decir había un diferencial muy claro e importante. No había ni antes ni ahora
una “división de opiniones”. También a nivel institucional se recogen
diferentes acuerdos tanto de la Diputación como de una mayoría de Ayuntamientos
que son contrarios a ese marco autonómico. En definitiva esa autonomía nace
desde la oposición de la ciudadanía leonesa. Martin Villa y Peces Barba imponen
un modelo que busca contraponer la autonomía de Castilla y León a los
nacionalismos en Euskadi y Cataluña. Es evidente que ese modelo de
“contrapoder” ha fracasado por completo. 6 manzanas y 3 peras no suman.
Esa pérdida de las raíces ha tenido consecuencias en la demografía y en la economía leonesa.
Los indicadores son claros y unánimes. Desde la creación de este marco
autonómico se ha producido un declive de los niveles de vida de la sociedad
leonesa. Es como el árbol que ha perdido sus raíces que al final termina
sucumbiendo.
Todas las grandes marcas gastan mucho dinero en
publicitar su nombre. No creo que se pueda decir que todas se equivocan y que
malgastan su dinero. Entonces el conseguir que tu marca sea reconocida en el mercado es particularmente
importante y que además se haga desde contenidos positivos. Ese León que es
referencia en el escudo de España ahora desde muchos medios se nos asocia a una
“provincia de Castilla”, evidentemente esa pérdida de notoriedad y de imagen
tiene unos costes.
Es claro que el Reino de León llegó mucho más lejos de lo
que es hoy la provincia de León. Partimos de la base de que esa esencia de las
“raíces leonesas” se debe de mantener y no cabe asimilarnos a una provincia
como pudiera ser Ávila o Albacete (con todos los respetos hacia ellas). Luego
esas raíces llegaran hasta donde quiera la ciudadanía. A nosotros nos gustaría
que incluya tanto a zamoranos como a salmantinos por cuanto tanto Zamora como
Salamanca han formado siempre parte del Reino de León. Pero en todo caso no
cabe la imposición por decreto, será desde su propia voluntad.
También pienso que recuperar esas raíces leonesas es
recuperar los valores de la España democrática. Hay que tener en cuenta que
valores como el parlamentarismo, los fueros o el empoderamiento de la mujer
forman parte sustancial de la identidad leonesa. Ese modelo se contrapone a
otro en el que las principales referencias vienen a ser El Cid Campeador o la
Reina Isabel la Católica. El Reino de León crea las universidades de Santiago o
de Salamanca con la referencia a un
conocimiento general y sin restricciones. El Cardenal Cisneros regente de
Castilla crea la Universidad de Alcalá pero con el condicionante de que sólo
incluya las ramas del saber que puedan interesar al clero. Este mismo Cisneros
ordena quemar en Córdoba los libros de la universidad nazarí. Para mi que esos
son valores contrapuestos y también por
eso es necesario recuperar las raíces leonesas.
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