He escuchado a los representantes del PP como
del PSOE el referirse a que esta autonomía la componen DOS REGIONES y que una
de esas Regiones es la Región Leonesa.
Sin embargo de forma casi unánime en los medios de
comunicación se trasmite como términos idénticos el de Comunidad Autónoma y
Región. Tampoco vemos demasiada oposición para evitar esa confusión.
Cabría preguntar ¿ Qué tipo de caracterización política
darían ustedes a la Región Leonesa en el marco de la Autonomía de Castilla y
León? Mañueco habla de León como “una provincia más de Castilla y León” (lo que
contradice la propia denominación de la Comunidad Autónoma). Sin embargo Javier
Santiago Vélez dice que Castilla y León “son dos regiones diferentes”.
Curiosamente lo hace en un artículo en el que por una parte se reivindica como
“leonesista” y por otra defiende su oposición a la autonomía leonesa en la
votación de la Diputación. También Ester Muñoz habla de que “por supuesto en
esta autonomía conviven dos identidades distintas” (sin embargo creo que falta
mucho para que se considere que eso ya se da “por supuesto”).
Cabría preguntar a aquellos que consideran la existencia de
la Región Leonesa pero defienden su permanencia en este marco autonómico que
caracterización política dan a sus propias posiciones. Para empezar el propio
marco autonómico tendría que diferenciar que parte de esa autonomía es Castilla
y que otra le corresponde a León. Luego habría que plasmar en todas las
comunicaciones que se emitiesen desde la Junta esa caracterización de
existencia de 2 Regiones (tanto a nivel
de estadística como de promoción).
Diría que es evidente que el modelo actual no recoge de modo
suficiente la caracterización de esta Comunidad como compuesta por 2 Regiones.
Entonces sería preciso conocer lo que sería su propuesta de modificación del
actual marco jurídico y administrativo.
Lo que no es aceptable es decir que “León es una de las 2
Regiones de esta Comunidad” y luego mantener que esta Comunidad la componen
únicamente 9 provincias sin ninguna caracterización distinta entre ellas.
Hay que ir más allá de las declaraciones, es necesario ir
creando instrumentos que defiendan esa identidad leonesa. Uno de ellos sería el
crear una Oficina de Defensa de la Identidad Leonesa que tendría como objetivos
por un lado, defendernos frente a los ataques que nos asimilan como parte de
Castilla, pero también de promoción de esa identidad en los diferentes ámbitos
de la administración y de la comunicación.
En algún caso se producen reticencias a crear esa Oficina de
Defensa de la Identidad Leonesa en base a los costes que pudiera tener. Cabría
decir que con un cambio en la asignación de funciones podría ser suficiente, no
habría necesidad de nuevas contrataciones o instalaciones. Pero por otro lado
hay que tener en cuenta que todas las grandes empresas gastan muchos millones
de euros en hacer visible su existencia y ganar en notoriedad. ¿Estamos
pensando que todas se equivocan? ¿ Que todas ellas malgastan su dinero? Uno más
bien piensa que buscan rentabilizar esa inversión y que una se puede equivocar,
pero todas no. La Oficina de Defensa de la Identidad Leonesa tendría como
fundamental objetivo remarcar la existencia de lo “leonés” y evitar que
“desaparezcamos del mapa”
Si hay personas y partidos que dicen que esta Comunidad la
componen 2 Regiones, pues démosles carta
de existencia real, que vaya más allá de unas declaraciones.
En la última votación
de la Diputación de León tanto el PP como el PSOE habían dado libertad de voto
a sus representantes en esa institución. Pero podríamos decir que fue una
libertad “demasiado teórica”. Tanto en las filas del PP como en las del
PSOE hubo uniformidad en el voto, lo que
es un claro signo de que predominaron las consignas de partido. Así alguien que
en su municipio había votado favorablemente a una autonomía leonesa luego voto
en sentido opuesto cuando esa votación se produce en el ámbito de la
Diputación. También se dio el caso
contrario voto negativo en su municipio y afirmativo en Diputación.
Me ha llamado la atención que en la justificación que se
daba entre los que votaron negativamente a la moción proautonomía leonesa, en
ningún momento se pudo escuchar comentarios positivos hacia el actual marco
autonómico. Sus argumentos hacían más bien referencia a los procedimientos pero
en ningún caso a “lo bueno que era la autonomía de Castilla y León”. Ni
siquiera ellos estaban convencidos de sus “teóricas bondades”.
No nos vale “la paz de los cementerios” en la que la
consigna es “resignación” aunque la autonomía de Castilla y León sea un “valle
de lágrimas”. Decía Aute que “sólo morir permanece” y algunos queremos que la
Región Leonesa siga viva.
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