Esto de
escribir al dictado del poder no es precisamente nuevo, diría que se ha dado
desde siempre. Pero claro eso supone que hay una ocultación deliberada de la
historia para acomodarla a los propios intereses.
Un primer
ejemplo vendría a ser el del Cantar del Mio Cid. El guerrero castellano encarga
a un juglar ese poema y claro no pensaran ustedes que el juglar iba a decir
algo negativo respecto de aquel que le hace el encargo. Así ensalza su figura
(aunque El Cid utilizaba la cabeza de sus enemigos como munición de sus
catapultas). Hay que reconocer que hizo una buena inversión ya que muchos
siglos después (y en base a ese cantar del juglar) El Cid sigue apareciendo
como héroe y el rey leonés como villano ( “que buen vasallo si hubiese un buen
señor” dice el Cantar). En esta búsqueda de héroes hoy se siguen haciendo
series o películas en base a ese poema épico. Para los expertos es claro que
ese relato no se corresponde con la verdad, pero el público en general no es el que acude a las
bibliotecas a estudiar este tipo de cosas.
Ahora la
Junta pretende hacer los fastos del 800 aniversario de “la unión definitiva de Castilla y León”.
Sospechen ustedes si la conclusión de lo que se pueda decir se hace desde el
poder y sin apelar a ningún tipo de investigación. Se paga directamente a
aquellos que dicen lo que yo quiero que digan y se elimina al discrepante.
Vayamos a un
autor que no es leonés ni leonesista Pérez Bustamante. Sin embargo si es un
experto en la Corona de Castilla sobre la que hace su tesis doctoral. Así dice
que en 1230 la Corona de Castilla se dividía en 5 grandes circunscripciones:
·
León
·
Galicia
·
Castilla
·
Murcia
·
Andalucía
o Frontera.
Es
decir, no todos los territorios que componían la Corona de Castilla podían ser
identificados como castellanos. Tal identidad sólo correspondía a una parte, a
uno de sus reinos, al Reino de Castilla. Cuando la Junta pretende decir que a
partir de 1230 León y Castilla forma n una misma unidad tendría que incluir en
esa supuesta unidad castellana a Andalucía, Murcia, Galicia y desde luego
Asturias. Pero claro a esos no los incluye.
Además
hay que decir que en esas divisiones no todas tienen igual nivel de autonomía
en sus decisiones políticas. El Reino de León será el único que de forma
regular mantendrá Cortes propias.
La
Corona de Castilla lo que confirmaba era la hegemonía castellana, la dirección
de Castilla en la organización territorial. Ahora bien, junto a esa
personalidad castellana se mantenía vigorosa la personalidad leonesa hasta el
punto de que se hacía incluso necesaria su nominación para hacer entender a un
interlocutor que formaba parte de esa Corona. No se decía, por ejemplo, la
Corona castellano y gallega o castellano y andaluza, se decía en reconocimiento
a esa personalidad castellana y leonesa. Es decir León en esa Corona era
mucho más diferencial de lo que pudiera
ser Murcia, Andalucía, Asturias o Galicia. Sin embargo la Junta a golpe de
talonario público nos trata de vender que estamos unidos desde hace 800 años.
Ya lo decía Quevedo “poderoso caballero es don dinero” ( y más si ese es un
dinero que se pone en base a los impuestos que paga la ciudadanía).
Desde
el punto de vista histórico y sociológico es muy fácil comprender que un reino
como el leonés que había mantenido una posición hegemónica entre los reinos de
España no podía sin más desaparecer. El Reino de León había perdido su carácter
hegemónico pero siguió conservando su personalidad e identidad.
Pero
si quieren ir a una historia mucho más reciente tenemos que hasta la llegada de
la España de las Autonomías había una división de España que incluía a la
Región Leonesa (León, Zamora y Salamanca) y otra que era Castilla la Vieja ( en
la que estaban las provincias de Santander , hoy Cantabria, o Logroño , hoy
Rioja). Algunos que vamos sumando años lo recordamos como parte de nuestros
estudios de geografía. Hay mapas de esta época que lo constatan y que supongo
obviara la Junta por cuanto no se acomodan a su discurso.
Les
diría que desconfíen de aquellos que falsean la historia para buscar afianzar
su propio poder. Si lo hacen con estas cosas lo pueden hacer con cualquier
otra. La libertad es la base de la democracia. Cuando se paga a otro para que
diga lo que a mí me interesa, se coarta la libertad. Son millones de euros los
que cada año se gastan para tratar de fabricar (como se dice en una resolución
del Ayuntamiento de Valladolid) esa unidad. Claro lo que se gasta en una cosa
ya no se pueda gastar en otra y luego faltan recursos para sofocar incendios o
para la sanidad.
Pero
a pesar de todos los millones que se utilizan para difundir esas falsedades,
seguimos en pie. La dignidad no se compra.
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